NATALIE
No, el pasado no podía volver, no podía permitirlo. ¿Pero cómo se suponía que lo aleje de nuevo de nosotros?
—Mami —la dulce voz de mi hijo me hace reaccionar para apartarme del hombre que se encontraba a lado mío.
Sin decir una sola palabra, tomo de nuevo la mano de mi hijo para alejarnos de ahí. No era el momento de indagar en el pasado y mucho menos ahora que había despejado todas las dudas de la cabeza de mi hijo.
— ¿Él es un amigo tuyo? Mami —no, no ahora por favor —Tu me haz enseñado a qué debemos saludar y despedirnos de las personas, sean conocidos o no, por educación.
Mi pequeño hombrecito, era mucho más inteligente de lo que podía pensar. Nunca olvidaba mis enseñanzas, pero ahora no me alegraba por ello.
—No hay tiempo cariño, debemos ir a ver a tu abuelo.
— Pero mamá... No le agradeciste que me halla llevado contigo. Te dije que él era mi nuevo amigo.
Al llegar al auto me detengo y lo tomo de los hombros para verlo a los ojos.
— ¡Es suficiente Dorian! — elevó la voz, aprieto los ojos tratando de calmarme —He dicho que no hay tiempo, el abuelo nos espera.
— ¿Estás molesta conmigo por qué me aleje de ti?
—No mi amor, jamás podría molestarme contigo —niego, y es que así era. Él era la única persona con la que no me podía enojarme —Perdón por levantar la voz, es solo que... —suspire —Ha sido un día largo y agotador, y se nos está haciendo tarde para ir a ver al abuelo.
Dorian no protesta y no agrega nada más, solo asiente y se sube al auto antes de que se lo pida. Mi hijo siempre había sido un niño obediente y tranquilo, jamás me ha provocado un coraje o algo que pueda inquietarme. Y con esto se que ya no va a insistir con lo mismo, quizás ya mañana olvide lo que pasó.
***
Llegamos a casa de mi padre, Dorian baja y sale corriendo directo al interior de la vivienda. Le encantaba venir a visitar a su abuelo, y mi padre amaba tenerlo aquí.
Al pasar por la puerta después de haber sido recibidos por Mali, me voy en dirección al despacho de mi padre. Allí estaba esperándome.
Después de llamar a la puerta entro en cuanto mi padre me autoriza. Está sentado frente al ordenador que está en el escritorio, se que se le sigue complicado usarlo, es por eso que refunfuña en voz baja con el ceño fruncido.
— ¡Maldita porquería! —insulta al ordenador mientras le da un golpe a la pantalla.
—Harás que deje de funcionar si sigues golpeando el apartado de esa manera —no puedo contener la risa.
Ver a mi padre peleando con un ordenador era lo más gracioso del mundo. Mi familia me hacía olvidar mis problemas y mis preocupaciones, aunque sea por unos segundos.
—De todas maneras no funciona —se queja —Mira — señala la pantalla —Esta porquería no quiere encender, lleva horas así. La única manera que encenderá será cuando le prenda fuego.
Y sin poderlo evitar suelto una risa.
—Papá calma —me acercó para darle un beso en la mejilla.
—¡Ah! Te burlas de tu padre. Lo que me faltaba.
—Por supuesto que no padre, solo que todo esto me da un poco de gracia. Tú y el ordenador peleando —volvo a reírme.
Él bufa frustrado. Pero después de verme a los ojos, su entrecejo se suaviza dejando solo sus arrugas a la vista.
Me acercó a la pantalla y me doy cuenta que estaba apagado el interruptor. Estoy por soltar una carcajada pero tapo mi boca con mi mano antes de hacerlo.
— ¡Listo! —exclamo —Asunto arreglado —anuncio.
— ¿Cómo es que lo hiciste? Llevo más de dos horas intentando que encienda está cosa y nada que funcionaba.
