capítulo 2

—No, estarán fuera un mes más, son iguales a los tuyos, casi nunca los veo—. Casi nunca, no era lo mismo que nunca en definitivo, pensó ella, mientras se agarraba el pelo en una coleta.

Llegaron al club.

—Mí equipo está en esa zona de allá—. Hace un ademán con la cabeza —si necesitas algo me dices, nos vemos luego, mi pequeña—. Le sonríe y se aleja.

Quedó de verse con Sofía cerca de la piscina, era la recepcionista de la firma, ambas se hicieron buenas amigas, Sofía la ve y va a su encuentro.

—Hola—. Las chicas se abrazan.

—Hola Sofi ¿Cómo estás?

—Muy bien, siempre había querido entrar a este club—. Dice alegremente. —ven, nos podemos sentar cerca de la piscina—.

—Es muy bonito—.

—Y exclusivo, solo se puede entrar con invitación de los socios. Por eso te dije que aceptaras venir cuando me contaste, esto no se ve todos los días, además no quería estar sola. ¿Cómo va con él?—. Mira hacia donde está Ethan. —No hemos tenido tiempo de hablar últimamente—.

—Sabes que solo somos amigos. Viniste con José— Abogado de otra empresa y amigo de Ethan. —¿Qué tal van las cosas?—.

—Él no quiere ser tu amigo, mira cómo te ve, se le cae la baba—. Respira hondo. —Contestando tu pregunta, la verdad es que José y yo... vamos más o menos—.

—¿Hablaste con él?—.

—Siempre dice que le tenga paciencia, que dejará a su esposa, aguanto porque en honor a la verdad, acostarse con él es estupendo—.

— jajaja, te tiene viendo estrellas—.

—Me estoy enamorando y creo que él siente algo también por mí. Es una verdadera locura cuando estamos juntos, está volcado a mí, no siento que quiera irse de mi lado. ¿Por qué no vamos a probar la comida y luego regresamos aquí?—. Ella asiente con la cabeza y se levanta. Al volver, reanudaron la conversación.

—Hoy les dio por venir aquí, delante del equipo de la oficina no se nos acercarán demasiado, no quieren comprometerse en público, de José lo entiendo, pero lo de Ethan es una estupidez—.

—Es lo mismo, solo que José tiene a su esposa y Ethan a sus "amigas"—.

—¿Has pensado que puede que cambie si aceptas su propuesta?—.

—Él no ha dado indicios de eso—.

—Es un idiota—. Pone cara de disgusto.

Audra miró nuevamente hacia donde estaba Ethan, no lo vio.

Llega la hora de salir del club.

—Iré a cambiarme—.

—De acuerdo, me quedaré un poco más y cuando vengas iré yo, solo vine a que José me mire con este modelito que me puse—. Se acomodó de nuevo en la tumbona muy sonriente, tenía un bañador azul pequeñísimo que resaltaba su piel trigueña.

— jajaja ¿crees que no lo sé? y no solo José te está mirando, disimuladamente mira para el otro extremo de la piscina— . Le hace una sutil referencia con la mirada.

—¿Miguel? No me había dado cuenta... es soltero sabes, si no fuera porque José está en mi vida... ya vete, antes de que hable de más, quizás lo deje mirar también—. Audra se fue sonriendo, pobre Miguel, era callado y tímido con ella, además nada que ver con Sofi, pero harían buena pareja, se complementarían muy bien.

Audra entró al baño-vestidor... Escucha unos ruidos y ve a un hombre que... Era Ethan con Carol, retrocedió hasta no ser vista, Carol era la Secretaría de Fernando, el jefe, la tenía pegada a la pared...

—Sii, Sii, más fuerte...—.

—Z0rr4—.

—Sii, no puedes estar sin mí... no la necesitas a ella—.

—Cállate, a ella no la ha tocado nadie, no se puede decir lo mismo de ti. Eres buena para un revolcón, nada más—. Se aparta molesto.

—No seas cruel, todo lo que me has pedido te lo he dado, tampoco eres un santo, te has tirado a toda la oficina—.

—Eso no es problema tuyo... —. Le contesta furioso.

Audra pensó que de ella tampoco, sale silenciosamente, ya sabía que él tenía debilidad por las mujeres, pero verlo de primera mano era otra cosa, aunque en el fondo tenía envidia.

Se reúne con Sofia.

—Di una vuelta por ahí y no llegué al vestidor—. Trató de sonreír — Me iré como estoy.

—No he visto a Ethan por ningún lado, José fue a despedirse de los demás—.

Con la voz en un susurro, Sofia dice:

—José se quedará en mi apartamento, su esposa fue a ver a sus padres, llegará mañana en la tarde—. Lo dice con una cara de felicidad que no le despinta nadie.

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