KATUna suave caricia en mi vientre me hace despertar. Suelto un ronroneo disfrutando del contacto. Mis ojos se mantienen cerrados mientras unos dedos largos y calientes se aferran en mi cadera.Suspiro intentando moverme, pero cuando muevo una pierna para desenredarla de una contraria y ajena de mi cuerpo, un relámpago de dolor me atraviesa mi parte baja.M****a.Ayer no pensé en los dolores que tendría después del sexo.—Mhmm—susurra en mi oído Caleb.Escucho también la lluvia, no se que hora será, allí fuera de la tienda de campaña parece que se está creando una buena tormenta. Un trueno atraviesa en el silencio, me encojo un poco en sus brazos.—El clima está enojado —murmura él, atrayéndome hacia su cuerpo.—¿Tiene hago que ver con tu Diosa? No sé porqué, pero siempre que estamos juntos hay tormenta.El abdomen duro de Caleb se mueve cuando una risa varonil sale de su garganta. No le he escuchado reír muchas veces, creo que me gusta su risa.Es agradable.—¿Crees que tenemos tanto
KAT«Tu vida será un infierno al lado de tu amorcito.»«Elige, hazlo bien.»¿Elegir? No puedo hacerlo, solo quiero que este infierno acabe de una vez. Caleb volvió a ser él en unos minutos, abrió los ojos y sus ojos ya no poseían esa oscuridad abrasadora. Sino que eran dulces, me calentaban, pero no de una manera terrorífica. Hay algo en él. Oscuridad. Maldad. Y está enterrada. Ahora estoy entre la espada y la pared. Salvar una relación sobrenatural que apenas comienza, o matar a la persona que fue destinada para mi. ¿Lo amo? ¿Amo a Caleb? No estoy segura. Ya no estoy segura de nada. —Ey, Kat, cuidado con la rama —me avisa Penny una sonrisa. Hemos recogido el campamento para avanzar, según Cameron la cueva está cerca. Pero yo solo veo una montaña escarpada, un camino con un enorme precipicio. La garganta se me atasca cuando mis ojos miran hacia abajo, doy un paso y algunas piedras caen al abismo. ¿No podríamos subir la montaña por otro lugar? Esto es aterrador. Vale, esto no
KAT—Auch, ¿estoy viva? Mi quejido resuena en la cueva, abro los ojos para verificar el entorno que me rodea y no hay absolutamente nada. Solo olor a moho, bosque, tierra y humedad. Siento un dolor persistente en mi cadera, he caído para abajo derrapando en el estrecho hueco, golpeándome todo el cuerpo en el proceso.Genial, ahora estoy encerrada en este sitio. Y adolorida como la m****a. ¿Qué m****a es este lugar? ¿Mi cabeza a sufrido alguna especie de conmoción y por eso no veo una m****a? Basta de decir m****a. Tengo que mantener la calma, estoy segura de que nada es casualidad aquí. Pero simplemente me he tropezado con una raíz de árbol, tampoco debería ser tan dramática. —¡Caleb! ¡Sácame de aquí maldito! —grito. No hay respuesta. Bueno. Supongo que es hora de moverme. No puedo estar permanentemente aquí sin buscar ayuda. Hay bichos feos que me pueden morder. Podría morir. Se supone que soy un vampiro, ya estoy muerta. Me doy una patada mental, soy tan estupida a veces. E
—Señorita Lamont, el Concejo Licántropo, alega que usted fue la culpable de todas las catástrofes que se han formado en los últimos días. ¿Se declara culpable?Me declaro culpable. Una punzada de dolor me atraviesa el alma. Todos en la sala me miran con un odio que abrasa mi piel, piensan que lo hice, que yo soy la mala en este cuento plagado de monstruos. Lo que no saben, es que aquí nadie es el bueno o el malo. Existen secretos crueles. Todos están manchados de sangre.Incluso yo. —No —miento en voz alta —. Yo no fui la culpable. Ellos mienten. El silencio sepulcral me pone de los nervios.El juez masejea sus manos examinando cada movimiento que hago.—Entonces, ¿por qué ellos la acusan? Tengo entendido que usted guarda el cuerpo del Alpha Real con el único fin de hacer desaparecer la raza licántropa. —Eso es completamente mentira —alzo la voz, indignada —. Caleb no está muerto…Él duerme. La rabia trepa por mis venas, declarando que tengo que controlarme para que no me maten.
