Mis manos sudaban mientras esperaba que el doctor regresara del laboratorio, nerviosa e impaciente por saber el resultado. Al abrirse la puerta mi corazón latió rápidamente de los miedos, crucé los dedos con el deseo de que mi menstruación atrasada solo era producto de un simple problema ovárico.
Miré al doctor entrar a su consultorio y sentarse nuevamente frente a mí, no alcancé a detallar las escrituras de los papeles colocados sobre el escritorio. Seguidamente miré su rostro tratando de descifrar por mí misma la respuesta. Colocó una sonrisa de felicidad al encontrarse con mi mirada.-¿Qué sucede? -Pregunté con preocupación.-¡Felicidades! ¡Estás embarazada! –expresó alegremente.-¿Y por qué sonríes? ¡Es una tragedia! –Exclamé horrorizada.Acaricié bruscamente mis cabellos con las dos manos y las bajé hasta mi estómago sosteniendo el remolino interno que se me formó ahí por la noticia.-No es ninguna tragedia, el niño viene bien y tienes edad para criarlo –aconsejó el doctor.-¡Soy una chica de diecinueve años que ni siquiera ha terminado la universidad! Además de que odio a los niños y ser madre jamás ha sido mi deseo –Hablé alterada.-Pues ese no es mi problema, debió de haberlo pensado antes y usar protección –El doctor se molestó- Ahora váyase que la consulta ha terminado.-No me corra que yo le pagué para que me atendiera –dije regañadientes. Debería ayudarme a buscar una solución –expresé con nerviosismo- Un aborto, puede realizarme un aborto ahora mismo.-Váyase a otro lado que yo no seré el causante de ese delito. Además, esas prácticas suelen ser muy costosas en este país, y le aconsejo que no lo practique en su casa si no quiere morir en el intento.Salí de la sala de ginecología con un dolor de cabeza tan grande parecido a un volcán en llamas. Al sentir mi cuerpo temblar del nerviosismo tomé una pastilla y respiré profundo intentando calmarme.El carácter de mi madre era tan fuerte que me correría de la casa al decirle la noticia, éramos mujeres humildes, desde que falleció mi padre había trabajado duro para mantenerme. Solo me quedaba una opción, el hombre de mi vida…-Jorge si me comprenderá, posiblemente me abrace para decirme que lucharemos juntos en la vida- Eso era lo que quería escuchar al encontrarme con él.No lo vería sino hasta la semana entrante y mi paciencia estallaría si esperara, así que le hice una visita inesperada, cosa que me arrepentí al instante luego de ver su reacción.-¡No pudiste cuidarte Andrea! ¿En que estabas pensando? –Ni siquiera me dejó entrar, me reclamaba en su puerta.-No lo planeé, pero lo criaremos juntos ¿cierto?-¿Acaso te he pedido matrimonio para que estés contando conmigo? Asume tú ese problema.-Eres el padre, apoyarme, te lo ruego.-¡Tengo planes a corto plazo, acabo de graduarme de la universidad, no es mi deseo formar ahora una familia! –exclamó alzando la voz.-Jorge, el mío tampoco, pero, así como me quieres debes querer al niño es el producto de nuestro amor.-¿Amor? Estas errada si crees que te he amado. Solo hemos salido pocas veces, ni siquiera te había considerado mi novia.-Yo si te he querido bastante –expresé melancólica, intenté detener mis lágrimas y no pude.-Agradezco que me hicieras pasar buenos momentos Andrea, de verdad lo siento. No me sigas buscando y no quiero saber nada de lo que posiblemente lleves en el vientre. Debes irte –Jorge intentó cerrar la puerta, pero yo se lo impedí de un empujón.-¡Eres un hombre horrible sin corazón! ¡Mi vida también se va a destruir por tu culpa! ¡Yo no hice al bebé sola!