La miraba no muy convencido, porque quería que ella siguiera desarrollándose, él la había subestimado cuando en una ocasión le pidió que dejara su trabajo, lo hizo porque quería cuidarla, ella accedió por el acoso que recibía en ese momento, eso no impidió que buscara alternativas para seguir estudiando y luego retomó el trabajo a la par que cuidaba de su familia. Le parecía egoísta querer que ella disminuyera la intensidad en el trabajo para que pasen más tiempo juntos. Ella nuevamente le demostraba que lo más importante en su vida eran ellos y realmente, él sentía lo mismo, sólo que, deseaba que ella tuviera todas las opciones posibles.—No estoy dejando mi trabajo de lado, me encanta lo que hago. Sin embargo, eso no quita que siento un vacío desde que perdí a mis padres y me sumergí en un mundo de adultos, mi familia llena eso por completo, me esforcé tanto para llegar a donde estoy con ese propósito en mente. Sofi se retira mucho antes, ella tiene la oportunidad de compartir con M
—Llamé a mi madre antes de entrar al restaurante y sí, están durmiendo, si quieres nos iremos a quedar con ellos allá o los traemos, como quieras, pero antes...La besó con urgencia, la apretaba a su cuerpo agarrándola por las caderas de nuevo.—Necesito hacerte el amor—.Los ojos de ella se oscurecieron y eso le aceleró el pulso al extremo, Alexander abrió su blusa y bajó el cierre de su falda, dejando ver que llevaba una preciosa lencería debajo, rompió la fina tela de su ropa interior, la acostó en el sofá y reclamó su cuerpo.—Tengo... que decirte... algo más— Audra no podía esperar, desde que lo vio deseaba decírselo.Él le quitó el sujetador, saboreaba la suave piel rosácea de sus sen0s, levantó la cabeza y pegó su frente con la de Audra sin dejar de mecer su cuerpo contra el de ella.—Tienes... Toda mi atención— Sus movimientos eran cada vez más salvajes.No pudo resistirse a sus labios y la besó. Cuando ella tuvo la oportunidad, lo soltó de golpe.—Estoy embarazada—.Él la mir
—Le mostramos todas las aristas, ella ha tomado su decisión—.—Es una mujer increíble, con ella los proyectos venideros serían a mayor escala. Por lo menos, sus padres tendrían algo que decir sobre que pretenda tirar la toalla—.Ignacio logró ver en su amigo, el interés especial que tenía en su hermanita, sabía que en lo que lleva en la oficina, Audra y él trabajaban juntos frecuentemente, podría ser que albergara un sentimiento distinto al de colegas por ella y no le extrañó, Audra era asombrosa.Él respiró despacio, todos en su familia eran súper protectores con ella, sobre cuidarla y brindarle todo el cariño que ella necesitara, era recíproco porque ellos también la necesitaban a ella, de igual manera, la respetaban.Ignacio se enderezó en su silla, junto las manos sobre su escritorio y decidió ser lo más sincero que se podía con Paulo, porque entendió que, en parte, él se preocupaba por ella, él era un ser humano muy valioso desde su experiencia.—Mi hermana es verdaderamente extr
Audra tiene 17 años, sus padres murieron en un accidente cuando tenía 13, la única "familia" que le quedaba es su abuela materna, a la señora le disgustó que su hija se casara con alguien de orígenes humildes, así que la chica se fue con su esposo a Estados Unidos lejos de ella, nunca le ha interesado conocer al fruto de esa desgr4c!a.Una amiga de la madre de Audra, que era una buena abogada, envió a la niña a un internado, del cual salió antes de la mayoría de edad por sus excelentes calificaciones.Audra no suele hablar de sus padres, de su abuela mucho menos, alberga un dolor constante que lastima su alma, pero es la viva imagen de su madre, su carácter y su determinación, ahora con un trabajo, los estudios de la universidad y una vida que cuidar, se considera responsable de tomar y hacer frente a todas sus decisiones.Los hombres son extremadamente amables y serviciales con ella, no le prestaba atención a esas cosas, es de estatura baja, pelo rojo y muy largo, los ojos verdes y l
