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🔥CAPITULO 7🔥

Narra Alessandra

Akio: Es un placer conocerte, ¿Vienes a comer aquí seguido?

Me preguntó girando su cabeza viendo todo el puesto, es un carro que tiene una plancheta encima de una hornalla conectada a un tubo de gas y una freidora conectada en el mismo tubo.

Alessandra: La verdad es que si, el señor Franco hace las mejores hamburguesas de Sicilia.

Contestó con una sonrisa amistosa.

El señor Franco me hace una seña avisándome que mi pedido está listo.

Alessandra: Ya está mi pedido, nos...

...: ¡Preciosa!

Por el apodo diría que es Izan, pero lo que me lo confirma son sus ojos el izquierdo gris y el derecho azul, su copia lo tiene al revés.

Akio: Disculpe, ¿lo conoce o necesita ayuda para algo?

¿Dónde estaba la gente así cuando me secuestraron? Cuando gritaba por ayuda nadie me preguntaba si los conocía, todos asumieron que eran familiares y yo era muy rebelde.

Alessandra: Sí, descuide, lo conozco.

IzanPreciosa, la enana me mandó a buscarte, dijo que estabas un poco incómoda hoy, ¿Te sientes bien? ¿Te llevo al médico? ¿Es muy grave? ¿Te duele?

Esa vieja bruja, ¿cómo supo que con el único que estaba bien era él?

Izan: ¿Quién es él?

Alessandra: Cálmate exagerado, estoy bien, ves —doy una vuelta para que vea mi cuerpo sin ningún rasguño— no tengo nada.

Izan: ¿Qué le pasó a tu mejilla?

Alessandra: Nada importante, ya me ocupé.

Me pareció escuchar un «Y cómo», pero cuando veo al hombre está callado y observando todo atento.

Alessandra: Oh, él es Akio.

Izan: ¿Akio?

Akio: Sí.

Izan: Te me haces conocido, ¿Eres de por aquí?

Akio: No, no, llegué hace una semana, soy de Japón.

Alessandra: Oh, eso es genial, yo tengo un viaje allí el mes que viene.

No sé por qué lo dije, pero salió sola la información, no es como si les importará.

Izan: Sí, es verdad, yo voy contigo, Ate no puede, tiene un viaje a Colombia.

Sonrió con eso, no me molesta el gemelo, pero no es por eso, me alegra que Ate vaya a ver a Junior, ha estado un poco tensa su relación, lo que sea que signifique para ellos.

Siempre diré que tienen que estar juntos, pero ellos hicieron un pacto, algo de esperar a alguien o algo, no sé, pero mientras, harían sus vidas libremente.

Claro que esta información no la tiene nadie más que yo.

Akio: Bueno, si no estoy de viaje de negocios para ese momento, puedo enseñarles la ciudad.

Izan: No es necesario, yo la conozco.

Si Addy los ha llevado allí, cuando hizo tratados con el jefe de la Yakuza, tengo entendido que tiene que ir de nuevo, ya que el actual jefe es muy viejo y le va a dejar el mandato a su hijo.

Del cual desconozco todo.

Izan: ¿Ese es tu pedido?

Alessandra: Sí, agárralo y vamos, que Tom las debe estar olfateando desde el estudio.

Izan: Son tan iguales que asustan a veces.

Alessandra: Hombre, tienes un gemelo y una melliza y te asustamos nosotros, me avergüenzas, Adiós Akio fue un gusto.

Me saluda moviendo su mano de derecha a izquierda y me voy con mis preciadas hamburguesas.

Izan: ¿Lo habías visto antes?

Alessandra: No, es la primera vez que lo veo, pero es raro, no me incomoda su presencia, ¿Debe ser algo bueno no?

Izan: Si tu cuerpo no lo rechaza es bueno, preciosa, todo lo que te haga sentir cómoda lo es.

Dejamos la conversación hasta ahí y volvemos a la casa, le dejo 3 hamburguesas a Tom en el estudio y el resto me lo llevo a mi habitación, invite a Izan a ver una película así que las vamos a comer.

Sé que se niega a admitirlo, pero le encanta la comida del señor Franco.

Izan: ¿Qué vamos a ver?

Alessandra: ¿Avatar?

Izan: ¿La uno o la dos?

Alessandra: La segunda, por supuesto.

Asiente y se acuesta en mi cama dejándome un lugar a su lado. Me acuesto lento, viendo las reacciones de mi cuerpo, siguiendo su consejo.

"Si tu cuerpo no lo rechaza es bueno, preciosa, todo lo que te haga sentir cómoda lo es."

Sigo hasta que estoy tumbada a su lado, de costado, prácticamente pegando mi cuerpo al suyo, él no se mueve ni más cerca de mí ni más lejos, está ahí paciente viendo lo que hago.

Agarró su mano que está a mi espalda y la pasó por encima de mí, sobre mi cadera hasta dejarla apoyada en mi vientre.

Espero que mi cuerpo se tense, le agarre pánico o empiece a temblar, pero no lo hace.

Alessandra: ¿En serio quieres ser mío?

Izan: Nada me hacía más feliz.

Alessandra: ¿Aunque lo más lejos que podamos llegar es a este tipo de abrazos en mucho tiempo?

Izan: Me encanta poder tenerte así.

A mí me gusta poder sentirte así.

Izan: ¿No te hace incomodar esto?

Habla de él apoyado en mi espalda y su brazo en mi vientre.

Alessandra: No.

Izan: ¿Y esto?

Apoya su rostro en el hueco de mi cuello, siento su respiración en mi piel y los vellos se me erizan, pero no me incomoda o asquea.

Alessandra: No.

Izan: Me alegro, ¿Ahora podemos ver la película o seguimos haciendo experimentos?, Oye, no me quejo lo que tú quieras, pero a mí me alcanza con tenerte así en mis brazos.

Alessandra: Vamos a ver la película.

Se ríe y me da un beso en la mejilla antes de volver su rostro a mi cuello.

Es inquietantemente delicioso el roce de su piel con la mía y las leves caricias que hace en mi vientre me calman.

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