Cuatro años después...
*Narración por Jorge Smith.Mis pasos se detuvieron al percibir una silueta parada frente a mi puerta, mi vista se dirigió a los tacones y recorrí sus piernas largas hasta chocar con la minifalda, continué acercándome y sentí un poco de vergüenza al reconocerla, era ella, la que me excitaba algunas noches, pero este no era el lugar donde debíamos encontrarnos.-¡Jorge Smith! –Pronunció mi nombre y mi apellido en forma molesta. Me lo aseguró la expresión en su rostro.-Hola Teresa -Me dio igual, pensando que con algún coqueteo la podía calmar. Al introducir la llave por la cerradura la hice pasar. La invité a sentarse como lo hice yo en el sillón, pero ella solo trataba de romper el piso con su calzado de agujas y luego se paró frente a mí, con la mano en la cintura como si esperara una fotografía –Me sorprende verte- le dije y ella empezó a lanzar sus inquietantes quejas de forma interrogante.-¡¿Qué?! ¡¿Y ni siquiera te disculpas?! ¡¿Acaso olvidaste nuestra cita?!-La recordé hace segundos, pero ya nos pasamos de la hora, perdimos la reservación –expresé y su enojo aumentó cuando eso ella lo sabía.-¡¿Dónde estabas Jorge?! ¡¿Que tenías en tu cabeza que era más importante que yo?! ¡Te llamé y te escribí, pero apagaste tu teléfono!-Vengo de la oficina teresa, no pienses mal que lo único que hago es trabajar. El móvil se me descargó y…-¡¿Hasta la media noche?! –Exclamó ella interrumpiéndome- Eres el único loco que hace eso, los viernes todo el personal de la compañía sale a las cuatro de la tarde.-Tengo mis propios proyectos y te los he comentado, con ser un gerente de ventas no conseguiré la fortuna que deseo. Por eso tengo que terminar de llenar los requisitos para que me aprueben el crédito.-Eso es lo único que piensas, eres un obsesionado con el dinero. No te importó las dos horas que pasé en el restaurante con el objetivo de verte llegar, la hora y media en la peluquería y todo el tiempo que pasé arreglándome para ti.La ira la envolvió produciendo que sus ojos se le aguaran, me daba pesar, en realidad estaba bella. Y tenía razón, una mujer no debía arreglarse para nada.-Si quieres anda acostarte en la cama, ahorita voy para allá –dije y abrí la laptop para enviar el documento que se había quedado colgado por problemas con el internet.-¡¿Y todavía quieres que siga esperando por ti?! ¡Sexo y dinero es lo único que te interesa! ¡Sé que no me quieres Jorge!-¡La mal agradecida eres tú! ¡Cada vez que salgo contigo me dejas la cartera vacía! ¡A veces necesito también mi espacio y tiempo para ahorrar! –Exclamé. Me estaba haciendo molestar con sus caprichos.-¡Eres un tacaño egoísta! ¡Lo nuestro se acabó! ¡No quiero verte más!-Que pases buenas noches Teresa, nos vemos el lunes a primera hora –dije al verla irse cuando el digital marcaba la una del día sábado. No me dolió que sus intenciones eran terminar conmigo. Sabía que mi secretaria volvería a seducirme en la oficina. Aunque me preocupé un poco que se fuera a esa hora tomando cualquier taxi desconocido, ella jamás estaba en mi cabeza, entre nosotros no había amor.Arranqué mi auto en dirección a la carretera, aprovechaba mi día libre para visitar las tiendas de la ciudad cercana, como gerente de ventas, de eso se encargaba mi trabajo, ofrecer grandes cantidades de productos a empresas mayorista, pero mis intenciones no solo eran hacerle dinero a la compañía ‘‘SanforCar’’ de la ciudad de New York. El proyecto de en mente era lo que me traería fortuna.Mientras conducía por la vía poco transitada saqué mi celular para verificar mi bandeja de entrada y el resultado no fue lo que esperaba, era obvio que no iba a tener una respuesta tan pronto, cuando los bancos jamás trabajaban los fines de semana.Al leer la mensajería preferí hacer una llamada.-Ricardo, ayer mandé la solicitud, en esta semana me deberían dar respuesta –le hablé a mi cuñado a través de la línea telefónica.