Ximena caminaba con paso lento y cadencioso por las calles empapadas de la ciudad, sumida en una profunda reflexión.
Las gotas de lluvia deslizándose suavemente por su rostro apenas lograban perturbar su concentración, pues su mente se encontraba atrapada en una tormenta emocional desencadenada por su encuentro con Alejandro en la discoteca.Sentimientos encontrados la consumían por completo, como olas salvajes que se estrellan en la orilla de su conciencia, al haberse acostado con alguien que apenas y conoció.Decidió refugiarse del aguacero en un acogedor café que se alzaba a pocos pasos de ella.El cálido aroma del café recién hecho y el murmullo de las conversaciones le brindaron cierta calma, sin embargo, su mente continuaba turbulenta. Como si intentara domar un enjambre de pensamientos caóticos, se esforzaba por poner orden en su interior.En ese preciso momento, un mensaje parpadeó en la pantalla de su teléfono móvil.Era su madre, quien la invitaba a su casa para conversar acerca de algo importante. Un escalofrío recorrió su espalda, pero también una mezcla palpable de curiosidad y aprehensión se apoderó de ella.¿Qué podría ser tan trascendental como para necesitar una reunión urgente?Con determinación y una chispa de intriga, Ximena guardó su teléfono y retomó su camino hacia el hogar familiar.Las luces de la ciudad se reflejaban en los charcos de agua mientras Ximena avanzaba, cada paso más seguro que el anterior. Las siluetas borrosas de los edificios se entremezclaban con el cielo gris y las gotas de lluvia seguían danzando en el aire, acompañándola en su travesía emocional.El camino se extendía interminablemente, como si el universo mismo conspirara para brindarle tiempo para reflexionar.Ximena sabía que las respuestas que buscaba no se encontraban fácilmente, pero confiaba en que esa conversación con Camila sería el punto de inflexión en su tomentoso viaje emocional.Con cada paso firme, se acercaba a su destino, dispuesta a afrontar cualquier desafío que se presentara y desvelar los misterios que le esperaban en aquel encuentro importante con su madre.Al llegar al hogar, Ximena fue recibida por la efusiva sonrisa de su madre.Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y secreto. Era evidente que algo importante estaba a punto de revelarse. Mientras Ximena correspondía a su sonrisa, sus pensamientos seguían girando en torno a Alejandro.—Hola mamá —dijo Ximena mientras abrazaba cálidamente a su madre. —Me dijiste que tenías algo importante que contarme, ¿qué sucede?.Camila tomó la mano de Ximena y con un aire misterioso la guió hacia el sofá.—Es algo maravilloso, cariño. He conocido a alguien especial y hemos decidido casarnos —dijo, con una chispa de felicidad en sus ojos.Ximena se quedó impactada ante la revelación de su madre. Un nudo se instaló en su estómago.Tratando de controlar sus emociones, Ximena preguntó con curiosidad y aprehensión:—¿Quién es ese alguien especial? ¿Cuándo lo conociste?.En ese momento, Camila se volvió hacia la puerta y llamó a Alejandro. El corazón de Ximena dio un vuelco cuando vio a Alejandro, una figura muy conocida, plantada frente a ella.—Mamá, ¿este es Alejandro? Pero... ya nos conocemos —balbuceó Ximena, tratando de ocultar su sorpresa.La confusión en la mirada de Camila era evidente.—¿Realmente se conocen? No tenía idea. Nos encontramos hace poco tiempo y fue amor a primera vista. No puedo creer que ya se conocieran —mencionó Camila.Mientras tanto, Alejandro mantenía una mirada desafiante hacia Ximena , como si supiera el impacto que su presencia causaba en ella.—No debiste casarte con alguien que apenas conoces —dijo Ximena , su voz temblorosa mientras luchaba por mantener la calma.—Creo que tienes una idea equivocada. Alejandro y yo estamos completamente enamorados, y nos hemos casado recientemente —afirmó Camila, con una radiante sonrisa en su rostro.Ximena intentó contener las lágrimas y mantener la compostura. No podía revelar el secreto que había guardado, pero tampoco podía ignorar la verdad que la consumía.La tensión invadió el ambiente, las miradas de Ximena y Alejandro chocaron, mientras el sonido de la lluvia golpeaba los cristales de la ventana, como si estuviera en sintonía con el conflicto emocional que se desataba en la habitación.Ximena soltó un suspiro y decidió hablar, consciente de que había llegado el momento de revelar su propia verdad.