Mi nombre es Alessandra D'Angelo, Ricci, Brown, Vitale y mi vida comenzó hace 7 años, cuando mi ahora madre me rescató de un prostíbulo.
Hoy en día tengo 22 años y no soy ni la sombra de lo que alguna vez fui.
Para el ojo público soy una militar destacada, influencer, la chef y pastelera número uno del mundo, una persona cerrada que no tiene amigos.
Pero para mi familia soy, mi niña, hija, Aless, mi orgullo, sister.
Y con ellos solo soy yo, una mujer que supera día a día sus demonios, graciosa, cariñosa, a la que no le gusta salir de compras, ni ver desconocidos, hombres en particular.
A la que no le gusta el ruido, pero tampoco el silencio.
Que ama con todo su ser a su familia, que consiente con postres a su madre, que pelea a sus celosos padres.
Lejos de todo eso a las sombras de los ojos de todos, incluidos los de mi familia, solo soy Alessandra, la que lucha en peleas clandestinas, la que junta el dinero y lo dona a asociaciones contra la violencia y la trata de blancas.
También soy un futuro activo en la mafia de Addy y los psicópatas. El legado de uno de los próximos líderes, mi madre, Edeline.
Pero solo estoy divagando, no me hagan caso.
Alessandra: Eso sería todo por hoy, recuerden si son menores, pídanle ayuda a sus padres o familiares para usar el horno, chau.
Saludo con la mano y una sonrisa antes de cortar el live en el que estuve por casi tres horas enseñando a hacer unos cupcakes de vainilla.
Andrei: ¿Terminaste, mi niña?
Alessandra: Sí, papá, ¿Qué haces aquí?
Debería estar en el entrenamiento con las mellizas, mi madre está otra vez en embarazo y este último no la está tratando bien.
Tiene ya 6 meses y es el último que quiere tener, después de tener a mi hermanito Mikhail, que ahora tiene dos años, les dio un ultimátum a mis padres.
No se lo tomaron muy en serio porque la embarazaron de nuevo, otros niños, si para desgracia de mi madre y la alegría de mis padres, son mellizos.
Quién diría que esta familia es propensa a embarazos múltiples.
Nathan y Aiden se van a llamar, pero desde que se enteró no puede pasar ningún alimento, todo termina en el inodoro, el insomnio y los dolores de espalda la están matando.
Andrei: Me quedé cuidando a Mikhail, tenía sueño, tu madre tuvo control en la clínica, fue con tus papás Lucien y Mattia, y los otros están en el entrenamiento.
Alessandra: ¿Te imaginabas teniendo 7 hijos?
Andrei: Sabes que no tuve una primer familia feliz, pero desde que los Brown me mostraron el amor de una, siempre quise una numerosa, y que mejor que esta.
Es la mejor de eso, no cabe duda, todos en esta familia se aman, se respetan y recuerdan.
Nuestro abuelo Orson falleció hace un año, fue un golpe duro para todos aquí, un ataque al corazón se lo llevó mientras dormía, desde ese día, cuidamos de forma más estricta a Kalen.
Por lo menos no murió sufriendo.
Andrei: No fue por eso que vine, Atenea te está buscando, algo sobre ropa y un chico.
Es mi prima, mi hermana, mi mejor amiga, mi otra mitad, pasamos todo el tiempo juntas, nos contamos todo y fue uno de mis apoyos cuando empecé a hacer videos cocinando.
Y hoy tiene una "cita" y quiere que la ayude a elegir su ropa, no es como si ella quisiera algo más, solo quiere sexo, no busca compromisos, hay alguien que la tiene enganchada, pero no me dice quién es.
Alessandra: Tiene una cita, pero no le digas a los psicópatas o lo matan antes de llegar.
Andrei: No te aseguro nada mi niña, ¿Y tú?
Alessandra: ¿Yo qué?
Andrei: ¿No hay ningún chico o chica que te guste o te llame la atención?
Alessandra: Estoy enfocada en mi carrera papá, pero cuando llegue o lleguen porque no descarto una relación como la suya, serán los primeros en enterarse.
Andrei: Avísanos antes de enamorarte, para poder matarlos.
Me río, sabía que iba a decir eso, detesta cuando salimos y los hombres se me acercan a coquetear.
Alessandra: Sí, papá, como tú digas.
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Termine de ayudar a Ate, se veía hermosa en el vestido negro, no es que no lo fuera, si cabello castaño y sus ojos azules llaman la atención hasta del más ciego.
Me gustaría sentir la confianza suficiente para usar esta clase de vestidos, cortos y que parecen una segunda piel, pero la única forma en que los use, es cuando salgo con mi familia.
Porque tengo la seguridad de que ellos no permitirían que me sucediera nada malo, aunque gracias a ellos ya sé defenderme y tampoco volvería a permitir que utilicen mi cuerpo al gusto ajeno.
