Abrí la puerta lentamente, estaba dispuesto a evadir el tema cuando Andrea lo mencionara, sí podría, ella me creería cuando le comentara que aplazaríamos las compras por falta de tiempo. Entré, David que jugaba en la alfombra de la sala me miró levantando su carrito para mostrármelo. Sin prestarle atención, cambié la vista hacia la cocina, al acercarme bajé la llama de la estufa que hervía un chocolate caliente, el aroma me cautivó, no resistí en servirme una taza y acompañarlo con pan. Degusté sorprendido, no sabía que Andrea pudiese cocinar tan bien. Estaba dispuesto a ser amable con ella, para que sacara su arte culinario encerrado y que me perdonara por haber gastado todo el dinero. ¿Dónde estará? Me pregunté dirigiéndome a la habitación. Quizá se está arreglando, decidí empujar la puerta entre abierta, no me sorprendería toparme con un cuerpo semi desnudo que lo más seguro es que había visto antes.-Andreaaa.-¡Ay! –Aquella mujer se cubrió con el paño la parte del sostén que ex
*Narración por Jorge Smith.El teléfono cayó hacia el piso empujado por mi brazo, estaba harto de mirar las redes sociales cuando no hallaba más nada que hacer, faltaban dos meses para culminar mi reposo y ya no aguantaba estar en casa todo el día. Quería trabajar, deseaba estar ocupado, pero mi brazo izquierdo inmóvil me delataba como un hombre imposibilitado.Levanté mi cuerpo y salí de la habitación, el total silencio me recibió en el pasillo, produjo que bostezara. –¿Dónde estará Andrea? -Pregunté imaginando que había salido de casa como siempre, era su costumbre, detestaba estar cerca de mí e inventaba cualquier excusa para alejarse.Un murmullo en el cuarto produjo que me asomara.Estaba ella sobre la cama, sentada, el pijama se percibía sobre la sábana, abrazando a David, ambos miraban una especie de video en un teléfono horizontalmente y reían, mientras yo bostezaba de aburrimiento.-Andrea, ¿cómo estás? –Pregunté dando unos pasos al interior de su cuarto.-Igual que siempre,
El inicio de mi primer trabajo oficial, entré sola por la puerta, Jorge había aceptado el consejo que le dieron, debía esperar a quitarse el yeso, además de llevar un certificado indicando que estaba apto para trabajar.El aroma a café llegó a mis fosas nasales cuando me lo serví, de haber sabido cual era mi oficina lo hubiese consumido en aquel lugar y evitar que me reclamaran.-¡Llegas tarde! –Expresó mi tía y nueva jefa.-Son las siete y cinco –dije observando la hora en mi celular.-La entrada es a las siete -reclamó como si no lo supiera.-Entré a la hora, llevo cinco minutos aquí –discutí.-No me reproches que el personal debe estar quince minutos antes.-Hubieses mencionado entonces que la entrada era a las seis y cuarenta y cinco –Ser contestona era un defecto que tenía de niña y me acompañaba en mis veinticinco.-Te dejaré pasar, ya sabes para la próxima –Me habló en tono grotesco. Remiré los ojos y eso hizo que se enojara-. Yo no fui la que te contraté, de ser así ya te hubi
-Si despediste a la niñera, al menos hazte cargo de David por ti misma- Escuché de la voz de Jorge hablando fuerte a las afueras de mi cuarto.Me paré y abrí la puerta, tomé al niño del brazo para atraerlo adentro y luego con la cara más seria que pude colocar, miré el rostro de Jorge.-¿Y tú, tan machista eres que tampoco puedes atenderlo? –Expresé.-¿Yo? Tengo cosas importantes que hacer. Tú eres la madre, al menos has algo que valga la pena.-Como si yo no hubiese estado todo el día trabajando y solo por andar haciéndote caso –dije enojada.-Agradece que tienes un empleo, a cualquiera no le sale una vacante tan fácilmente. -¡Te aseguré que yo no quería trabajar! –dije indignada.-No es cualquier empresa Andrea, es nuestra oportunidad de averiguar todo sobre esa familia Valderrama.El seguía con esa insistencia, yo lo que quería era tomar la herencia e irme de esa ciudad, pero la ambición de Jorge le hacía intuir que existía algo más que se nos ocultaba. Yo no estaba de acuerdo con