KATNo fue buena idea venir.No tuve que aceptar la propuesta de ese chico. ¡Soy una estupida!—¡Kat, cariño, espera! —exclama él, reduciendo la velocidad.Su coche se encuentra a mi lado cuando abrocho los botones de mi camiseta. No puedo creer que este tipo haya creído que podría manosearme así porque sí. ¡Ni siquiera me ha pedido salir! Estoy cabreada ahora mismo.—Por favor, Katy —suplica una vez más.No le escucho. Sigo caminando por la carretera humedecida por la reciente llovizna de la tarde. Mis botas se salpican de agua cuando doy un paso más y sigo oyendo las súplicas y perdones de ese idiota.—Vete a casa, Daniel —le espeto, saliendo del terreno asfaltado para bordear la linde del bosque.—Pensé que querías hacerlo —se justifica.—Pero no de esa manera, fuiste un bruto.Él resopla. Sé que su paciencia está en el límite porque sus fosas nasales se agrandan.—Sube, te llevare a casa —dice, mirándome fijamente.—Vete al infierno.Le doy la espalda cuando giro hacia el mar de ár
CALEBLuna de sangre.Este acontecimiento sucede, para que, los licántropos encontremos a nuestras compañeras o compañeros mientras los buscamos por el bosque. Y está noche la diosa Luna por fin me ha premiado con mi alma gemela. Creo que he sido demasiado salvaje tirándome encima de ella para sentirla, pero admito que no he podido controlarme.Fue en contra de mi voluntad, mis impulsos de lobo fueron los que me alentaron.Ahora mi manada está alrededor de mí. No pueden creer que su alfa haya encontrado a su compañera, yo tampoco lo creo. Es mucho por procesar.Cuando llegue a esta ciudad pensé que simplemente iba a hacer negocios con mis socios y después volvería a Alaska, pero no fue así, he encontrado a mi alma gemela. La sensación cálida en el pecho me abruma, pero es tan deliciosa que no lucho por controlarla.—Lo ves como tenías que salir hoy —me palmea en el hombro Chris, un amigo —. Nunca hay que desperdiciar la ocasión. No puedo creer que vayas a asentar la cabeza.Levanto una
KAT—Consigue un vuelo para todos y que regresen a casa —esa voz es lo que oigo cuando estoy plenamente consciente —. Me quedare unos días más. Sí. Sí. Solo haz lo que te digo. No hace falta. Sí. ¿Vas a dejar de joderme ya o tengo que arrancarte la cabeza?Me hago la dormida por temor a abrir los ojos y experimentar lo peor.La voz masculina atraviesa mis oídos, respiro hondo conteniendo el temblor de mi cuerpo. De un momento a otro los recuerdos me atraviesan. El lobo que se convirtió en un hombre. Los otros lobos alrededor de mí, divisaban la escena como si estuvieran asistiendo a algo maravilloso.Y después, lo último que recuerdo, es cuando me desmayé. ¿Dónde estoy ahora?¿Será que solo fue una pesadilla? Oh...Una puerta se cierra y por fin me animo a abrir mis ojos. Lo primero que percibo es la comodidad de una cama, el colchón es bastante blando. Las piernas me duelen cuando me estiro, pero por eso no evita que me siente con las piernas cruzadas.Estoy en una habitación bastante
CALEB—¡Me ha dado un puto rodillazo en el pene, madre! —vocifero en dirección al MacBook que está descansando sobre el escritorio de madera.Las facciones de mi madre se fruncen, para nadie es secreto que no me cree.—Vamos, Caleb hijo, no es para tanto. Eres un licántropo fuerte, lo vas a superar —asegura madre.Detrás de ella puedo observar el gran ventanal que da vista a los bosques de Alaska, la nieve cae bañando los pinos y abetos de esos diminutos pocos de nieve. Por primera vez en años, añoro esa sensación. El calor de mi tierra, la naturaleza y el olor a bosque húmedo.—¿Qué no es para tanto? Casi nos queda sin descendencia, es una bruta.De solo recordar sus acciones me da un intenso dolor de cabeza. Por la Luna, ¿qué compañera me regaló? Yo pensaba que sería más colaborativa, más responsable...—¡Tonterías! No seas tan dramático, ¿qué dirían los alphas de otras manadas al escucharte? Debes dejar de quejarte, hijo mío. Tuviste mucha suerte al encontrar a tu alma gemela, algun