ELIZABETH.
Abrí los ojos luego de un sueño muy reconfortante y lo primero que hago es revisar que Ela esté bien, reviso que no esté con frío y sonrío al ver que duerme con una sonrisa en su hermoso rostro.
La amo con todo mi corazón.
Al girarme para volver al sofá doy un grito pequeño cuando una forma humana está mirándome fijamente, pero luego sonrío al darme cuenta de quien es.
—¿Desde cuándo estas ahora ahí? — indago bostezando y estirándome
—Llegué hace una hora, no quise levantarte — es lo que me responde mientras sus ojos me recorren
—Gracias, necesitaba descansar — le doy un beso
—¿Cómo fue anoche? — indaga sentándome en sus piernas
—Bien, creo que lo de la playa le hizo bien — sonríe — Fue increíble, nos divertimos mucho y ella sonreía todo el tiempo. Fue el mejor momento que hemos pasado desde hace mucho —
—Me alegro amor — besa mis labios — Te traje desayuno — sonrío
—Que rico — me levanto de sus piernas — Gracias Héctor — le doy una nalgada cuando pasa frente a mi
Héctor es alguien muy importante para mí, aunque la banda lo conoce por Diablo, yo lo conozco como la persona que me ayudó en mi momento más duro. Creo que por eso él y yo desarrollamos esta amistad, que con el pasar del tiempo se ha convertido en amor, y a pesar de que me lleva ocho años de diferencia puedo decir que nos llevamos de maravilla.
— Pasé por el orfanato —menciona y eso capta mi atención
—¿En serio? —asiente —¿Y cómo están?¿ Adoptaron a alguien? — indago ansiosa de saber de ellos
— Están bien, los niños te extrañan y ansían verte, les hice saber que pronto estarías con ellos — sonrío a eso
—Yo también los extraño — susurro pensando en los pequeños que son como una familia para mi
Pasan los segundos y me doy cuenta de que hay silencio, levanto los ojos y Héctor me mira fijamente, lo que me hace dar cuenta que algo desea decirme, pero no lo hace y cuando se pone en esta situación , es porque lo que me dirá será algo que yo no quiero escuchar.
—Liz — miro hacia otro lado suspirando y luego a Héctor para enfrentar lo que me irá a decir —Quiero que hablemos de algo — mi entrecejo se frunce
—¿Qué sucede? — indago un tanto preocupada
—Estoy preocupado por ti — lo miro fijamente, sin entender
—¿De qué hablas? — me acerco a él
—Sabes que Ela, esta grave. Sabes que un día ella puede… — se queda callado y lo miro fijamente esperando que siga hablando
—¿Qué Héctor? — indago con molestia, anticipando en mi mente loq ue me dirá —Habla — exijo
Héctor levanta su mirada, y noto la preocupación y el dolor de lo que está pensando en su expresión. Toma mis manos, las besa y acaricia mi dorso con sus pulgares, su mirada choca con la mía y lágrima baja por su mejilla.
—No quiero que sufras amor, puede ser que Ela, no se recupere — niego con la cabeza y trato de soltarme, pero el me detiene
—No hables esas cosas — sigo con mi lucha para soltarme
—No queria tocar este tema, pero me preocupas Eliza — me dice
—¡Suéltame! — exijo pero él me ignora
—Solo quiero que estés preparada, sé cuán importante es Ela para ti, y para también lo es. Yo... —
—No sabes lo que dices, tú no sabes lo que dices — lo corto — Mientes, eso haces, mientes no más — lágrimas comienzan a salir de mis ojos —Ella vivirá, tiene que hacerlo, ella debe vivir, ella debe hacerlo, necesito que lo haga, necesito que viva, necesito que no me deje — siento los brazos de Héctor rodearme y me quiebro
Lloro.
Lloro por la posibilidad que hay, lloro porque es más grande la de muerte que la de vida, lloro porque no quiero perder a Ela, porque si he pensado que un día pueda fallecer, pueda morir y no estoy lista para eso, no estoy lista para despedirme, no estoy lista para decir adiós.
Esto comenzó hace dos años cuando una noche la escuché llorar en su cuarto, de inmediato fui y la descubrí con fiebre, diciendo que le dolía.
No mentiré.
Me aterre.
Estaba con Héctor, y el actuó de inmediato. Él me dijo que saque a Ela, mientras en una maleta metió ropa y las cosas básicas, en la moto fuimos a toda velocidad, que ganamos un multa por eso y llegamos al hospital donde comenzó todo esto.