-Estoy contando con eso, sabes que sigo sin empleo esperando para trabajar contigo. ¿Crees que sea seguro?-Por supuesto, en lo que me depositen el dinero empezamos. Ellos al revisarlo verán que tengo un movimiento de cuenta superior y ese es el requisito –le respondí al que escogí para que fuese mi socio.Mantuve el teléfono en la oreja para seguir escuchando comentarios que él me hacía de su familia cuando una corneta me pegó fuertemente en la oreja que me hizo impresionar…Aceleré para evitar que me chocara mientras miraba hacia atrás para reconocer el rostro del sujeto que me estaba molestando y cuando volteé hacia el frente ya era tarde. Un fuerte golpe se produjo hacia una persona que se me atravesó derribándola en el pavimento…Los nervios recorrieron todo mi cuerpo que me hizo temblar. Mis frenos solo dieron una pausa hasta que presioné la chola desesperadamente tratando de huir cuando un gran murmullo de autos atormentaba mis sentidos intentando que me regresara. ‘‘Si se acabó la vida para esa persona no tiene que acabarse para mí’’-dije mentalmente antes de que el volante se me saliera de control, una rueda peló un hombrillo cayéndome hacia un farallón.Quizá un árbol detuvo la carrocería impidiendo que mis signos vitales cesaran en ese momento. Aun mi corazón latía, pero no podía moverme, mis huesos me dolían y la sangre se derramaba por las fisuras de varias heridas en mi cuerpo. Al rato oí el sonido de la ambulancia. -‘‘Probablemente moriré solo, sin fortuna, sin mujer y sin familia’’ –decía en mis pensamientos hasta quedar completamente inconsciente. *****Narración por Andrea.Mi cuerpo subía y bajaba, movía mis extremidades al ritmo de la música suave, bailar era mi pasión y sobre todo si podía impartir mis conocimientos.-Así es muchachas. Con pasos coordinados –Minutos más tarde todas frenamos en una pose al terminar la canción- ¡Nos vemos la próxima semana!-Es bonito lo que haces Andrea –Me dijo mi amiga que subió a buscarme para ir a tomar unos helados- Deberías dar clases también a niñas pequeñas, así doblarías tu sueldo.-Eso lo sé Estefany, pero sabes que se me dificulta el control del grupo. No me gusta tratar a edades menos de diez –Le aclaré mientras bajábamos las escaleras.-Odias a los niños, es lo que siempre me dices. Tener hijos es hermoso, lo entenderás cuando salgas embarazada.-Un día estuve en estado, pero lo perdí.-Ay, lo siento –Expresó mi amiga a manera de compasión.-No importa, estoy bien así. Mi pareja y yo decidimos cuidarnos para siempre.-De igual forma, me preocupo por tu situación, sé que en ese trabajo que tienes no ganas mucho. Deberías ejercer tu carrera.-Estefany, entiende que no necesito trabajar. Armando gana lo suficiente para mantenernos –dije en modo de orgullo.-Me alegro por ti, es bueno tener a alguien que te apoye. Yo como madre soltera tengo que seguir adelante con Alís.Aunque ella era la que había invitado, me ofrecí a pagar los helados. Y mientras lo degustábamos continuamos nuestra conversación.-Te había invitado para la fiesta de cumpleaños de mi hija, pero no se la voy a celebrar.-¿Y eso? –La miré extrañada.-No tengo dinero, gasté mis ahorros en comida –me dijo Estefany melancólica.-Tranquila, que te puedo ayudar, aquí tengo la tarjeta de crédito de mi marido –Expresé una gran sonrisa al mostrársela.-Andrea, no deberías, además no quiero deber nada –me dijo con un poco de pena.-No esperaré a que me lo pagues, de igual forma no soy quien se suda ese dinero –aclaré.-Ok, te lo agradezco. Solo haremos una pequeña celebración.-¡Vamos de compras! –dije saliendo de la heladería.Me quedé el fin de semana con Estefany ayudándola con los preparativos, hasta al otro día después de la fiesta, a las cinco de la mañana del día lunes, intuyendo que debía regresar a mi apartamento.Al entrar me extrañé de ver la sala desordenada, sentí un poco de miedo, y me llegaron varios pensamientos a la cabeza...