ELIZABETH
Entramos al lugar que es tan reconocido para mí, saludo a todos ya que me conocen y sigo mi camino hasta llegar a recepción.
—Liz, hola — me saluda Scarleth, la recepcionista y mira al Diablo con interés
—Hola Scar —su mirada enojada me hace reír
—Deja de llamarme como el tío de Simbad —suelto una carcajada y ambos me imita
—¿Y cómo te va con tu galán? —indago una vez nos hemos calmado
—Pues ya no tengo galán —dice en tono triste, eso me sorprende y ella ve la duda en rostro —Me salió con que no quería que trabajara, que una mujer debe estar en casa y ocuparse del esposo y los hijos —para cuando ella deja de hablar mi cara debe reflejar rabia y odio ante lo que me contó
—Es un idiota — habla el Diablo — Las mujeres tienen derecho a trabajar, a ganar su propio sueldo, a sentirse organizadas igual que nosotros, a ser independientes y no se la esclava de un hombre machista e imbécil — beso al Diablo y el me abraza
—Ay, ojalá ese idiota hubiera pensado así —hace un puchero
— Diablo tiene razón... no estamos en la edad de piedra — asiente en acuerdo —Que imbécil —
—Estúpido — me sigue la corriente
—Infeliz — continúo
—Desgraciado —
— Machista —
— Y guapo — dice, yo rio —Muy guapo —
—Lo sé — reímos una vez más y chocamos las manos, Diablo solo rueda los ojos — Vamos a ver a Yaela — asiente
—Es hermosa, hoy estuvo comiendo helado —
—Ustedes que le dan todo lo que pide — da una sonrisa inocente y ruedo los ojos
—Voy a comprar unos sanduches y comida para comer allá — asiento a el Diablo y luego de un pico nos separamos
Luego de eso me dirijo a los ascensores y entro, en el altavoz está sonando Diamonds de Rihanna, así que la canto aprovechando que estoy sola, me recuesto en la pared y cierro los ojos respirando profundo, escucho como el ascensor se detiene y las puertas se abren, pero sigo en la misma posición.
Pasan varios segundos en los que me sorprende que quien haya subido no haya dicho nada, o saludado y abro los ojos.
Mala idea.
Ante mi esta un hombre de cabello castaño oscuro, alto, bien alto diría yo, por su complexión física noto que hace ejercicio, sus brazos están cruzados y lleva unos lentes oscuros, tiene un corte de barba estilo candado y sin ninguna timidez lo repaso entero.
Guapo.
Sexy.
Elegante.
Lleva un pantalón oscuro, una camiseta blanca que se amolda muy bien a sus músculos y una chaqueta negra de cuero, su cabello está despeinado, pero eso no hace que se vea mal, de hecho, todo lo contrario, él se ve muy bien.
—¿Terminaste de verme? — lo escucho hablar
¿Cómo reaccionarias ante esa situación?
¿Te pondrías tímida, te sonrojas, titubeas, o simplemente te quedas callada por la vergüenza?
—Pues no es mi culpa, tu das mucho para ver —respondo — Y de la buena forma —
Yo no soy así.
No soy tímida.
—Veo que no eres tímida — sonríe de lado alzando una ceja
—¿Por qué serlo? — pregunto —La vida es corta, para no hacer lo que uno quiere — el ascensor anuncia mi piso —Adiós guapo — le guiño un ojo y salgo
—Adiós guapa — lo escucho decir antes de que cierren las puertas
Dejando atrás al hermoso hombre que acabo de ver, voy donde mi hermanita y con una sonrisa entro a su habitación, ella está dormida, así que en silencio.
Pongo mi sábana en el sofá, luego mi bolso, y procedo a ir al baño a cambiarme de ropa, cepillo mis dientes y me hago un moño alto para dormir, me acuesto en el sofá y saco mi celular para jugar Desing Home. Diablo regresa y comemos, luego me acurruco en sus brazos mientras conversamos, no sé cuánto tiempo pasa, pero me quedo dormida. Una risa me despierta y veo a Yaela sonriéndome, me levanto y la abrazo despacio y beso su cabecita.
—Viniste — dice emocionada y mira al Diablo —Tu igual —
—Cómo cada noche bella — me abraza de nuevo y hace una queja de dolor cuando me aprieta, la insto a soltarme y la recuesto en la cama
—¿Te duele? —indaga el Diablo —¿Hoy fue muy doloroso? — acaricia su cabello
—Hoy casi no dolió — susurra y suspiro relajándome, solo un poco — Quiero pedirte un favor —
—Claro, lo que quieras — su sonrisa se ensancha y habla
Cualquier cosa, menos eso.
—¿Por qué pides eso Yaela? — me quejo — Sabes que es casi imposible, ¿verdad? — indago llena de preocupación
Su mirada de tristeza me ve fijamente y mi corazón se aprieta. Suspiro.
