Liah
Hoy no es mi día. Empezando porque no dormí bien, me volvieron a invadir las pesadillas, el fuego y esos ojos. Llegué tarde a la oficina de mi papá, imperdonable. Cuando está rodeado de machistas que se dedicaron, fue a ignorarme, incluyendo a Liam, su mano derecha, aunque no quitaba sus ojos de mí.
Incómodo.
Después llegué a la tienda para encontrarme con la mayoría de todas las mujeres del pueblo por la dichosa fiesta de bienvenida, gritando por todos lados.
Emma, en un ataque de histeria por una pelea con un cliente en la ciudad que quiere una campaña para un lanzamiento inmediatamente y sin garantía de contrato, más el logo de mi padre y dos campañas que tenemos en puerta. Como si fuera poco, amanecí con un dolor en la pierna por que anoche un insensato casi me atropella y termine aterrizando en el piso dentro de un charco de agua sucia y tuve que aguantar las quejas de mi madre y Kira porque posiblemente haya sido el nieto de los Koller, y le haya dado una mala impresión.
¡Qué estupidez! Aún recuerdo sus palabras y me da coraje.
“Lindo, hermanita, no acaban de llegar al pueblo y ya le haces ver tu torpeza”, fue lo que había dicho Kira, haciéndome sentir como si hubiera sido mi culpa, sin contar que mi madre me hizo el drama de: “que van a pensar de nosotros”, “dirán que te lo tropezaste a propósito”, “¿Cómo es que ofendes al nieto de los Koller?”.
Yo soy quien debe estar ofendida, casi me mata y ni siquiera pide disculpa, es más, ni tuvo la educación de bajarse del coche a ver si estaba bien. ¿Qué clase de hombre es?
—¿Tuviste una mala noche o mañana? —pregunta Emma mientras revisábamos unos documentos.
—Ambas. Tuve que lidiar con los preparativos de la fiesta, el drama de Kira y mi madre porque el posible niño Koller me haya atropellado anoche y casualmente es culpa mía y, esta mañana, no me fue muy bien en la empresa de mi padre. Ninguno de esos hombres machistas y trogloditas me toman en serio, ni siquiera mi padre.
—Espera, ¿atropellar? ¿Qué Koller? ¿En qué momento sucedió eso?
—Anoche, después de cerrar la tienda cuando iba camino a casa se apreció un coche de la nada y casi me mata. —Me observa preocupada y le aclaro que estoy bien.
—¿Cómo es que te tropiezas con semejante hombre y no me llamas a decírmelo? ¿Es tan guapo como dicen? ¿Es cierto que tiene un cuerpo de Dios y una mirada penetrante, que te desnuda el alma? ¿Cómo sabes que era el nieto de los Koller?
—No lo sé, ellas son las que lo creen, pero si lo piensas bien. Es posible, nadie maneja con esa velocidad en el pueblo, el carro era de lujo y el chofer jamás lo había visto.
—¿Chofer? Ni siquiera bajo a disculparse. ¡Qué descortés! ¿Cómo es tu culpa?
—Que se yo. Lo peor no es eso, es que a mi madre y a Kira se les ha ocurrido invitarlo a la fiesta de bienvenida y decirle que también es para él para darle la bienvenida con honores. ¡Semejante teatro!
—Kira no pierde la oportunidad para hacerte sentir inferior y opacarte.
—¿Por qué dices eso?
—Supongamos que era un Koller, el nieto de uno de los hombres más importantes de este pueblo y, según dice, es un excelente partido para desposar a una doncella. Te lo has tropezado, llamando su atención y te recuerdo que eres una joya exquisita, guapa, inteligente, ojos verdes y pelirroja; hija de otro de los hombres más relevantes de este pueblo, es decir, excelente partido. Tiene que venir ella a aparecer en la película para quitarte protagonismo, siempre ha sido de esa forma y la dejas.
—Exageras. Kira, es solo una niña malcriada y caprichosa que siente que mis padres me aprecian más a mí que a ella y trata de llamar su atención.
—Eso es estúpido cuando es a ella a quien tus padres le han dejado hacer lo que quiera, tú no puedes ni salir a la plaza sin que estes vigilada. —Algo que siempre les he reprochado, pero ya lo ignoro.