—Magia —bromeo, sonrió —Simplemente fue magia, papá.
Las cejas de mi padre se fruncen de nuevo y amplio la sonrisa.
—Tienes el don de tranquilizarme solo con esa sonrisa. Eres idéntica a tu madre —sus palabras sonaban afligidas.
Se que todavía la extrañaba, era algo que nunca iba a dejar de hacer, pues había sido el amor de su vida. Yo también la extrañaba demasiado, pero el dolor no era el mismo, yo había pedido a mi madre, mientras que él había perdido a la única mujer que ha amado.
—Ella era mucho más hermosa —murmuro.
—Lo era, pero tú también lo eres. Heredas te su belleza y ese espíritu de mujer fuerte.
En eso tenía mucha razón, en eso me parecía mucho a mi madre, al igual que yo siempre lucho por sus sueños y hacía todo lo que quiera. Padre nunca le negó nada, nunca la ató como lo hizo algunas veces conmigo, pero aún así me dejó que continuará, como ella también lo hizo. Él solo no quería que yo sufriera.
Pero el mismo me había mandado a la hoguera ese día que me llevo a esa casa y conocí a los Kirgyakos. Se que no podía culparle en todo, ese hombre ya lo había conocido antes de que mi padre me lo presentará, y yo misma fui la que acepto ese estúpido acuerdo, papá jamás me obligó a nada, su único error fue haberme llevado a ese lugar después de haberme contado sus problemas financieros.
Ahora nada de eso importaba, todo eso había quedado en el pasado. Bueno eso creía antes, hasta que volví a ver al hijo más joven de la familia Kirgyakos, Ayron.
Ayron era muy diferente a todos ellos, pero después de verme y escuchar a mi hijo llamarme "mami" su rostro mostró asombró y confusión.
No podía temer, había ido de allí sin decirle ni una sola palabra. Milán era una ciudad grande como para que me lo volviera a encontrar. ¿Pero cómo era posible que estuviera aquí y en ese mismo parque? El destino no podía ser tan cruel conmigo y volverlo a poner en mi camino.
— ¿Hay algo que te preocupe? —indaga papá.
Niego con rapidez. No podía decirle a mi padre lo que había pasado, a quién me había encontrado en ese parque y mucho menos que ha estaba enterado de la existencia de Dorian.
No podía preocuparle, esto podría ocasionarle una recaída.
— No. Todo está bien.
Mi padre me conocía perfectamente, para él era como un libro abierto, sin quererlo ser.
—Si es por lo de los inversionistas no te preocupes, ya lo tengo todo solucionado.
—Eso es lo de menos, padre.
—¿Entonces es por lo que sucedió en el colegio de Dorian?
—¿Cómo te enteraste? —inquirí preocupada.
No quería que papá se enterará, para él mi hijo era su todo y lo que le pasará a mi bebé le afectaba a él también.
—Eso no importa. No te preocupes hija, se que mi valiente nieto estará bien.
Quería pensar lo mismo. Mi hijo era muy pequeño para pasar por todo esto, para saber la verdad de las cosas y la crueldad de esa familia.
—Eso quisiera cree padre, eso quisiera...
Una vez que me dejó caer en el asiento que esta frente a mi padre, me doy un ligero masaje en la cabeza. Este dolor volvía, como todas las otras veces cuando pensaba en este asunto.
—¿De nuevo ese dolor? —asentí —Debes ir al médico a qué te hagan un chequeo médico. Esos dolores ya se hicieron muy constantes.
—No hay nada mejor que una pastilla para el dolor de cabeza para ayudar con este dolor —fijo mis ojos en los suyos —Tranquilo papá, estaré bien. Sabes que tu hija es muy fuerte y un simple dolor de cabeza no me derrotará.
Claro no estaba en mi mente de decirle lo de mi mareo después de haber mirando a Ayron en ese parque. Últimamente cualquier inquietud o sorpresa preocupante me debilitaban físicamente, y no sabía el porque.
