Narra AkioAlessandra: ¿Quieres que te cuente qué carreras estudié? ¿No? Bueno, como no me importa lo que digas, te voy a decir de igual modo, hice pastelería, repostería, panadería, chef y la que más te va a gustar, militar, sabes, hay varias torturas que se usan para asustar a los nuevos cadetes. Alessandra: Normalmente las usan para medir su valía o asustarlos para que abandonen, mi favorita es la eléctrica, pero contigo empezaremos desde la que menos me gusta >> Estoy tan fascinado por lo que hace y dice que no me doy cuenta de que eligió el martillo. Alessandra: El martillo lo utilizaban para romperle las rodillas a los cadetes y ver si volvían después del alta, vamos a ver cuántos martillazos aguantas antes de suplicar. El primero llega con poca fuerza, pero eso no evita que lo haga sisear e insultar por lo bajo. Muero de ganas de escucharlo suplicarle a la niña. El segundo va con más fuerza que el anterior, se lo pegó en la otra pierna y el impacto afectó como ella quería
Narra AlessandraMe di cuenta de que el que me seguía no era mi tío cuando una sombra me siguió hasta su casa, pero seguí con el plan que tenía. Cuando viera a lo que vine tenía dos opciones, huir o disfrutar de lo que haría y aunque en ese entonces no sabía que era Akio, era emocionante saber que alguien espiaba mi venganza. Según el hombre que está al volante no me está secuestrando, me está llevando a mi casa donde es probable que lo intenten matar o lo hagan. Entendí al momento de estar a una cuadra y ver a las camionetas de los japoneses estacionarse en donde estaba, que él era parte de la Yakuza y puso su vida en riesgo para salvarme. Llegamos a la casa y los hombres después de ver mi rostro nos dejaron pasar, blancos como una hoja. Era de esperarse, me escape y la responsabilidad recae en ellos, ya que se supone que debían asegurarse de que no salga. Entró dejando pasar a Akio atrás mío, es tarde por lo que no hay mucha gente o eso espero. Andrei: Se puede saber en dónde
Narra AlessandraDespués de que cada uno de mis familiares le hiciera la misma amenaza que mi hermano a Akio nos dejaron a los 5 solos. Isaac e Iker, por un lado, Akio por otro, e Izan y yo aparté. Me levanto y me voy a sentar al patio trasero, los guardias pasan cabizbajos por mi espalda cuando me semi acuesto en uno de los sofás. Isaac: ¿Podemos hablar? Ángel. Sí, pregunta, no me molesta, cuando quiere ordenar que hablemos o hagamos lo que él quiera no. Pero como lo pidió de buena gana se lo concedo, total una palabra, no modifica en nada el enojo que siento hacia él últimamente. Alessandra: Claro, siéntate. Isaac: Ángel, entre Sasha y yo, no pasa nada, sí, pasó, pero hace seis meses y ni siquiera la recuerdo. ¿Así se llama la rubia? Supongo. Isaac: Y sé que eso no es excusa para que perdones por tratarte como te trate, y menos por haber dejado que esa mujer te insultara y denigrara. No lo interrumpo, él ya es una persona de pocas palabras y en lo que lleva aquí, hablo más
Narra IzanIzan: Ah... Preciosa. Abro mis ojos cuando el sueño se fue, la boca de Aless está alrededor de mi polla ya erecta, sube y baja en un ritmo constante. Se ve jodidamente hermosa tomando mi polla. Pasa su lengua por todo mi falo y se lo vuelve a meter en la boca hasta que llega a su garganta. Izan: Preciosa... MMM. Puta madre, su boca es el paraíso. ¿En qué momento se despertó para hacer esto? Nos fuimos a dormir después de llevar a Akio al ala de invitados, estaba tan placenteramente dormido abrazado a ella que sin ella ya no puedo pegar un ojo. Pero qué puto placer es que te despierte con una mamada en la madrugada. Me pica la mano por agarrarle el pelo, no lo hago. Ahueca sus mejillas haciéndome estremecer. Se lo mete hasta la mitad mientras masturba lo que no entra con la mano, lame, chupa, muerde un poco. Que jodido placer. Izan: Ya... voy a acabar... sal, preciosa. En vez de hacer eso, aprieta mis bolas, ya pesadas con mi carga y se lo mete hasta la garganta.