Iker: ¿A dónde se fue mi hermana?
Me sobresaltó cuando el escurridizo gemelo apareció en mi espalda en la habitación de Ate.
Por ningún motivo ellos deben enterarse de su cita, son más celosos que sus padres.
Alessandra: De compras.
Iker: ¿No me estás mintiendo?
Alessandra: ¿Por qué debería?
Hace un sonido con la garganta.
Iker: Un día voy a descubrir que me mientes y te voy a castigar, bonita.
Son pocas las semanas en la que los tres hermanos hombres me empezaron a llamar de forma diferente, pase de ser Aless a ser...
Bonita.
Preciosa.
Ángel.
Me aterra y encanta en partes iguales.
Narra AlessandraAtenea: Vamos, por favor, solo una, si no te gusta no insisto más. Aquí vamos de nuevo, lleva insistiendo mucho tiempo para que tenga una cita y ahora el chico con el que salió el otro día tiene un amigo... guapo, vamos a decirle. Y según Ate me va a gustar, me mostró una foto, es... lindo, alto, cuerpo promedio, pelirrojo, ojos verde esmeralda, ni muy pobre ni muy rico, eso no me interesa en lo más mínimo. No es mi tipo. En realidad no sé cuál es mi tipo, pero no es pelirrojo, no es definitivamente un chico al que necesita de un amigo para buscar una mujer que quiera una cita con él. Y absolutamente no es él. Pero no puedo negarle mi ayuda a Ate, porque no solo sería yo en la cita, QUIEREN UNA CITA DOBLE, ¿en qué maldito planeta esas cosas terminan bien? Atenea: Por favor, por favor. Junta sus manos suplicando y me hace pucheros. La m*****a siempre me convence cuando hace eso. Alessandra: Bien. Digo derrotada. Atenea: ¡Sí! Ponte un vestido bonito. Alessan
Narra AlessandraTuve tres malditos días para elegir el outfit para la cita, pero como hago normalmente en estos casos, los pospongo hasta último momento. Ya estamos a 8 de la noche, estoy bañada, secada, preparada para cambiarme, solo tengo un pequeño problema... No sé qué ponerme. Podría usar lo de siempre, jogging, camisetas y zapatillas, es lo más cómodo para desplazarse en la cocina y no es como si me importará como me veo. No puedo ponerme eso para una cita ¿O si? Mi familia diría que sí, pero cualquier persona del resto del mundo que le preguntes te dirá que no. Así que me decido por unos de esos trajes que mi madre me hace comprar para ocasiones especiales... no es que lo sea, pero entre eso y un vestido, elijo el traje. Este es de color crema, es un conjunto de tres piezas, short, blusa y chaqueta que llega hasta donde termina el short, me pongo unos tacones negros abiertos, que dejan ver mis pies. Ato mi cabello en una coleta alta, no me maquillo, me veo bien sin nada,
Narra Izan Estoy cabreado y quiero matar al bastardo que incómodo a Aless, no debió poner ese brazo ahí, menos sin preguntarle. Si ya por ponerlo me enojo, estoy furioso porque ni siquiera le pregunto y no la soltó cuando notó que la incomodaba. Esto es la m*****a culpa de mi hermana, siempre anda metiendo en problemas a Alessandra. Y ahora está aquí, en medio de un restaurante vacío, tan mojada que los pezones se le marcan en la blusa, buscándonos porque sabe que fuimos nosotros los que activamos los extintores. Claro que no se quedó por la m****a de ayudar, que le dijo a esos idiotas que la menospreciaron, ella no ayuda a nadie que no sea su familia. Porque a ella nadie la ayudó cuando lo necesitó. Alessandra: Salgan, no hace falta que se escondan, ya sé que fueron ustedes. Iker: ¿Quién dijo que nos escondemos? Alessandra: ¿Cómo le llamas a ponerte detrás de unas columnas? Izan: ¿Distracción? Abre grande sus ojos al entender y mira hacia todos lados. Alessandra: ¿Dónde es
Narra AlessandraEstán locos, completamente locos. Izan: Eres nuestra, preciosa. Iker: En el momento en que cruzaste la puerta de la casa sellaste tu destino, bonita. Isaac: Siempre has sido nuestra, ángel, solo no te habías enterado. Están desquiciados, esto está mal, completamente mal. ¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué me ponen esos apodos que hacen latir mi pequeño corazón? ¿En serio pueden amarme? ¡No! ¡Me niego a dejarles las cosas fáciles!... Que comience el juego. Alessandra: Yo no soy de nadie. Isaac: Eres nuestra. Es inquietante lo mucho que me desagradaron esas palabras en la boca de los otros tipos y lo poco y nada de la de ellos. Alessandra: Nunca. Izan: Preciosa, no voy a hablar por mis hermanos —estos lo miran mal, está haciendo algo que no acordaron— pero permíteme a mí, ser tuyo. Ser tuyo. Es la primera vez que alguien me dice eso, y no puedo negar lo que me gustó. Por primera vez en mi vida, no soy de nadie, alguien quiere ser mío. Izan: Permíteme ser
