El baile

LIAH

Respiro profundo y ayudo a terminar de arreglar la casa para la fiesta mientras mi madre se va a vestir hasta que se acerca la hora de la recepción y me doy cuenta de que soy la única que no está presentable.

Me pongo a pensar en las horas que compartí con Demetry, es un hombre agradable, caballero, gracioso, coqueto y un poco confianzudo, ¿será que tiene novia? Si es así, mi hermana tendrá que buscarse otro pretendiente.

—Liah, ve a cambiarte. Ya van a llegar los invitados.—Escucho a mi madre.

—¿No pueden prescindir de mi presencia? — ya conocía la respuesta, pero quise intentarlo.

—Muy graciosa. Ve a ponerte presentable. ¡Ya!

Me voy a mi habitación, me doy un rico baño y ya empiezo a escuchar a las personas llegar, no sé, cuantas horas pasé en la comodidad de mi jacuzzi hasta que el sonido de mi celular me interrumpe con un mensaje de Emma.

E: ¿Dónde estás? Ya llegué. No te veo.

L: Estoy en mi habitación, sube.

Salgo de mi comodidad y en minutos escucho que la puerta se abre.

—¡¿Liah?!

—¡Ya salgo, ponte cómoda!

Cuando salgo, veo a Emma viendo un vestido sobre la cama.

—¿Te vas a poner este vestido? Es revelador para ti, pero me gusta.

—Me lo regalo Kira, y por supuesto que no me lo pondré.

—Desheredada te va a dejar mi padrino si te ve con él. Ahora —tira el vestido y se sienta en la cama —¿Cómo te fue con Koller? Es muy guapo.

Empiezo a maquillarme mientras le cuento del rato que pasamos juntos.

—Es decir que si tiene algo de caballero. ¿Salió a relucir la pelea por teléfono?

—No. ¿Por qué lo haría? No sabe quiénes somos y, además, no fue con él con quien hable, sino con su hermano.

—¿También está aquí? —negué. Y le mostré mi maquillaje y peinado.—Te ves guapísima.

—Gracias, se supone que trabajamos en una tienda de moda, mínimo debo verme impactante, igual que tú.

—Siempre. ¿Por qué aún no estabas lista?

—Terminando de arreglar todo y la verdad, no tengo ánimos de ir a ningún lado, con tanto trabajo que tenemos.

—Me sé la repuesta, pero ¿Kira no te ayudo? — la miro y me acuesto en la cama — era mucho pedir que moviera un dedo.

—¿Puedo quedarme aquí, leer un libro?

—Te apoyaría, pero te ves hermosa y hay un Koller allá abajo que no vas a dejar que tu hermana te lo quite.

—Emma, no estoy buscando pretendiente. Demetry, es un excelente partido, pero, necesito libertad para hacer mis cosas, bastante amarrada. Ya estoy para que se me sume otro a supervisar mis pasos.

—Viene de la ciudad, su manera de pensar debe ser otra. Igual, no te vas a quedar aquí. Ve a ponerte más guapa de lo que eres.

—No me gusta la multitud y mucho menos darles gusto a las personas para hablar, me puedo enfermar, eras buena en eso cuando éramos niñas —mencioné—. Son unos chismosos sin oficio.

—Sobre todo, cuando ya estás en boca de todos —me siento de golpe. No sé por qué me sorprendo.—No hagas esa cara, saliste con un hombre guapo de la tienda, te paseaste con él por el pueblo y las medusas te vieron. Obvio, ibas a estar en boca de todos.

—Lo sé, pero solo se quiso disculpar. No veo la necesidad de tanto drama.

—Disculpado esta, ¿no? Porque ese hombre está como para cometer pecado y olvidar nuestros votos de castidad.

—¿Tenemos voto de castidad?

—Obligados. ¿Te gustó el señor Koller? —Pensé en las cosas lindas que me dijo —¡Te has sonrojado! Sí, te gustó. Es la primera vez que te gusta alguien.

—Se apreciar un hombre guapo y él lo es, además que es muy galante, caballero, carismático, pero no significa que quiera lago con él.

