Audra se dirige al closet sin decir nada y él sale del cuarto, ella trata de ponerse algo lo más rápido posible, en eso escuchó la puerta cerrarse de golpe, se deja caer de rodillas al piso experimentando un sentimiento inmenso de perdida, Ella sentía que lo conocía desde hace mucho tiempo, ni siquiera pensó en no entregarse a él, lloró en silencio al tiempo que repasaba todo en su cabeza.*Él a toda velocidad en su vehículo, iba también reviviendo todo lo que había pasado en las últimas horas y pensando en las repercusiones de sus actos:«No sabía que esperaba cuando toqué la puerta, cuando ella abrió me quedé sin aliento, era hermosa y su largo cabello rojo la hacía deseable, me moría por tocarla desde que la conocí. En el transcurrir de la cena, nos mirábamos tan intensamente que sentía que me quemaba por dentro, cuando nos sentamos en la sala, perdí todo rastro de razón, en un momento hablábamos y en el otro nos comíamos a besos ¡Qué bien sabía ella! no había estado con otro homb
«Hace una hora que había estado delante de su edificio, tenía muchas preguntas y no me agradaba nada que anduviera sola, una chica como ella llamaba mucho la atención y podría aparecer cualquier idi0t4 y hacerle daño».Ella en su cuarto, pasó directamente al baño, se mira al espejo y respira profundamente mientras se desvestía, sujeta su pelo para no mojarlo y procede a meterse bajo la ducha. Cuando sale lo encuentra de espaldas mirando la pecera de Lina, cuando él se voltea queda de piedra, Audra se puso un vestido corto y estaba descalza.—¿Tienes hambre?—.Pasa por delante de él y va a la cocina, se desata su cabello, a él se le cruza por la cabeza que bien se la podría comer a ella. Cuando él entra Audra ya tenía la hornilla encendida y una olla sobre ella, se inclina para buscar un sartén sabiendo que él no le quitaba los ojos de encima.—Siéntate—. Le señala un taburete. —Te diré lo que quieras—.—Empecemos por ¿Dónde están tus padres? Y ¿Por qué diabl0s te dejan volver sola a ca
En la mañana, la estaba llevando al trabajo y le dijo que la iba a recoger más tarde para dejarla en sus clases.—No es necesario—.—Claro que sí—. Sonríe.Audra empieza a adorar sus sonrisas.—¿Te quedarás conmigo esta noche?—.— ¿Tú quieres?—. Él respira profundo.—Claro que sí—. Alexander toca su cara tiernamente.—Llegamos—.—¿Qué vas hacer en todo el día?—.—Mi padre quiere que arregle algunas cosas en casa antes de irme—.—¿Cuándo es que te vas?—. Lo dice en un susurro.—Nena— Le da un tierno beso en los labios. —Llegarás tarde, pero lo hablamos esta noche—.*«No puedo estar lejos de ella, de su olor, de su cuerpo, sus hermosos ojos. No puedo dejar de lado el hecho que solo ha sido mía, de pronto siento terror que otro se le acerque, que puedan hacerle daño ¡M4ldita sea! Soy mayor para ella y tengo que partir a misiones peligrosas. Es muy joven y ya te acostaste con ella, así que ya sabes lo que tienes que hacer».—Hijo ¿En que tanto estás pensando?—. Su madre le pasa un vaso d
Él la cargó hasta llegar a la ducha, la dejo en el suelo, abrió la llave aún estando los dos con la ropa puesta, la besó para que no protestara y fue desnudándola, los botones de su blusa simplemente volaron, él se deshizo de todo lo que estorbaba, tomó el jabón y empezó a pasarlo lentamente por el cuerpo de Audra.—Estás húmeda— Dice con la voz ronca.—Nos estamos bañando— Le dice ella para tratar de ocultar que se está volviendo adicta a él.Alexander niega con la cabeza.—Se la diferencia— Mete la mano entre los dos e introduce un dedo en ella. —Esto que sale de aquí, es suave, caliente y sabe delicioso—.Ella se retira acalorada y le tiende la mano.—Es mi turno, quiero enjabonarte a ti—.Él accede sonriendo, ella acerca el jabón a su piel, su cuerpo era como tallado a mano y entendió q aquello también era una tortura y más cuando él la miraba de aquella manera.Esa noche entre sus brazos ella le dijo que lo amaba, esas palabras brotaron antes de que pudiera detenerlas, él le pidi
