NICOLAS SMITH
Llego al recinto hecha una furia, voy directo a mi oficina, sin hablarle a nadie, los ignoro a propósito, ya que saben que cuando estoy que reviento, lo mejor es no molestarme.
No puede ser.
Me encierro en mi espacio y tiro a la pared el vaso de café que compré, mi respiración agitada hace que mis hombros suban y bajen de vez en cuando, siento como la adrenalina corre por mi cuerpo y es ahí cuando exploto.
Tiro los papeles de la mesa, tiro la silla, pateo el bote de basura, vuelco el escritorio, el archivador, como es muy pesado, saco cajón por cajón y los estrello en la pared haciendo un gran caos. No me interesa si me escuchan mis compañeros de trabajo, lo que deseo es destrozar todo, hoy debía ser el día que los atraparía, pero no.
Se escaparon.
Se escaparon.
Por años he buscado a “La banda” una de las organizaciones más delictiva y peligrosa del país, se especializa en robo, y siempre que los tengo en la mira, se me escapan, dejándome como al inicio. Debo atraparlos, tengo cuentas pendientes con ellos.
Con uno en especial.
La puerta de mi oficina se abre y me detengo, mi jefe mira todo alrededor, el caos que acabo de hacer y luego a mí, entonces lloro, la rabia es tanta que las lágrimas me salen y me desahogo de esa forma. El cierra la puerta y viene hacia a mí, para abrazarme.
—Tranquilo hijo — dice mientras los recuerdos, la impotencia y la idea de que soy mediocre me embargan por completo —Los atraparemos, ya lo verás — asiento
DIAS DESPUES.
Esta vez llego y saludo a todos, ellos me corresponden y tomo asiento en el lugar de reuniones, hago bromas con algunos y nos callamos cuando el jefe entra.
—Buenas con todos — saluda poniendo sus cosas en el podio —El día de hoy, nos llegó la información de nuestro topo sobre “La banda” —mi atención, va directamente al jefe —Sabemos que ellos están tranquilos por ahora, pero pronto atacarán. Les pido estén atentos. Necesito a López, Watson, Sanders y Smith en esto, como los principales — asiento de inmediato —El resto ya sabe qué hacer, cualquier cosa estaré en mi oficina —todos se ponen de pie y salen mientras me acerco al jefe
—Señor, ¿usted cree que esta vez si los atraparemos? —cuestiono con mis esperanzas, de nuevo alerta
—Lo haremos Nick —asegura y me mira —Esto es por Callie, esto es por ti, y por lo que significó para todos lo que hicieron — asiento, bajo la mirada debatiéndome si decirle o no —Nick, sé el día que es hoy. Ve y regresa a las seis para hablar con el tipo — sonrío y salgo de ahí
Él me conoce muy bien.
Al llegar a la florería, busco las rosas rojas más hermosas que hay y las selecciono, no tarda en acercarse la vendedora y saludo con cortesía, le pido que me haga un ramo de rosas rosas y ella me ayuda a elegir las mejores.
—Debe ser muy afortunada su novia —dice mientras le pago
—Mi esposa, estamos de aniversario —le muestro mi anillo de bodas
—Qué pena, ya quisiera yo ser tu esposa — se apoya en la caja de tal forma que su busto descubierto sobresale y por un microsegundo mi mirada baja, me ordeno a subir a su rostro y la sonrisa de satisfacción, me hace dar cuenta que notó que la miré
— Lamentablemente, ya tengo — agarro el ramo y me doy media vuelta para salir
—Espera — me giro al oír a la chica —Si cambias de opinión... —me tiende una tarjeta —No quiero matrimonio, solo pido un momento — aclara guiñándome y se va
La tentación es muy atrayente, pero la descarto, meto la tarjeta en mi bolsillo y me dirijo al lugar donde está mi esposa. Al llegar camino a donde se encuentra y veo a varias personas ahí también, tomo asiento frente a ella y sonrío.
— Hola hermosa, feliz aniversario —le entrego el ramo de rosas —Me encargué de elegir las más hermosas para ti — veo las rosas y noto que son muy bellas —Tus favoritas Callie — bajo la mirada —Pronto atacarán y voy a atraparlos Callie, pronto estarás en paz — miro al frente —Hoy cumplimos dos años de casados hermosa, y me siento feliz, talvez debamos ya pensar en un bebé ¿no? — rio ante mi pregunta —Sería serio como yo, e inteligente, atrevido y valiente como tú — mis ojos se llenan de lágrimas —No sabes cuánto te extraño mi amor, tú y yo éramos felices, hasta que esa escoria de la sociedad truncó eso. Te prometo Callie, que vengaré lo que te hicieron, así sea que mi vida se vaya en ello — comienzo a llorar y miro la lápida.
