KAT La ambulancia llega rápidamente a por mamá, está en una especie de shock raro que no le permite decir o hacer nada, sus ojos se han tornado de un color blanco con ojeras adornando debajo. Tiene el rostro más pálido de lo habitual. Es como si le pasara algo. Algo muy malo. Algo que se lo que es. Entonces recuerdo las palabras de Caleb. Él dijo que ella era algo. ¿Pero él qué? ¿Qué le pasa a mi madre? Estoy muy asustada en este momento. ¿Y si todo sale mal? Solo quiero volver a casa y olvidar todo lo que ha sucedido hoy. Ladeo mi cabeza mirando a Caleb, él se encuentra en este momento haciéndome compañía en la sala de espera del hospital. Su vista está fija en la pantalla de su teléfono móvil, varios mechones de su pelo negro caen a su frente debido a que está inclinado con los codos apoyado en sus piernas. No puedo aguantarlo más, los nervios me comen la consciencia. —¿Qué es mi madre? —pregunto débil —. Antes dijiste que era algo. La gente no me importa, no hay nadie aquí.
KATEl bosque se encuentra más silencioso de lo normal. Usualmente hay animalitos correteando por aquí y allá, pero ahora nada de nada. Solo silencio. Puedo llegar a escuchar los latidos de mi corazón, que me martillean en el pecho mientras avanzo.Mamá y yo hace más de dos semanas que nos mudamos a Alaska. Yo no estaba muy de acuerdo con eso, pero cuando me di cuenta, ya estaba subida a un avión con destino a este pueblito.Es curioso porque se llama VampyrVille y el de al lado WoolfVille. Ambos pueblos se encuentran enfrentados y con una barrera física que los separa. Para ingresar en el otro pueblo tienes que rellenar un formulario con tus datos y un expediente médico reciente.Aquí los locos abundan.Pero por lo menos no soy la única loca.A veces creo que mamá es vampira. Es gracioso, ¿verdad? Los vampiros no existen. Solo es ella, que tiene una especie de adicción a la sangre. Mis pensamientos no pueden mantenerse cuerdos cuando todo mi alrededor me demuestra que el mundo puede s
KATBueno pues creo que estoy muerta.No recuerdo mucho sobre este chico, solo que nos conocimos después de que me cayera en el bosque y se obsesionara conmigo. Hay algo raro en él, ni siquiera es sus ojos brillantes, ni su cuerpo musculoso, sino algo más que corre entre mis venas.Y ese algo me hace recordarlo.—¿Qué m****a haces aquí, Katherine? —interroga con la voz tomada por la rabia.El oficial se ha quedado callado y algunos hombres que veían con Caleb también. Están expectantes a la escena tan extraña que se acaba de formar, la verdad yo también estoy esperando a despertarme en mi nueva cama.No quiero que se enoje y termine aplastándome junto con las rejas. Entonces me quedo muda, eso no parece agradarle. ¡Maldición!—Habla, Katherine. Habla porque voy a...Me trago un gemido de angustia.—Vaya, Caleb. Así que tú por aquí —intento sonreírle.Creo que las sonrisas no servirán hoy con él. Las venas de su cuello sobresalen palpitando, oh, se ven jugosas supongo.—¿Dónde m****a es
KATMamá aparca en una gasolinera cercana, aprovecha para llenar el tanque de la furgoneta y me compra algunas golosinas para que me quedé tranquila. Pero eso es algo imposible. No puedo respirar con normalidad sabiendo que soy la compañera de ese licántropo.¿Que hay de malo en mí? No soy malvada.Pero el universo se empeña en ponerme trabas de las que no podré salir.—Todo estará bien —intenta tranquilizarme.Parpadeo, pero en ningún momento giro para mirarla.—No, mamá. Todo está mal. Me tienes que contar muchas cosas.—No es el momento, cariño —asegura, sus dedos se vuelven blancos mientras conduce, puedo percibir su rabia.Fijo mi vista en la inmensidad de árboles blancos que tiene Alaska. La carretera está un poco hecha m****a, pero eso a mamá no le importa. Sortea los baches y sigue conduciendo hasta casa. Ojalá las cosas no se pongan peor.Ojalá nadie salga herido.Ojalá esos lobos nos dejen en paz.Yo no quiero ser la compañera de nadie. Quiero estar con mamá, conocer a chicos