—Cada cabeza es un mundo con la libertad de tener una perspectiva diferente para interpretar los actos de las personas que nos rodean y no podemos decir juzgar por lo que crean.
—No deja de ser absurdo y de querer opacarte, y es hora de que dejes de hacerte a un lado para que Kira se salga con la suya.
—Soy su hermana mayor, en una de las dos debe caber la prudencia y madurez. Además, de niña recuerdo que éramos muy unidas.
—¿Unidas? Liah, si ni recuerdas tu infancia. A veces me pregunto si mis padrinos te cuidan tanto es por ese accidente.
—Solo fue una caída, mejor concentrémonos en el trabajo antes de que mi humor empeore, porque el tuyo no es que esta en los mejores términos. Y ambas de mal humor no es buena dupla.
—Eso es cierto, pero mi mal humor es por el egocéntrico de la agencia de whisky que creen que porque son exitosos pueden venir a mandarnos.
—Lo has repetido varias veces el día de hoy, ni siquiera me has dicho cual es la agencia.
—¿Para qué? No vamos a aceptar, no tenemos tiempo. Si quieres revisar, al correo llego la propuesta y voy a buscarme un café si es que las mujeres de allá afuera me dejan tomarme uno en paz.
Aproveche el minuto de silencio para buscar el correo que Emma rechazo, aun cuando tiene razón y no tenemos tiempo para otro proyecto tan cerca, me gusta saber qué empresa le interesa nuestros servicios. Sé que se trata de una importante, con la cual hemos trabajado con anterioridad, exportadora de bebidas y alimentos, pero no se cuál de ellas se refiere y es bueno tenerla marcada para próximos proyectos.
—¡No! —fue lo único que pude pronunciar cuando vi el nombre de la empresa Koller C.c —Debe ser una broma.
Emma entro y me vio extraña.
—¿Qué sucede? No me des otra mala noticia —dice.
—La empresa que nos contacto es Koller C.C —me observa sin creerme.
—¿Qué? Espera —se acerca corriendo a mi escritorio a ver el correo —¿Son los mismos Koller? Hicimos su lanzamiento de vinos el año pasado. Fue un éxito, pero ellos no trabajan dos veces con las mismas agencias, y su jefe es medio amargado.
—Emma, son los Koller.
—Ya lo dijiste, lo estoy viendo y se lo merecen. ¡Oye!, te atropello anoche y no se disculpó. ¿No estas considerándolo? No podemos.
—No lo estoy considerando, estoy es sorprendida. Hasta lo que tenía entendido, van a hacer un lanzamiento del nuevo whisky y muchas de las agencias de publicidad se han escrito para presentar una propuesta desde hace meses. Ahora, nos están buscando a nosotras, es decir, que nadie cumple con sus expectativas y eso significa que dejamos una gran impresión en ellos.
—¿Lo dudabas? Si hicimos un lanzamiento por todo lo alto, fue el evento del momento. Tontos serian si no lo apreciaban.
—Una buena noticia en medio del caos.
—¿Cuál? ¿Qué somos grandiosas? Por favor, eso es noticia vieja. —Reímos.
Unos minutos después fuimos interrumpidas por Carlos, otro de nuestros trabajadores, experto en el marketing digital y relaciones públicas. También, era un viejo amigo con el que crecimos y a diferencia de muchos de este pueblo él no se había ido porque era el sostén de su casa, y para muchos no era más que el chico de la tienda que ahora era nuestro mensajero, sin saber que él, junto a Emma eran los encargados de darle la cara a nuestros clientes, ya que a mi no se me dejaba salir del pueblo.
—Disculpen que las moleste, pero hemos recibido una llamada de Koller C.C.—menciona.
—¿Otra vez?¡Que insistencia! —responde Emma.
—Esta vez es el dueño de la empresa y pide hablar con una de las dueñas.
—¿Hablamos del mismísimo Koller? Sí que deben estar desesperados, —dice Emma observándome con la expresión de ¿qué hacemos?
—Pásamelo. Con el humor de Emma, es capaz de mandarlo al diablo y es bueno quedar en buenos términos con ellos.
—¡Qué sensata! Pero si es más amable que su socio, amigo, asistente o quien sea que llamo antes puede que sea amable.
—Ya le paso la llamada, a la línea uno, y le informo que el señor Messer llamo que la quiere temprano en casa para una cena antes de la fiesta.
