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CAP 1- LA FIESTA

ELIZABETH.

Tomo una copa de la charola que el mesero pasa por mi lado, la bebo y degusto el delicioso sabor burbujeante de esta maravillosa bebida, converso con varias personas hasta que me pongo en su campo de visión.

Mientras entablo una plática interesante con una rubia de mí misma edad, noto como no deja de mirarme, así que pongo el cabello detrás de mi cuello para atraerlo más, sigo conversando con la chica que me informa que en este lugar hay tres millones de dólares, guardados en la habitación, donde se cuentan para luego llevarlos a la bodega, le hago saber que eso es impresionante y él llega a mí.

—Hola —saluda a ambas y la rubia, sonríe para después retirar con una despedida dirigida a mí, a la cual correspondo con gusto

—Hola — le digo una vez estamos solos

—¿Eres nueva por aquí? —indaga recorriendo con sus ojos mi escote

—No, vine la otra vez que subastaron el yate — sus cejas se levantan en sorpresa

— ¿Cómo así no te vi? — cuestiona —Jamás perdería ese rostro de mi vista —sonrío con coquetería y él lo nota

— Lo mismo digo — y con esa frase, nos dirigimos a los pasillos de esta gran mansión

Mientras caminamos, mis ojos recorren todo con rapidez, noto la bodega y sonrío, ya que grabo las coordenadas en mi mente. El me lleva a una habitación, que es gigantesca y apenas cierra la puerta empieza a besarme, le correspondo de inmediato.

Luego de unos minutos estoy empotrada en la pared de la habitación, con mi braga en mi talón, el vestido en mi cintura y con su miembro bombeando en mi interior y su boca en mis pezones.

—Wow —dice y sonrío poniéndome de pie una vez hemos terminado

—Maravilloso — bajo mi vestido y arreglo mi cabello, mientras él desecha el preservativo

— ¿Regresamos? —indaga y asiento

—Hagámoslo — con una sonrisa salgo de esa habitación

Al salir de la habitación nos damos cuenta que algo no está bien, el lugar todo es un caos, las personas corren sin control, el me abraza para protegerme y yo no entiendo que sucede, con su cuerpo me empuja hacia la salida y comienzo a ponerme nerviosa, al parecer él lo nota.

—Tranquila, te sacaré de aquí — le escucho decirme

Las personas corren, nos empujan, se chocan entre ellos mismos y eso nos hace mucho más difícil llegar a la salida, pero lo logramos y cuando lo hacemos, notamos que hay un incendio en la parte ala de la mansión.

Donde estábamos nosotros.

El me suelta, pero toma mi mano y me guía donde unas personas, al llegar ellos reparan en mí, pero él no dice nada, solo les asiente y ellos empiezan a hablar.

—Señor, robaron los millones que se estaban contando —mis ojos se abren en extrema sorpresa

—No sabemos cómo pasó, las cámaras no grabaron nada, al parecer hackearon su sistema de seguridad — mi sorpresa se incrementa

— Señor, no quedo nada del dinero. El fuego se está apagando, pero el dinero se fue —el suspira y se aleja de ellos conmigo

— Lo siento, no debí aceptar ir contigo a esa habitación, si no hubiéramos ido, nada de esto hubiera pasado. Yo... — intento explicar

—Shh —pone su dedo en mis labios —Esto no es tu culpa... —me mira interrogante y sonrío

—Hillary Preston — el asiente

—Delicioso nombre, para una mujer extremadamente exquisita — acerca su boca a la mía y con una sonrisa acepto ese beso

— Eso estuvo increíble, todo tu lo eres — noto como su ego se infla con lo que digo 

—Hillary, necesito arreglar esto. ¿Deseas que te lleven a casa? — cuestiona

—Sería de mucha ayuda, vine en taxi — besa una vez más mis labios y llama a sus hombres

—Nadie sale de aquí hasta que vuelva —ellos asienten —Vamos — llegamos a su auto y nos subimos, le doy la dirección de mi casa y en media hora estamos ahí

—Muchas gracias, fue un placer, literal —eso ultimo lo digo en un susurro sexy

—Igual Hillary, descansa — se saca el cinturón y me besa

La forma de besar es atrapante, hipnotizante y te deja son aliento, cuando termina solo se separa y suspiro.