—Tranquila — susurra Héctor en mi oído — Sabes que me tienes para lo que sea — asiento y lo miro
—Lo sé, solo que no me imagino la vida sin ella — miro a Ela quien aún duerme y me acerco para besar su mejilla
—Liz —escucho a Héctor llamarme y me giro pero me llevo una sorpresa cuando veo la imagen ante mi —¿Qué haces? — es lo primero que pregunto y el me mira nervioso
—Llevamos 4 años en esto, tenemos una gran relación y contigo me siento completo. Eres inteligente, hermosa, audaz, decidida, cariñosa, leal, generosa, amable, ardiente, apasionada y muchas otras cualidades que no diré porque mi rodilla se cansará — río
—¿Héctor? — cuestiono aun sin poder creerlo, entonces abre la caja
—¿Elizabeth Ramírez, tú quieres darme el honor de convertirte en mi esposa? —
No lo creo.
Héctor me mira con duda, miedo y anhelo a la vez, espera mi respuesta y yo pienso en tantas cosas. Lo amo, con todo mi corazón, me siento feliz con él y quiero casarme, solo que...
No lo sé.
—¿No quieres? — indaga y noto el miedo en su pregunta
—No es eso, sabes que no es eso — digo de inmediato
—¿Entonces? —cuestiona en un susurro
—Tengo miedo de que no funcione, no quiero un divorcio. El matrimonio es sagrado para mi — el asiente sabiéndolo muy bien
—Y para mi también, ¿por qué crees que no funcionaría? —
—No lo sé — susurro aun sin entenderme a mi misma
—Tienes miedo — comenta y asiento con lentitud
—Yo también —eso me sorprende
—¿En serio? — me acerco a el
—Claro, para mi el matrimonio debe durar hasta que sean ambos estén ancianos y arrugados como pasas — suelto una risa —Tengo miedo de no hacerte feliz, tengo miedo de perderte, tengo miedo de no cumplir como esposo, tengo miedo de no estar para ti cuando más me necesites, de no celebrar tus triunfos, ayudarte a superar tu miedos, reír contigo y compartir mi vida a tu lado — mis ojos están llorosos —Te amor Liz, con todo mi corazón, y quiero estar contigo hasta el día que deje de existir —mira la caja y a mi —¿Quieres enfrentar conmigo los temores que ambos tenemos y superarlos hasta que la muerte nos separe? — me arrodillo frente a el
—Tu eres maravilloso Héctor — una sonrisa se muestra en su rostro —Acepto ser tu esposa —sus ojos se abren en gran sorpresa y siento como respira aliviado, río de eso
Saca el hermoso anillo de oro blanco con un diamante en el centro y lo pone en mi dedo, miro a Héctor y lo beso mientras las lágrimas al fin caen.
No es un beso delicado, es uno ansioso, apasionado que no hace nada bueno en mi, me siento necesitada, urgida y excit@da, Héctor baja sus manos a mi trasero y me presiona contra él para hacerme sentir como esta.
Duro.
Me separo y muerdo mi labio inferior con ganas de sentirlo dentro de mi, como si leyera mi mente sonríe con malicia.
—Te conozco demasiado bien Liz, quieres que te lo met@ hasta el fondo una y otra vez, hasta que te vengas g¡miendo mi nombre — sus palabras más me encienden y asiento — Vamos al baño, será rápido, pero haré que te vengas con todas tus fuerzas — me pongo de pie de inmediato y caminamos al baño.
Cuando he terminado se mueve y me sienta en el mesón saliendo de mi, gimo y ríe.
—Eres insaciable —susurra besándome de manera lenta
—Tú me haces así — me guiña un ojo y se limpia, lo miro embelesada y luego la alianza en mi dedo, sonrío
—Si que eres un Diablo — se sube el pantalón —Me llevaste al infierno, y quiero volver —
—Te llevaré cuantas veces quieras —volvemos a besarnos — Ahora vístete, te espero afuera Hacker —
Hago caso y me aseo con rapidez para cambiarme de ropa y salir como si nada haya pasado, Héctor me tiende mi bandeja de desayuno y comemos entre conversaciones y cuando Ela se despierta saluda a Héctor con un abrazo, miro la escena y nos imagino siendo una familia feliz.
El resto del día pasa entre risas, conversaciones entre mi Ela y Héctor y me siento completa.
¿Qué les pareció este cap?