—Lo siento mamá, pero hay algo que necesito decirte....Su voz temblaba mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para contarle a su madre sobre su encuentro con Alejandro antes de que supiera que él era ahora su padrastro. Las palabras quedaron suspendidas en el aire, creando una agonía dulce y expectante antes de que las emociones estallaran.—Creo que tu hija está agotada —mencionó Alejandro con una falsa preocupación. —Tengo entendido que llegó el día de ayer, según me contaste, cariño.—Sí, es cierto. Fue un viaje largo y agotador para ella —respondió Camila con voz entrecortada, tratando de contener sus emociones. —Pero estoy segura de que descansará y se recuperará en unos días.A medida que la conversación avanzaba, Ximena se dio cuenta de que estaba inmersa en un mar de mentiras y engaños. Las lágrimas amenazaban con salir, pero se mantuvo firme. Sabía que debía tomar una decisión difícil, una elección entre su propia felicidad y la de su madre.Mientras las palabras de su madre seguían flotando en el aire, Ximena sintió la mirada intensa de Alejandro sobre ella.Sus ojos oscuros parecían penetrar su alma, y un escalofrío recorrió su espalda. Sin que su esposa, se diera cuenta, Alejandro miraba con deseo a Ximena , su nueva hijastra. Recordaba la noche anterior, cómo la pasión los había consumido, pero también se encontraba confundido y temeroso de las consecuencias.Por su parte, Ximena luchaba contra los sentimientos prohibidos que había despertado en ella ese encuentro ilícito.Intentaba mantenerse alejada de ellos, pero el magnetismo entre ambos era innegable. Sus pensamientos se veían invadidos por imágenes de su piel unida a la de él, de sus palabras susurradas al oído y de los secretos compartidos en la oscuridad de la habitación. Sabía que era incorrecto y peligroso, pero no podía negar el deseo que la consumía.Ximena escuchaba a su madre relatar cómo conoció a Alejandro, pero su mente se encontraba enredada en un mar de emociones encontradas.Admiraba a su madre y quería su felicidad, pero también luchaba contra los sentimientos confusos que había despertado en ella su padrastro. No sabía cómo enfrentar esta situación tan delicada y se preguntaba una y otra vez cómo podía manejar el torbellino de emociones que la afligía.—Recuerdo que cuando lo conocí, fue como si algo se encendiera en mi interior —decía su madre emocionada. —Desde entonces, hemos sido inseparables. Es increíble cómo el amor puede aparecer en los momentos más inesperados.Ximena observaba a su madre con una mezcla de admiración y preocupación. Quería creer en ese amor tan intenso que su madre describía, pero no podía evitar cuestionarlo en su interior.¿Era realmente amor o solo una ilusión?Se sentía atrapada en un laberinto sin salida aparente, donde cada paso que daba la llevaba más cerca del abismo emocional.En medio del caos emocional que la rodeaba, Ximena buscaba desesperadamente una solución que le permitiera encontrar la paz interior. Anhelaba reconciliar su pasión y su consciencia sin causar daño a quienes amaba.Necesitaba encontrar una manera de lidiar con los sentimientos prohibidos que la atormentaban, sin perder el respeto por sí misma ni lastimar a su madre.Después de la presentación, Ximena se retiró a su habitación, con los ojos llenos de lágrimas y una angustia inmensa que la embargaba.Se sentó en el borde de la cama, intentando poner en orden sus pensamientos, pero solo encontraba más confusión.Con determinación, se prometió encontrar una manera de resolver esta situación. Estaba dispuesta a enfrentar las consecuencias de sus acciones y buscar una solución que no causara dolor a quienes amaba. El deseo y el deber se enfrentaban en su corazón, pero Ximena estaba decidida a encontrar un equilibrio, una manera de reconciliar su pasión con sus valores.Sin embargo, Alejandro tenía otros planes. Mientras se acercaba sigilosamente a la puerta de la habitación de Ximena , una sonrisa maliciosa se formaba en su rostro.Estaba decidido a hacer que ella cediera a la tentación, sin importar las consecuencias. Planeaba usar su poder de seducción para adentrarse en el laberinto emocional de Ximena y salir victorioso..