—No, estarán fuera un mes más, son iguales a los tuyos, casi nunca los veo—. Casi nunca, no era lo mismo que nunca en definitivo, pensó ella, mientras se agarraba el pelo en una coleta.Llegaron al club.—Mí equipo está en esa zona de allá—. Hace un ademán con la cabeza —si necesitas algo me dices, nos vemos luego, mi pequeña—. Le sonríe y se aleja.Quedó de verse con Sofía cerca de la piscina, era la recepcionista de la firma, ambas se hicieron buenas amigas, Sofía la ve y va a su encuentro.—Hola—. Las chicas se abrazan.—Hola Sofi ¿Cómo estás?—Muy bien, siempre había querido entrar a este club—. Dice alegremente. —ven, nos podemos sentar cerca de la piscina—.—Es muy bonito—.—Y exclusivo, solo se puede entrar con invitación de los socios. Por eso te dije que aceptaras venir cuando me contaste, esto no se ve todos los días, además no quería estar sola. ¿Cómo va con él?—. Mira hacia donde está Ethan. —No hemos tenido tiempo de hablar últimamente—.—Sabes que solo somos amigos. Vin
—Pues me alegro, tienes tiempo queriendo pasar con él más que unas horas, a Ethan lo vi por ahí, también se está despidiendo—. ¡Y de qué manera! Piensa ella. —¿Y ustedes de aquí se van a...La mira sugerentemente. —Nada de eso—. No la dejó terminar. —Mujer sensata... Sabes, Miguel se me quedaba mirando con una carita, amiga—. Suspira. —hablaré con José de nuevo a ver con que sale ahora, tenemos diez meses y nada que se separa—. Desde el principio él le dijo que era prácticamente un hecho su divorcio, que le diera poco tiempo para concretar todo, Audra esperaba que así fuera, no le gustaría verla sufrir. —Me iré a cambiar yo ahora, vengo en un momento—. Los chicos llegaron y cada una se fue con el que le tocaba. «La verdad es que el descaro de Ethan me sorprendía, estaba como si nada, lo deje estar de momento» pensó Audra. Estaban a medio camino, cuando notó que Audra estaba muy distante. —Pequeña, estás muy callada ¿Qué pasa?—. —¿De qué quieres que hable?—. Responde mirando a
Se queda dormida muy entrada la madrugada, pero a las 8:00 de la mañana ya estaba despierta y duchada, busca en el closet, donde tiene la ropa que casi no usa, eligió una falda corta beige, con una ligera abertura en un lado, una blusa del mismo color que dejaba la parte superior de su abdomen a la vista, unos zapatos negros muy altos, se maquillo los ojos y se puso un labial rojo, tomó su bolso y colocó unos lentes arriba de su cabeza.Tenía media mañana dando vueltas, entró a un centro comercial que frecuenta cada vez que podía, tiene una grandiosa cafetería, ella se entretiene viendo ropa, hace rato siente la sensación de estar siendo observada, sonriendo piensa que es cosa de ella, diciéndose que era genial, ahora tiene delirios de persecución, de momento gira para ir a otro aparador y se encuentra de frente con... Un hombre formidable.El desconocido:—¿Te puedo preguntar qué es lo que te hace sonreír así?—.Él también sonríe, pero a ella, su voz es fuerte, profunda.«¿De dónde s
—Este huele muy rico—.Él había estado vagando por sus pensamientos hasta que ella le habló, le acercó un frasco y él solo se la quedó mirando a ella.—Si, huele muy bien, me lo llevo. Por qué no voy, pago y me acompañas a la cafetería—.Ella siente que se sonroja por enésima vez.—Sí, está bien—.Audra se dijo que definitivamente estaba loca, él es un extraño, pero le gustaría ser arriesgada por primera vez en su vida, se lo quedó mirando mientras pagaba el perfume, su pantalón se abrazaba a su trasero y a sus poderosas piernas, las mujeres lo miran descaradamente y la cajera ni hablar, estaba que se derretía, ella no la culpaba, era complicado tener semejante hombre enfrente. Fueron a la cafetería y se sentaron en una mesa apartada, hablaron de diferentes comidas, de la familia de él, le dijo que era militar, no profundizó mucho en eso. Hablaron bastante y en un impulso Audra lo invitó a cenar al día siguiente en su casa, ya que le dijo que partiría pronto a otra misión, ella no pod