"Callie Evans
1989-2014
Una persona fuerte, inteligente, valiente
Siempre te extrañaremos"
ELIZABETHEntramos al lugar que es tan reconocido para mí, saludo a todos ya que me conocen y sigo mi camino hasta llegar a recepción.—Liz, hola — me saluda Scarleth, la recepcionista y mira al Diablo con interés—Hola Scar —su mirada enojada me hace reír—Deja de llamarme como el tío de Simbad —suelto una carcajada y ambos me imita—¿Y cómo te va con tu galán? —indago una vez nos hemos calmado—Pues ya no tengo galán —dice en tono triste, eso me sorprende y ella ve la duda en rostro —Me salió con que no quería que trabajara, que una mujer debe estar en casa y ocuparse del esposo y los hijos —para cuando ella deja de hablar mi cara debe reflejar rabia y odio ante lo que me contó—Es un idiota — habla el Diablo — Las mujeres tienen derecho a trabajar, a ganar su propio sueldo, a sentirse organizadas igual que nosotros, a ser independientes y no se la esclava de un hombre machista e imbécil — beso al Diablo y el me abraza—Ay, ojalá ese idiota hubiera pensado así —hace un puchero— Dia
ELIZABETH.Yaela llora en mis brazos y yo me siento la peor, por lo cual yo también lloro, Diablo llega detrás mío y toca mi hombro, lo miro.—Déjame abrazarla, ya te alcanzo — mi cuerpo tiembla porque estoy reteniendo el llanto fuerte que lucha, golpea y batalla por salir de mi —Por favor, ve y desahógate mi amor — asiento y beso la cabeza de Ela para levantarme e ir al baño Una vez adentro, bajo la tapa del inodoro y me siento sobre ella y llevo mi mano la boca para que no se escuchen mis gemidos de dolor. Las lágrimas salen sin parar, y mi cuerpo se sacude con las lágrimas, me siento impotente de no poder darle lo que ella quiere y me siento muy mal, tan mal que desearía morir, o tener otra vida donde ella no esté enferma, donde esté sana y pudiéramos ir a todos lados, pero no puedo.El tiempo que paso ahí es bastante, tanto que ya no me salen lágrimas, mis ojos están hinchados y casi no puedo ver, tengo el rostro con lágrimas secas en él y me duele la cabeza de tanto llorar. Moj
ELIZABETH. Abrí los ojos luego de un sueño muy reconfortante y lo primero que hago es revisar que Ela esté bien, reviso que no esté con frío y sonrío al ver que duerme con una sonrisa en su hermoso rostro. La amo con todo mi corazón. Al girarme para volver al sofá doy un grito pequeño cuando una forma humana está mirándome fijamente, pero luego sonrío al darme cuenta de quien es. —¿Desde cuándo estas ahora ahí? — indago bostezando y estirándome —Llegué hace una hora, no quise levantarte — es lo que me responde mientras sus ojos me recorren —Gracias, necesitaba descansar — le doy un beso —¿Cómo fue anoche? — indaga sentándome en sus piernas —Bien, creo que lo de la playa le hizo bien — sonríe — Fue increíble, nos divertimos mucho y ella sonreía todo el tiempo. Fue el mejor momento que hemos pasado desde hace mucho — —Me alegro amor — besa mis labios — Te traje desayuno — sonrío —Que rico — me levanto de sus piernas — Gracias Héctor — le doy una nalgada cuando pasa frente
NICK.Llego a mi departamento y suspiro al sentir la gran soledad que hay aquí. Hace dos años este lugar estaba lleno de alegría, de vida y era mi lugar favorito para estar. Entro de manera lenta, me ducho y me acuesto en la cama, no tengo sueño y solo son las 8:13, pero no veo razón por la cual estar en la sala o haciendo otra cosa. Esa es la rutina que he llevado todo este tiempo, realizo los actos de manera robótica y así es mejor, cuando estoy a punto de quedarme dormido mi mente va a un momento que viví con ella:“— ¡Al fin llegaste! — exclama con entusiasmoLa miró y una gran sonrisa adorna su cara, sus ojos están brillantes, y su semblante es muy muy feliz. Con mi entrecejo fruncido y mirando todo alrededor con extrañeza me acerco a ella, notando las velas que están puestas y encendidas, la mesa tiene manteles, y unas flores muy hermosas también, hay platos puestos y varias bandejas que imagino que contienen la comida, además hay un olor exquisito en todo el lugar e inmediatam