-Armando habrá llegado de su gira deportista. ¿Vino con amigos e hizo una fiesta? –Me pregunté mentalmente y al ver una cartera roja en el mueble, me dirigí apresuradamente a la habitación. No era mía y no era usual en mi marido, traerme obsequios destapados y dejarlos regados.Empujé la puerta con agresividad y percibí una escena que me dolió en el alma. Armando estaba acostado de medio lado en la cama hurgando su celular, pero no estaba solo, unos cabellos rubios reposaban sobre su pecho.-¡Armando que es esto! -Exclamé con toda la ira que estaba sintiendo.-¡Andrea, estás aquí! Creí que habías viajado para una gira de danza -dijo un poco nervioso, al no hallar donde meterse.-Te dije que mis alumnos irían a esa presentación, no yo ¡Jamás escuchas lo que digo!-¡Eso había entendido¡ ¡Que no regresarías hasta el miércoles! –dijo él con una gran molestia, como si no estuviese pisando mi casa e interrumpiera algo importante.-¡¿Para que deseabas que estuviera de viaje?! ¿¡Para montarme
*Narración por Jorge Smith.Moví las piernas desesperadamente y extendí bruscamente el brazo derecho.-¡Ay! –Grité arrugando totalmente la cara del dolor.-Cuidado, no lo muevas –me dijo la enfermera mientras me vendaba el brazo y trataba de inmovilizarlo. Lo presionó contra mi pecho. –debes mantenerlo así.-¿Durante cuánto tiempo? –Pregunté imaginado que su respuesta sería tras unos minutos mientras realizaban alguna terapia.-Tres meses, más o menos.-¿Qué? ¡Eso es imposible! ¿Cómo voy a trabajar así? ¿Manejar el teclado de la computadora? ¿Atender a mis clientes?-No podrás, por ello te mandarán reposo.-¡Esto no puede estar sucediendo! Jamás pararé mis acciones laborales. Usaré el brazo izquierdo si es necesario –Lo pensé como opción, entendía que mi hueso estaba roto y el desespero me hacía actuar como un niño.-Puedes irte -Me dijo el doctor luego de firmar la orden dándome de alta.Fue un alivio. Era lo mejor que me había pasado luego de tres días internado en ese hospital, me
No sabía qué hacía allí, lo que sucedía a mi alrededor no era de mi interés. Quizá solo llegué para recibir un abrazo de la mujer que me trajo al mundo. Necesitaba empatía por lo que me estaba pasando, aunque esas personas también se veían llenas de problemas.La vi, acaricié su mejilla y rodeé su cuerpo con mis brazos. Sentí cariño, a pesar de que ambas estábamos vestidas de negro.-Llegaste tarde Andrea, ya lo enterraron.-¡Mamá! –Arrugué mi entrecejo con expresión de molestia- Tomé un vuelo lo más rápido que encontré. Además, no entiendo por qué estás tan triste, para ti era una familia lejana.-El tío de tu padre venía siendo tío tuyo también. Te quería y te consentía cuando eras pequeña.-De grande lo odié. Me negó un puesto de trabajo en su empresa –dije con la imagen de mi pasado en la cabeza.-No fue por mal Andrea, tu padre se lo ordenó, quería que siguieras estudiando.-De igual modo, mi vuelo sale mañana, vine a compartir contigo y a contarte lo deprimente que está mi vida
-Buenas tardes, ¿puedo pasar? –Dije de manera interrogante, aunque mis intenciones no eran pedir permiso, solo que me abrieran con rapidez.-¿Qué desea? ¿A quién busca?Al escuchar las inquietudes del portero eché un vistazo hacia toda la mansión, se veían pocos carros en el estacionamiento y escasas personas en las afueras, comprendí el hermetismo del lugar, no era un sitio público que cualquiera pudiese entrar con facilidad. -La señora Trinidad ¿Se encuentra? –Rogaba que mi madre estuviese ahí, no se me ocurría otro nombre que me sirviera de excusa para justificar mi presencia. Era mi esperanza.-Aquí no vive, creí escuchar ese nombre, pudo haber sido una de las visitantes del velorio, dudo que se encuentre. Puede ubicarla en la iglesia a las seis, aquí se suspendieron todas las misas para evitar disturbios entre los familiares.Con poco interés a lo que me estaba diciendo sabía que debía manifestar mi realidad.-Necesito pasar, dejé algo importante y debo buscarlo.-Lo lamento, no