Quizás debía ir al médico a una revisión, como decía mi padre. Si lo haré, pero ahora tenía que ayudar a mi padre a resolver el asunto de la asociación.
—Haz dicho que ya tienes todo resuelto ¿Que quisiste decir con eso?
—Si, ya no hay de que preocuparse por eso. La compañía D&W aceptado firmar con nosotros, pero tienen una petición.
—¿Has dicho D&W?
—Así es.
—¿Cuál es su petición?
—Que asistas a su desfile que están organizando y que presentes tu línea de ropa más reciente.
No esperaba que insistieron con lo mismo, en realidad no sabía que la compañía D&W fuera la responsable de ese desfile. Ahora no quedaba de otra más que aceptar, de todas maneras nos vendría beneficiando.
NATALIE—¿Estás hablando en serio? —cuestiono Kris, asombrada —¿Aceptarás ir a ese desfile?—Ya lo hice.—Pero habías dicho que no lo harías ¿Qué fue lo que hizo hacerte cambiar de parecer?—Mi padre.— ¿El Sr. Collins te lo pidió? —pregunta confundida.—No, sabes que papá no me obliga a nada.—¿Entonces?—Es solo que lo haré por él.—Pero Nat, la línea de ropa que ellos presentarán en ese desfile es de otoño. La tuya es nueva, jamás has hecho una presentación con ella, porque apenas hace unos días acabas de terminarla —espeta —¿Les entregaras tu línea de ropa? Esa en la que has trabajado durante meses con mucho arduo.Tenía razón, trabaje noche y día en esos diseños, sin descanso alguno, pero el ser diseñadora de modas era un trabajo duro y se que tarde o temprano llegaría el logro
NATALIEEsta sensación vuelve a invadir todo mi ser en el momento que sus ojos se clavan en los míos. Es cómo si Dominik todavía tuviera todo el control de mi cuerpo. Pero no, eso ya no era posible, él ya no significaba nada para mí.Retrocedo, y recuerdo que mi amiga seguía detrás de mí. Algo dice, pero no logro entender con claridad. Lo único que quiero hacer en este momento es huir, salir corriendo muy lejos de aquí.Pero no podía hacerlo, tenía un compromiso y debía cumplir un contrato laborar. Aún así sentía cómo si el aire me faltará, cómo si su presencia me asfixiara.Esto no estaba bien, yo no estaba bien, necesitaba un respiro.—Saldré… Un momento —murmure al girarme hacia Kris, debía avisarle, no podía irme así nomás, aunque fuera solo un segundo.Ella entendió en cuanto miró detrás de mí y después asintió.Sin esperar nada
DOMINIKMe entra un escalofrío extraño al ser consciente de lo que acaba de decir. O por lo menos, lo que mi cerebro ha conseguido retener. Sé que lo que menos quiere es verme, saber de mí, pero no iba a dejar de insistir hasta que escuchará lo que tenía por confesarle.—Deja de ser terca, y solo escúchame —decreto —Debo decirte que el acta que te envíe hace un tiempo no era…—¡Nat! —llega su amiga interrumpiendo mi confesión —llevo casi media hora buscándote, ¿Por qué no respondes el celular? —el tono de su voz se escuchaba desesperada, pero no le puse atención ya que seguía mirando a Natalie.— ¿Qué pasa? —inquiere Natalie, rompiendo el hechizo de nuestras miradas para verla a ella.—El socio te quiere conocer, lleva rato preguntando por ti —la toma del brazo —vamos, no lo hagas esperar más.Natalie no puso resistencia alguna y se va con su amiga, dejándome aquí con tod
