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Capitulo 1|Después de un tiempo

Actualmente, 6 años después. Milán Italia

NATALIE

―Anteriormente te dije que algo así iba a pasar. Pobre de mi Dori, lo que tuvo que sentir en ese momento ―suspiro exasperada mi amiga.

Sé que tenía razón y sé también que cualquier día iba a ocurrir algo así. ¿Por qué no podía seguir protegiéndolo de todo lo que le rodeaba?

Habíamos sido tan felices todo este tiempo, pero ahora el pasado comenzaba acosarme. Era como una sombra de la que nunca me desharía.

― ¿Y crees que no me lo he reprochado todos estos años? ―replique, mientras me colocaba detrás de mi escritorio para comenzar a trabajar ―Tu mas que nadie sabe lo difícil que es para mí esta situación.

―Lo sé ―suspira de nuevo Kris ―Perdón, no quise decir las cosas de esa manera ―agrego, apenada por sus anteriores palabras ―Es solo que…

―Es solo que no es justo para él. Merece saber quién es su padre ―le quite la frase que iba a decir ―Que mas quisiera yo podérselo decir, odio verlo con su carita triste cuando mira a otros niños jugando o tomados de las mano de sus padres cuando pasean por el parque. Esos ojitos son mi alegría, pero también mi pesar.

―Pero es que si podrías ―insiste, pero le hago un gesto para detenerla.

―No Kris, no. Tú sabes que debo seguir guardando el secreto, sabes a lo que estoy expuesta si lo saco a la luz ―quite mi vista de mi laptop para mirarla con desagrado.

Ella sabía muy bien lo que pasaría si yo hablaba más de la cuenta, si yo traía el pasado a nosotros. A veces mi amiga podía ser insoportable, ya que siempre peleaba por lo justo, y no la culpo, pero a pesar de que la quería y era alguien importante en nuestra vida, no tenía derecho de meterse en mis decisiones relacionadas con mi hijo. No quería ser grosera con ella, pero su insistencia me estaba cansando y por nadie iba arriesgar a mi pequeño.

―Entiendo todo eso y se lo que podía pasar. ¿Pero quién se va enterar de ello una vez que se lo confieses? No es como si estuvieran aquí para saberlo.

Deje de hacer lo que estaba haciendo para poner toda mi atención en ella. ¿Acaso estaba loca?

―No, no puedo arriesgarlo ―explico.

 ―Y no lo vas hacer. Ese hombre ni se enterara que le haz dicho y mucho menos va a venir hasta aquí para reclamarte, esta casi al otro lado del mundo ―insiste.

―He dicho no, y es asunto olvidado. No se volverá a repetir y menos delante de Dorian ―demande determinadamente.

Kris giro los ojos. Sé que estaba cansada de escucharme decir siempre lo mismo, de negarme hablar con mi hijo de la verdad. Como se lo dije antes, ella más que nadie sabe por lo que he pasado y por la decisión que tome al final después de que me llegara la demanda de divorcio con condiciones, todo hecho por el mismo Dominik Kirgyakos, el padre de mi hijo.

Después de que volví a Milán, había pasado casi dos años cuando me llego un documento con el nombre de la familia Kirgyakos y la firma de Dominik. Donde me exigía el divorcio y al igual un acuerdo, muy propio de él como siempre.

Tanto era su odio hacia mí que tenía que ponerme cuanta cosa se le pasara por su estúpida cabeza para alejarme de él, como si fuese a volver, jamás volvería a donde fui humillada y donde amenazaron y culparon a mi padre por un fraude que no cometió.

Mi amiga insistía que esto era plan maquiavélico del padre de Dominik, después de que le conté lo que me había dicho aquel día, ella seguía teniendo esas ideas en su cabeza.

Pero solo Dominik era bueno para hacer y poner condiciones, bueno… su padre también, de ahí fue donde saco su lado malvado. Al principio me fue difícil pensar así, cuando estuvimos juntos había mostrado una faceta amable, algo muy diferente a como lo había conocido. Pero al final saco su verdadero rostro.

Todos en esa familia eran iguales, nada bueno había en ellos, a diferencia de Ayron y Anastasia. Ellos fueron los únicos que mostraron su verdadero yo, desde el principio hasta el último momento que conviví con ellos.

