Esta sensación vuelve a invadir todo mi ser en el momento que sus ojos se clavan en los míos. Es cómo si Dominik todavía tuviera todo el control de mi cuerpo. Pero no, eso ya no era posible, él ya no significaba nada para mí.
Retrocedo, y recuerdo que mi amiga seguía detrás de mí. Algo dice, pero no logro entender con claridad. Lo único que quiero hacer en este momento es huir, salir corriendo muy lejos de aquí.
Pero no podía hacerlo, tenía un compromiso y debía cumplir un contrato laborar. Aún así sentía cómo si el aire me faltará, cómo si su presencia me asfixiara.
Esto no estaba bien, yo no estaba bien, necesitaba un respiro.
—Saldré… Un momento —murmure al girarme hacia Kris, debía avisarle, no podía irme así nomás, aunque fuera solo un segundo.
Ella entendió en cuanto miró detrás de mí y después asintió.
Sin esperar nada
DOMINIKMe entra un escalofrío extraño al ser consciente de lo que acaba de decir. O por lo menos, lo que mi cerebro ha conseguido retener. Sé que lo que menos quiere es verme, saber de mí, pero no iba a dejar de insistir hasta que escuchará lo que tenía por confesarle.—Deja de ser terca, y solo escúchame —decreto —Debo decirte que el acta que te envíe hace un tiempo no era…—¡Nat! —llega su amiga interrumpiendo mi confesión —llevo casi media hora buscándote, ¿Por qué no respondes el celular? —el tono de su voz se escuchaba desesperada, pero no le puse atención ya que seguía mirando a Natalie.— ¿Qué pasa? —inquiere Natalie, rompiendo el hechizo de nuestras miradas para verla a ella.—El socio te quiere conocer, lleva rato preguntando por ti —la toma del brazo —vamos, no lo hagas esperar más.Natalie no puso resistencia alguna y se va con su amiga, dejándome aquí con tod
NATALIENo, no me puede estar pasando esto a mí, no aquí y ahora. No sé que haré, no puedo huir otra vez y menos en este momento. Sigo aturdida por lo anterior y no logro concentrarme en lo que están hablando mi amiga y el subdirector de Hoffman, la compañía con la que firmó mi padre la asociación.—Nat… Natalie —me habla mi amiga, tratando de que ponga atención en su charla. Sacudo mis pensamientos y la miro —Llevo rato hablándote —murmura a mi lado, para que solo yo la escuché.—Perdón, que decías —me disculpo.—¿Se encuentra bien señorita Collins? —indaga el subdirector mientras me mira fijamente.El hombre aparenta de una edad media, no ha de ser mayor de 50. Asiento con una pequeña sonrisa, lo que menos quería era levantar sospechas de mi
DOMINIKMaldita sea. ¿Por qué demonios está sonriendo con ese tipo? Parece feliz, eso me molesta, pero no por el hecho de que lo haga, sino porque no es conmigo con quién lo hace.¿Ahora se supone que estoy celoso? Lo que me faltaba para terminar dándome cuenta que cada vez la quiero a mi lado. No estoy dispuesto a dejar que otro se quiera propasar con ella y me robe lo que me pertenece.Porque esa mujer es mía, solo mí.Natalie Collins seguía siendo mi esposa aunque ella no estaba enterada de eso. El documento que le hice llegar y que ella redacto con ayuda de su abogado para después fírmalo, lo termine quemando en cuanto me llegó a las manos, no pude soportar al darme cuenta que ella si aceptaba divorciarse.Después de varios años seguía siendo mi esposa, el acta de matrimonio nunca se anulo porque yo no hice nada para cancelar nuestra unión. Y era por eso que la había buscado este tiem
