Aun falta otro extra.
Dalia y Lizbeth siempre alentaron a sus hijos a ir tras sus sueños, si bien Shen les recordaba que el destino ya estaba escrito, eso no queria decir que solo se sentarán a esperar a que este los alcanzara, fue por ello que no se sorprendieron cuando los mellizos Hikara y Haruki hablaron con Shen, solicitándole el poder ser conocidos como Bach, ya que era su segundo apellido, dejando en claro de esa forma que querían incursionar en las empresas de la familia, juntos, como toda la vida habían estado y aunque sus estudios recién comenzarían, ya que los tres partirían a la universidad al extranjero, querían hacerse desde sus comienzos con un apellido que era bien conocido al nivel empresarial y poco relacionado con la mafia, por lo que Shen estuvo de acuerdo, su ego no se sintió herido en lo más mínimo, porque el negar que sus hijos eran Bach, seria negar que eran parte de su sol y fruto del amor de ambos, y fue así como los tres hijos de Shen partieron a la universidad.Todo aparentaba i
Loan Zhao descendió de su vehículo, y comenzó a subir las escaleras de roca ya desgastadas por el tiempo, pero, que aún se mantenían firmes dando la bienvenida a todo aquel que fuera al monasterio que servía de hogar a los monjes más antiguos de aquellas tierras.A diario se podía ver a importantes familias acudir a aquel lugar, no solo para saber que les deparaba el destino a sus familias, sino que muchos acudían para saber si las esposas y esposos que escogían para sus hijos eran compatibles, se podría decir que en las tierras del oriente eran muy creyentes en la fortuna, pero en especial en el destino, para estas personas todo estaba escrito, desde el día que nacían, y solo los monjes lo podían descifrar; para el líder del tigre blanco, no era la excepción, su matrimonio con Jade Renger fue obra del destino y él lo sabía, aunque su esposa que era extranjera se empecinara en decir que solo fue casualidad.Loan golpeo la puerta de madera maciza, sintiendo un escalofrió descender por
Los hermanos Zhao hacia más de un año que habían dejado su país, Shen Kun estaba en Chicago, no solo estudiando, también aprendiendo todo de su tío Wang, no era fácil para Shen digerir que el próximo tigre blanco seria su hermana, pero así estaba escrito, aun antes de que ellos nacieran, o al menos eso le había dicho su abuelo antes de morir, el viejo Sug había roto las reglas, se suponía que solo Loan podía acudir a los monjes y pedir que el destino del tigre blanco fuera revelado, pero Sug Zhao rompió esa ley y no queria llevarse el secreto a la tumba.— Abuelo, deja que mejor llame a mi padre. — pidió el joven de cabello rubio y ojos negros, al ver que el tiempo de su abuelo Sug estaba llegando a su fin.— No, Loan no sabe, nadie sabe lo que te voy a contar, será nuestro secreto. — Shen no pudo evitar sonreír, iba a extrañar esa complicidad que solo tenían con su abuelo, pues el mayor era el confidente de los tres jóvenes Zhao y viceversa.— Bien, dime. — dijo dándose por vencido.