—¿Quién no quiere algo con ese hombre? Todas las mujeres de este pueblo están haciendo fila por él —me obliga a levantarme de la cama e irme a vestir. — No voy a dejar que nadie te lo quite.

—¡Pero si no es mío!

—¡Por ahora!

—Tal vez le gustes tú.

—No, es guapo para ver, pero no es mi estilo. A mí me gustan más fuertes y desafiantes.

Salgo unos minutos después con un vestido turquesa de seda, a medio hombro que moldea mi torso y luego cae al piso, con un escote sutil.

—Guao, me has opacado, pero no me importa. Te ves extraordinariamente hermosa.

—¡Qué exagerada! Mejor salgamos antes que nos vengan a buscar.

Cuando llegamos al salón, casi todo el pueblo estaba aquí. Debí imaginarlo, es que el chisme los carcome.

—Allá está el señor Koller y su nieto, —señala Emma.—Vamos a saludar.

Caminamos hacia ellos, saludamos a mi madrina, luego a los Koller.

—Señor Nelio, qué gusto verlo aquí —digo.

—No podía faltar. Estás muy guapa y cada día más bonita.

—Gracias.

—Ya me dijo mi muchacho que te conoció y pidió disculpa por lo de ayer. —Mencionó mientras tomaba a Demetry del brazo.

—¿Cómo está, señorita Liah? Se ve muy hermosa.

—Gracias, espero disfruten la fiesta.

—Eso pretendo, ¿me acompaña a tomar algo? — afirmé — con permiso.

Llegamos hasta la zona de cócteles y pido vino, es lo que me encanta tomar mientras que Demetry pide un whisky.

—Se ve muy hermosa esta noche, ese vestido realza sus atributos — sí que sabe usar las palabras — no tiene por qué sonrojarse.

—Gracias por los halagos, no estoy acostumbrada. Me alegra ver al señor Nelio tan sonriente y fuerte. —Decido cambiar el tema. —Deberían venir a verlo más seguido — me sonríe.

—Vivimos ocupados en los negocios, le hemos dicho que se mude a la capital con nosotros, pero no quiere.

—Lo entiendo, él ha vivido toda su vida aquí, es muy difícil irse a la ciudad, además es muy independiente. ¿Qué haría allá? Por lo menos aquí se divierte con sus amigos, con los empleados y sale a caminar para entretenerse con los distintos chismes del pueblo.

—No había pensado en eso.

—No. Seguro pensaban en su comodidad y no en las de él; es normal que los jóvenes no piensen mucho en las personas mayores.

—¿Los jóvenes? ¿Es que no eres parte de ese grupo? — sonríe y me doy cuenta de que tiene una sonrisa agradable.

—Lo soy, pero me dicen que soy muy madura para mi edad.

—Ya veo. Tenías razón, todo el pueblo está en tu casa, lo que significa que tu hermana es muy cotizada o vinieron a verme.

—Usted y mi hermana son el acontecimiento del momento, y en este pueblo solo se necesita un motivo para verlo arder en el chisme.

—Brindemos por esta linda amistad que empieza.

Juntamos nuestras copas y le empiezo a decir quién es quién en este pueblo, a responder a sus preguntas mientras reímos y conversamos. Empieza a sonar la música y la gente espera ver quién abre la pista de baile.

—¿Bailamos?, me prometió un baile —extiende su mano.

—El baile lo debería abrir mi hermana, es la homenajeada.

—Pero no la hemos visto y, si mal no recuerdo, también es mi fiesta; por lo tanto, pueda abrir el baile. ¿No? —No le veo error en su lógica.

Llegamos al centro de la pista y pone su mano en mi cintura, la otra me toma de la mano y me aprieta a él.

—Mucho mejor — no para mi gusto, pero no se siente mal.

—Somos el tema de la noche por nuestro paseo de la tarde.

—Eso me enteré, pero no me molesta, sobre todo si es con una mujer tan hermosa como usted.