-¡Ya lárgate de mi casa Andrea! –Expresó Jorge furioso.Estaba tan empapada en llanto que no podía quedarme a discutir, tuve que ir a mi casa a llorar y por supuesto contarle todo a mi madre. Ella no se sorprendió, ya lo veía venir al darse cuenta de mis escapadas de noche y entrarme en vómito cuando comía en las últimas semanas. Además, que me había advertido de mi relación con sus consejos… ‘‘ese hombre no es de confiar’’.Varios meses después y a tres días de pasar por ese doloroso proceso del parto me encontraba liberada, fajé mi cintura y salí a divertirme sola gracias al haber dejado con mi madre la criatura que me atormentaba con su llanto. Cuando tenía hambre, porque tenía sueño y para todo, ese pequeño no me dejaba en paz y continuamente me arrepentía de no haberlo botado cuando solo era un feto.-Una copa por favor –Pedí la quinta, me habían prohibido el alcohol durante el embarazo y por cuidar de mi salud había hecho caso. Por eso ahora tomaba lo que quisiera. Cuando sonó mi música favorita me aproximé a la pista a mover el cuerpo como la profesional que era y de repente sentí un cuerpo masculino pegándose contra mí para seguir el ritmo.Su olor era agradable y su rostro encantador, lo convertí en mi pareja para bailar toda la noche.-Me pareces algo conocido, ¿te he visto antes? –Le pregunté al sentarnos frente a una mesa cansados y sintiendo mis tacones desgastados.-No lo creo, no soy de aquí, vine a Nueva York para jugar un partido.-¿Eres deportista?-De futbol, así es. ¿Y tú hermosa? Se ve que haces gimnasia o vas al gim, tienes un físico espectacular.-Gracias, de niña bailé ballet, y siempre me ha agradado mover el cuerpo.-Ya me lo imagino, además, me gustaría saber cómo lo mueves en la cama –expresó el hombre un poco indiscreto, produjo sonrojamiento en mis mejillas.-¿Si aquí no vives, te hospedas en un hotel?-Así es, y muero por pasar la noche contigo, pero hay un problema.-¿Cuál? –Pregunté con bastante curiosidad.-El vuelo sale en pocas horas y el trasporte viene en camino para buscar mis cosas y llevarme al aeropuerto.-No te vayas, ¿puedes quedarte unos días? Es que me encantas y deseo que nos sigamos conociendo –sugerí, no quería perder a ese hombre.-También me gustaría; y me es imposible, debo presentarme en las instalaciones mañana, nos comunicaremos vía telefónica, al menos que te quisieras venir conmigo.Una propuesta que hizo revolotear mi cuerpo de emociones, de verdad deseaba estar con él, su trato amable me hizo confiar, así que no dudé en dar una afirmación.Llegué a casa antes de salir el sol y mi madre me capturó empacando la maleta.-¿Acabas de venir y ya te vas? ¿A dónde?-No lo sé, fuera del país, y con un hombre que acabo de conocer.-¡Estás loca! –Exclamó mi madre alterada, estás pasada de trago, al menos descansa para que lo pienses bien.-No estoy borracha mamá, es la decisión que tomé. Ese hombre es famoso –dije con entusiasmo tratando de convencerla- ¡Es millonario! ¡Es el hombre de mi vida!-Si tendrás bastante dinero entonces podrás mantener bien a tu bebé ¡te lo llevas! –Dijo en forma de orden.-No puedo mamá, no me aceptará si tengo un hijo. Deberás cuidarlo tú.-Andrea, sabes que trabajo todo el día hasta tarde y mi enfermedad en la columna no me permite estar atendiendo a un recién nacido.-Lo entiendo mamá, igualmente ya debo irme, resuelve por mí ese asunto, si no lo puedes atender busca a alguien que lo quiera y ya –le sugerí antes de salir del cuarto con la maleta a rastras.-Eres una mala madre Andrea, no has ido a presentarlo y ¿ahora deseas no verlo más nunca?.-Como lo dijiste, no quiero saber más nada del niño. Aléjalo de la familia, y a quien te pregunte, se murió al nacer.Tuve que irme sin despedirme para no seguir viendo el rostro tan triste de mi madre, como si mis palabras habían sido crueles, pero era la realidad, yo no lo quería y no lo podía tener. Lo único que me entusiasmaba era aquel cuerpo musculoso, Armando. Y era lo que necesitaba, tener una nueva vida lejos de aquel ex mío, Jorge Smith.Cuatro años después...