KAT
—Consigue un vuelo para todos y que regresen a casa —esa voz es lo que oigo cuando estoy plenamente consciente —. Me quedare unos días más. Sí. Sí. Solo haz lo que te digo. No hace falta. Sí. ¿Vas a dejar de joderme ya o tengo que arrancarte la cabeza?
Me hago la dormida por temor a abrir los ojos y experimentar lo peor.
La voz masculina atraviesa mis oídos, respiro hondo conteniendo el temblor de mi cuerpo. De un momento a otro los recuerdos me atraviesan. El lobo que se convirtió en un hombre. Los otros lobos alrededor de mí, divisaban la escena como si estuvieran asistiendo a algo maravilloso.
Y después, lo último que recuerdo, es cuando me desmayé. ¿Dónde estoy ahora?
¿Será que solo fue una pesadilla? Oh...
Una puerta se cierra y por fin me animo a abrir mis ojos. Lo primero que percibo es la comodidad de una cama, el colchón es bastante blando. Las piernas me duelen cuando me estiro, pero por eso no evita que me siente con las piernas cruzadas.
Estoy en una habitación bastante elegante, tiene una ventana con la cortina echada. Todo estaría en plena oscuridad de no ser por la pequeña lámpara que descansa encendida sobre la mesita de noche.
Me reviso mi parte íntima, todo está en perfecto lugar, mi ropa interior no se ha movido ni un solo centímetro.
Respiro aliviada, estaré secuestrada o algo por el estilo, pero no violada.
Me incorporo a la misma vez que la puerta se hace a un lado. Doy un paso atrás por la sorpresa viendo cómo un hombre, ese hombre, aparece con los mechones negros en su frente, sacude la cabeza para después detener sus pies en el comienzo de la entrada de la habitación.
Su mirada me arde, sube por mi cuerpo mandando escalofríos por mi ser, sus ojos envenenados de lujuria se detienen en cada punto de mis curvas femeninas.
Jodido pervertido.
—Oh, vaya... Has despertado —me sonríe con una sonrisa llena de seguridad —.Estás linda con el cabello todo alborotado.
Sus dientes están perfectamente rectos, ¡pero eso no va a distraerme! ¡El jodido condenado está muy rico, pero recuerdo perfectamente lo que sucedió!
Es una bestia.
Sí, lo es. Ha debido de salir del mismísimo infierno y así lograr transformarse en lobo. Entonces no fue una pesadilla, porque este hombre es igual al que estaba encima de mí, desnudo y besándome con su cuerpo de lobo.
Mi cuerpo se calienta al recordarlo. Me siento como una jodida zoofílica. Qué horror.
—¡Atrás! —uso como arma la lámpara que está en la mesita.
Su sonrisilla se ensancha al oír como mi voz suena dudosa contra él.
—¿Qué piensas hacer con la lámpara, gatita? —pregunta saboreando la última palabra, da un paso más.
Mi ceja se arquea al oír su inapropiado apodo.
—Tirártela a la cabeza por ser un secuestrador. ¿Qué hago aquí? —le exijo que me diga, él solo se adelanta un poco más, está solo a unos metros de mí —. Dime o te golpeo.
M****a. Puedo oler su increíble aroma. La sensación es indescriptible, quiero que corte la pequeña distancia que nos separa, pero a la vez no. Mi consciencia me dice que es un ser malo, y que yo soy su presa. Una presa que estará muy gustoso de comerse, eso es lo que me dicen sus ojos. En ningún momento mira a otro lado, solo a mí. Su mirada quema, me altera y me prende.
¿Qué demonios te pasa Katherine?
—Sé que puede que no te lo creas, pero es verdad —comienza a decir —. Mis amigos y yo salíamos a cazar...
Mis alertas se activan y mis musculos se tensan.
—Aquí no se puede cazar. La zona del bosque está protegida y cualquier persona que entre con malas intenciones se llevará una sanción por parte del ayuntamiento de la cuidad. Los animales están protegidos.
Mi interrupción parece sorprenderle, porque sus labios hacen una pequeña mueca. Oh, qué labios. Me siento como si fuera una adolescente por estar alterandome de esta manera. Aunque se el hombre más delicioso que he visto en toda mi corta vida, ¡debo centrarme! Puede que sea un posible acosador o un secuestrador. Tengo que llegar al fondo de esto.