NATALIENo, no me puede estar pasando esto a mí, no aquí y ahora. No sé que haré, no puedo huir otra vez y menos en este momento. Sigo aturdida por lo anterior y no logro concentrarme en lo que están hablando mi amiga y el subdirector de Hoffman, la compañía con la que firmó mi padre la asociación.—Nat… Natalie —me habla mi amiga, tratando de que ponga atención en su charla. Sacudo mis pensamientos y la miro —Llevo rato hablándote —murmura a mi lado, para que solo yo la escuché.—Perdón, que decías —me disculpo.—¿Se encuentra bien señorita Collins? —indaga el subdirector mientras me mira fijamente.El hombre aparenta de una edad media, no ha de ser mayor de 50. Asiento con una pequeña sonrisa, lo que menos quería era levantar sospechas de mi
DOMINIKMaldita sea. ¿Por qué demonios está sonriendo con ese tipo? Parece feliz, eso me molesta, pero no por el hecho de que lo haga, sino porque no es conmigo con quién lo hace.¿Ahora se supone que estoy celoso? Lo que me faltaba para terminar dándome cuenta que cada vez la quiero a mi lado. No estoy dispuesto a dejar que otro se quiera propasar con ella y me robe lo que me pertenece.Porque esa mujer es mía, solo mí.Natalie Collins seguía siendo mi esposa aunque ella no estaba enterada de eso. El documento que le hice llegar y que ella redacto con ayuda de su abogado para después fírmalo, lo termine quemando en cuanto me llegó a las manos, no pude soportar al darme cuenta que ella si aceptaba divorciarse.Después de varios años seguía siendo mi esposa, el acta de matrimonio nunca se anulo porque yo no hice nada para cancelar nuestra unión. Y era por eso que la había buscado este tiem
NATALIE¿¡Qué!?Abrí los ojos sorprendida, no pude contener mi expresión pues me había dejado sumamente desconcertada su confección.Quería que lo que acababa de decir fuera una broma, pero en su tono de voz no hubo rastro algo de eso. Esto no era el destino, esto lo había planeado él, estaba segura de ello.¿Esto era lo que me quería decir cuando me siguió hasta el estacionamiento?—Ahora trabajaremos todos juntos —fue el turno del primo de Dominik expresar su dicha —que emocionante ¿No? —agrego con una sonrisa.¿A quién rayos le emocionaba eso?Le di una mirada rápida a Dominik y pude ver qué a él era el que le emoción, así como lo había dicho
NATALIEParecía ansioso, igual que yo. No podía parar de mirarle. Dominik tenía ambas manos colocadas sobre la puerta manteniéndola cerrada y dejándome atrapada entre él y la única salida por dónde podía escapar. Bajó la cabeza y se acercó más a mi oído.—Lo primero que debes saber es… —su tono era bajo —cometí un error y quiero disculparme antes de proseguir.¿Dominik disculpándose?Lo mire confundida, no entendía ni una pizca de lo que estaba hablando, pero aún así no dije nada y lo deje continuar sin dejar de mirarlo a los ojos.Se apartó un poco para verme de nuevo.—Todo fue un error del que estoy completamente arrepentido —comento &
NATALIENo sé cuántos minutos pasaron, Dominik quiso seguir con nuestra conversación aclarando todas mis dudas que tenía en mi cabeza. Ya más tranquila decidimos beber algo, me había negado pero se me hizo grosero de mi parte rechazarlo cuando insistió varias veces.Se que me quería retener más tiempo y él mismo me lo dijo antes, y no me podía seguir negando, yo también quería esto, lo había querido desde hace mucho, pero mi orgullo era más grande y por eso era difícil reconocerlo.Extendí el brazo para tomar el vaso de mi bebida pero su mano llegó antes que yo y nuestros dedos se tocaron. Automáticamente retire mi mano del cristal, pero él fue rápido y me sujeto de la mano. Inspiré bruscamente al sentir su piel sobre la mía, se sentía muy bien, aún después de tantos años. —Tu piel sigue siendo suave, tan suave como la recuerdo —me miró de una manera que me hizo temblar de nuevo.No quería apartar mi mano, pero tampoco podía dejarlo qu