KAT—Auch, ¿estoy viva? Mi quejido resuena en la cueva, abro los ojos para verificar el entorno que me rodea y no hay absolutamente nada. Solo olor a moho, bosque, tierra y humedad. Siento un dolor persistente en mi cadera, he caído para abajo derrapando en el estrecho hueco, golpeándome todo el cuerpo en el proceso.Genial, ahora estoy encerrada en este sitio. Y adolorida como la m****a. ¿Qué m****a es este lugar? ¿Mi cabeza a sufrido alguna especie de conmoción y por eso no veo una m****a? Basta de decir m****a. Tengo que mantener la calma, estoy segura de que nada es casualidad aquí. Pero simplemente me he tropezado con una raíz de árbol, tampoco debería ser tan dramática. —¡Caleb! ¡Sácame de aquí maldito! —grito. No hay respuesta. Bueno. Supongo que es hora de moverme. No puedo estar permanentemente aquí sin buscar ayuda. Hay bichos feos que me pueden morder. Podría morir. Se supone que soy un vampiro, ya estoy muerta. Me doy una patada mental, soy tan estupida a veces. E
—Señorita Lamont, el Concejo Licántropo, alega que usted fue la culpable de todas las catástrofes que se han formado en los últimos días. ¿Se declara culpable?Me declaro culpable. Una punzada de dolor me atraviesa el alma. Todos en la sala me miran con un odio que abrasa mi piel, piensan que lo hice, que yo soy la mala en este cuento plagado de monstruos. Lo que no saben, es que aquí nadie es el bueno o el malo. Existen secretos crueles. Todos están manchados de sangre.Incluso yo. —No —miento en voz alta —. Yo no fui la culpable. Ellos mienten. El silencio sepulcral me pone de los nervios.El juez masejea sus manos examinando cada movimiento que hago.—Entonces, ¿por qué ellos la acusan? Tengo entendido que usted guarda el cuerpo del Alpha Real con el único fin de hacer desaparecer la raza licántropa. —Eso es completamente mentira —alzo la voz, indignada —. Caleb no está muerto…Él duerme. La rabia trepa por mis venas, declarando que tengo que controlarme para que no me maten.
KATNo fue buena idea venir.No tuve que aceptar la propuesta de ese chico. ¡Soy una estupida!—¡Kat, cariño, espera! —exclama él, reduciendo la velocidad.Su coche se encuentra a mi lado cuando abrocho los botones de mi camiseta. No puedo creer que este tipo haya creído que podría manosearme así porque sí. ¡Ni siquiera me ha pedido salir! Estoy cabreada ahora mismo.—Por favor, Katy —suplica una vez más.No le escucho. Sigo caminando por la carretera humedecida por la reciente llovizna de la tarde. Mis botas se salpican de agua cuando doy un paso más y sigo oyendo las súplicas y perdones de ese idiota.—Vete a casa, Daniel —le espeto, saliendo del terreno asfaltado para bordear la linde del bosque.—Pensé que querías hacerlo —se justifica.—Pero no de esa manera, fuiste un bruto.Él resopla. Sé que su paciencia está en el límite porque sus fosas nasales se agrandan.—Sube, te llevare a casa —dice, mirándome fijamente.—Vete al infierno.Le doy la espalda cuando giro hacia el mar de ár
CALEBLuna de sangre.Este acontecimiento sucede, para que, los licántropos encontremos a nuestras compañeras o compañeros mientras los buscamos por el bosque. Y está noche la diosa Luna por fin me ha premiado con mi alma gemela. Creo que he sido demasiado salvaje tirándome encima de ella para sentirla, pero admito que no he podido controlarme.Fue en contra de mi voluntad, mis impulsos de lobo fueron los que me alentaron.Ahora mi manada está alrededor de mí. No pueden creer que su alfa haya encontrado a su compañera, yo tampoco lo creo. Es mucho por procesar.Cuando llegue a esta ciudad pensé que simplemente iba a hacer negocios con mis socios y después volvería a Alaska, pero no fue así, he encontrado a mi alma gemela. La sensación cálida en el pecho me abruma, pero es tan deliciosa que no lucho por controlarla.—Lo ves como tenías que salir hoy —me palmea en el hombro Chris, un amigo —. Nunca hay que desperdiciar la ocasión. No puedo creer que vayas a asentar la cabeza.Levanto una
