-Cuando dijiste ‘‘apartamento’’ me imaginé algo más decente. ¿Vives solo y no puedes limpiar un poco? –Interrogué al llegar a la vivienda de mi pareja ficticia, varios zapatos tirados en la sala, el suelo sucio y la cocina desordenada es lo que me recibió.-No creas que soy un hombre descuidado, solo que por mi incapacidad me cuesta tener todo en orden, -respondió Jorge apartando unas bolsas del mueble para sentarse.-¿Y que te pasó en el brazo? –Pregunté mirando que aún seguía enyesado.-Una fractura, ¿no es obvio?-¡Eres tan repugnante! -Me enojé, no me daba ninguna explicación sobre nada- Un hombre misterioso, ni siquiera te conozco y tengo que vivir contigo.-Puedes irte si quieres, el niño se queda conmigo. Cobraré solo la herencia.Aumentó mi molestia por su soberbia.-Tengo que soportarte, no me queda de otra, al menos háblame de ti, ¿trabajas? ¿A qué te dedicas?-Soy un hombre de negocios y necesito invertir, por eso es que busco dinero.-¿Qué tipo de negocios? ¿Buenos? ¿Malos
-¡No, no, no, no puede ser! -Exclamé al salir de la mansión de los Valderrama- ¿El dinero fraccionado y hay que presentar facturas de lo que compremos? -¡Maldición, esto no es lo que esperaba! –Expresó Jorge lleno de cólera.-Pero yo debo regresar a mi pueblo, tener una vida, ¿cuánto tiempo deberé andar detrás de ti solo para que piensen que soy tu mujer?-¡Seis meses, no lo escuchaste! –Me dijo Jorge en voz alta- el problema es que necesito el dinero lo más pronto posible, ojalá nos den una buena cantidad al final de mes. ¿Tienes para el taxi? No cargo efectivo.-¿Y para dónde vamos? –Pregunté, cuando las lágrimas querían salir.-Al apartamento, ¿o querías comprar algo en el super mercado?Fruncí el ceño.-¿Contigo? A ninguna parte, pensaba tomar el dinero y agarrar el vuelo a mi pueblo hoy mismo –expresé.-Las cosas no salieron como esperábamos, los planes cambiaron. -Bueno cambiaran los planes, no puedo vivir contigo y fingir que no te tengo ningún rencor.-¿Y qué piensas hacer?
Mi dedo índice empujó el interruptor del apartamento para hacerlo timbrar, a los pocos minutos la puerta se abrió y entre bostezos y con los ojos casi entre abiertos divisé la cara de espanto del padre del niño.-¡¿Dónde estabas?! –Preguntó Jorge con voz fuerte.-Déjame pasar, que vengo cansada –Medio empujé su cuerpo y me dirigí a la sala para retirarme las sandalias. Eran altas y los pies me dolían, me las había puesto para presumir ser una chica elegante en la reunión de esa mañana.-¡Te pregunté! ¿¡Dónde andabas?! –Insistió con su interrogatorio furiosamente.-¿¡Y eso qué te importa!? –Refunfuñé- Alégrate de que al menos estoy aquí.-¡Tu presencia no me contenta porque veo que no sirves para nada! ¡Al menos cumple con tus responsabilidades y cuida del niño!-Ese pequeño… -Coloqué una cara de repulsión-. ¿Qué te costó cuidarlo mientras visitaba a mi madre?-¡¿Y yo te di permiso para que anduvieras paseando?!-¡Deja de gritarme! –Coloqué ambas manos sobre mis oídos –A ti no te teng
Abrí la puerta lentamente, estaba dispuesto a evadir el tema cuando Andrea lo mencionara, sí podría, ella me creería cuando le comentara que aplazaríamos las compras por falta de tiempo. Entré, David que jugaba en la alfombra de la sala me miró levantando su carrito para mostrármelo. Sin prestarle atención, cambié la vista hacia la cocina, al acercarme bajé la llama de la estufa que hervía un chocolate caliente, el aroma me cautivó, no resistí en servirme una taza y acompañarlo con pan. Degusté sorprendido, no sabía que Andrea pudiese cocinar tan bien. Estaba dispuesto a ser amable con ella, para que sacara su arte culinario encerrado y que me perdonara por haber gastado todo el dinero. ¿Dónde estará? Me pregunté dirigiéndome a la habitación. Quizá se está arreglando, decidí empujar la puerta entre abierta, no me sorprendería toparme con un cuerpo semi desnudo que lo más seguro es que había visto antes.-Andreaaa.-¡Ay! –Aquella mujer se cubrió con el paño la parte del sostén que ex