Alexander se relaja, se sienta en la cama y la atrae hasta sentarla encima de sus piernas, se pasa una mano por su pelo ya revuelto.—Cada vez que he venido es por máximo 5 días, en esta ocasión no era diferente, por cierto me gustaría que me acompañes al cumpleaños de mi padre—.—¿Qué dirán tus padres de todo esto?—.—Les vas a encantar y más aún porque no me había tomado vacaciones en mucho tiempo y las pedí para quedarme más tiempo contigo—.—¿En serio?— Dice emocionada.—Claro que sí—.—Pero también me refiero que soy una desconocida y aparecerme el día del cumpleaños de tu papá así nada más—.—Eres mi mujer, Audra y a mi familia le encantará conocerte. Ahora ven— Toma un pres€rvativ0 de la mesita de noche y se para detrás de ella, en una pared del cuarto hay un espejo del techo al piso y ambos conectan miradas a través de él.—¿Qué quieres hacer?—.—Mañana no podrás sentarte, cariño ¿Lo olvidaste? porque yo no—.*El despertador suena, tenía un ruidito muy ligero, él lo avienta a
Audra no quería hablar con él de eso, le contó a sus amigas porque ella era la confidente de ellas y no quería que pensaran que se guardaba sus cosas, pero Audra era muy reservada y ni ella había digerido que estaba comprometida.—Era un hombre, no voy a consentir que andes por ahí con cualquiera—.—Es mi vida, no tienes que consentir nada, tú y yo solo somos amigos—.—No te veo de esa forma y lo sabes ¿Y tus padres?—.—¿Ellos que tienen que ver?—.—No creo que consientan que andes con un hombre hoy y otro mañana.—Si lo dijeras porque te preocupas por mí, pero yo te tengo sin cuidado, te reitero que salíamos en calidad de amigos, de mis labios no salió nunca aceptar tus propuestas.Ella intenta salir, él se lo impide agarrándola por un brazo.—No me ocultes las cosas...—.Audra sopeso si decirle o no, finalmente concluyó que era mejor dejar las cosas claras.—Es mi prometido—.La cara de Ethan se transforma y aprieta su brazo con demasiada fuerza.—¿De que diabl0s estás hablando?—.—
—¿Qué es lo que quiere?—.—No es nuestro problema lo que quiera o deje de querer, pase todo el día pensando en ti y no quiero que sus intenciones sean cuales sean estropeen lo que tenemos— Ella baja el tono de su voz un poco. —No quiero ni deseo a otro hombre que no seas tú—.Pasa tanto tiempo callado, que ella piensa que no le cree, después de un buen rato lo siente relajarse.Se detiene a un lado del camino, retira su cinturón de seguridad y el de ella y la sienta en sus piernas, la besa apasionadamente, desabotona su camisa y le desabrocha el sujetador para acariciar sus sen*s a su antojo.—Todo esto es mío— Dice con la voz ronca.—Soy toda tuya, Alexander—.Se miran en los ojos del otro por un breve instante antes de volver a besarse, él fue el primero en romper el contacto.—Vámonos o nos detendrán a los dos—.—Ahora soy una mala influencia, que bien—.—Jajaja—.Llegaron al apartamento, después de ducharse Audra hizo la cena, él había elegido varías películas y se pusieron a verl
Los hermanos de Alexander bajan a saludar también, eran apuestos todos, se parecían un poco entre sí, pero tenían los ojos cafés de su madre.—Estos son Leonardo, Ignacio y Carlos— Angel los nombra para ella.—Hola cuñada— Carlos era el más joven y carismático de los cuatro hermanos. —Un placer conocerte—. Audra se levanta y él la abrazó efusivamente como si la conociera de siempre, a lo que Alexander solo puso los ojos en blanco.—Madre mía es hermosa— Ignacio toma su mano y le da un beso en ella. Detrás de ellos venía Leonardo, que la estrechó entre sus brazos igual que su hermano menor.—Bienvenida a la familia—.—Muchas gracias—.Alex fulmina a sus hermanos con la mirada.—¿No tienen algo mejor que hacer?—.—No seas celoso hermano— Le contesta Ignacio.—Tocan el timbre en ese momento y Leonardo va hacía la puerta.Esos deben ser Diego y Bianca Dile Eleonor. Alex mira a Audra y le sonríe.Delante de Leonardo entra una pareja.—Hola chicos— Angel los recibió con entusiasmo.Diego y A