—Dichosa fiesta.
—Su hermana ha regresado, algo extraño en ella, pero conociéndola no sería propio sino hiciera una fiesta para anunciarlo.
—¿Ves? Hasta Carlos sabe que su regreso es extraño.
—Ya deja el tema, pásame la llamada.
Segundos después suena el teléfono y lo contesto para encontrarme con una voz gruesa, fuerte que me hizo erizarme el cuerpo, pero no del modo sexy, sino de… ¿Dónde he escuchado esa voz?
—Buenas tardes, ¿ahora si hablo con uno de los socios?—¿socios?—Aló ¡¿Hay alguien ahí?!
—Buenas tardes, y no tiene por qué gritar. Se le escucha bien, y si habla con una de las socias.
—¿Socias? Es decir, ¿qué es una mujer? — lo que me faltaba, un machista.
—Sí, soy mujer ¿algún problema? —obesrvo a Emma que no apartado su mirada de mí.
—Ninguno, pensé que era la secretaria.
—Pensó mal. ¿Qué se le ofrece?
—Resulta que ayer mi equipo de trabajo se contactó con su empresa para darles la oportunidad de que presentaran un proyecto para dentro de una semana, y al parecer hubo un error porque dice que se han negado.
—No hubo ningún error. No se debe hacer una propuesta de lanzamiento como la que desea en menos de una semana, y mucho menos cuando no se nos da la garantía de que el trabajo sea nuestro —lo escuchó reírse con burla.
—Es una locura, me está pidiendo que los contrate sin ni siquiera ver su trabajo. Nadie en su sano juicio hace eso.
—Nadie en su sano juicio, tiene fecha de lanzamiento para una semana y no tiene una campaña publicitaria para ello. Además, no estamos pidiendo que nos contrate a ciega, aunque ya conoce nuestro trabajo y sabe cómo trabajamos; solo se le está pidiendo que nos dé la seguridad de cumplir nuestras exigencias debido a la premura. No es algo del otro mundo.
—Nadie en mi empresa tiene prioridad, excepto los productos y el cliente. Por lo tanto, no puedo darle ese beneficio cuando tengo otras empresas que mueren para trabajar con nosotros y pueden presentar un proyecto mejor que el suyo.
—¿Con quién hablo exactamente?
—Con el dueño, por lo tanto, la palabra es definitiva. —Obviamente, es el Koller.
—Señor dueño de su empresa, que no tiene nombre. Aclaremos algunos puntos:
Obviamente hay que presentar un proyecto, eso es de lógica, es necesario saber lo que quiere el cliente y lograr satisfacer su idea. Pero, eso lleva su tiempo, uno que no tiene. Hacer un eslogan, folletos y una campaña publicitaria no es fácil y se hace de un día para el otro.
Usted es el que está llamando a mi empresa para solicitar nuestros servicios, por lo tanto, no puede hablarme como si me estuviera haciendo un favor, porque no somos nosotros quienes están solicitando el trabajo, es usted quien nos lo está ofreciendo y nosotros le estamos dando nuestras condiciones.
No dudo que tenga miles de empresas que se estén peleando para trabajar con usted, pero que tengamos esta conversación deja muy claro que ninguna le ha presentado un proyecto que lo satisfaga, y conociendo el medio en el que me muevo sé que ninguna empresa que no se haya presentado hasta ahora ya no lo hará; lo que nos deja como su única opción.
Mis clientes también son mi prioridad y, como entenderá, tengo varios compromisos antes que usted y no pienso hacerlos a un lado por un proyecto que no estamos buscando y mucho menos si no nos garantiza nuestras exigencias.
—Nos están pidiendo una suma bastante alta, además de que no se hacen responsables de todo accidente o imprevisto, un pago del 50% por adelantado y sin restitución si se presenta alguna desconformidad. Por último, que las reuniones sean online, me gustan las reuniones presenciales. Esas exigencias son una abominación.
—Señor Koller, una abominación, es que crea que una agencia publicitaria va a acceder a sus condiciones cuando tiene el lanzamiento en puerta y aún no tiene ni siquiera el eslogan, así que no se puede dar el lujo de perder el tiempo y hacernos perder el nuestro.