KAT—Consigue un vuelo para todos y que regresen a casa —esa voz es lo que oigo cuando estoy plenamente consciente —. Me quedare unos días más. Sí. Sí. Solo haz lo que te digo. No hace falta. Sí. ¿Vas a dejar de joderme ya o tengo que arrancarte la cabeza?Me hago la dormida por temor a abrir los ojos y experimentar lo peor.La voz masculina atraviesa mis oídos, respiro hondo conteniendo el temblor de mi cuerpo. De un momento a otro los recuerdos me atraviesan. El lobo que se convirtió en un hombre. Los otros lobos alrededor de mí, divisaban la escena como si estuvieran asistiendo a algo maravilloso.Y después, lo último que recuerdo, es cuando me desmayé. ¿Dónde estoy ahora?¿Será que solo fue una pesadilla? Oh...Una puerta se cierra y por fin me animo a abrir mis ojos. Lo primero que percibo es la comodidad de una cama, el colchón es bastante blando. Las piernas me duelen cuando me estiro, pero por eso no evita que me siente con las piernas cruzadas.Estoy en una habitación bastante
CALEB—¡Me ha dado un puto rodillazo en el pene, madre! —vocifero en dirección al MacBook que está descansando sobre el escritorio de madera.Las facciones de mi madre se fruncen, para nadie es secreto que no me cree.—Vamos, Caleb hijo, no es para tanto. Eres un licántropo fuerte, lo vas a superar —asegura madre.Detrás de ella puedo observar el gran ventanal que da vista a los bosques de Alaska, la nieve cae bañando los pinos y abetos de esos diminutos pocos de nieve. Por primera vez en años, añoro esa sensación. El calor de mi tierra, la naturaleza y el olor a bosque húmedo.—¿Qué no es para tanto? Casi nos queda sin descendencia, es una bruta.De solo recordar sus acciones me da un intenso dolor de cabeza. Por la Luna, ¿qué compañera me regaló? Yo pensaba que sería más colaborativa, más responsable...—¡Tonterías! No seas tan dramático, ¿qué dirían los alphas de otras manadas al escucharte? Debes dejar de quejarte, hijo mío. Tuviste mucha suerte al encontrar a tu alma gemela, algun
CALEBMantengo mi semblante serio mientras por dentro muero de risa. La gatita ha caído en mi trampa. Lentamente me ayuda a sentarme en uno de los sillones de la sala de estar, que se encuentra a unos pocos pasos de la entrada principal.Se ve tan tierna preocupada por mí.Y yo me veo tan psicópata por hacer esto.—¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha atacado? —pregunta resbalándose con las palabras —. Llamaré a una ambulancia.Aprovecho para deslizar mi mano por su muslo y atraerla hacia mí. Pongo cara de dolor mientras me dobló en dos.—No, no lo hagas estará bien —intento que no me joda el plan, pero es demasiado lista.Sus cejas se arquean, se inclina para mirarme desde arriba. Sin quererlo me da una vista bastante agradable de sus pechos, m****a, ese pijama le queda pequeño.Tengo que respirar. No puedo excitarme ahora, no cuando he trazado todo esto para seducirla. Le pague a un licántropo para que me hiciera está herida en la puerta de su casa. Sabía que no podría resistirse a ayudarme.
KAT La ambulancia llega rápidamente a por mamá, está en una especie de shock raro que no le permite decir o hacer nada, sus ojos se han tornado de un color blanco con ojeras adornando debajo. Tiene el rostro más pálido de lo habitual. Es como si le pasara algo. Algo muy malo. Algo que se lo que es. Entonces recuerdo las palabras de Caleb. Él dijo que ella era algo. ¿Pero él qué? ¿Qué le pasa a mi madre? Estoy muy asustada en este momento. ¿Y si todo sale mal? Solo quiero volver a casa y olvidar todo lo que ha sucedido hoy. Ladeo mi cabeza mirando a Caleb, él se encuentra en este momento haciéndome compañía en la sala de espera del hospital. Su vista está fija en la pantalla de su teléfono móvil, varios mechones de su pelo negro caen a su frente debido a que está inclinado con los codos apoyado en sus piernas. No puedo aguantarlo más, los nervios me comen la consciencia. —¿Qué es mi madre? —pregunto débil —. Antes dijiste que era algo. La gente no me importa, no hay nadie aquí.