Después de compartir un momento de cercanía, decidieron bajar, ya que no podían estar ocultándose de Alejandro todo el tiempo. Para su sorpresa, Alejandro no estaba en la casa.Decidieron explorar y se toparon con una habitación donde había varias cámaras de seguridad que enfocaban el patio, la entrada principal, el garaje, el patio trasero y algunas partes de la casa, como los pasillos y la cocina, pero no las habitaciones.—Esta casa está altamente vigilada. Cada rincón está protegido, y ante la presencia de intrusos, se activa una alarma silenciosa que alerta directamente a un dispositivo en mi celular. También se las instalaré en el de ustedes —explicó Alejandro deteniéndose en la entrada de la habitación, donde las pantallas de monitoreo mostraban las diferentes áreas de la propiedad.Lucas y Ximena asintieron en respuesta, observando con atención el sistema de seguridad mientras Alejandro continuaba con las explicaciones.Después de entregar sus teléfonos a Alejandro para que in
Ximena cerró la puerta de su habitación tras ella, tratando de calmar los latidos frenéticos de su corazón. La conversación con Alejandro la había dejado más confundida que nunca. No podía negar que aún había algo en él que la atraía, pero también sentía una conexión profunda y genuina con Lucas. Necesitaba claridad y tiempo para pensar, pero en esta casa, el tiempo parecía ser un lujo del que no disponía.A los pocos minutos, Ximena escuchó el sonido del motor de un coche. Al mirar por la ventana, vio que Lucas regresaba de la universidad, su expresión reflejando tanto alivio como cansancio. Bajó las escaleras rápidamente para recibirlo, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad al verlo de nuevo.—Lucas, ¿cómo te fue? —preguntó Ximena mientras él entraba, cerrando la puerta detrás de él.—Bien, terminé todos mis exámenes por hoy. ¿Tú cómo estás? —respondió Lucas, acercándose a ella y envolviéndola en un abrazo protector.—He tenido un día un poco complicado, pero estarás aquí me hac
Las tardes en la cabaña seguían transcurriendo en relativa paz, pero la tensión subyacente entre Alejandro y Lucas era intensa. Ambos sabían que, eventualmente, tendrían que discutir sobre sus sentimientos por Ximena y encontrar una manera de manejar la situación sin que se saliera de control. Aunque intentaban mantener las apariencias, cada mirada, parecía estar cargado de un significado más profundo y a menudo contradictorio.Una noche, después de una cena tranquila, Alejandro y Lucas se encontraron a solas en el porche, mirando el lago en silencio. Las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo, reflejándose en el agua tranquila. El ambiente era sereno, pero la tensión entre ellos era palpable. Finalmente, Alejandro rompió el silencio, firme pero calmado.—Lucas, tenemos que hablar sobre Ximena —dijo inquebrantable pero sereno, como si hubiera estado practicando esas palabras en su mente durante días.Lucas asintió, anticipando la conversación que ambos habían estado evitando. Sab
"Un Amor que desafía los límites" nos sumerge en un mundo turbulento, donde la pasión choca con los desafíos morales.Ximena, una joven de 18 años que regresa del extranjero, descubre que su madrastra, Camila, se ha casado con Alejandro, un atractivo y exitoso hombre de 30 años. Lo que ambos desconocen es que un dia atrás tuvieron un encuentro salvaje en una discoteca, sin saber que Ximena era la hija de Camila.Ante la verdad que surge, Ximena y Alejandro se enfrentan al dilema de que su amor es inapropiado y moralmente incorrecto. A pesar de esto, la atracción que sienten uno por el otro es irresistible. La intensidad de sus sentimientos los consume y se ven arrastrados hacia una pasión que los lleva al borde de sus deseos.Sin embargo, sus emociones se entrelazan con los obstáculos impuestos por la sociedad y la ética.Aunque Camila sospecha de los sentimientos compartidos entre Alejandro y su hijastra, decide ignorar las señales. Mientras tanto, Lucas, el novio de Ximena, también