-Cálmate Andrea, a lo mejor no fue nada grave –me decía a mí misma para tranquilizar mis piernas que no dejaban de moverse por mi desespero. La sala de espera estaba tranquila, pocas personas desplazándose de un lado hacia el otro, los vellos de mis brazos se erizaban causado por el frio inmenso del aire acondicionado. La chaqueta que me pudo haber calentado reposaba en el closet cuando más la necesitaba, olvidé tomarla por lo rápido que salí, solo una pequeña manta cubría a David, él dormía recostado sobre mi cuerpo.Había caído la noche, me lo recordaba la luna saludándome a través de la ventana, ahí la miraba, sin el control de cuantos minutos habían pasado, lo sentía como una eternidad debido a mi impaciencia por saber sobre la salud de Jorge. Según ya le habían hecho el tratamiento correcto, lo supe por información de la enfermera, pero no me dejaban pasar, estaba prohibido que los niños sanos entraran a las salas de emergencia y nadie me acompañaba para vigilármelo por un momen
*Narración por Jorge Smith.-No tengo todo el día, debo instalarme –le dije a la chica de mantenimiento al verla mojar el piso con el trapeador. Apurándola para que se retirara, estaba impaciente por empezar en mi nueva oficina, y no era en el edificio de Sanfor Car, en mi antiguo trabajo seguía de reposo y aprovecharía la oportunidad de comenzar en la empresa de la familia Valderrama.Apoyé mi trasero sobre la silla nueva, debido a mi orden le quitaron el plástico, exigí que no merecía algo usado, yo tenía Valor, era el padre del heredero y me merecía respeto.-Aquí está su café señor.-Gracias –Le hice señas a mi nueva asistente para que me lo colocara en el escritorio. Cierra la puerta por favor.Me encontraba entretenido encendiendo el computador, cuando un fuerte sonido me impresionó –¿Por qué la tiras? –Refiriéndome a la puerta- deja la agresividad.-Esto no es lo que esperaba Jorge, ¿ser tu asistente? Yo deseaba un mejor cargo.-¿Qué más podías ser Andrea? ¿Jefa de un departame
*Narración por Jorge Smith.-Me alegro de que hallas aceptado una salida conmigo, por fin –dije mirando los lindos ojos de Andrea, eran color miel y se volvían amarillos al reflejar la luz del sol a sus pupilas. Permanecíamos sentados una tarde alrededor de una pequeña mesa redonda. El sitio de comida rápida era abierto permitiendo refrescarnos con el vaivén de la brisa natural. -Lo hice por David, para sacarlo a pasear –dijo ella mirando al pequeño a nuestro lado jugar con su Tablet.-Una oportunidad para conocernos más –Toqué su mano derecha.-No le veo el sentido –hizo una expresión complicada alejando su brazo.-¿Aun me odias? ¿Me tienes rencor por lo que pasó con nosotros hace cinco años? –Interrogué con la esperanza de que la respuesta fuese negativa.-¿Por haberme embarazado y dejado? No, ya lo superé. Lo que importa es el momento.-‘‘Perfecto’’ –dije mentalmente, estaba esperando a que le pasara el odio hacia mí para proceder a conquistarla, en realidad ella me atraía bastant
Mis manos sudaban mientras esperaba que el doctor regresara del laboratorio, nerviosa e impaciente por saber el resultado. Al abrirse la puerta mi corazón latió rápidamente de los miedos, crucé los dedos con el deseo de que mi menstruación atrasada solo era producto de un simple problema ovárico.Miré al doctor entrar a su consultorio y sentarse nuevamente frente a mí, no alcancé a detallar las escrituras de los papeles colocados sobre el escritorio. Seguidamente miré su rostro tratando de descifrar por mí misma la respuesta. Colocó una sonrisa de felicidad al encontrarse con mi mirada.-¿Qué sucede? -Pregunté con preocupación.-¡Felicidades! ¡Estás embarazada! –expresó alegremente.-¿Y por qué sonríes? ¡Es una tragedia! –Exclamé horrorizada.Acaricié bruscamente mis cabellos con las dos manos y las bajé hasta mi estómago sosteniendo el remolino interno que se me formó ahí por la noticia.-No es ninguna tragedia, el niño viene bien y tienes edad para criarlo –aconsejó el doctor.-¡Soy