Recuerden que tengo dos historias tambien en Buenovela: AMOR CRIMINAL y A MERCED DE LA MILLONARIA, se pueden pasar por allá y ver si les gusta.Gracias por leer, chao.
NICK.Llego a mi departamento y suspiro al sentir la gran soledad que hay aquí. Hace dos años este lugar estaba lleno de alegría, de vida y era mi lugar favorito para estar. Entro de manera lenta, me ducho y me acuesto en la cama, no tengo sueño y solo son las 8:13, pero no veo razón por la cual estar en la sala o haciendo otra cosa. Esa es la rutina que he llevado todo este tiempo, realizo los actos de manera robótica y así es mejor, cuando estoy a punto de quedarme dormido mi mente va a un momento que viví con ella:“— ¡Al fin llegaste! — exclama con entusiasmoLa miró y una gran sonrisa adorna su cara, sus ojos están brillantes, y su semblante es muy muy feliz. Con mi entrecejo fruncido y mirando todo alrededor con extrañeza me acerco a ella, notando las velas que están puestas y encendidas, la mesa tiene manteles, y unas flores muy hermosas también, hay platos puestos y varias bandejas que imagino que contienen la comida, además hay un olor exquisito en todo el lugar e inmediatam
ELIZABETH.Abrazo a Ela luego de que tuvo su sesión de químico, mi princesa está tan cansada que se refugia en mi regazo mientras le cuento una historia que a la misma vez quiero que sea una noticia.—Y la princesa estuvo feliz, porque el príncipe le dio un anillo y le preguntó si quería ser su esposa — a pesar de su cansancio mi pequeña gira su rostro hacia mí y yo la miro, queriendo saber si entendió lo que le dije—¿Eliza, tu…? — sus cejitas se hunden en confusión mientras me percato de cómo analiza todo en su mente brillantePasan los segundo y su expresión de confusión, a entendimiento y luego a asombro me hace sonreír.—Héctor y tú se casarán — se lanza a abrazarme, pero un quejido sale de su bocaDe inmediato la acuno hacia mí y ella sonríe a pesar del dolor.—Ya sabes que no debes hacer fuerzas mi princesa — le llamo la atención. —Lo siento — se disculpa y sus ojitos me ven —Pero, ¿se casarán? — sus ojitos brillan de la intriga y noto como está ansiosa por saber la verdadLa ú
ELIZABETH.Firmo los papeles con una alegría tan inmensa, que siento que se me saldrá del pecho.Ya he llamado a Diablo y él está en camino hacia acá, lo mejor de todo es lo que tenemos planeado para Ela. Mientras nosotros estamos aquí, el resto de la banda están arreglando la Guarida para la fiesta de Ela.Cuando le dije que nos íbamos del hospital, con temor en su mirada me preguntó si era otra vez a la playa, a lo que yo solo sonreí y le dije que íbamos a casa.Ese recuerdo lo tengo grabado en mi mente :“—¿A casa? — susurró con asombro en su mirada e incredulidad en su rostro —¿Ya no volveré? — cuestionó, dejándome ver un atisbo de esperanza en sus ojitos oscuros—No mi niña, no volverás. ¿Sabes por qué? — le pregunto y niega con su cabecita, mis ojos de llenan de lágrimas —Porque eres una guerrera, que venció al maldito cáncer… Te estás sanando mi amor y ya no tienes que estar en este hospital — mi voz se quiebra al final y la abrazo—¿Me estoy sanando? — me pregunta en un susurr
ELIZABETH.Estas dos semanas con Ela aquí han sido maravillosas, Héctor cocina de maravilla y mis mañana amaneces llenas de amor de mi prometido y de Ela.Luego de pensarlo mucho y de hablarlo con mi princesa, hemos decidido matricularla en la escuela, aunque estamos ya a más de dos meses de que las clases hayan iniciado. Es por esa razón que Héctor conduce mientras Ela y yo vamos en el asiento trasero, noto como su manito suda, ya que me suelta de tanto en tanto para secarse y tomar la mía una vez más.—Todo estará bien princesa — le susurro y ella me sonríe, pero la conozco tan bien que esa sonrisa es de miedoCuando llegamos veo a la directora en la puerta, quien nos salida con la mano y bajamos, Ela aprieta mi mano con fuerza mientras caminamos.—Estoy contigo ¿sabes? — le digo —No te dejaré sola mi pequeña — sus ojitos me ven y me abraza—Gracias Eliza— me susurra y poniéndome de pie caminamos donde la directoraDecidí venir un día sábado, par que sea más fácil para Ela y conozc
