Ante la decepción en los ojos de la mujer, Anna soltó un suave suspiro y negó con la cabeza lentamente.
―Podría hacerle frente a Mikaela señora Aidée, pero le recuerdo que su excelencia no estaba muy de acuerdo con mi contratación, así que prefiero no causar problemas… ―
―Anya ―la llamó la mujer con un tono más suave
―De verdad, no quiero causarle problemas señora Aidée ―dijo Anna acercándose a la mujer ―Usted ha sido muy amable conmigo, pero, me temo que, si hago frente a esas chicas, su excelencia podría enojarse con usted ―
―Oh, no, eso no importa Anya, las amantes de su excelencia son unas estúpidas, creen que teniendo su favor pueden terminar echándote del palacio y quedarse con tu puesto ―gruñó Aidée ―Las muy tontas, han trabajado aquí por años y desde que el joven Zeth volvió, jamás les ha dedicado una sola mirada ―
―Espere, ¿sus amantes? Pensé que su excelencia tenía una compañera ―
―Y la tiene, pero a su excelencia no le interesa ―dijo Aidée con decepción ―Prefiere tontear con las criadas o irse al distrito del placer ―
―Nunca lo he visto tontear con nadie… ―
―Su excelencia es discreto, ciertamente nadie lo ha visto, pero el sufrimiento de nuestra señora es muy real Anya, ella vive en un dolor constante, incluso, ha intentado quitarse la vida muchas veces por culpa de aquel sufrimiento ―
―Lo lamento, no tenía idea ―dijo Anna apenada ante el tono indignado de la mujer ― ¿Es por eso por lo que nunca la he visto en el palacio? ―
―Nuestra señora no vive aquí, no sé muy bien el por qué, pero se dice que es porque no pudo soportar ver el rostro de su excelencia tras haberle negado el rechazo ―
―Vaya, no lo sabía… ―
― ¿De dónde me dijiste que vienes? ―preguntó Aidée frunciendo el ceño ―Me cuesta creer que no sepas nada de lo que sucede en este palacio ―
―Provengo de Armería señora, pero, mis padres solían viajar mucho ―dijo Anna encogiéndose de hombros ―Sin embargo, al escuchar los rumores de que pronto tendríamos un nuevo rey, ambos decidieron venir a vivir a Arcadia ―
―Pues llegaron justo a tiempo, mi pobre hijo no ha podido entrar a la isla por el maldito estado de alarma ―dijo Aidée con pesar ―Aunque, si te soy sincera, me alegra que este estado sea porque se llevaron a nuestro rey ―
―Pero señora, ¿cómo puede decir eso? ―preguntó Anna fingiendo terror ante su declaración
―No me hagas mucho caso, pero, se dice que nuestro rey estaba siendo envenenado por su propio hermano, así que, sinceramente, me alegra que nuestro rey haya sido sacado del palacio, ese cuento de que Maoz perdiera la cordura hace diecisiete años, nadie se lo cree ―dijo Aidée frunciendo el ceño ―El único problema, es que nadie se atreve a desafiar a sus excelencias, así que, si me lo preguntas a mí, el hombre que se encuentra en la mazmorra prohibida no es nada más que un héroe ―
― ¿En la mazmorra prohibida? ―preguntó Anna con interés
Al darse cuenta de lo que había dicho, Aidée negó con la cabeza y se apresuró a empujar a la joven hacia los baños.
―Anda, ve a ducharte, apestas ―dijo Aidée ―Te traeré una toalla y un uniforme limpio ―
―Se lo agradezco señora ―dijo Anna dirigiéndose directamente a las duchas
Mientras se quitaba la ropa, Anna hacía todo lo posible para no vomitar, pues el olor de sus ropas comenzaba a provocarle arcadas.
―Debo recordar ir a limpiar ese baño si esas brujas van a seguir molestándome con eso ―dijo en un susurro mientras abría la llave del agua
“Cariño, perdóname por no haberte avisado antes, me entretuve con Aidée” ―le dijo a Dante por medio del enlace
“No te preocupes nena, ¿todo bien?”
“Más que bien, creo que ya descubrí dónde tienen a papá”
“¿De verdad? ¿¡Dónde está!?”