KATSiento un dolor agonizante en mi pecho. Me asfixia el alma ver como todo sigue en su mismo lugar, cómo a pesar de cerrar los ojos, mi madre esta degollada. Muerta. Sin vida. Y toda la culpa la tiene Caleb Delacroix.Me las va a pagar.Observo como él se aleja del vehículo, ni siquiera mira atrás cuando camina hacia sus amigos lobos. Se detiene cerca del cuerpo de mi madre y habla sobre algo, pero no logro escuchar. No me hace falta. Porque veo lo que está a punto de pasar.Uno de esos lobos convertidos clavan una estaca en el corazón de mi madre.Mi respiración se detiene.Mi mano temblorosa se desplazada lentamente por la manilla de la puerta, quito el seguro sin hacer mucho ruido. Alzo mis ojos una vez más hacia arriba, esos hombreslobos están ocupados descuartizando a mi madre. ¿Cómo ha podido hacerme esto Caleb? Yo pensé que él sentía algo por mí. Que sentía lo mismo que yo.Pero no es así. Nunca será así, porque ni en otra vida podré perdonarlo.Yo no puedo enamorarme de un se
CALEBAhora si que la he jodido. Yo solo pretendía protegerla de el monstruo de madre que tenía, y hubiera hecho cualquier cosa por sacarla del mismísimo infierno. Pero no, mis garras eran incontrolables y la ira escaló alto en mi consciencia. Ahora Kat me odia, y tiene razones para hacerlo. Siento como mi corazón se estruja de dolor, advirtiendo un mal presagio. Ella es mi compañera, no puede odiarme. No podría vivir el resto de mi vida con este dolor insufrible. No la conozco demasiado, pero si lo suficiente para que todo de ella me obsesione y me enloquezca. La deseo. La deseo para mí. Ella es mía. Es mi mujer, la Luna de mi manada. La madre de mis futuros cachorros, claro, si ella quiere en el futuro tenerlos. Me comunico con mi segundo al mando a través de conexión mental lobuna, al ser el Alfa, puedo comunicarme con ellos sin necesidad de hablar. Le mando que la rodeen y no le hayan ningún daño, tan solo bastará con asustarla un poquito. Después activaré mi plan, porque
En algún lugar tenebroso. Caín deja de besar a la mujer que tiene entre sus brazos y se incorpora para mirar al sirviente que se adentra en sus fríos aposentos. El harem de mujeres a su alrededor emitió un murmullo de protesta, se lo estaban pasando en grande con ese robusto y sensual hombre. —¿Qué pasa, Ebrain, quieres unirte a la fiesta? —se burla él dirigiéndose desnudo hacia el sirviente. Baja la cabeza en señal de respeto. —Señor, encontró a su compañera —informó Ebrain con la voz entrecortada. Caín no supo cómo tomarse eso, la verdad es que la noticia tarde o temprano iba a pasar, Caleb no tardaría en contrar a su compañera de vida. El joven sonríe pícaramente, lame la sangre reseca de sus dedos y se vuelve hacia sus bellas mujeres. Tiene un estupendo harem de vampiresas ardientes y promiscuas. —¿Oyeron? —vocifera él. Las chicas se emocionan, empiezan a aplaudir y alegrarse por tal acontecimiento. Él aprieta el hombro de Ebrain que está totalmente tenso, las lámparas de v
KAT Observo mi reflejo detenidamente. Mis facciones. Mi color de cabello. Todas las imperfecciones de mi rostro. Prácticamente todo, no me quedo nada por analizar. Y aún así, siento que no me reconozco. Como si hubiera un velo delante de mis ojos. Han pasado un par de semanas desde que la anciana Morgan me alojó en su cabaña, lejos del hospital. Un día desperté allí, sin recuerdos, sin pasado. No hay nada en mi mente. Tan solo oscuridad y vacío. No puedo evitar pensar si mi olvido fue mi culpa. Tal vez estaba en el bosque, resbalé con la hierba y me di fuerte en la cabeza con una piedra. Sea como sea, es algo que me carcome por dentro. Mi interior me dice que podré conseguir esos recuerdos, pero rápido esa oscuridad vuelve a mí. Para torturarme. Nada. Absolutamente nada. No sé de dónde soy, ni de dónde vengo, tampoco si tengo familia o amigos. Tan solo estoy en la casa de una anciana, lejos del pueblo más cercano y que le ayudo a hacer sus oficios. No hay más de mí. A veces cr