ELIZABETH.Ya va una semana desde que Ela entró a clases y he estado preocupada. Según lo que Ela me contó es que esas niñas de las cuales me habló Amy atacaron a mi niña y es por esa razón que hoy me bajaré del auto y Ela me mostrará quienes fueron. Lo primero que noto al bajarme del auto es que un grupo de madres afuera de la escuela conversando, a parte que por su vestimenta toda de gimnasio me hace saber que son de esas fitness, no queriendo juzgarlas sin conocerlas me armo de valor y camino junto a mi niña de la mano, saludo a las señoras y entro a la escuela para ir directo a la oficina de Amy.Al verme de inmediato se acerca a mi a preguntarme que sucedía, le expliqué la razón y ella me sorprende diciéndome que afuera están las madres de las niñas.¿Serán las mismas mujeres a las que salude que ni si quiera me devolvieron el saludo?Ela va a su aula ya que la campana suena y con Amy vamos hacia afuera donde están las mujeres, no pierdo detalle en la manera en que sus ojos me e
ELIZABETH.Lo dije.Lo dije.Con el puño de mi mano apreto mis párpados con furia ya que siento que estoy a punto de derramar lágrimas.—¿El? — La voz de Diablo llega hasta mi pero lo ignoro —¿Ela? — cuestiona ya que no la ve alrededor—Se durmió — es lo que respondo y bajo mi cabeza para ponerla entre mis manosSiento sus pasos entrar al lugar y la cama moverse a mi lado sus brazos me rodean, pero me niego a dejarme ir en llanto.—¿El? — no hablo —¿Qué sucede? — cuestionaMe quedo en silencio por varios segundos mirando a la nada mientras Diablo espera pacientemente que hable. Suspiro.—Se me salió — es lo que digo, pero sé que Diablo no me entiende — Dije en voz alta que Ela es mi hija — respira con fuerza y sé que está igual de sorprendido que yo—¿Ela te escuchó? — indaga—No, fue a unas madres que se burlaron de ella y a quien golpeé ——¿Golpeaste a una mamá? — asiento —Bien hecho — me felicita, lo cual me hace soltar una risa — Nadie se burla de Ela — asiento—Me sacó de casill
NICKLlego de nuevo a la estación, no tengo ánimos para nada, solo me dejo caer en el sofá en mi oficina y miro hacia un punto indefinido, por mucho tiempo. La verdad no me interesa si pasan segundos, minutos, u horas, solo me quedo sumergidos en maravillosos recuerdos que tuve con el amor de mi vida, que ya no está.“ —¿Quieres hijos? —sus ojos me miran de forma muy abierta y notando la sorpresa en ellos—¿Qué fue lo que dijiste? —indaga en un susurro casi audible—¿Qué si quieres hijos? — noto como se sonroja y su mirada baja—Si — casi no le oigo, pero mi pecho se llena de alegría al saber que ambos deseamos lo mismoNos encontramos desayunando en la cocina de mi departamento, luego de haber pasado la noche juntos por primera vez, recién llevamos tres meses en una relación y casi vive aquí, solo se va ciertos días para descansar.Es que aquí, no durmió mucho.Si, es exactamente lo que están pensando.Me acerco a Callie y ella sonríe, la imito haciendo girar la silla y me meto entr
LIZ.DOS MESES DESPUÉS.Camino segura en medio de lo que yo llamo mi familia, unos están revisando las cosas para esta noche, otros cocinan y ríen, otros estan en sus teléfono y otros conversan solamente. Somos una familia. Esta es mi familia. —Reina — me giro al escuchar mi apodo — Ven, te necesitamos — sonrío — ¿Qué sucede Diana? — pregunto a mi mejor amiga — Sabemos que esta noche es el atraco, así que queremos ayudar — asiento y la miro Diana es una chica bastante hermosa, su piel es bronceada, su cabello es afro y grande, para mi es hermoso, su cuerpo es voluptuoso, sus ojos son color miel, su nariz es pequeña y sus labios son gruesos y eso solo la hace perfecta para la distracción en varias de nuestras vueltas. Ella sabe manipular, leer a las personas y manejarlas a su antojo, en lo personal ella es un arma muy peligrosa y muy valiosa a la vez. Ella sabe de lo que es capaz y es por eso que conectamos de inmediato. Cuando conocí a Diana teníamos 17 años, no sabíamos a don