A la mañana siguiente y como era la tradición familiar, se reunieron en la casa grande para desayunar, al menos los hermanos Zhao y Dalia, ya que los demás debían permanecer en cama, el veneno si bien no los mataría, debían asegurarse al menos por una semana tener el mínimo de movimiento posible, para que sus órganos filtraran y expulsaran correctamente las toxinas.— Que injusta es la vida. — murmuro Mei bebiendo de su té y todos la vieron.— ¿Que te aflige hermana? — pregunto Shen con preocupación y Huang rompió a reír.— ¿Qué le va a afligir? Ver la cara de satisfacción de Dalia y la tuya, mientras nosotros debemos esperar para nuestra luna de miel. — las mejillas de Dalia enrojecieron mientras Shen solo sonreía con chulería.— De todas formas, yo ya tuve mi pre-luna de miel. — se jacto Mei y Huang escupió su té, justo sobre Shen.— A partir de mañana te sentaras frente a Renzo. — gruño el pelicorto y Dalia aguanto la risa, y lo ayudo a limpiar su rostro.— Lo siento, pero… por los
Dicen que el tiempo pone todo en su lugar, que el destino es el destino y contra él nada se puede hacer, y quizás no se equivoquen, la vida de los herederos de los Zhao estaba regida por amores prohibidos y ellos escogieron arder en ellos, que vivir sufriendo.— Por los espíritus Renzo. — se quejó el pelilargo, al ser “atacado por su esposo”— No puedes culparme, la única vez que estuvimos juntos, tu estabas más ebrio que otra cosa, estoy seguro de que no recuerdas mucho. — las mejillas de Huang enrojecieron, pues era verdad, solo tenía ciertas imágenes y sensaciones, mas no recordaba mucho de aquel día, que ahora parecía tan lejano, solo la burla en la voz de Renzo al hablar con Walter era clara en su mente.— Es verdad, solo recuerdo la sensación de tus labios en mi nuca. — reconoció sin querer recordar las crueles palabras que escucho al despertar al día siguiente.— Esa noche te desvestí con tranquilidad. — aseguro Renzo con los ojos oscurecidos por la pasión, mientras sus manos qu
Fue un día de otoño, cuando la noticia de que el clan irlandés había desaparecido llego a las tierras del tigre blanco, fue un día de otoño, que Dalia al fin pudo dejar de pensar, sin la necesidad de tener a Shen dentro de ella, fue un día de otoño, cuando los empleados fueron por Shen a la casa grande, para informar que la señora Zhao había comenzado con trabajo de parto.— Mi glorioso sol, mi estrella única y cálida, tú puedes con todo mi amor, sé que esto acabara pronto, solo debes soportar un poco más.Dalia no respondió, solo apretó la mano de Shen, mientras Lizbeth limpiaba su frente perlada en sudor, para la familia Zhao el ir a una clínica u hospital era una posibilidad, pero Dalia queria rendir tributo a los dioses que cuidaban las tierras del tigre, demostrando quizás con una prueba de fe que en ellos confiaba y a ellos se encomendaba, fue así, que con ayuda del doctor de la familia, que los primogénitos de la garra derecha nacieron, en la misma habitación donde habían sido e
Dicen que el destino ya está escrito, aguardando solo el ser vivido, y que el amor, solo aparece cuando menos lo buscas o cuando menos lo esperas, otros solo creen en las casualidades de la vida, las vueltas que da, que el mundo es un pequeño pañuelo, y el amor es una eterna apuesta donde lo que se juega es el corazón, pero la verdad es que todo depende de a quien se pregunte, y cuando los doce pequeños tigres comenzaron a crecer, Mei quiso saber, que esperar del destino, pero al parecer, nada era tan fácil.— ¿Qué quieres decir con eso? Eres el monje más anciano de este lugar. — la cabeza del tigre blanco trataba de mantener la calma, mientras abotonaba su camisa, ante la respuesta del monje, pues al parecer el ver su tatuaje en la espalda de la aun joven señora Zhao, ya no era necesario. — Tu debes saber…— Yo solo sé lo que los espíritus quieren mostrar y en este caso, señora Zhao, solo te veo a ti y a tus hermanos siendo felices, eso no quiere decir que no habrá un próximo tigre bl
