*Narración por Jorge Smith.Mi cuerpo temblaba por el frío de la desesperación, estaba parado, inmóvil, con el brazo izquierdo enyesado y un gran dolor en la pierna derecha. El tiempo que había trascurrido no estaba en mi conocimiento, despojado de todas mis pertenencias solo divisaba a varios policías al otro lado de las rejas.-¡Por lo menos díganme por qué estoy detenido! –Grité, tan fuerte para que pudiesen escucharme, el del uniforme solo me miró con cara de repulsión como si fuese un maniático descabellado, siguió de largo, sin prestarme la más mínima atención… Logré sentarme, en el duro metal que aplastaba mi trasero, al parecer era la supuesta cama para aquellos que no tienen derecho a la vida, ni mucho menos a las comodidades. -¡Tengo hambre! –Volví a alzar la voz para que alguien escuchara mis suplicas, el estómago me rujía fuertemente, yo siendo de contextura gruesa había acostumbrado a alimentarlo cada tres horas y sentía que me había saltados dos platos de comida.-¡¿Qui
*Narración por Andrea.-Mamá, ¿estás segura de que aquí se encuentra?-Por supuesto, es sitio correcto donde lo envió tu primo –Me respondió mi madre al llegar al orfanato, una casa grande de tres plantas.-¿Hablarás tú? -Pregunté con un poco de inseguridad.-Para nada, es tu hijo y debe ser creíble, actúa como te expliqué.Con un poco de nervios, suspiré para relajarme y montar la escena que estuve practicando en todo el trayecto.-Buenas, ¿que desean? –Preguntó una señora que nos abrió la puerta.-Señora, necesito ver a mi hijo, lo trajeron aquí por error –A pesar de no ser buena actriz logré soltar lágrimas.-Pasen, dígame ¿Cuál es el nombre del niño? –Preguntó cuándo nos adentramos a la sala principal y vimos a varios chiquillos correteando.-Su nombre es… -Dije pelándole los ojos a mi madre para que me ayudara a dar con la respuesta.-David Valderrama –Respondió enseguida.-¿Está segura? – La señora mostró un poco de desconfianza. Capítulo 7Tú lo conoces más que yo, revisa si a
Mi cuerpo parecía reposar en el cómodo sillón de la sala con las piernas estiradas, pero mi mente no estaba ahí, permanecía en un recuerdo de horas atrás…Su piel medio morena le da el toque de ser una belleza latina, la tonificación de su cuerpo da la impresión de que sigue bailando, su rostro perfilado me recuerda al día en que la conocí y los buenos momentos que pasé con ella, pero que quedaron en el pasado. Lamentablemente…-Si Jorge va a pasar unos días con nosotros al menos exígele que se bañe, se la pasa abrazando a los niños.-¿Quieres que deje de manifestar el cariño que le tengo a mis sobrinos? –dije al escuchar las quejas de mi cuñado.-Ponte cómodo, échate un baño y cámbiate de ropa –opinó mi hermana desde la cocina.-Estoy bien cómodo ahora y cenaré también en este sillón –Expresé.-Por qué no te vas a tu apartamento ¿estás aquí para que mi hermana te atienda?-Por supuesto, son la única familia que tengo y deberías compadecerte de mi situación. No puedo creer que me esté
-Cuando dijiste ‘‘apartamento’’ me imaginé algo más decente. ¿Vives solo y no puedes limpiar un poco? –Interrogué al llegar a la vivienda de mi pareja ficticia, varios zapatos tirados en la sala, el suelo sucio y la cocina desordenada es lo que me recibió.-No creas que soy un hombre descuidado, solo que por mi incapacidad me cuesta tener todo en orden, -respondió Jorge apartando unas bolsas del mueble para sentarse.-¿Y que te pasó en el brazo? –Pregunté mirando que aún seguía enyesado.-Una fractura, ¿no es obvio?-¡Eres tan repugnante! -Me enojé, no me daba ninguna explicación sobre nada- Un hombre misterioso, ni siquiera te conozco y tengo que vivir contigo.-Puedes irte si quieres, el niño se queda conmigo. Cobraré solo la herencia.Aumentó mi molestia por su soberbia.-Tengo que soportarte, no me queda de otra, al menos háblame de ti, ¿trabajas? ¿A qué te dedicas?-Soy un hombre de negocios y necesito invertir, por eso es que busco dinero.-¿Qué tipo de negocios? ¿Buenos? ¿Malos
-¡No, no, no, no puede ser! -Exclamé al salir de la mansión de los Valderrama- ¿El dinero fraccionado y hay que presentar facturas de lo que compremos? -¡Maldición, esto no es lo que esperaba! –Expresó Jorge lleno de cólera.-Pero yo debo regresar a mi pueblo, tener una vida, ¿cuánto tiempo deberé andar detrás de ti solo para que piensen que soy tu mujer?-¡Seis meses, no lo escuchaste! –Me dijo Jorge en voz alta- el problema es que necesito el dinero lo más pronto posible, ojalá nos den una buena cantidad al final de mes. ¿Tienes para el taxi? No cargo efectivo.-¿Y para dónde vamos? –Pregunté, cuando las lágrimas querían salir.-Al apartamento, ¿o querías comprar algo en el super mercado?Fruncí el ceño.-¿Contigo? A ninguna parte, pensaba tomar el dinero y agarrar el vuelo a mi pueblo hoy mismo –expresé.-Las cosas no salieron como esperábamos, los planes cambiaron. -Bueno cambiaran los planes, no puedo vivir contigo y fingir que no te tengo ningún rencor.-¿Y qué piensas hacer?