*Narración por Jorge Smith.El teléfono cayó hacia el piso empujado por mi brazo, estaba harto de mirar las redes sociales cuando no hallaba más nada que hacer, faltaban dos meses para culminar mi reposo y ya no aguantaba estar en casa todo el día. Quería trabajar, deseaba estar ocupado, pero mi brazo izquierdo inmóvil me delataba como un hombre imposibilitado.Levanté mi cuerpo y salí de la habitación, el total silencio me recibió en el pasillo, produjo que bostezara. –¿Dónde estará Andrea? -Pregunté imaginando que había salido de casa como siempre, era su costumbre, detestaba estar cerca de mí e inventaba cualquier excusa para alejarse.Un murmullo en el cuarto produjo que me asomara.Estaba ella sobre la cama, sentada, el pijama se percibía sobre la sábana, abrazando a David, ambos miraban una especie de video en un teléfono horizontalmente y reían, mientras yo bostezaba de aburrimiento.-Andrea, ¿cómo estás? –Pregunté dando unos pasos al interior de su cuarto.-Igual que siempre,
El inicio de mi primer trabajo oficial, entré sola por la puerta, Jorge había aceptado el consejo que le dieron, debía esperar a quitarse el yeso, además de llevar un certificado indicando que estaba apto para trabajar.El aroma a café llegó a mis fosas nasales cuando me lo serví, de haber sabido cual era mi oficina lo hubiese consumido en aquel lugar y evitar que me reclamaran.-¡Llegas tarde! –Expresó mi tía y nueva jefa.-Son las siete y cinco –dije observando la hora en mi celular.-La entrada es a las siete -reclamó como si no lo supiera.-Entré a la hora, llevo cinco minutos aquí –discutí.-No me reproches que el personal debe estar quince minutos antes.-Hubieses mencionado entonces que la entrada era a las seis y cuarenta y cinco –Ser contestona era un defecto que tenía de niña y me acompañaba en mis veinticinco.-Te dejaré pasar, ya sabes para la próxima –Me habló en tono grotesco. Remiré los ojos y eso hizo que se enojara-. Yo no fui la que te contraté, de ser así ya te hubi
-Si despediste a la niñera, al menos hazte cargo de David por ti misma- Escuché de la voz de Jorge hablando fuerte a las afueras de mi cuarto.Me paré y abrí la puerta, tomé al niño del brazo para atraerlo adentro y luego con la cara más seria que pude colocar, miré el rostro de Jorge.-¿Y tú, tan machista eres que tampoco puedes atenderlo? –Expresé.-¿Yo? Tengo cosas importantes que hacer. Tú eres la madre, al menos has algo que valga la pena.-Como si yo no hubiese estado todo el día trabajando y solo por andar haciéndote caso –dije enojada.-Agradece que tienes un empleo, a cualquiera no le sale una vacante tan fácilmente. -¡Te aseguré que yo no quería trabajar! –dije indignada.-No es cualquier empresa Andrea, es nuestra oportunidad de averiguar todo sobre esa familia Valderrama.El seguía con esa insistencia, yo lo que quería era tomar la herencia e irme de esa ciudad, pero la ambición de Jorge le hacía intuir que existía algo más que se nos ocultaba. Yo no estaba de acuerdo con
-Cálmate Andrea, a lo mejor no fue nada grave –me decía a mí misma para tranquilizar mis piernas que no dejaban de moverse por mi desespero. La sala de espera estaba tranquila, pocas personas desplazándose de un lado hacia el otro, los vellos de mis brazos se erizaban causado por el frio inmenso del aire acondicionado. La chaqueta que me pudo haber calentado reposaba en el closet cuando más la necesitaba, olvidé tomarla por lo rápido que salí, solo una pequeña manta cubría a David, él dormía recostado sobre mi cuerpo.Había caído la noche, me lo recordaba la luna saludándome a través de la ventana, ahí la miraba, sin el control de cuantos minutos habían pasado, lo sentía como una eternidad debido a mi impaciencia por saber sobre la salud de Jorge. Según ya le habían hecho el tratamiento correcto, lo supe por información de la enfermera, pero no me dejaban pasar, estaba prohibido que los niños sanos entraran a las salas de emergencia y nadie me acompañaba para vigilármelo por un momen