Dalia y Lizbeth siempre alentaron a sus hijos a ir tras sus sueños, si bien Shen les recordaba que el destino ya estaba escrito, eso no queria decir que solo se sentarán a esperar a que este los alcanzara, fue por ello que no se sorprendieron cuando los mellizos Hikara y Haruki hablaron con Shen, solicitándole el poder ser conocidos como Bach, ya que era su segundo apellido, dejando en claro de esa forma que querían incursionar en las empresas de la familia, juntos, como toda la vida habían estado y aunque sus estudios recién comenzarían, ya que los tres partirían a la universidad al extranjero, querían hacerse desde sus comienzos con un apellido que era bien conocido al nivel empresarial y poco relacionado con la mafia, por lo que Shen estuvo de acuerdo, su ego no se sintió herido en lo más mínimo, porque el negar que sus hijos eran Bach, seria negar que eran parte de su sol y fruto del amor de ambos, y fue así como los tres hijos de Shen partieron a la universidad.Todo aparentaba i
Loan Zhao descendió de su vehículo, y comenzó a subir las escaleras de roca ya desgastadas por el tiempo, pero, que aún se mantenían firmes dando la bienvenida a todo aquel que fuera al monasterio que servía de hogar a los monjes más antiguos de aquellas tierras.A diario se podía ver a importantes familias acudir a aquel lugar, no solo para saber que les deparaba el destino a sus familias, sino que muchos acudían para saber si las esposas y esposos que escogían para sus hijos eran compatibles, se podría decir que en las tierras del oriente eran muy creyentes en la fortuna, pero en especial en el destino, para estas personas todo estaba escrito, desde el día que nacían, y solo los monjes lo podían descifrar; para el líder del tigre blanco, no era la excepción, su matrimonio con Jade Renger fue obra del destino y él lo sabía, aunque su esposa que era extranjera se empecinara en decir que solo fue casualidad.Loan golpeo la puerta de madera maciza, sintiendo un escalofrió descender por
Los hermanos Zhao hacia más de un año que habían dejado su país, Shen Kun estaba en Chicago, no solo estudiando, también aprendiendo todo de su tío Wang, no era fácil para Shen digerir que el próximo tigre blanco seria su hermana, pero así estaba escrito, aun antes de que ellos nacieran, o al menos eso le había dicho su abuelo antes de morir, el viejo Sug había roto las reglas, se suponía que solo Loan podía acudir a los monjes y pedir que el destino del tigre blanco fuera revelado, pero Sug Zhao rompió esa ley y no queria llevarse el secreto a la tumba.— Abuelo, deja que mejor llame a mi padre. — pidió el joven de cabello rubio y ojos negros, al ver que el tiempo de su abuelo Sug estaba llegando a su fin.— No, Loan no sabe, nadie sabe lo que te voy a contar, será nuestro secreto. — Shen no pudo evitar sonreír, iba a extrañar esa complicidad que solo tenían con su abuelo, pues el mayor era el confidente de los tres jóvenes Zhao y viceversa.— Bien, dime. — dijo dándose por vencido.
Huang Lei veía fijamente el techo de su cuarto, no terminaba de comprender lo que había sucedido, o, mejor dicho, no queria comprenderlo, ¿cómo podía ser posible que Renzo Bach le hiciera semejante cosa? solo por un pequeño pleito de niños.Su mente recreo aquel día, o mejor dicho noche, ese primer y único encuentro que había tenido con el castaño.Habían llegado a Nueva York, se suponía que solo sería una pequeña parada para luego continuar su viaje a Chicago, aun siendo niños, sabían que lo que sucedería esa noche era importante para el mundo en general, pero más para las mafias, ya que cada clan existente estaba allí y solo eso explicaba el motivo por el que ellos estaban en la mansión Bach, sus enemigos jurados, pero solo porque así estaba escrito en los pergaminos, algo había sucedido muchos años atrás y se había establecido que los Bach nunca pisarían el país que manejaba el clan Zhao, sin embargo el tigre blanco había llegado no solo a los dominios de los Bach, sino que a la mi