Pero no estaba dispuesta a que mi hijo conviviera con ninguno de ellos. Podrían llamarme egoísta o que sea, pero nunca volveríamos a ese lugar, nunca.

Comienzo adelantar mi trabajo. Después de que habíamos regresado a Milán, mi amiga y yo comenzamos hacernos nuestro propio negocio, no era algo grande pero con esfuerzo y persistencia logramos avanzar y hacer crecer nuestra pequeña casa de modas.

Desde el principio tuve su apoyo y el de mi padre. Cuando mi padre se recuperó del daño que le habían hecho volvió a intentar construir su empresa, no era como antes pero un nuevo comienzo lo había regresado a la vida, de hecho a todos. La llegada de Dorian era como una esperanza y una oportunidad para todos, padre sonreía de nuevo su alegría se miraba en sus ojos cuando pasaba tiempo con su nieto.

Sin duda mi pequeño Dorian nos volvió a la vida.

― ¿Vas aceptar la invitación del desfile de D&W? ―me saca de mis pensamientos mi amiga, recordándome del dichoso desfile del cual habíamos sido invitadas para mostrar la nueva línea de ropa que habíamos sacado.

―No sé, no estoy muy segura. Aun no conozco al dueño de esa compañía, su asistente siempre se encarga de casi todo. No recuerdas aquel día que vino para decirnos cuanto queríamos por la línea de vestidos de novia que diseñamos.

―Si recuerdo, el dueño es un misterio. Pero es una oportunidad de la que no deberías dejar pasar.

― ¿Y qué tal si nos pasa lo mismo que le paso a mi padre?. No, no me arriesgare de esa forma, no aceptare.

― ¿Y qué tal sino? Por Dios Natalie tu siempre haz dicho que el que no arriesga no logra nada y ahora tú me sales con esto ―resopla ―Intentemos esto, no perdemos nada, ya si vemos algo extraño botamos todo y salimos corriendo ―suelta una risita como si lo que hubiera dicho fuera un chiste.

La miro, pero antes de responderle la puerta se abre para dejarme ver un cabello rizado y rubio. Mi pequeño Dorian corre entrando a la oficina donde Kris y yo trabajamos.

― ¡Mami! ―exclama con alegría mientras corre hacia mí para después dejarse caer a mis brazos ―Nani dijo que iríamos a la heladería ―lo aparte para verlo a su carita, sus ojitos brillaban de felicidad.

Mali se encargó de calmarlo después de lo que ocurrió en el colegio, me dolió no poder haber estado allí cuando paso todo eso. Precisamente estaba en una reunión con unos empresarios que mi padre junto, queríamos incrementar el negocio y la única forma era conseguir un socio mayoritario.

Pero en cuanto me entere deje todo votado y salí corriendo para estar con mi hijo, mi padre entendía eso y él se había hecho cargo de los empresarios mientras yo me iba y me reunía con la razón de mi vida.

―Sí, te llevare a comprar un helado y después iremos al parque ―respondo, seguía entre mis brazos, bese su cabeza, el seguía con su hermosa sonrisa, esa que nunca quería que se borrara de su precioso rostro.

― ¿Y yo que? Ni siquiera hay abrazo para mí ―se queja Kris detrás de nosotros.

―Claro que si tía ―se separa mi pequeño de mí para ir hacia Kris y abrazarla.

 Mi hijo había acostumbrado a llamarla por tía, yo feliz de que lo hiciera y ella aún más.

―Eres tan hermoso y adorable ―confiesa mi amiga mientras le agarra sus mejillas redondas y rosadas.

―Lo sé, mama siempre me lo dice. Y también dice que seré muy apuesto e inteligente cuando sea mayor ―responde con orgullo y con esa inocencia que le caracterizaba demasiado.

―Y así es, serás una gran persona mucho más de los que he conocido en toda mi vida ―asegura Kris ―Porque estas siendo criado por una gran mujer.

Dorian se queda pensativo por unos segundos, pero después asiente ante el comentario de mi amiga.

― ¡Si, mi mama es la mejor del mundo! ―alza la voz con regocijo.

Contengo las lágrimas cuando se vuelve hacia mí para volver a mis brazos.

Me regala su hermosa sonrisa y le respondo por igual. Él era mi vida, mi mundo entero, el porque me despertaba todos los días para salir adelante y darle lo mejor y es por él que elegí que solo seriamos nosotros dos y nadie más.

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