—Esta no es la ciudad, señor Koller, créame, no quiere dañarle la reputación a una mujer de este pueblo — me separo un poco de él.

—¿Me obligarían a casarme con ella? Porque tengo la impresión de que son los planes de mi abuelo.

—Tiene varias candidatas, mire a su alrededor.

—Hay mujeres lindas, ya he tenido el gusto de hablar con algunas, pero si he de ser sincero, mis ojos ya están puestos en una dama —me aprieta un poco más.

—Tal vez salga con novia; pero, según sé, no le gusta este pueblo ni sus costumbres —se ríe —¿dije algo gracioso?

—No, es que no sé de dónde sacan esas cosas; me encanta este pueblo; todo queda cerca, es calmado, todos se conocen y me gustan sus costumbres.

—¿En serio?

—Sí, la ciudad es hermosa, divertida, pero llega un momento en que estresa, todo es un caos, aunque hay más vida social; sin embargo, no sabes con quién te tropiezas y las mujeres tienen una vida mucho más libre.

—¿Le molesta que las mujeres piensen y sean libres?

—En lo absoluto, pero hay muchas que confunden ser libres con el libertinaje; sus comportamientos a veces no son tan femeninos y respetables; por eso me gustan las costumbres de aquí. Me gustaría que una mujer sepa su lugar en la vida de un hombre¾. Ya refleja su gen de macho. ¾¿dije algo que le haya molestado?

—No. Es que viniendo de la capital…

—Buenas noches.—Nos interrumpe Kira.

No se podía negar que estaba hermosa, con un vestido rojo que le realzaba toda su belleza.

—No quise interrumpir, pero; Liah, mi madre te está buscando. —Eso no se le cree ni a ella.

—Demetry Koller, le presento a mi hermana, Kira Messer. —Mi hermana extiende su mano y él como todo un caballero, la saluda.

—Mi madre me dijo que usted también acaba de llegar a la ciudad — me ve y me dice: —, yo me encargo de atender al señor Koller.

—Claro, ¿dejamos la conversación para después?

—Estaré esperando.

Los dejó y buscó a mi madre, la encontró en una charla muy divertida con sus amigas de sociedad.

—Con permiso, ¿me buscabas, madre? —se sorprende al verme.

—No, pero ya que estás aquí... —Me tomó del brazo —permítanme un momento. ¿Me explicas cómo es eso de que has pasado toda la tarde con Demetry? La gente murmura que estuvieron todo el día paseando por el pueblo.

—Eso es una exageración, solo fueron unas horas. Se fue a disculpar por lo de anoche, me llevó a la heladería y me acompañó a casa, nada más.

—¿Por qué no me lo dijiste? ¿Qué hablaste con él?

—No mucho, más que todo, del señor Nelio y su estadía en el pueblo.

—¿Crees que sea un buen candidato para ti o para tu hermana? —Buscamos a Kira con la mirada y estaba muy sonriente en la pista de baile con Demetry.

—Lo veo muy bien con Kira. Mamá, acaba de llegar, lo estamos conociendo y yo estoy bien solita. No sabría darte una opinión.

—Olvídalo, solterona, no te quedas.

—Aún soy joven.

—Me gusta ese joven y lo vi contento contigo.—Dame paciencia.

—¿Por qué no dejas que pase los días y vemos qué sucede?, Disfrutamos la fiesta.

De repente se va a buscar a mi madrina, dejándome con la palabra en la boca. Observo a Demetry y a Kira, parecen muy a gusto, se ven bien juntos. Tal vez Kira sí tiene razón y le gustan las mujeres como ella, o peor, que ella sí sabe entretener a hombres como él.

—Y mi futuro cuñado ya está en las garras de tu hermana, no pierde el tiempo—comenta Emma.

—No es tu cuñado. Creo que ambos se han caído bien y no terminaremos el baile —la observo — .Te vi muy entretenida con un joven. ¿Quién es?

—Un amigo del niño guapo con sonrisa perfecta —menciona señalando a Demetry —es simpático, me hace reír y es guapo.