*Narración por Jorge Smith.Mis pasos se detuvieron al percibir una silueta parada frente a mi puerta, mi vista se dirigió a los tacones y recorrí sus piernas largas hasta chocar con la minifalda, continué acercándome y sentí un poco de vergüenza al reconocerla, era ella, la que me excitaba algunas noches, pero este no era el lugar donde debíamos encontrarnos.-¡Jorge Smith! –Pronunció mi nombre y mi apellido en forma molesta. Me lo aseguró la expresión en su rostro. -Hola Teresa -Me dio igual, pensando que con algún coqueteo la podía calmar. Al introducir la llave por la cerradura la hice pasar. La invité a sentarse como lo hice yo en el sillón, pero ella solo trataba de romper el piso con su calzado de agujas y luego se paró frente a mí, con la mano en la cintura como si esperara una fotografía –Me sorprende verte- le dije y ella empezó a lanzar sus inquietantes quejas de forma interrogante.-¡¿Qué?! ¡¿Y ni siquiera te disculpas?! ¡¿Acaso olvidaste nuestra ci
-Armando habrá llegado de su gira deportista. ¿Vino con amigos e hizo una fiesta? –Me pregunté mentalmente y al ver una cartera roja en el mueble, me dirigí apresuradamente a la habitación. No era mía y no era usual en mi marido, traerme obsequios destapados y dejarlos regados.Empujé la puerta con agresividad y percibí una escena que me dolió en el alma. Armando estaba acostado de medio lado en la cama hurgando su celular, pero no estaba solo, unos cabellos rubios reposaban sobre su pecho.-¡Armando que es esto! -Exclamé con toda la ira que estaba sintiendo.-¡Andrea, estás aquí! Creí que habías viajado para una gira de danza -dijo un poco nervioso, al no hallar donde meterse.-Te dije que mis alumnos irían a esa presentación, no yo ¡Jamás escuchas lo que digo!-¡Eso había entendido¡ ¡Que no regresarías hasta el miércoles! –dijo él con una gran molestia, como si no estuviese pisando mi casa e interrumpiera algo importante.-¡¿Para que deseabas que estuviera de viaje?! ¿¡Para montarme
*Narración por Jorge Smith.Moví las piernas desesperadamente y extendí bruscamente el brazo derecho.-¡Ay! –Grité arrugando totalmente la cara del dolor.-Cuidado, no lo muevas –me dijo la enfermera mientras me vendaba el brazo y trataba de inmovilizarlo. Lo presionó contra mi pecho. –debes mantenerlo así.-¿Durante cuánto tiempo? –Pregunté imaginado que su respuesta sería tras unos minutos mientras realizaban alguna terapia.-Tres meses, más o menos.-¿Qué? ¡Eso es imposible! ¿Cómo voy a trabajar así? ¿Manejar el teclado de la computadora? ¿Atender a mis clientes?-No podrás, por ello te mandarán reposo.-¡Esto no puede estar sucediendo! Jamás pararé mis acciones laborales. Usaré el brazo izquierdo si es necesario –Lo pensé como opción, entendía que mi hueso estaba roto y el desespero me hacía actuar como un niño.-Puedes irte -Me dijo el doctor luego de firmar la orden dándome de alta.Fue un alivio. Era lo mejor que me había pasado luego de tres días internado en ese hospital, me
No sabía qué hacía allí, lo que sucedía a mi alrededor no era de mi interés. Quizá solo llegué para recibir un abrazo de la mujer que me trajo al mundo. Necesitaba empatía por lo que me estaba pasando, aunque esas personas también se veían llenas de problemas.La vi, acaricié su mejilla y rodeé su cuerpo con mis brazos. Sentí cariño, a pesar de que ambas estábamos vestidas de negro.-Llegaste tarde Andrea, ya lo enterraron.-¡Mamá! –Arrugué mi entrecejo con expresión de molestia- Tomé un vuelo lo más rápido que encontré. Además, no entiendo por qué estás tan triste, para ti era una familia lejana.-El tío de tu padre venía siendo tío tuyo también. Te quería y te consentía cuando eras pequeña.-De grande lo odié. Me negó un puesto de trabajo en su empresa –dije con la imagen de mi pasado en la cabeza.-No fue por mal Andrea, tu padre se lo ordenó, quería que siguieras estudiando.-De igual modo, mi vuelo sale mañana, vine a compartir contigo y a contarte lo deprimente que está mi vida