—No le puedo dar un contrato, ni mucho menos establecer un acuerdo cuando no he visto la calidad de su trabajo, si está desacuerdo con nuestros términos entonces no podemos hacer ningún tipo de negociaciones; usted presenta un buen proyecto en una semana de forma presencial y nosotros lo analizaremos junto con las demás agencias o simplemente no trabajaremos con ustedes.
Dame paciencia con este hombre.
—Está bien, señor Koller. Si esas son sus condiciones, tomo la segunda opción.
—¿Qué? No puedo estar hablando en serio. ¿Sabes cuántas personas tienen el honor de trabajar con nosotros? Simplemente, no me dice que ni puede hacer el trabajo—,me río al escuchar la soberbia de este hombre.
—Primero que nada, no he dicho que no se pueda, dije que no se debía, son dos cosas diferentes. Segundo, como yo lo veo, en este momento son ustedes los que tienen el honor de trabajar con nosotros y me alegro de que tenga empresas a su disposición, por lo cual, podrá llamar alguna para que lo ayude con su problema y no ocupar mi tiempo.
—Ahora me dice que estoy molestándola. ¿No le enseñaron que el cliente siempre tiene la razón?
—No siempre, y usted no es mi cliente.
—Y no me están quedando ganas de hacerlo.
—Ya hemos establecido un acuerdo. Usted no quiere aceptar nuestras condiciones, yo no acepto la suya. Ya no tenemos nada de qué hablar y le daré un consejo. La próxima vez, no dejes de último la publicidad, después de todo es el enganche para que su producto tenga visibilidad y éxito.
—No puedo creer su insolencia.
—Ni yo su soberbia. Que tenga éxito en su lanzamiento y en conseguir una agencia que le dé lo que busca. Adiós, Koller.
Colgué, respiré profundo y sentí la mirada de Emma sobre mí.
—¿Qué?
—¿Le acabas de colgar a un cliente?
—No es un cliente, es un insoportable, engreído y estoy segura de que volverá a llamar.
—¿En serio? Es un Koller.
—Por mí, puede ser el presidente de la República si quiere.
Escuchamos la puerta, abrirse y vemos a Myla.
—Señorita Liah, la buscan afuera.
—¿A mí? ¿Quién?
—El señor Koller.
—¿¡Quien!?
LiahNo podría creer la mala suerte que tenía el día de hoy. Acabo de pelearme con este hombre y ahora lo tengo detrás de la puerta buscándome.—Espera un momento, ¿por qué ese hombre vendría a buscarte? —Menciona Emma.—No tengo idea. Ya suficiente tengo con lidiar a ese engreído por vía telefónica para que también lo deba hacer en persona.—¿Cómo sabe que estás aquí? ¿Qué es tu tienda, nuestra tienda? No entiendo nada.—Emma, deja de hacer preguntas, que sabes que no tengo respuestas, es molesto.—Tu molestia no es que haga preguntas, es que estás de pésimo humor desde anoche cuando casi pasas a mejor vida. ¡AAA!Termina gritando para luego cubrirse la boca con sus propias manos mientras Myla y yo la observamos.—¿Estás bien?—Por eso está aquí, Liah —mencionó corriendo hacia mí —. De seguro se enteró de que estuvo a punto de mandarte a ver a San Pedro y se vino a disculpar. Porque si lo pensamos bien, no podría saber que somos las publicistas.—¿Casi la mata? —Nos interrumpe Myla.
