Ante su sincronía, Dasha soltó una risita antes de caminar hacia Arioch.―Al parecer, no importa lo que suceda, al igual que yo, la Diosa está convencida de que… ――Recházame ―pidió Arioch girando su cabeza hacia otro lado ―No sé por qué te he vuelto a reconocer, pero, Dasha, no te merezco, y tú no mereces cargar con mis errores y mis culpas ―― ¿Cómo te atreves a pedirme eso? ―preguntó Dasha dolida ―Arioch ¡Somos compañeros! ¡La diosa nos ha vuelto a unir! ¡Nos dio otra oportunidad para hacer las cosas bien! ――Dasha, no podemos… ―― ¡Sí podemos! ―exclamó la loba ―Arioch, entre tú y yo, las cosas no son como se cuentan, hay tanto que nos debemos decir, tanto que explicarnos… ―― ¿Explicarnos? ―preguntó Arioch confundido―Sí ―asintió Dasha ―Por ejemplo, Arioch, dime la verdad, cuando te enteraste de que no podía concebir cachorros, tú… ¿Dejaste de amarme? ――Claro que no Dasha ―― ¿Alguna vez me traicionaste? ――Nunca ―respondió Arioch con un suspiro ―Dasha, yo jamás me atrevería a ha
― “¡Hola! Me llamo Argider” ―gruñó el lobo con alegría, aunque con tono suave y algo perezoso ― “Esta vez nadie se interpondrá entre nosotros y por fin seremos uno mismo, tal y como debió haber sido desde el principio” ―― “No lo creo Argider, hice cosas horribles en el pasado, creo que… Solo te han enviado a morir” ―― “Te equivocas, pues si bien Aníketos dijo que seríamos juzgados, dijo que nuestra muerte sería descartada como penitencia, dijo que, una vez que supiera toda la verdad, se elegiría el castigo pertinente, así que no te preocupes, estaremos bien” ―― “Eres… Demasiado optimista, ¿cierto?” ―― “Uno de los dos debe serlo, sin embargo, mis palabras son ciertas, pregúntale a Maoz” ―gruñó con un pequeño bostezo― “¿Estás cansado? ¿En serio? ¿No acabas de nacer?” ―― “Corrección, acabo de renacer, sin embargo, yo siento lo que tú sientes Arioch, los lobos somos uno con nuestra parte humana, no lo olvides” ―― “Eso es lo que he escuchado…” ―Al ver que el ceño fruncido de Arioch
―Así es cachorra ―respondió el segundo beta de Alastor ―Me dijo que, si ustedes dos decidían marcharse, mi padre y yo deberíamos quedarnos con su majestad, por lo que nos pidió que, por favor, llamaras a tus betas ―― ¿A dónde fueron? ―preguntó Anna curiosa―Papá les aseguró que éramos suficientes, así que les sugirió ir a pasear por el centro ―respondió Cole―Oh, bueno, si ese es el caso, creo que lo mejor será dejarlos disfrutar, Dante y yo tenemos a Lys ―dijo dirigiendo su mirada hacia el beta, el cual, seguía discutiendo con Dante ―Creo… ――Anna, ahora eres una princesa ―le recordó Dasha ―No puedes andar por ahí sin ningún tipo de protección, sobre todo, por cómo se encuentran las cosas ahora mismo en Arcadia ―― ¿A qué te refieres tía Dasha? ―preguntó Anna extrañada―A que aún no es seguro para ti ―respondió Dante, quien las había alcanzado a escuchar ―Aún no han capturado a todos los hombres de Arioch, sin mencionar aquellos que, según lo que descubrió el alfa, eran fieles segui
En medio de una horrible tormenta, sentada en el suelo de un refugio, una joven loba de cabello castaño y ojos color avellana, intentaba protegerse del frío con una delgada manta mientras observaba como, en una pequeña mesa de madera, su hermano jugaba al ajedrez con un atractivo joven de cabello oscuro y ojos dorados como el sol.Desde que lo había conocido, el tipo le había parecido pedante y sumamente molesto, pues este, se dedicaba a acosarla a diario, sin embargo, en ese momento, el joven no tenía ojos para nadie más, solo para el pequeño que se estremecía con cada trueno que resonaba en la distancia.―Tranquilo, ponte estos ―dijo el joven sacándose unos audífonos bluetooth de su bolsillo ―No sé si te guste el tipo de música que escucho, pero, creo que será mejor que los truenos ――Gracias… ―masculló el niño mientras se colocaba los audífonosSintiendo curiosidad porqué tipo de música escucharía aquel joven presumido, la castaña mantuvo sus ojos clavados en su hermano, el cual, s
Eran alrededor de las ocho de la mañana en la hermosa isla de Arcadia, donde sus habitantes, iban y venían por las calles de los diferentes distritos para cumplir con sus deberes diarios.Al igual que los civiles, en el sagrado palacio de Interlunio, todos sus habitantes habían comenzado a realizar sus tareas desde muy temprano, sobre todo, el ejército imperial, el cual, cumplía con su rutina diaria de entrenamientos y vigilancia, pues, tras el secuestro del rey, esta se había endurecido.Pese a que habían capturado al culpable, el paradero del rey era aún desconocido, por lo que, el palacio, se vigilaba incluso tras sus murallas.Los encargados de aquella tarea, eran los nuevos cadetes, los cuales, eran supervisados por los soldados más experimentados.― ¡Oye! ¡Damián! ―le gritó un joven de tez morena a un joven de cabello oscuro que tenía algunas mechas grises ―Deja de distraerte con las criadas, te meterás en problemas si Aidée te descubre ―― ¿Qué sucede? ¿Acaso te gusta la nueva?