Mansión Shimizu, Japón...Narra Alessandra Mi madre siempre me ha dicho que a cada lugar que vaya tengo que entrar como una puta perra empoderada, la dueña del lugar. Y es exactamente lo que hago ahora al atravesar las grandes puertas de la casa de Akio. Aún no me siento cómoda con los vestidos, así que me puse un mono que simula serlo, en negro y unos tacones abiertos del mismo color. Iker: Estás hermosa. Alessandra: Gracias. Ya no estoy tan enojada con ellos, se han estado comportando muy lindos y complacientes conmigo. Akio: En la siguiente sala están mis padres. Asiento y caminó aún más confiada, no soy sangre, pero soy hija de Edeline, sobrino/nieta de Adaris y prima/hermana de Atenea, soy una guerrera, soy D'Angelo. El linaje D'Angelo anterior a Addy deshonro el apellido, pero ellas lo levantaron y ahora es lo que es, uno de los mejores. Entramos a una sala, hay sofás, una mesita en el medio, un señor bastante mayor y una mujer más joven que él. Akio: Padre, Madre. Sa
Narra IsaacCuando la señora y Sasha se van sigo alerta, esa jugada no la vi venir, pero no me sorprende que el ángel a mi izquierda no esté asustada. Fue entrenada para modificar todas las estrategias a medida que los acontecimientos cambiaban. Cuento a todos los hombres en la sala por 7ma vez son cinco, conté los de la casa cuando veníamos a la sala, 25 hombres, con pistolas y navajas. Hakee las cámaras de la casa y las estoy viendo en mi ojo derecho. Con mi madre venimos trabajando hace un tiempo en una lentilla inteligente y hoy la estoy usando para poder ver todo lo que pasa desde donde estoy, sin que nadie sepa. Kaori: Ahora sí, habla Alessandra. Aless hizo un plan de contingencia o de último minuto, no sé, pero me mantiene inquieto, por la mirada que tiene es algo que la va a marcar, para bien o mal. Y espero estar detrás de ella para atajarla. Alessandra: Yo me voy a casar con su hijo en una semana. Esperaba una negociación, una alianza, plata, armas, droga, lo que sea
6 días antes de la boda en Japón... Narra AlessandraDesde ayer que no veo a Isaac e Iker, tenía la intención de hablar, preguntarles si les había molestado lo que propuse. O si simplemente no querían, pero no aparecen por ningún lado, Akio e Izan han estado conmigo aguantando los innumerables insultos que me dice mi suegrita. Estoy de un humor de perros y juro que la próxima vez que se me acerqué alguna de esas dos la ahorcó. Cálmate. Relájate. Mi madre y familia vienen en unos días. Mis padres pegaron un grito que se escuchó hasta aquí, no estaban preparados para que su niña se casara. Son jóvenes para ser abuelos, dijeron también. Siempre me desconcertó que no me molestará el que ellos me dijeran «MI NIÑA» bueno, ahora entiendo que era cuestión de sentirme confiada. Algo me dice que mis padres están buscando venganza con Isaac. Según me dijeron, a algunos les hizo unas preguntas y no sé qué para poder estar con mi madre. Sí, aún siguen siendo su otra mitad, siempre se me
5 días antes de la boda en Japón... Narra AlessandraHoy al fin pude encontrar el gimnasio o la zona en donde entrenan los hombres de la Yakuza, cómo sea. Hice un calentamiento rápido y me puse unos guantes feos, que encontré aquí antes de golpear él sacó. Es lo único que puedo hacer para no usar de saco a mi suegra o a Sasha, en verdad saben cómo sacarle de quicio a las personas. Los Yakuzas pasan por aquí y me ven con asombro, asco y vergüenza, no hay muchas mujeres por aquí que peleen, lo entiendo. Cuando mi familia llegue se van a querer morir. Las mujeres en la Yakuza son... un lindo adorno que genera alianzas con familias poderosas. No es lo mío, los últimos años le he agarrado el gusto a las peleas, los entrenamientos y madrugar, pero eso se me quitó un poco ahora que duermo tan calentita. Akio: Bebé. Me dice cuando pasa las puertas del gimnasio, hay un hombre a su espalda, pelo lila, cuerpo firme, pero no musculoso, viste lo mismo que yo. Jogging y sudadera, pero en n