★Hola si le está gustando está novela los invito a seguirme y a seguir la novela para que sea más conocida y llegué a más lectores.La puerta de la habitación de Ximena fue tocada suavemente, lo cual la hizo apresurarse a abrirla.Pero al encontrarse con Alejandro parado allí, su corazón comenzó a latir con fuerza y una sensación de temor invadió todo su cuerpo.Mirando intensamente a sus ojos, podía percibir la intensa mezcla de miedo y atracción que sentía hacia él.Ximena se encontraba en una encrucijada, sabía que debía resistirse a la tentación, sin embargo, era difícil ignorar su vulnerabilidad ante él y la innegable atracción.—No te acerques —dijo Ximena con voz temblorosa y un ligero temblor en sus manos.Retrocedió lentamente hacia la fría pared de ladrillo rojo que decoraba la habitación, manteniendo una distancia segura entre ella y Alejandro.—Esto está mal, Alejandro. No podemos seguir por este camino. Va en contra de todo lo que es ético y moral.Las palabras de Ximena emergieron con dificultad de sus labios, intercaladas con suspiros agitados, como si luchara con un huracán interno.Un torbellino d
Ximena se encontraba sentada en un café junto a su amiga Paulina.Los nervios la invadían mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para contarle sobre su tormento con Alejandro. Sabía que Paulina era la única persona en la que podía confiar plenamente, pero aún así le costaba expresar sus sentimientos más profundos.—Pauli, no sabes cuánto me atormenta todo esto con Alejandro. Cada vez que lo veo, mi corazón se acelera y una mezcla de miedo y atracción me invade por completo —confesó Ximena en voz baja mientras jugueteaba con su taza de café.Paulina, con una mirada comprensiva, apoyó suavemente la mano en el brazo de Ximena y la animó a continuar.—Xime, sé que es una situación complicada, pero ¿has pensado que tal vez deberías dejarte llevar por ese deseo? Además, he notado que Alejandro también siente algo muy fuerte por ti. No puedes seguir luchando contra tus sentimientos eternamente.Ximena bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que Paulina tenía razó
Camila había notado desde hace algún tiempo ciertas miradas entre Alejandro y Ximena, ese tipo de miradas furtivas y cargadas de complicidad que le resultaban incómodas y despertaban en ella una creciente sensación de que algo no estaba bien. Durante las cenas en familia, las reuniones en casa, o incluso en momentos cotidianos, como cuando compartían una sonrisa o un gesto cómplice, cada vez se hacía más evidente que algo estaba ocurriendo.Un día, mientras estaban en la cocina, Camila decidió abordar el tema.—Alejandro, necesito hablar contigo —dijo en tono serio.Alejandro frunció el ceño y miró hacia Ximena, como si buscara apoyo.—Camila, no entiendo qué quieres decir —respondió Alejandro evitando el contacto visual directo.—He notado ciertas miradas entre tú y Ximena, y eso me tiene preocupada —explicó Camila, tratando de mantener la calma.Alejandro suspiró y finalmente miró a Camila.—Camila, entiendo tu inquietud, pero quiero asegurarte de que mi relación con Ximena es única
Alejandro volvió a besar apasionadamente a Ximena, a pesar de que al principio ella parecía no estar de acuerdo, pero terminó dejándose llevar por el ardiente deseo que los consumía. Con una patada suave, Alejandro cerró la puerta de la habitación de Ximena, sumergiéndolos en la intimidad de aquel espacio.—Te deseo tanto —susurró Alejandro entre besos, mientras sus manos expertas desabrochaban lentamente los botones de la blusa de Ximena.Ella, con los ojos brillantes de deseo, se acariciaba los labios con timidez.—Mm... Alejandro... —suspiró ella, cediendo a la intensidad del momento.Sus labios volvieron a encontrarse con pasión desbordante, mientras Alejandro deslizaba la blusa por los hombros de Ximena, dejando al descubierto su piel suave y delicada.La luz tenue de la habitación resaltaba los contornos de sus cuerpos, creando sombras y destellos que solo aumentaban la pasión en el aire.Las caricias de Alejandro se volvieron más intensas y atrevidas, explorando cada curva y cad