—Hermosa, tú sabes la enfermedad que tienes, y que cualquier cosa puede hacerla empeorar ¿verdad?— ella asiente — Por lo tanto, no puedes salir de aquí Ela — su labio inferior sobresale y empieza a temblar — No, no llores — se tira a mis brazos
—Estoy cansada de estar aquí, han sido muchos días. Lo único que quiero es estar en la playa, por favor — ruega
Yo también quiero ir a la playa con ella, yo también quiero meterme al mar y jugar con ella, hacer castillos de arena, comer helado, ir a navegar en los botes...Pero no se puede, tengo miedo que empeore, de que se ponga mal, o algo.
Jamás me lo perdonaría.
Y seguiremos con la parte de esta historia en el siguiente cap, espero les esté gustando mucho.
Me laegra demasiado de que ya conozcan a la hermosa Yaela, ella es una niña llena de amor, y de ternura a la cual la vida le ha dado lo peor.
Pronto conocerán muchísimo más sobre estas hermanas.
Gracias por leer y no se olviden que lso espero en mis redes sociales, estoy como: Genemua.Libros
Adios, nos leemos despues.
ELIZABETH.Yaela llora en mis brazos y yo me siento la peor, por lo cual yo también lloro, Diablo llega detrás mío y toca mi hombro, lo miro.—Déjame abrazarla, ya te alcanzo — mi cuerpo tiembla porque estoy reteniendo el llanto fuerte que lucha, golpea y batalla por salir de mi —Por favor, ve y desahógate mi amor — asiento y beso la cabeza de Ela para levantarme e ir al baño Una vez adentro, bajo la tapa del inodoro y me siento sobre ella y llevo mi mano la boca para que no se escuchen mis gemidos de dolor. Las lágrimas salen sin parar, y mi cuerpo se sacude con las lágrimas, me siento impotente de no poder darle lo que ella quiere y me siento muy mal, tan mal que desearía morir, o tener otra vida donde ella no esté enferma, donde esté sana y pudiéramos ir a todos lados, pero no puedo.El tiempo que paso ahí es bastante, tanto que ya no me salen lágrimas, mis ojos están hinchados y casi no puedo ver, tengo el rostro con lágrimas secas en él y me duele la cabeza de tanto llorar. Moj
ELIZABETH. Abrí los ojos luego de un sueño muy reconfortante y lo primero que hago es revisar que Ela esté bien, reviso que no esté con frío y sonrío al ver que duerme con una sonrisa en su hermoso rostro. La amo con todo mi corazón. Al girarme para volver al sofá doy un grito pequeño cuando una forma humana está mirándome fijamente, pero luego sonrío al darme cuenta de quien es. —¿Desde cuándo estas ahora ahí? — indago bostezando y estirándome —Llegué hace una hora, no quise levantarte — es lo que me responde mientras sus ojos me recorren —Gracias, necesitaba descansar — le doy un beso —¿Cómo fue anoche? — indaga sentándome en sus piernas —Bien, creo que lo de la playa le hizo bien — sonríe — Fue increíble, nos divertimos mucho y ella sonreía todo el tiempo. Fue el mejor momento que hemos pasado desde hace mucho — —Me alegro amor — besa mis labios — Te traje desayuno — sonrío —Que rico — me levanto de sus piernas — Gracias Héctor — le doy una nalgada cuando pasa frente
NICK.Llego a mi departamento y suspiro al sentir la gran soledad que hay aquí. Hace dos años este lugar estaba lleno de alegría, de vida y era mi lugar favorito para estar. Entro de manera lenta, me ducho y me acuesto en la cama, no tengo sueño y solo son las 8:13, pero no veo razón por la cual estar en la sala o haciendo otra cosa. Esa es la rutina que he llevado todo este tiempo, realizo los actos de manera robótica y así es mejor, cuando estoy a punto de quedarme dormido mi mente va a un momento que viví con ella:“— ¡Al fin llegaste! — exclama con entusiasmoLa miró y una gran sonrisa adorna su cara, sus ojos están brillantes, y su semblante es muy muy feliz. Con mi entrecejo fruncido y mirando todo alrededor con extrañeza me acerco a ella, notando las velas que están puestas y encendidas, la mesa tiene manteles, y unas flores muy hermosas también, hay platos puestos y varias bandejas que imagino que contienen la comida, además hay un olor exquisito en todo el lugar e inmediatam