ELIZABETH.Abrazo a Ela luego de que tuvo su sesión de químico, mi princesa está tan cansada que se refugia en mi regazo mientras le cuento una historia que a la misma vez quiero que sea una noticia.—Y la princesa estuvo feliz, porque el príncipe le dio un anillo y le preguntó si quería ser su esposa — a pesar de su cansancio mi pequeña gira su rostro hacia mí y yo la miro, queriendo saber si entendió lo que le dije—¿Eliza, tu…? — sus cejitas se hunden en confusión mientras me percato de cómo analiza todo en su mente brillantePasan los segundo y su expresión de confusión, a entendimiento y luego a asombro me hace sonreír.—Héctor y tú se casarán — se lanza a abrazarme, pero un quejido sale de su bocaDe inmediato la acuno hacia mí y ella sonríe a pesar del dolor.—Ya sabes que no debes hacer fuerzas mi princesa — le llamo la atención. —Lo siento — se disculpa y sus ojitos me ven —Pero, ¿se casarán? — sus ojitos brillan de la intriga y noto como está ansiosa por saber la verdadLa ú
ELIZABETH.Firmo los papeles con una alegría tan inmensa, que siento que se me saldrá del pecho.Ya he llamado a Diablo y él está en camino hacia acá, lo mejor de todo es lo que tenemos planeado para Ela. Mientras nosotros estamos aquí, el resto de la banda están arreglando la Guarida para la fiesta de Ela.Cuando le dije que nos íbamos del hospital, con temor en su mirada me preguntó si era otra vez a la playa, a lo que yo solo sonreí y le dije que íbamos a casa.Ese recuerdo lo tengo grabado en mi mente :“—¿A casa? — susurró con asombro en su mirada e incredulidad en su rostro —¿Ya no volveré? — cuestionó, dejándome ver un atisbo de esperanza en sus ojitos oscuros—No mi niña, no volverás. ¿Sabes por qué? — le pregunto y niega con su cabecita, mis ojos de llenan de lágrimas —Porque eres una guerrera, que venció al maldito cáncer… Te estás sanando mi amor y ya no tienes que estar en este hospital — mi voz se quiebra al final y la abrazo—¿Me estoy sanando? — me pregunta en un susurr
ELIZABETH.Estas dos semanas con Ela aquí han sido maravillosas, Héctor cocina de maravilla y mis mañana amaneces llenas de amor de mi prometido y de Ela.Luego de pensarlo mucho y de hablarlo con mi princesa, hemos decidido matricularla en la escuela, aunque estamos ya a más de dos meses de que las clases hayan iniciado. Es por esa razón que Héctor conduce mientras Ela y yo vamos en el asiento trasero, noto como su manito suda, ya que me suelta de tanto en tanto para secarse y tomar la mía una vez más.—Todo estará bien princesa — le susurro y ella me sonríe, pero la conozco tan bien que esa sonrisa es de miedoCuando llegamos veo a la directora en la puerta, quien nos salida con la mano y bajamos, Ela aprieta mi mano con fuerza mientras caminamos.—Estoy contigo ¿sabes? — le digo —No te dejaré sola mi pequeña — sus ojitos me ven y me abraza—Gracias Eliza— me susurra y poniéndome de pie caminamos donde la directoraDecidí venir un día sábado, par que sea más fácil para Ela y conozc
ELIZABETH.Ya va una semana desde que Ela entró a clases y he estado preocupada. Según lo que Ela me contó es que esas niñas de las cuales me habló Amy atacaron a mi niña y es por esa razón que hoy me bajaré del auto y Ela me mostrará quienes fueron. Lo primero que noto al bajarme del auto es que un grupo de madres afuera de la escuela conversando, a parte que por su vestimenta toda de gimnasio me hace saber que son de esas fitness, no queriendo juzgarlas sin conocerlas me armo de valor y camino junto a mi niña de la mano, saludo a las señoras y entro a la escuela para ir directo a la oficina de Amy.Al verme de inmediato se acerca a mi a preguntarme que sucedía, le expliqué la razón y ella me sorprende diciéndome que afuera están las madres de las niñas.¿Serán las mismas mujeres a las que salude que ni si quiera me devolvieron el saludo?Ela va a su aula ya que la campana suena y con Amy vamos hacia afuera donde están las mujeres, no pierdo detalle en la manera en que sus ojos me e