“Aidée dijo que, al hombre que había logrado sacar al rey del palacio, lo mantenían en la mazmorra prohibida”
“¿Te dijo dónde está?”
“No, en realidad, ella habló sin pensar”
“Está bien cariño, no te preocupes, buscaré información por mi cuenta, debo dejarte, te veré esta noche en la finca, ¿está bien?”
“Vale, te estaré esperando”
“Te amo Anna”
“Yo también te amo Dante”
Una vez que el enlace con su compañero terminó, Anna suspiró con tristeza.
Ocultar su relación había sido una tortura para ambos, sin embargo, justamente por eso, era por lo que había sido aceptada en el palacio.
Mientras que Arioch se mostraba reticente de aceptar nuevos empleados debido a la desaparición del rey, Mendel se mostraba ansioso por tener más juguetes, por lo que Aidée, se aprovechó de eso.
En el palacio, corrían los rumores de que Arioch Nicolaou y su guardián, Mendel, eran unos mujeriegos de primera.
Si bien durante su estancia en Interlunio, Anna jamás había sido testigo de aquello por parte de Arioch, tampoco era que tuviese muchas dudas.
Las criadas de aquel hombre, se creían las dueñas del lugar, se pavoneaban por los pasillos y apenas y cumplían con sus deberes, incluso, se las ingeniaban para que otros trabajadores hicieran sus tareas por ellas.
Aunque, según Aidée, aquello había cambiado recientemente tras el regreso de Zeth al palacio.
Según lo que se le había contado, todas las criadas del palacio comenzaron a trabajar arduamente para poder convertirse en la criada personal de Zeth, lo que, de alguna forma, las acercaría al futuro rey, pues según lo que se decía, él tomaría una compañera elegida para poder acelerar el proceso de su coronación, pues Arcadia, no podía seguir sin un rey.
Así que, según sus creencias, estar cerca de Zeth les daba más oportunidades para captar su atención para convertirse en aquella compañera y en la futura reina.
―Estúpidas ―murmuró Anna colocándose debajo del chorro
El hecho de que una completa desconocida saliera de la nada y se convirtiera en, no sólo la criada personal del futuro rey, sino que también en su favorita, había puesto furiosas a todas las jovencitas del palacio que se habían esforzado por tomar aquel lugar, por lo que, al ser rechazadas, ahora parecía que su única misión en su vida era la de hacer la de Anya una miseria.
― “Sólo vienes por tu padre, solo vienes a rescatarlo, no dejes que esas bromas te afecten” ―se decía una y otra vez cuando caía en una de sus trampas
Sin embargo, Anna tenía ya dos semanas en el palacio, lo que, combinado con el resto del tiempo que había estado planeando atraer la atención de Aidée, se convertía en un mes desde que había llegado a Arcadia, y tristemente, no había logrado descubrir absolutamente nada.
―Al menos ahora sé donde estás papá ―murmuró ―Resiste, te juro que te sacaré de aquí ―
Sin poder controlar más su llanto, Anna se dejó caer bajo el chorro de agua, abrazó sus rodillas y lloró desconsoladamente.
Desde que había logrado entrar al palacio, había intentado hablar con Alastor por medio del enlace, sin embargo, cada vez que estaba en el interior, su vínculo con él se debilitaba y no conseguía nada.
―Un mes ―murmuró Anna ―Un maldito mes ―
Decir el tiempo que había pasado desde que había abandonado su hogar, provocó que todos los recuerdos del día en que se había marchado de Loto de Luna volvieran a su mente.