ELIZABETH.Abrazo a Ela luego de que tuvo su sesión de químico, mi princesa está tan cansada que se refugia en mi regazo mientras le cuento una historia que a la misma vez quiero que sea una noticia.—Y la princesa estuvo feliz, porque el príncipe le dio un anillo y le preguntó si quería ser su esposa — a pesar de su cansancio mi pequeña gira su rostro hacia mí y yo la miro, queriendo saber si entendió lo que le dije—¿Eliza, tu…? — sus cejitas se hunden en confusión mientras me percato de cómo analiza todo en su mente brillantePasan los segundo y su expresión de confusión, a entendimiento y luego a asombro me hace sonreír.—Héctor y tú se casarán — se lanza a abrazarme, pero un quejido sale de su bocaDe inmediato la acuno hacia mí y ella sonríe a pesar del dolor.—Ya sabes que no debes hacer fuerzas mi princesa — le llamo la atención. —Lo siento — se disculpa y sus ojitos me ven —Pero, ¿se casarán? — sus ojitos brillan de la intriga y noto como está ansiosa por saber la verdadLa ú
ELIZABETH.Firmo los papeles con una alegría tan inmensa, que siento que se me saldrá del pecho.Ya he llamado a Diablo y él está en camino hacia acá, lo mejor de todo es lo que tenemos planeado para Ela. Mientras nosotros estamos aquí, el resto de la banda están arreglando la Guarida para la fiesta de Ela.Cuando le dije que nos íbamos del hospital, con temor en su mirada me preguntó si era otra vez a la playa, a lo que yo solo sonreí y le dije que íbamos a casa.Ese recuerdo lo tengo grabado en mi mente :“—¿A casa? — susurró con asombro en su mirada e incredulidad en su rostro —¿Ya no volveré? — cuestionó, dejándome ver un atisbo de esperanza en sus ojitos oscuros—No mi niña, no volverás. ¿Sabes por qué? — le pregunto y niega con su cabecita, mis ojos de llenan de lágrimas —Porque eres una guerrera, que venció al maldito cáncer… Te estás sanando mi amor y ya no tienes que estar en este hospital — mi voz se quiebra al final y la abrazo—¿Me estoy sanando? — me pregunta en un susurr
ELIZABETH.Estas dos semanas con Ela aquí han sido maravillosas, Héctor cocina de maravilla y mis mañana amaneces llenas de amor de mi prometido y de Ela.Luego de pensarlo mucho y de hablarlo con mi princesa, hemos decidido matricularla en la escuela, aunque estamos ya a más de dos meses de que las clases hayan iniciado. Es por esa razón que Héctor conduce mientras Ela y yo vamos en el asiento trasero, noto como su manito suda, ya que me suelta de tanto en tanto para secarse y tomar la mía una vez más.—Todo estará bien princesa — le susurro y ella me sonríe, pero la conozco tan bien que esa sonrisa es de miedoCuando llegamos veo a la directora en la puerta, quien nos salida con la mano y bajamos, Ela aprieta mi mano con fuerza mientras caminamos.—Estoy contigo ¿sabes? — le digo —No te dejaré sola mi pequeña — sus ojitos me ven y me abraza—Gracias Eliza— me susurra y poniéndome de pie caminamos donde la directoraDecidí venir un día sábado, par que sea más fácil para Ela y conozc
ELIZABETH.Ya va una semana desde que Ela entró a clases y he estado preocupada. Según lo que Ela me contó es que esas niñas de las cuales me habló Amy atacaron a mi niña y es por esa razón que hoy me bajaré del auto y Ela me mostrará quienes fueron. Lo primero que noto al bajarme del auto es que un grupo de madres afuera de la escuela conversando, a parte que por su vestimenta toda de gimnasio me hace saber que son de esas fitness, no queriendo juzgarlas sin conocerlas me armo de valor y camino junto a mi niña de la mano, saludo a las señoras y entro a la escuela para ir directo a la oficina de Amy.Al verme de inmediato se acerca a mi a preguntarme que sucedía, le expliqué la razón y ella me sorprende diciéndome que afuera están las madres de las niñas.¿Serán las mismas mujeres a las que salude que ni si quiera me devolvieron el saludo?Ela va a su aula ya que la campana suena y con Amy vamos hacia afuera donde están las mujeres, no pierdo detalle en la manera en que sus ojos me e
ELIZABETH.Lo dije.Lo dije.Con el puño de mi mano apreto mis párpados con furia ya que siento que estoy a punto de derramar lágrimas.—¿El? — La voz de Diablo llega hasta mi pero lo ignoro —¿Ela? — cuestiona ya que no la ve alrededor—Se durmió — es lo que respondo y bajo mi cabeza para ponerla entre mis manosSiento sus pasos entrar al lugar y la cama moverse a mi lado sus brazos me rodean, pero me niego a dejarme ir en llanto.—¿El? — no hablo —¿Qué sucede? — cuestionaMe quedo en silencio por varios segundos mirando a la nada mientras Diablo espera pacientemente que hable. Suspiro.—Se me salió — es lo que digo, pero sé que Diablo no me entiende — Dije en voz alta que Ela es mi hija — respira con fuerza y sé que está igual de sorprendido que yo—¿Ela te escuchó? — indaga—No, fue a unas madres que se burlaron de ella y a quien golpeé ——¿Golpeaste a una mamá? — asiento —Bien hecho — me felicita, lo cual me hace soltar una risa — Nadie se burla de Ela — asiento—Me sacó de casill