KIRAEstaba aburrida hasta el punto de enloquecerme, y apenas llevó tres dos días en este pueblo machista y retrógrado. Si no salía de aquí, pronto era capaz de terminar el psiquiatra. Nada comparado con la ciudad, una de verdad, no está pocilga.—Señorita Kira, tiene una linda ropa —comento una de las jóvenes del servicio. —¿Es cierto que la ciudad es más avanzada y las mujeres como los hombres son tratados por igual? —llevo dos días escuchando la misma pregunta de todas las tontas de este pueblo.—Sí, los hombres no te miran como si fueras nada, te respetan como a su igual, no todos. Obviamente, debes aprender a vivir en ese mundo porque son diferentes a esta prisión de pueblo. Allá puedes ser libre y nadie te juzga por lo que haces o piensas.—Debe ser grandioso. Quisiera probar esa libertad.—Sal de este pueblo y lo serás. No sé por qué aún siguen empeñadas en estar bajo el yugo de unos hombres trogloditas.—No es tan fácil.—La vida puede ser tan fácil como deseas, uno mismo es qu
Demetry¿Quién diría que encontraría una hermosa mujer en un lugar como este? Me gusta. Pensé que me iba a encontrar con una mujer solapada, cubierta de pie a cabeza, con ropas grises y desaliñadas, y un carácter amargado como las viejitas, pero no. Fue todo lo contrario, una pelirroja hermosa, con una piel blanca y pecosa, son esos ojos verdes que te hipnotizan y muy bien vestida. Además, tiene una picardía inocente que me atrae, hermosa. Definitivamente, ya vale la pena haber visitado este pueblo.—Creo que encontré a la mujer que he estado buscando, la que se adueñara de mi dulce corazón.—¿Hablando solo cariño? —Aparece mi tía como arte de magia. No sé cómo hace, pero aparece cuando uno menos lo espera.—Pensando en voz alta. ¿Cómo está el abuelo?—Bien, ya sabes que no hay quien lo detenga. Se está alistando para ir a la fiesta de los Messer y tú, deberías hacer lo mismo. —No es tanto lo que debo hacer, tía. Un buen traje, un buen peinado y un perfume que enloquezca a las mujeres
LiahSiempre he sido la chica callada, la que deja que su familia diga y disponga su vida, quería ir a la mejor escuela del país, pero decían que en la ciudad son muy liberales con ideas muy desarrolladas dónde la mujer tiene los mismos derechos y deberes que los hombres; algo que no está bien visto en este pueblo que se quedó en el siglo pasado, por lo tanto, tuve tutores privados hasta que llegó el momento de entrar a la universidad, algo que a mi familia no le agrado para nada, así que la única opción era estudiar desde casa, después de todo soy la hija mayor y el futuro de mi familia depende de mí.Mi padre me dio permiso de estudiar en la universidad siempre y cuando fuera algo referente a los negocios de la familia, administración de empresa; aburrido y; por vía online. Internet, en este pueblo atrasado, fue casi el fin del mundo, pero gracias a la familia Koller la gente ha sabido sobrellevar el tema, pero con restricciones, algo absurdo.La familia Koller, son los más adinerad
Leandro Esto es lo más absurdo que he escuchado en mi vida, en vez de estar en un lugar más productivo, estoy escuchando estupideces de personas sin ningún sentido de creatividad, ni ideas.—Leandro, ¿qué te parece? —observe a los tres seres sentados a mi alrededor, además de la persona que está parada frente a nosotros—¿De verdad quieren que les diga lo que pienso de esto sobre este proyecto o por todos los que he visto?—Necesitamos un eslogan para la nueva producción, hay proyectos interesantes —dice Nio, es un buen relacionista público, pero su sentido de creatividad me preocupa. Miro a la joven sin decir ninguna palabra, ¿Por qué sigue ahí parada?—Puedes retirarte, te estaremos llamando —ordena Aarón, mi mejor amigo y colega. Esperamos a que saliera y empieza el ataque.—Por tu rostro debo pensar que no te agrado —interrumpe Demetry, mi querido y relajado hermano menor.—Todos son de baja calidad y falta de creatividad —respondí.—Leandro debes escoger, llevamos dos
LEANDRO Luego de repasar horas de presentaciones, propuestas y documentos, decepcionantes, decidí hacer una rutina de ejercicios, la cena y darme un buen baño; para encontrarme dos horas después en la terraza de mi departamento con mi whisky, de la mejor cosecha que está por lanzarse pensando en Carlota y España.FlashbackEstaba en Inglaterra por un asunto de negocios, teniendo un pésimo día, el negocio no había salido como esperaba, las esencias que estaba creando no tenían el olor que deseaba y, si no fuera suficiente había recibido una llamada de Suiza informándome que papá estaba enfermo y a Demetry se le ocurrió la brillante idea de aconsejarme que me tomara las dos próximas semanas de vacaciones para relajarme y aunque al principio lo había ignorado.Mi vieja amiga, Isabel, me convenció de distraer mi mente ayudándola en su trabajo de medio turno. Según ella, me ayudaría a mirar la vida de otra perspectiva, buscar inspiración y, sobre todo, aplacar las pesadillas que habían r