—Ya, bueno. Nosotros no somos de aquí, pero te vimos tirada en el bosque y pensábamos que te había pasado algo. Así que decidimos traerte a nuestro hotel, ya cuando despertarás veríamos si llamaríamos a la policía o no. Pensé que eso podría meterte en problemas —explica lentamente, mi mirada permanece en sus apetitosos labios.
—¿Entonces no me has secuestrado?
—Si quisiera llevar a una mujer preciosa como tú a mi cama, no me haría falta secuestrarla —afirma, cuánto vuelvo a mirarme a los ojos sé que me ha pillado viéndome los labios —. ¿Quieres que te lo demuestre, bonita? Estoy seguro de que podemos solucionar esto mientras te lo enseño.
Arrugo mi nariz haciéndole creer que siento asco. Mantengo mi cabeza alta mientras le digo:
—Puede que tú respuesta sea muy bien pensada, pero te vi. Vi como tú te convertías en hombre después de intentar devorarme como lobo —termino de hablar porque mi boca se queda seca.
Su enorme cuerpo arremete contra el mío en cuestión de segundos, me quita la lámpara de la mano y la lleva a su lugar, mientras con la que le sobra me sostiene de las caderas para atraparme contra la pared.
Mi corazón pega un latido errático al tenerlo tan cerca, al sentir su sangre ardiente por todo su cuerpo pegado al mío y degustar más el olor a limpio mezclado con más sustancias.
Sus labios se acercan amenazadoramente a los míos, se detiene para rozarlos. Siento un hormiguero placentero que me sacude el cuerpo.
—Mírame —ordena.
Subo la mirada por su voz tan intimidante y dura. Nadie podría objetar algo, así que simplemente le obedezco.
—Lo que viste en el bosque solo fue una pesadilla. Ningún lobo se convirtió en hombre. Fue tu cabeza la que creo eso después de que te tropezaras con un tronco al querer regresar rápidamente a casa. Yo y mis amigos te vimos, solo me conoces porque me viste ahora, en ningún otro lugar —el brillo en sus ojos me ciega por un momento, empiezo a asentir absorta en sus palabras que penetran en mi mente queriendo reordenando los sucesos.
El oxígeno parece acabarse mientras se queda helado en la posición, sus labios rozan cuando habla y no puedo pensar en otras cosas más que en sentir el sabor de su boca. Su mano por otro lado, masajea mi cadera y su brazo me impide huir, porque lo tiene colocado a un lado de mi cabeza.
—¿Cuál es tu nombre? —susurro con dulzura.
—Caleb Delacroix —responde esbozando una sonrisa triunfal.
—¿Te importaría soltarme? Usualmente le daría una patada en las bolas a quien quisiera acorralarme de esta manera.
Se relame los labios, m****a, está haciendo todo esto para provocarme. Su ancha y pícara sonrisa se trasforma en una que te hace querer quitársela por lo poderoso que se ve.
—¿Esperas que después de encontrar a mi Ninfa en el bosque, podré soltarla? Creo que vas a tener que golpearme las bolas sí...
Me arrepiento enseguida de hacerlo. Su cuerpo se inclina hacia atrás por el fuerte rodillazo que le he asestado en sus partes íntimas. Las facciones de la cara se le endurecen del dolor y deja escapar un gemido de sus carnosos labios. Ruge de dolor apoyándose en un sillón de cuero que está al lado del ventanal. Es entonces cuando veo mi oportunidad.
Agarro mi bolso que está a los pies de la cama y me encamino veloz como rayo hacia el exterior.
—Oh, Katherine, quise hacer esto por las buenas, ¡pero no hay otro remedio más que domarte como la salvaje que eres! —oigo su grito al salir.
Oh, dioses. ¿Que hice? ¿Cómo sabe mi nombre? ¿Agredí a la persona que me ayudó a salir de ese bosque? Qué además era guapísimo, fuertísimo y muchos isimos más. Su acercamiento me provocó unas sensaciones muy raras, eso hizo que me asustara y le diera un rodillazo. ¡No estoy preparada para vivir algo como esto!
Estoy segura de que voy a tener problemas.
Y lo peor de todo es que mientras me voy alejando más de él, más siento su distancia. Eso no me gusta, me lastima el alma. ¿Qué clase de brujería es esta?