—Me alegro, ¿cuándo podré retirarme?

—No dejes que te lo quite, ve hasta ahí como ella y recuperalo. Y solo puedes retirarte cuando el último invitado se vaya —se acerca el caballero pidiéndole a Emma bailar, lo cual acepta y aproveche para escapar.

Doy vueltas por el lugar, observando todo y a todos. Luego salí al jardín a revisar mis cuentas y responder algunos mensajes de los clientes, cuando entra una llamada “privado” —¿Qué raro?

—Aló. Buenas noches.

—Buenas noches, ¿hablo con la agencia de L&E?— Esa voz.

—Sí. ¿Con quién hablo?

—Es el señor Koller —lo sabía. Iba a llamar.

—Señor Koller, que…

—Señorita —¡Ay, Dios! Escondo mi celular a mi espalda al escuchar al señor Nelio. — ¿Por qué una joven tan bella y trabajadora está aquí afuera y no con el resto?

—Tomaba un poco de aire. No me agrada la multitud, ¿y usted por qué salió? —Rayos, trato de apagar el celular como puedo.

—Mucha gente curiosa para mi gusto —reímos —. Te vi con mi nieto. Espero que no estés molesta por lo de ayer.

—En lo absoluto. Fue un accidente y lo dejé en la pista de baile con mi hermana.

—Una niña muy linda, se le nota el mundo en el que ha estado en los últimos años.

—Sabe entretener.

—Es raro ver a una joven de su edad regresar. ¿Y cómo va tu trabajo?—¿Mi qué? ¿Lo sabrá?— Tu papá me dijo que lo estás ayudando en la empresa.

—¡Ah! Bien, lo mismo de siempre. No soy escuchada, pero de vez en cuando me pide mi opinión.—Sonríe.

—Siempre has sido una niña con ganas de ser más que una ama de casa.

—Solo creo que hay más que hacer y ser que llevar el control de un hogar. Pero, sé lo que piensan todos los hombres de este pueblo.

—Pienso que la mujer es de su casa, con su esposo e hijos, y todo lo que eso conlleva —ninguna novedad—, pero también sé que han cambiado los tiempos y hay hombres a los que les gusta que la mujer sea más que una ama de casa.

—¿Cómo a su nieto?

—Mis nietos son impredecibles, con ellos nunca se sabe, sobre todo Leandro…—el amargadito al que le acabo de colgar. —Él es más complicado, se parece mucho a su padre y a mí. Demetry es más tranquilo y sociable, pero si me muero quiero saber que los dejé casados y asegurados.

—Creo que su futuro está bien asegurado, sin ofender.

—Espero que mis nietos pongan sus ojos en una joven como tú.

—Ya veremos qué nos prepara el destino — ¿yo dije eso?

Mi teléfono volvió a sonar: “Privado”, rayos, este hombre sí debe estar desesperado. Vuelvo a colgar e insiste.

—¿No piensa contestar?

—Es trabajo, puede esperar. — Si supiera que es su nieto.—Me estoy entreteniendo con usted.

—Un viejo como yo no podría entretener a una joven.

—Las personas mayores tienen el mundo adelantado y debido a su experiencia siempre tendrán buenos consejos para la juventud si estos saben escuchar. Y a mí me encanta escuchar.

—Desde niña eras diferente, siempre andas creando e imaginando cosas, recuerdo que hacías dibujos muy lindos. Le voy a decir a tu padre que te involucre más en los negocios, seguro tienes buenas ideas para aportar y, si no, yo te recibo con los brazos abiertos. — Mi celular vuelve a sonar.— Te dejo para que contestes.

Salió y vuelve a sonar mi celular, este hombre.

—Buenas noches.

—Al fin contestas. Me has colgado la llamada.

—Y usted insiste en llamar. No estoy en horario de oficina y estoy ocupada.

—Está acabando con mi paciencia.

—Qué lástima, señor Koller.

—¿Señor Koller?—Escucho la voz de mi padre detrás de mí.

Ahora sí estoy metida en problemas.

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