«Un mes atrás en Wolfsong»Temprano por la mañana en la manada de Loto de Luna, Anna salía de su armario con una sencilla chaqueta de algodón, la cual, su madre le había sugerido llevar, pues en el avión privado de Alastor, siempre solía hacer mucho frío.Al volver a su habitación, se encontró con Elizabeth, quien justo estaba cerrando una pequeña maleta de viaje, la cual, la propia loba le había llevado la tarde anterior.― ¿Llevas todo? ―preguntó Elizabeth sin mirarla―Sí Eli, llevo toda la ropa que me compraste para hacerme pasar por una omega de clima tropical ―Reprimiendo una risita, Elizabeth apoyó sus dos manos sobre la maleta que acababa de cerrar.― ¡No me hagas reír! ―exclamó ― ¡Sigo furiosa contigo! ―― ¿Podrías guardar tu ira hasta mi regreso? ―le preguntó Anna al mismo tiempo que la obligaba a girarse para poder verla ―Eli, tengo que ir, no puedo dejar a mi padre en manos de ese monstruo, además, es cuestión de tiempo para que venga a buscarme, lo mejor es que nos adelan
El camino hasta el hangar de Adriano fue largo y en silencio, nadie se atrevía a hablar, ni si quiera el joven Ares, quien aún no terminaba de entender la situación, por lo que, de vez en cuando, le echaba miradas a su madre y a su hermana, quien tenía un semblante preocupado. ― ¡Mira Anna! ―exclamó Ares emocionado ―Es el avión del abuelo ―dijo señalando la puerta abierta del hangar ― ¿Te habías subido antes? ―le preguntó Anna con curiosidad ―No, ¿nos sentamos juntos? ―preguntó el cachorro con emoción ―Claro que sí hermanito ―dijo Anna en un susurro antes de mirar a su madre, quien asintió lentamente mientras acariciaba su vientre Iva estaba nerviosa, pues volar en su estado no era la mejor opción, sin embargo, ella no quería perder ni un solo minuto más, pues su vínculo con Alastor se encontraba sumamente débil. Al llegar al hangar, tuvieron que esperar unos pocos minutos para que el piloto terminara de preparar todo lo necesario y confirmara el permiso de aterrizaje en G
Al notar que su habitación y la de los chicos estaba separada por otras dos habitaciones más, Anna soltó una risita.―Se parece a la casa de invitados ―dijo Anna dirigiéndose a la puerta que le habían indicado―Tal vez el alfa se inspiró en este anexo ―dijo Dante abriendo la puerta para ella ―Sin embargo, es mucho más pequeño que la casa en Loto de Luna, ya que sólo cuenta con ocho habitaciones ――Entonces tal vez sí que se inspiró en esto ―dijo Anna corriendo hacia una ventana que tenía vista al mar ―Este lugar es hermoso ――Algún día te llevaré a recorrer el territorio, sé que te encantará ―dijo Dante abrazándola por detrás, lo que a ella le arrancó un suspiro ―El pueblo es muy alegre y la gente es amable, sin duda, tú y Ares lo disfrutarán ――Seguro que sí ―dijo Anna antes de estirarse entre sus brazos para poder abrir la ventana, permitiendo, que la brisa marina llenara el lugar, por lo que ambos, inspiraron profundamente―Huele a ti ―dijo Dante besando su mejilla ―Aunque tú huele
Ante las palabras de Armin, todos levantaron la cabeza de su respectivo archivo para poder ver al joven, el cual rodó los ojos al darse cuenta de que había sido malinterpretado.―Lo digo porque logró todo esto en sólo dos días ―dijo mostrándoles su propia carpeta―Conseguir y proteger información es su trabajo ―dijo Dante acercándose un poco más a Anna, quien leía detenidamente el archivo de Gael ― ¿Necesitas ayuda cariño? ――No amor, por lo que entendí, no estaremos juntos en Arcadia, al menos no hasta que ambos seamos aceptados en el palacio ―dijo la joven sin levantar la mirada de su documento―Sin embargo, yo sí que estaré a tu lado Anna, por lo que puedo ayudarte a memorizar la información de tus padres sin problema alguno ―dijo Ragnar acercándose a ella―Gracias Ragnar, me gusta cuando me dices Anna y no princesa ―dijo la joven sonriéndole al mismo tiempo que le tendía el documento de Emmet―Sabes que me cuesta mucho trabajo, fui preparado para tratarlos con respeto sin importar