Ximena, ya no podía ocultar lo que sentía por Alejandro, a pesar de haber intentado evitarlo durante días. Siempre había un momento en el que se encontraban y las miradas entre ellos eran más que evidentes. El deseo que se tenían el uno por el otro no podía ser callado.En una tarde soleada, mientras Camila, les informó que tendría que ausentarse por un viaje de trabajo, Alejandro suspiró de satisfacción al saber que tendría suficiente tiempo para acercarse a Ximena y convencerla de vivir su pasión en secreto.Después de que la madre de Ximena se marchara, Alejandro aprovechó para ingresar sigilosamente a la habitación de Ximena. Ella estaba sentada frente a su ordenador, absorbiendo su atención en una tarea universitaria. Alejandro, con manos temblorosas por la emoción, cerró el portátil de Ximena.—Tenemos que hablar —dijo Alejandro, con una voz cargada de anhelo, mientras acariciaba con ternura el rostro de Ximena.Ximena levantó la mirada hacia él, con sus ojos llenos de conflicto
Camila había perdido la cuenta de cuántas veces había tenido que salir de viaje debido a su trabajo como aeromoza.La vida nómada se había convertido en su rutina, pero siempre se sentía tranquila al saber que su hija Ximena estaba en buenas manos junto a su esposo Alejandro.Con el tiempo, Camila notó que Alejandro y Ximena estaban cada vez más cercanos. Era evidente que su hija estaba aceptando a Alejandro como su figura paterna y eso le causaba una gran felicidad. Sin embargo, lo que Camila no sabía era lo que sucedía en la soledad de su hogar cuando ella se encontraba ausente.Cada vez que Camila partía en uno de sus viajes, Alejandro y Ximena se dejaban llevar por la pasión y la atracción que había crecido entre ellos.A pesar de los momentos románticos que Alejandro tenía con Camila de vez en cuando, no podía negar que su trato hacia ella había cambiado. Ya no la trataba con la misma atención y cariño que solía tener al principio de su relac
Camila se encontraba sumida en un estado constante de desasosiego.Los encuentros cada vez más frecuentes y cercanos entre Alejandro y Ximena habían despertado en ella un sentimiento de celos que no podía ignorar.Cada vez que los veía sonriendo o compartiendo miradas, la sospecha se apoderaba de su mente y el desasosiego se convertía en una carga insoportable.Aquella tarde soleada, mientras Camila paseaba por el parque, se detuvo bruscamente al avistar a Alejandro y Ximena caminando juntos. Los dos parecían completamente absortos el uno en el otro, con una cercanía que iba más allá de una simple amistad. El corazón de Camila latía desbocado y decidió acercarse para confrontarlos.—¿Alejandro? ¿Qué está pasando aquí? —preguntó Camila con voz temblorosa, tratando de controlar las emociones que la invadían.Alejandro soltó rápidamente la mano de Ximena y respondió apresuradamente:—Oh, Camila, solo le estaba quitando una astilla d
Ximena llegó agotada a casa después de un largo día en la universidad. El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas. Al entrar a la sala, encontró a su madre, Camila, inmersa en su rutina de revisar cuentas. La habitación se iluminaba con la suave luz de una lámpara de mesa, mientras que el sonido del rasgueo de una pluma y el tecleo de una calculadora llenaban el ambiente.Manteniendo silencio, Ximena observó a su madre perdida entre montones de papeles y documentos organizados meticulosamente. Camila lucía agotada, con algunas arrugas de preocupación marcadas en su rostro. Su cabello castaño, estaba recogido en un desordenado moño. Parecía concentrada pero también abrumada por las responsabilidades financieras que cargaba sobre sus hombros.—Ximena, hija, ¿estás bien? —preguntó Camila, interrumpiendo su tarea momentáneamente para echar un vistazo a Ximena.Ximena se acercó lentamente a su madre, sintiendo el cansancio en cada paso. Se