Huang Lei veía fijamente el techo de su cuarto, no terminaba de comprender lo que había sucedido, o, mejor dicho, no queria comprenderlo, ¿cómo podía ser posible que Renzo Bach le hiciera semejante cosa? solo por un pequeño pleito de niños.Su mente recreo aquel día, o mejor dicho noche, ese primer y único encuentro que había tenido con el castaño.Habían llegado a Nueva York, se suponía que solo sería una pequeña parada para luego continuar su viaje a Chicago, aun siendo niños, sabían que lo que sucedería esa noche era importante para el mundo en general, pero más para las mafias, ya que cada clan existente estaba allí y solo eso explicaba el motivo por el que ellos estaban en la mansión Bach, sus enemigos jurados, pero solo porque así estaba escrito en los pergaminos, algo había sucedido muchos años atrás y se había establecido que los Bach nunca pisarían el país que manejaba el clan Zhao, sin embargo el tigre blanco había llegado no solo a los dominios de los Bach, sino que a la mi
Renzo subió al avión privado, junto con Walter, y respiro con alivio cuando vio a la pequeña Lizbeth allí.— Hola hermosa. — saludo el castaño y la rubia lo acribillo con la mirada.— Walter hazme el favor y por una vez en la vida actúa como mi hermano mayor y haz que tu amigo desaparezca de mi vista. — lo odiaba, con todas sus fuerzas, no importaba que hubiera pasado un año detrás de ella, ni sus estúpidas flores, ni que le rogara frente a todos en la universidad, Lizbeth jamás lo perdonaría y Renzo lo sabía por más molestia que le causara.— ¿Podrías comportarte como la adulta que se supone que eres? — refuto quitando la sonrisa de su bello rostro para ver a la joven con dureza, al tiempo que se sentaba frente a ella, Walter solo suspiro y se largó a la habitación que el avión privado poseía, ver discutir a esos dos lo estresaba, en especial porque Walter consideraba a ambos sus hermanos, aunque Renzo no tuviera ningún vínculo sanguíneo con ellos.— Oh, créeme, Renzo, demasiado adul
Nueva York:— Mi Ángel, mi amor, solo tú, lo has sido todo para mi… — el aire ingresaba con dificultad, mientras su mano ensangrentada acariciaba su cabellera. — Sin ti, nunca hubiera sabido lo que es el amor. — se estaba despidiendo y ella lo sabía, sus ojos celestes brillaban con fervor, no se veían como los ojos de un moribundo, Matt jamás podría lucir así.— Si alguna vez me hubieran dicho que el Ángel de la muerte tenía un lado tan cursi, no lo hubiera creído. — el pelirrojo se hinco a su lado, Melody, quien estaba con la cabeza recostada en las piernas del afamado asesino Matt Ángel, su esposo, tuvo la intención de disparar, pero apenas sostuvo su arma, sintió la diferencia de peso, claro que sí, ella era la susurradora, ella era igual que su esposo, sabía que las balas se habían terminado y ni ella, ni Matt tenían la fuerza para matarlo con sus manos.— Verdugo. — susurro llena de odio, no podía irse aún, no cuando cargaba la información que en ese momento le estaba quemando el
Mei Leing Zhao apenas tenía 19 años, sus rasgos orientales resaltaban ante sus ojos verdes, su cabellera negra parecía un cielo nocturno, y a pesar de que estaba en un velorio, más de uno no pudo evitar de ver con descaro a la joven.— Si no fuera por respeto a Melody y su esposo, ya habría matado a más de uno. — la voz de Shen era más que de molestia, Mei podía jurar que su hermano se parecía más a un dragón que arroja fuego por su boca que a un tigre que se agazapa para cazar.— Querido hermano, estas tan pendiente a mí que no prestas atención a nuestro hermoso trueno. — Shen acomodo sus lentes antes de ver con disimulo a su hermano, el rubio de pelo largo no se había movido de su lugar, hacia dos horas que estaba al lado del féretro de Melody, y sus lágrimas caían silenciosas, su llanto se comparaba al de Alma, demostrando de esa manera que los Zhao apreciaban a la asesina como si realmente fuera su abuela.— Huang es demasiado sensible, no lo puedes culpar por no poder guardar su
— Les pido disculpas en nombre de la familia Bach, es vergonzoso reconocer que el hijo de mi prima no sabe que tu vestimenta es la de un guerrero, estoy tan apenada. — los cuatro jóvenes Bach no daban crédito a lo que oían, menos a lo que veían, Lucero no solo se estaba disculpando con alguien menor que ella, también había bajado su cabeza, ella, la señora de la familia se mostraba sumisa ante el clan oriental.— En nuestras tierras, a una persona tan inculta, se la mataría de hambre, o se la desmembraría, si quieres puedo explicarte como llevar adelante tu puesto en tu clan. — acoto Mei viendo con superioridad a Lucero.— No puedes hablarle de ese modo. — Dalia sentía sus manos picar, no solo ante la impotencia de haber visto como Renzo fue abofeteado, sino que tampoco soportaba la forma en la que una niña, le estaba hablando a la señora de la famili