Narra AlessandraYa pasaron dos días y no he visto a ninguno de los hermanos, sé que me están dando espacio, que no pedí. Pero eso no va a arruinar el buen humor que tengo, mi madre al fin decidió darle sepultura a María. Se despertó con la loca sensación de que su amiga ya fue vengada, no hace 7 años cuando incendió el prostíbulo y mató al padre de mi saco. No cuando le cortó los dedos de la mano derecha, no cuando fileteo sus nalgas, tampoco cuando le cortó las orejas y le perforó los tímpanos para que no pueda escuchar las voces de mis padres. Ni siquiera después de ser usada durante casi siete años como saco de boxeo y tiro al blanco, la cuenta de mi madre se sentía saldada, pero hoy sí. María va a tener el privilegio de tener a cuatro personas de la familia vaciando sus cargadores en ella hoy. Mi madre, mis padres, Mattia y Matteo y por supuesto yo. Ya estamos fuera de su jaula esperando que salga. ¿Olvide decirles que antes de que la dejarán sorda se le obligó a aprender
Narra AlessandraAkio: Es un placer conocerte, ¿Vienes a comer aquí seguido? Me preguntó girando su cabeza viendo todo el puesto, es un carro que tiene una plancheta encima de una hornalla conectada a un tubo de gas y una freidora conectada en el mismo tubo. Alessandra: La verdad es que si, el señor Franco hace las mejores hamburguesas de Sicilia. Contestó con una sonrisa amistosa. El señor Franco me hace una seña avisándome que mi pedido está listo. Alessandra: Ya está mi pedido, nos... ...: ¡Preciosa! Por el apodo diría que es Izan, pero lo que me lo confirma son sus ojos el izquierdo gris y el derecho azul, su copia lo tiene al revés. Akio: Disculpe, ¿lo conoce o necesita ayuda para algo? ¿Dónde estaba la gente así cuando me secuestraron? Cuando gritaba por ayuda nadie me preguntaba si los conocía, todos asumieron que eran familiares y yo era muy rebelde. Alessandra: Sí, descuide, lo conozco. Izan: Preciosa, la enana me mandó a buscarte, dijo que estabas un poco incómoda
1 mes más tarde...Narra IzanHoy salimos en el jet de mi madre a Japón, Aless tiene una presentación en una academia culinaria, es la invitada de honor en una clase especial de mochis. Que son unos pastelitos rellenos cocinados al vapor, son muy ricos, pero lo que más me gusta que cocina son los cupcakes. Hace unos de chocolate que tienen un relleno de crema de dulce de leche que matan. Y últimamente para la bronca de mis hermanos, soy al único de los tres al que se los hace, lleva un mes haciéndoles la vida imposible. Si le hablan los ignora, si entran a una habitación ella se va, si cocina algo les convida a todos menos a ellos dos. Isaac está que hecha humo por los oídos, escuché a nuestros padres quejarse de que trata a todos mal en la empresa de mi madre. Y mi copia, que decir de él, no está encabronado como el mayor, está dolido, quería que nos acepte a los tres. Pero ellos se lo buscaron, no entendieron a las buenas que ella no va a ser tratada como objeto, según ellos s
Narra AlessandraLo llamé mi novio. Bueno, es lo que quiero. ¿Él lo querrá? No le pregunté antes de decirlo. Tampoco lo negó y dijo, mi preciosa novia, ¿Se estaba burlando? ¡Ah! Alessandra: Izan, yo... este... Estoy nerviosa, ¿Qué se supone que haga si me dice que no quiere? No podría volver a mirarlo. Izan: ¿Quisiste decir lo que dijiste? ¿Que si quería? Joder, me moría por hacerle saber al mundo que es mío y no entiendo de dónde salió ese sentimiento posesivo. Mío, esa palabra hace bombear más rápido a mi corazón, un escalofrío me recorre la columna y una incomodidad desconocida se instala en mi entrepierna. Alessandra: ¿Tú quieres? Izan: Joder, preciosa, sí. Alessandra: Menos mal, porque estaba considerando decirle a tu mamá que me cambie el nombre y me desaparezca donde no pueda volver a verte por la vergüenza. Izan: ¿Segura que quieres que sea tu novio? No me pasa desapercibido que dijo ser tu novio y no, ser mi novia. Alessandra: Segurísima. Izan: ¿Y cómo te hace