Mi dedo índice empujó el interruptor del apartamento para hacerlo timbrar, a los pocos minutos la puerta se abrió y entre bostezos y con los ojos casi entre abiertos divisé la cara de espanto del padre del niño.-¡¿Dónde estabas?! –Preguntó Jorge con voz fuerte.-Déjame pasar, que vengo cansada –Medio empujé su cuerpo y me dirigí a la sala para retirarme las sandalias. Eran altas y los pies me dolían, me las había puesto para presumir ser una chica elegante en la reunión de esa mañana.-¡Te pregunté! ¿¡Dónde andabas?! –Insistió con su interrogatorio furiosamente.-¿¡Y eso qué te importa!? –Refunfuñé- Alégrate de que al menos estoy aquí.-¡Tu presencia no me contenta porque veo que no sirves para nada! ¡Al menos cumple con tus responsabilidades y cuida del niño!-Ese pequeño… -Coloqué una cara de repulsión-. ¿Qué te costó cuidarlo mientras visitaba a mi madre?-¡¿Y yo te di permiso para que anduvieras paseando?!-¡Deja de gritarme! –Coloqué ambas manos sobre mis oídos –A ti no te teng
Abrí la puerta lentamente, estaba dispuesto a evadir el tema cuando Andrea lo mencionara, sí podría, ella me creería cuando le comentara que aplazaríamos las compras por falta de tiempo. Entré, David que jugaba en la alfombra de la sala me miró levantando su carrito para mostrármelo. Sin prestarle atención, cambié la vista hacia la cocina, al acercarme bajé la llama de la estufa que hervía un chocolate caliente, el aroma me cautivó, no resistí en servirme una taza y acompañarlo con pan. Degusté sorprendido, no sabía que Andrea pudiese cocinar tan bien. Estaba dispuesto a ser amable con ella, para que sacara su arte culinario encerrado y que me perdonara por haber gastado todo el dinero. ¿Dónde estará? Me pregunté dirigiéndome a la habitación. Quizá se está arreglando, decidí empujar la puerta entre abierta, no me sorprendería toparme con un cuerpo semi desnudo que lo más seguro es que había visto antes.-Andreaaa.-¡Ay! –Aquella mujer se cubrió con el paño la parte del sostén que ex
*Narración por Jorge Smith.El teléfono cayó hacia el piso empujado por mi brazo, estaba harto de mirar las redes sociales cuando no hallaba más nada que hacer, faltaban dos meses para culminar mi reposo y ya no aguantaba estar en casa todo el día. Quería trabajar, deseaba estar ocupado, pero mi brazo izquierdo inmóvil me delataba como un hombre imposibilitado.Levanté mi cuerpo y salí de la habitación, el total silencio me recibió en el pasillo, produjo que bostezara. –¿Dónde estará Andrea? -Pregunté imaginando que había salido de casa como siempre, era su costumbre, detestaba estar cerca de mí e inventaba cualquier excusa para alejarse.Un murmullo en el cuarto produjo que me asomara.Estaba ella sobre la cama, sentada, el pijama se percibía sobre la sábana, abrazando a David, ambos miraban una especie de video en un teléfono horizontalmente y reían, mientras yo bostezaba de aburrimiento.-Andrea, ¿cómo estás? –Pregunté dando unos pasos al interior de su cuarto.-Igual que siempre,