CALEB—¡Me ha dado un puto rodillazo en el pene, madre! —vocifero en dirección al MacBook que está descansando sobre el escritorio de madera.Las facciones de mi madre se fruncen, para nadie es secreto que no me cree.—Vamos, Caleb hijo, no es para tanto. Eres un licántropo fuerte, lo vas a superar —asegura madre.Detrás de ella puedo observar el gran ventanal que da vista a los bosques de Alaska, la nieve cae bañando los pinos y abetos de esos diminutos pocos de nieve. Por primera vez en años, añoro esa sensación. El calor de mi tierra, la naturaleza y el olor a bosque húmedo.—¿Qué no es para tanto? Casi nos queda sin descendencia, es una bruta.De solo recordar sus acciones me da un intenso dolor de cabeza. Por la Luna, ¿qué compañera me regaló? Yo pensaba que sería más colaborativa, más responsable...—¡Tonterías! No seas tan dramático, ¿qué dirían los alphas de otras manadas al escucharte? Debes dejar de quejarte, hijo mío. Tuviste mucha suerte al encontrar a tu alma gemela, algun
CALEBMantengo mi semblante serio mientras por dentro muero de risa. La gatita ha caído en mi trampa. Lentamente me ayuda a sentarme en uno de los sillones de la sala de estar, que se encuentra a unos pocos pasos de la entrada principal.Se ve tan tierna preocupada por mí.Y yo me veo tan psicópata por hacer esto.—¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha atacado? —pregunta resbalándose con las palabras —. Llamaré a una ambulancia.Aprovecho para deslizar mi mano por su muslo y atraerla hacia mí. Pongo cara de dolor mientras me dobló en dos.—No, no lo hagas estará bien —intento que no me joda el plan, pero es demasiado lista.Sus cejas se arquean, se inclina para mirarme desde arriba. Sin quererlo me da una vista bastante agradable de sus pechos, m****a, ese pijama le queda pequeño.Tengo que respirar. No puedo excitarme ahora, no cuando he trazado todo esto para seducirla. Le pague a un licántropo para que me hiciera está herida en la puerta de su casa. Sabía que no podría resistirse a ayudarme.
KAT La ambulancia llega rápidamente a por mamá, está en una especie de shock raro que no le permite decir o hacer nada, sus ojos se han tornado de un color blanco con ojeras adornando debajo. Tiene el rostro más pálido de lo habitual. Es como si le pasara algo. Algo muy malo. Algo que se lo que es. Entonces recuerdo las palabras de Caleb. Él dijo que ella era algo. ¿Pero él qué? ¿Qué le pasa a mi madre? Estoy muy asustada en este momento. ¿Y si todo sale mal? Solo quiero volver a casa y olvidar todo lo que ha sucedido hoy. Ladeo mi cabeza mirando a Caleb, él se encuentra en este momento haciéndome compañía en la sala de espera del hospital. Su vista está fija en la pantalla de su teléfono móvil, varios mechones de su pelo negro caen a su frente debido a que está inclinado con los codos apoyado en sus piernas. No puedo aguantarlo más, los nervios me comen la consciencia. —¿Qué es mi madre? —pregunto débil —. Antes dijiste que era algo. La gente no me importa, no hay nadie aquí.