NATALIE¿¡Qué!?Abrí los ojos sorprendida, no pude contener mi expresión pues me había dejado sumamente desconcertada su confección.Quería que lo que acababa de decir fuera una broma, pero en su tono de voz no hubo rastro algo de eso. Esto no era el destino, esto lo había planeado él, estaba segura de ello.¿Esto era lo que me quería decir cuando me siguió hasta el estacionamiento?—Ahora trabajaremos todos juntos —fue el turno del primo de Dominik expresar su dicha —que emocionante ¿No? —agrego con una sonrisa.¿A quién rayos le emocionaba eso?Le di una mirada rápida a Dominik y pude ver qué a él era el que le emoción, así como lo había dicho
NATALIEParecía ansioso, igual que yo. No podía parar de mirarle. Dominik tenía ambas manos colocadas sobre la puerta manteniéndola cerrada y dejándome atrapada entre él y la única salida por dónde podía escapar. Bajó la cabeza y se acercó más a mi oído.—Lo primero que debes saber es… —su tono era bajo —cometí un error y quiero disculparme antes de proseguir.¿Dominik disculpándose?Lo mire confundida, no entendía ni una pizca de lo que estaba hablando, pero aún así no dije nada y lo deje continuar sin dejar de mirarlo a los ojos.Se apartó un poco para verme de nuevo.—Todo fue un error del que estoy completamente arrepentido —comento &
NATALIENo sé cuántos minutos pasaron, Dominik quiso seguir con nuestra conversación aclarando todas mis dudas que tenía en mi cabeza. Ya más tranquila decidimos beber algo, me había negado pero se me hizo grosero de mi parte rechazarlo cuando insistió varias veces.Se que me quería retener más tiempo y él mismo me lo dijo antes, y no me podía seguir negando, yo también quería esto, lo había querido desde hace mucho, pero mi orgullo era más grande y por eso era difícil reconocerlo.Extendí el brazo para tomar el vaso de mi bebida pero su mano llegó antes que yo y nuestros dedos se tocaron. Automáticamente retire mi mano del cristal, pero él fue rápido y me sujeto de la mano. Inspiré bruscamente al sentir su piel sobre la mía, se sentía muy bien, aún después de tantos años. —Tu piel sigue siendo suave, tan suave como la recuerdo —me miró de una manera que me hizo temblar de nuevo.No quería apartar mi mano, pero tampoco podía dejarlo qu
NATALIE Entramos a una habitación, parecía un departamento, no sabía que Dominik tuviera uno aquí en Italia. No pongo atención en eso, mi concentración solo está puesta en el hombre que tengo a mi lado, pegado a mi cuerpo. Desde que salimos del club no hemos parado de tocarnos y besarnos, estamos ardiendo de deseo el uno por el otro. Lo único que quiero en estos momentos es arrancarle la camisa y recorrer con mis manos su firme abdomen, cuanto extraño hacer eso. Con una mano cierra la puerta y con la otra me sujeta de la cintura, retrocedo con él empujándome hacía no se dónde. Mis ojos cerrados mientras nos besamos desesperados. Ambos habíamos deseado esto, puedo estar segura de que él también lo quería, sus caricias y sus besos me lo decían todo. Mi espalda choca con algo firme, Dominik hace algo y siento como volvo a moverme retrocediendo, al parecer había abierto otra
NATALIEMe despierto, solo me muevo un poco en la cama. Pueden haber pasado minutos o horas, no recuerdo del todo. Casi, casi quedé inconsciente después del sexo que tuvimos Dominik y yo.Mi mente empieza a recordar y de golpe abro los ojos para comprobar si había sido un sueño o realidad. El cuerpo desnudo de Dominik descansa sobre la misma cama que yo, su espalda amplia y su sexy trasero me otorgan una buena vista, entre las sábanas blancas que medio lo cubrían.¡Oh por Dios! ¿Qué hecho? Me cuestionó mentalmente, llevando una de mis manos a la cabeza. Necesito irme antes de que despierte, si me quedo no sabría que decirle o que hacer.Esto no significa nada, no...Con mucho cuidado me desahogo de su agarre, pues su brazo estaba rodeando mi cintura. Apartó las sábanas y salgo con cuidado de la cama, sin un mínimo ruido o movimiento que pueda despertarlo.<