*Narración por Jorge Smith.Mi cuerpo temblaba por el frío de la desesperación, estaba parado, inmóvil, con el brazo izquierdo enyesado y un gran dolor en la pierna derecha. El tiempo que había trascurrido no estaba en mi conocimiento, despojado de todas mis pertenencias solo divisaba a varios policías al otro lado de las rejas.-¡Por lo menos díganme por qué estoy detenido! –Grité, tan fuerte para que pudiesen escucharme, el del uniforme solo me miró con cara de repulsión como si fuese un maniático descabellado, siguió de largo, sin prestarme la más mínima atención… Logré sentarme, en el duro metal que aplastaba mi trasero, al parecer era la supuesta cama para aquellos que no tienen derecho a la vida, ni mucho menos a las comodidades. -¡Tengo hambre! –Volví a alzar la voz para que alguien escuchara mis suplicas, el estómago me rujía fuertemente, yo siendo de contextura gruesa había acostumbrado a alimentarlo cada tres horas y sentía que me había saltados dos platos de comida.-¡¿Qui
*Narración por Andrea.-Mamá, ¿estás segura de que aquí se encuentra?-Por supuesto, es sitio correcto donde lo envió tu primo –Me respondió mi madre al llegar al orfanato, una casa grande de tres plantas.-¿Hablarás tú? -Pregunté con un poco de inseguridad.-Para nada, es tu hijo y debe ser creíble, actúa como te expliqué.Con un poco de nervios, suspiré para relajarme y montar la escena que estuve practicando en todo el trayecto.-Buenas, ¿que desean? –Preguntó una señora que nos abrió la puerta.-Señora, necesito ver a mi hijo, lo trajeron aquí por error –A pesar de no ser buena actriz logré soltar lágrimas.-Pasen, dígame ¿Cuál es el nombre del niño? –Preguntó cuándo nos adentramos a la sala principal y vimos a varios chiquillos correteando.-Su nombre es… -Dije pelándole los ojos a mi madre para que me ayudara a dar con la respuesta.-David Valderrama –Respondió enseguida.-¿Está segura? – La señora mostró un poco de desconfianza. Capítulo 7Tú lo conoces más que yo, revisa si a
Mi cuerpo parecía reposar en el cómodo sillón de la sala con las piernas estiradas, pero mi mente no estaba ahí, permanecía en un recuerdo de horas atrás…Su piel medio morena le da el toque de ser una belleza latina, la tonificación de su cuerpo da la impresión de que sigue bailando, su rostro perfilado me recuerda al día en que la conocí y los buenos momentos que pasé con ella, pero que quedaron en el pasado. Lamentablemente…-Si Jorge va a pasar unos días con nosotros al menos exígele que se bañe, se la pasa abrazando a los niños.-¿Quieres que deje de manifestar el cariño que le tengo a mis sobrinos? –dije al escuchar las quejas de mi cuñado.-Ponte cómodo, échate un baño y cámbiate de ropa –opinó mi hermana desde la cocina.-Estoy bien cómodo ahora y cenaré también en este sillón –Expresé.-Por qué no te vas a tu apartamento ¿estás aquí para que mi hermana te atienda?-Por supuesto, son la única familia que tengo y deberías compadecerte de mi situación. No puedo creer que me esté
-Cuando dijiste ‘‘apartamento’’ me imaginé algo más decente. ¿Vives solo y no puedes limpiar un poco? –Interrogué al llegar a la vivienda de mi pareja ficticia, varios zapatos tirados en la sala, el suelo sucio y la cocina desordenada es lo que me recibió.-No creas que soy un hombre descuidado, solo que por mi incapacidad me cuesta tener todo en orden, -respondió Jorge apartando unas bolsas del mueble para sentarse.-¿Y que te pasó en el brazo? –Pregunté mirando que aún seguía enyesado.-Una fractura, ¿no es obvio?-¡Eres tan repugnante! -Me enojé, no me daba ninguna explicación sobre nada- Un hombre misterioso, ni siquiera te conozco y tengo que vivir contigo.-Puedes irte si quieres, el niño se queda conmigo. Cobraré solo la herencia.Aumentó mi molestia por su soberbia.-Tengo que soportarte, no me queda de otra, al menos háblame de ti, ¿trabajas? ¿A qué te dedicas?-Soy un hombre de negocios y necesito invertir, por eso es que busco dinero.-¿Qué tipo de negocios? ¿Buenos? ¿Malos