KATEl bosque se encuentra más silencioso de lo normal. Usualmente hay animalitos correteando por aquí y allá, pero ahora nada de nada. Solo silencio. Puedo llegar a escuchar los latidos de mi corazón, que me martillean en el pecho mientras avanzo.Mamá y yo hace más de dos semanas que nos mudamos a Alaska. Yo no estaba muy de acuerdo con eso, pero cuando me di cuenta, ya estaba subida a un avión con destino a este pueblito.Es curioso porque se llama VampyrVille y el de al lado WoolfVille. Ambos pueblos se encuentran enfrentados y con una barrera física que los separa. Para ingresar en el otro pueblo tienes que rellenar un formulario con tus datos y un expediente médico reciente.Aquí los locos abundan.Pero por lo menos no soy la única loca.A veces creo que mamá es vampira. Es gracioso, ¿verdad? Los vampiros no existen. Solo es ella, que tiene una especie de adicción a la sangre. Mis pensamientos no pueden mantenerse cuerdos cuando todo mi alrededor me demuestra que el mundo puede s
KATBueno pues creo que estoy muerta.No recuerdo mucho sobre este chico, solo que nos conocimos después de que me cayera en el bosque y se obsesionara conmigo. Hay algo raro en él, ni siquiera es sus ojos brillantes, ni su cuerpo musculoso, sino algo más que corre entre mis venas.Y ese algo me hace recordarlo.—¿Qué m****a haces aquí, Katherine? —interroga con la voz tomada por la rabia.El oficial se ha quedado callado y algunos hombres que veían con Caleb también. Están expectantes a la escena tan extraña que se acaba de formar, la verdad yo también estoy esperando a despertarme en mi nueva cama.No quiero que se enoje y termine aplastándome junto con las rejas. Entonces me quedo muda, eso no parece agradarle. ¡Maldición!—Habla, Katherine. Habla porque voy a...Me trago un gemido de angustia.—Vaya, Caleb. Así que tú por aquí —intento sonreírle.Creo que las sonrisas no servirán hoy con él. Las venas de su cuello sobresalen palpitando, oh, se ven jugosas supongo.—¿Dónde m****a es
KATMamá aparca en una gasolinera cercana, aprovecha para llenar el tanque de la furgoneta y me compra algunas golosinas para que me quedé tranquila. Pero eso es algo imposible. No puedo respirar con normalidad sabiendo que soy la compañera de ese licántropo.¿Que hay de malo en mí? No soy malvada.Pero el universo se empeña en ponerme trabas de las que no podré salir.—Todo estará bien —intenta tranquilizarme.Parpadeo, pero en ningún momento giro para mirarla.—No, mamá. Todo está mal. Me tienes que contar muchas cosas.—No es el momento, cariño —asegura, sus dedos se vuelven blancos mientras conduce, puedo percibir su rabia.Fijo mi vista en la inmensidad de árboles blancos que tiene Alaska. La carretera está un poco hecha m****a, pero eso a mamá no le importa. Sortea los baches y sigue conduciendo hasta casa. Ojalá las cosas no se pongan peor.Ojalá nadie salga herido.Ojalá esos lobos nos dejen en paz.Yo no quiero ser la compañera de nadie. Quiero estar con mamá, conocer a chicos
KATSiento un dolor agonizante en mi pecho. Me asfixia el alma ver como todo sigue en su mismo lugar, cómo a pesar de cerrar los ojos, mi madre esta degollada. Muerta. Sin vida. Y toda la culpa la tiene Caleb Delacroix.Me las va a pagar.Observo como él se aleja del vehículo, ni siquiera mira atrás cuando camina hacia sus amigos lobos. Se detiene cerca del cuerpo de mi madre y habla sobre algo, pero no logro escuchar. No me hace falta. Porque veo lo que está a punto de pasar.Uno de esos lobos convertidos clavan una estaca en el corazón de mi madre.Mi respiración se detiene.Mi mano temblorosa se desplazada lentamente por la manilla de la puerta, quito el seguro sin hacer mucho ruido. Alzo mis ojos una vez más hacia arriba, esos hombreslobos están ocupados descuartizando a mi madre. ¿Cómo ha podido hacerme esto Caleb? Yo pensé que él sentía algo por mí. Que sentía lo mismo que yo.Pero no es así. Nunca será así, porque ni en otra vida podré perdonarlo.Yo no puedo enamorarme de un se
CALEBAhora si que la he jodido. Yo solo pretendía protegerla de el monstruo de madre que tenía, y hubiera hecho cualquier cosa por sacarla del mismísimo infierno. Pero no, mis garras eran incontrolables y la ira escaló alto en mi consciencia. Ahora Kat me odia, y tiene razones para hacerlo. Siento como mi corazón se estruja de dolor, advirtiendo un mal presagio. Ella es mi compañera, no puede odiarme. No podría vivir el resto de mi vida con este dolor insufrible. No la conozco demasiado, pero si lo suficiente para que todo de ella me obsesione y me enloquezca. La deseo. La deseo para mí. Ella es mía. Es mi mujer, la Luna de mi manada. La madre de mis futuros cachorros, claro, si ella quiere en el futuro tenerlos. Me comunico con mi segundo al mando a través de conexión mental lobuna, al ser el Alfa, puedo comunicarme con ellos sin necesidad de hablar. Le mando que la rodeen y no le hayan ningún daño, tan solo bastará con asustarla un poquito. Después activaré mi plan, porque