-Buenas tardes, ¿puedo pasar? –Dije de manera interrogante, aunque mis intenciones no eran pedir permiso, solo que me abrieran con rapidez.-¿Qué desea? ¿A quién busca?Al escuchar las inquietudes del portero eché un vistazo hacia toda la mansión, se veían pocos carros en el estacionamiento y escasas personas en las afueras, comprendí el hermetismo del lugar, no era un sitio público que cualquiera pudiese entrar con facilidad. -La señora Trinidad ¿Se encuentra? –Rogaba que mi madre estuviese ahí, no se me ocurría otro nombre que me sirviera de excusa para justificar mi presencia. Era mi esperanza.-Aquí no vive, creí escuchar ese nombre, pudo haber sido una de las visitantes del velorio, dudo que se encuentre. Puede ubicarla en la iglesia a las seis, aquí se suspendieron todas las misas para evitar disturbios entre los familiares.Con poco interés a lo que me estaba diciendo sabía que debía manifestar mi realidad.-Necesito pasar, dejé algo importante y debo buscarlo.-Lo lamento, no
*Narración por Jorge Smith.Mi cuerpo temblaba por el frío de la desesperación, estaba parado, inmóvil, con el brazo izquierdo enyesado y un gran dolor en la pierna derecha. El tiempo que había trascurrido no estaba en mi conocimiento, despojado de todas mis pertenencias solo divisaba a varios policías al otro lado de las rejas.-¡Por lo menos díganme por qué estoy detenido! –Grité, tan fuerte para que pudiesen escucharme, el del uniforme solo me miró con cara de repulsión como si fuese un maniático descabellado, siguió de largo, sin prestarme la más mínima atención… Logré sentarme, en el duro metal que aplastaba mi trasero, al parecer era la supuesta cama para aquellos que no tienen derecho a la vida, ni mucho menos a las comodidades. -¡Tengo hambre! –Volví a alzar la voz para que alguien escuchara mis suplicas, el estómago me rujía fuertemente, yo siendo de contextura gruesa había acostumbrado a alimentarlo cada tres horas y sentía que me había saltados dos platos de comida.-¡¿Qui
*Narración por Andrea.-Mamá, ¿estás segura de que aquí se encuentra?-Por supuesto, es sitio correcto donde lo envió tu primo –Me respondió mi madre al llegar al orfanato, una casa grande de tres plantas.-¿Hablarás tú? -Pregunté con un poco de inseguridad.-Para nada, es tu hijo y debe ser creíble, actúa como te expliqué.Con un poco de nervios, suspiré para relajarme y montar la escena que estuve practicando en todo el trayecto.-Buenas, ¿que desean? –Preguntó una señora que nos abrió la puerta.-Señora, necesito ver a mi hijo, lo trajeron aquí por error –A pesar de no ser buena actriz logré soltar lágrimas.-Pasen, dígame ¿Cuál es el nombre del niño? –Preguntó cuándo nos adentramos a la sala principal y vimos a varios chiquillos correteando.-Su nombre es… -Dije pelándole los ojos a mi madre para que me ayudara a dar con la respuesta.-David Valderrama –Respondió enseguida.-¿Está segura? – La señora mostró un poco de desconfianza. Capítulo 7Tú lo conoces más que yo, revisa si a
Mi cuerpo parecía reposar en el cómodo sillón de la sala con las piernas estiradas, pero mi mente no estaba ahí, permanecía en un recuerdo de horas atrás…Su piel medio morena le da el toque de ser una belleza latina, la tonificación de su cuerpo da la impresión de que sigue bailando, su rostro perfilado me recuerda al día en que la conocí y los buenos momentos que pasé con ella, pero que quedaron en el pasado. Lamentablemente…-Si Jorge va a pasar unos días con nosotros al menos exígele que se bañe, se la pasa abrazando a los niños.-¿Quieres que deje de manifestar el cariño que le tengo a mis sobrinos? –dije al escuchar las quejas de mi cuñado.-Ponte cómodo, échate un baño y cámbiate de ropa –opinó mi hermana desde la cocina.-Estoy bien cómodo ahora y cenaré también en este sillón –Expresé.-Por qué no te vas a tu apartamento ¿estás aquí para que mi hermana te atienda?-Por supuesto, son la única familia que tengo y deberías compadecerte de mi situación. No puedo creer que me esté