Ante la decepción en los ojos de la mujer, Anna soltó un suave suspiro y negó con la cabeza lentamente.―Podría hacerle frente a Mikaela señora Aidée, pero le recuerdo que su excelencia no estaba muy de acuerdo con mi contratación, así que prefiero no causar problemas… ――Anya ―la llamó la mujer con un tono más suave―De verdad, no quiero causarle problemas señora Aidée ―dijo Anna acercándose a la mujer ―Usted ha sido muy amable conmigo, pero, me temo que, si hago frente a esas chicas, su excelencia podría enojarse con usted ――Oh, no, eso no importa Anya, las amantes de su excelencia son unas estúpidas, creen que teniendo su favor pueden terminar echándote del palacio y quedarse con tu puesto ―gruñó Aidée ―Las muy tontas, han trabajado aquí por años y desde que el joven Zeth volvió, jamás les ha dedicado una sola mirada ――Espere, ¿sus amantes? Pensé que su excelencia tenía una compañera ――Y la tiene, pero a su excelencia no le interesa ―dijo Aidée con decepción ―Prefiere tontear co
«Un mes atrás en Wolfsong»Temprano por la mañana en la manada de Loto de Luna, Anna salía de su armario con una sencilla chaqueta de algodón, la cual, su madre le había sugerido llevar, pues en el avión privado de Alastor, siempre solía hacer mucho frío.Al volver a su habitación, se encontró con Elizabeth, quien justo estaba cerrando una pequeña maleta de viaje, la cual, la propia loba le había llevado la tarde anterior.― ¿Llevas todo? ―preguntó Elizabeth sin mirarla―Sí Eli, llevo toda la ropa que me compraste para hacerme pasar por una omega de clima tropical ―Reprimiendo una risita, Elizabeth apoyó sus dos manos sobre la maleta que acababa de cerrar.― ¡No me hagas reír! ―exclamó ― ¡Sigo furiosa contigo! ―― ¿Podrías guardar tu ira hasta mi regreso? ―le preguntó Anna al mismo tiempo que la obligaba a girarse para poder verla ―Eli, tengo que ir, no puedo dejar a mi padre en manos de ese monstruo, además, es cuestión de tiempo para que venga a buscarme, lo mejor es que nos adelan
El camino hasta el hangar de Adriano fue largo y en silencio, nadie se atrevía a hablar, ni si quiera el joven Ares, quien aún no terminaba de entender la situación, por lo que, de vez en cuando, le echaba miradas a su madre y a su hermana, quien tenía un semblante preocupado. ― ¡Mira Anna! ―exclamó Ares emocionado ―Es el avión del abuelo ―dijo señalando la puerta abierta del hangar ― ¿Te habías subido antes? ―le preguntó Anna con curiosidad ―No, ¿nos sentamos juntos? ―preguntó el cachorro con emoción ―Claro que sí hermanito ―dijo Anna en un susurro antes de mirar a su madre, quien asintió lentamente mientras acariciaba su vientre Iva estaba nerviosa, pues volar en su estado no era la mejor opción, sin embargo, ella no quería perder ni un solo minuto más, pues su vínculo con Alastor se encontraba sumamente débil. Al llegar al hangar, tuvieron que esperar unos pocos minutos para que el piloto terminara de preparar todo lo necesario y confirmara el permiso de aterrizaje en G