Ximena caminaba con paso lento y cadencioso por las calles empapadas de la ciudad, sumida en una profunda reflexión.Las gotas de lluvia deslizándose suavemente por su rostro apenas lograban perturbar su concentración, pues su mente se encontraba atrapada en una tormenta emocional desencadenada por su encuentro con Alejandro en la discoteca.Sentimientos encontrados la consumían por completo, como olas salvajes que se estrellan en la orilla de su conciencia, al haberse acostado con alguien que apenas y conoció.Decidió refugiarse del aguacero en un acogedor café que se alzaba a pocos pasos de ella.El cálido aroma del café recién hecho y el murmullo de las conversaciones le brindaron cierta calma, sin embargo, su mente continuaba turbulenta. Como si intentara domar un enjambre de pensamientos caóticos, se esforzaba por poner orden en su interior.En ese preciso momento, un mensaje parpadeó en la pantalla de su teléfono móvil.Era su madre, quien la invitaba a su casa para conversar ace
La puerta de la habitación de Ximena fue tocada suavemente, lo cual la hizo apresurarse a abrirla.Pero al encontrarse con Alejandro parado allí, su corazón comenzó a latir con fuerza y una sensación de temor invadió todo su cuerpo.Mirando intensamente a sus ojos, podía percibir la intensa mezcla de miedo y atracción que sentía hacia él.Ximena se encontraba en una encrucijada, sabía que debía resistirse a la tentación, sin embargo, era difícil ignorar su vulnerabilidad ante él y la innegable atracción.—No te acerques —dijo Ximena con voz temblorosa y un ligero temblor en sus manos.Retrocedió lentamente hacia la fría pared de ladrillo rojo que decoraba la habitación, manteniendo una distancia segura entre ella y Alejandro.—Esto está mal, Alejandro. No podemos seguir por este camino. Va en contra de todo lo que es ético y moral.Las palabras de Ximena emergieron con dificultad de sus labios, intercaladas con suspiros agitados, como si luchara con un huracán interno.Un torbellino d
Ximena se encontraba sentada en un café junto a su amiga Paulina.Los nervios la invadían mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para contarle sobre su tormento con Alejandro. Sabía que Paulina era la única persona en la que podía confiar plenamente, pero aún así le costaba expresar sus sentimientos más profundos.—Pauli, no sabes cuánto me atormenta todo esto con Alejandro. Cada vez que lo veo, mi corazón se acelera y una mezcla de miedo y atracción me invade por completo —confesó Ximena en voz baja mientras jugueteaba con su taza de café.Paulina, con una mirada comprensiva, apoyó suavemente la mano en el brazo de Ximena y la animó a continuar.—Xime, sé que es una situación complicada, pero ¿has pensado que tal vez deberías dejarte llevar por ese deseo? Además, he notado que Alejandro también siente algo muy fuerte por ti. No puedes seguir luchando contra tus sentimientos eternamente.Ximena bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que Paulina tenía razó
Camila había notado desde hace algún tiempo ciertas miradas entre Alejandro y Ximena, ese tipo de miradas furtivas y cargadas de complicidad que le resultaban incómodas y despertaban en ella una creciente sensación de que algo no estaba bien. Durante las cenas en familia, las reuniones en casa, o incluso en momentos cotidianos, como cuando compartían una sonrisa o un gesto cómplice, cada vez se hacía más evidente que algo estaba ocurriendo.Un día, mientras estaban en la cocina, Camila decidió abordar el tema.—Alejandro, necesito hablar contigo —dijo en tono serio.Alejandro frunció el ceño y miró hacia Ximena, como si buscara apoyo.—Camila, no entiendo qué quieres decir —respondió Alejandro evitando el contacto visual directo.—He notado ciertas miradas entre tú y Ximena, y eso me tiene preocupada —explicó Camila, tratando de mantener la calma.Alejandro suspiró y finalmente miró a Camila.—Camila, entiendo tu inquietud, pero quiero asegurarte de que mi relación con Ximena es única