― ¿Estás lista? ―le preguntó Dante a Anna, quien se aferraba a la barandilla de la proa del yateSin atreverse a decir nada, Anna asintió.Tras una hora de viaje, por fin estaban por llegar a Arcadia, lo único que tenían que hacer, era cruzar la barrera de protección, la cual, para el terror de Anna, estaba disfrazada como aguas turbulentas, las cuales, amenazaban con acabar con ellos si continuaban acercándose.―Sujétate fuerte cariño ―dijo Dante apresándola entre su cuerpo y la barandillaObediente, Anna se sujetó con fuerza justo cuando el yate se adentró en aquellas aguas tan peligrosas.Debido a la fuerte sacudida y al agua que logró mojarla, Anna no pudo evitar cerrar los ojos y soltar un grito aterrado, sin embargo, al sentir que el yate se estabilizaba prácticamente de inmediato, la joven abrió los ojos al instante.―Bienvenida a Arcadia ―dijo Dante sujetando su cintura con una mano―Esto… ¿¡Esto es Arcadia!? ―preguntó Anna con sorpresa al ver que, justo frente a sus ojos, una
Al ver como el general estaba distraído dando órdenes para preparar todo para el anclaje del yate, Zeth empujó a Anna y a Armin lejos de la vista del hombre.―Bajen por aquí, me encargaré de llevarles sus cosas después ――Pero, tío, no… ――Ahora Anna ―gruñó Zeth, provocando que la joven retrocediera ―Por favor sobrina ―pidió con un tono más dulceAsintiendo, Anna se apresuró a seguir a Armin en dirección al joven capitán, el cual, les hacía señas para que se acercaran.―Bajen por aquí princesa ―dijo John señalando el lado vacío del muelle ―Es un salto bastante alto, pero estarán bien, por otro lado, si el general Holt está aquí, sus hombres también, así que traten de evitarlos, suelen detener a los recién llegados ―― ¿Cómo los identificamos? ―preguntó Armin―Huelen a tierra mojada y a alcohol ――Muchas gracias, John ―dijo Anna antes de brincar por la borda del yate―Rápido, vamos ―dijo Armin tomándola del brazo para alejarla del lugar lo más rápido posibleAl salir de la zona privada
En silencio y con sus manos aún entrelazadas, Anna y Armin esperaron pacientemente la llegada de Sander, el hijo de Ragnar, sin embargo, los minutos pasaban, y lo único que ellos veían, eran autos y lobos que corrían por la autopista en una zona designada para ellos.― ¿Cómo lo reconoceremos? ―le preguntó Anna a su acompañante cuando, tras algunos minutos, la autopista quedó vacía―Ese no es nuestro deber, es el suyo ―dijo Armin quedamente, pues estaba concentrado en escuchar todo a su alrededor, manteniéndose en un estado de alerta―Pero Arman, él no tiene idea de cómo lucimos ―dijo Anna frunciendo el ceño―Tendremos que confiar en que fue avisado de eso Anya ―dijo Armin suspirando, sin embargo, al escuchar unas pisadas detrás de él, el joven lobo se puso de pie y escondió a Anna detrás de élAnte su actitud, un pequeño lobo de pelaje rubio y ojos dorados soltó un suave gruñido antes de volver a su forma humana.―Mis disculpas, no quería asustarlos, solo quería asegurarme de que fuer
Tragando el pequeño nudo que se había formado en su garganta, Sander asintió.―Sí ―murmuró con tristeza ―Esa fue la segunda vez que vi a mi padre con el corazón destrozado, la primera, fue con la muerte de mi madre… ―Ante el triste ambiente que comenzaba a apoderarse del lugar, Sander sacudió la cabeza y se dirigió a la puerta principal para dejar entrar a Anna y a Aren.―Estuve limpiando un poco durante la noche, tras la llamada del señor Elián, no pude conciliar el sueño, así que vine corriendo hasta este lugar ―dijo el joven señalando una escoba, una tina y una fregona.―Lamento que no hayas podido dormir Sander ―dijo Anna bajando del lomo de Aren ―Pero te agradezco que hayas limpiado para nosotros ―agregó con una sonrisa antes de dejar la ropa de Armin sobre el lomo del lobo―El baño está por ahí, justo el fondo ―dijo Sander señalándole el camino a Aren ―Eh… Señorita Anna, ¿disculpe? ―la llamó con timidez― ¿Sí? ―preguntó la joven, quien se había acercado a una pared para poder v