—Te llamaré —menciona y acepto

—Claro — le dicto mi número y luego de otro maravilloso beso bajo del auto

Me despido con la mano y él se va mientras camino a casa, cuando ya está muy lejos se estaciona la camioneta negra a la que entro.

—Fue un éxito — dice el Diablo celebrando, sonrío

—Lo fue — concuerdo —Tres millones de dólares, lo son — sonrío feliz y me recuesto en el asiento de la camioneta.

ELIZABETH RAMIREZ.

Al llegar al lugar me bajo, totalmente cambiada, ahora ya no llevo el vestido dorado de lentejuelas, mi cuerpo está cubierto por unos leggins negros, una blusa blanca, lonas negras y una gorra para atrás, espero al Diablo, él toma mi mano para entrar a “La guarida”, así le llamamos a nuestro escondite, nuestro refugio, nuestro hogar.

Al entrar todos aplauden y festejan y me uno a ellos en celebración, luego nos sentamos en la mesa de reuniones, todos nos miran para iniciar la reunión.

—Gracias a todos por su excelente trabajo de hoy — volvemos a aplaudir, el Diablo sigue hablando — Con éxito pudimos robar tres millones de dólares — él se apoya en la mesa  —Agradezco a Rata y su equipo para escabullirse al momento que recibimos  las coordenadas — levantan su pulgar en agradecimiento — También agradezco a los choferes para estar listos en todo momento —guiñan un ojo —Otro aplauso es para los que durmieron a los guardias — ellos se aplauden — Y para la hacker — me miran —Nuestra reina, gracias a ti pudimos entrar sin ser vistos — aplausos para mí y sonrío

— Gracias, fue todo en equipo — miro al Diablo

—Y esa distracción que hiciste, fue épica — me encojo de hombros a eso

—Trabajo y placer, es lo que me gusta —todos reímos y el Diablo besa mi mejilla

— Ahora tratemos las necesidades que tenemos. Hay muchas organizaciones a las cuales ayudamos con esto y otras que hay que sumar, las cuales el gobierno las ha dejado de lado y por lo tanto nosotros debemos apoyar —asentimos de acuerdo — Estas son las fundaciones que debemos agregar, si están de acuerdo alzan la mano …  — tomo asiento a su lado

Mientras hablamos, yo miro a mi familia, somos dieciocho personas que formamos la banda, no todos vivimos aquí, algunos estudian en Harvard, Yale, Princeton, otros toman clases nocturnas, otros trabajan en empresas, restaurantes, otros escriben, otros pintan. Aquí cada uno tiene una vida normal, hace lo que quiere, es feliz y sabemos que contamos con esta familia siempre.

En la guarida encontramos una familia, algunos han perdido a sus padres, otros fueron echados de casa, otros escaparon por el maltrato y otros nunca tuvimos hogar y encontramos este.

La banda, es nuestra familia.

— Esta es la cantidad que nos corresponde a cada uno —vemos a la pantalla y sonrío

Con Diablo decidimos que cuando hagamos las vueltas todos ganemos por igual, nada de favoritismos, sino que todos vean que somos un equipo y que el trabajo de cada uno vale lo mismo.

Al terminar la reunión, me dirijo a la habitación de disfraces y dejo el vestido en su lugar, y me siento para quitarme el maquillaje.

— Me encanta cuando te pones esa peluca rubia —sonrío al escuchar al Diablo

—Pues, lo mejor de todo esto, es que no me reconocen —me quito la peluca rubia larga, y mi cabellera negra se muestra

— Me gusta verte disfrazada —se sienta a mi lado —Hoy parecías una de esas niñas ricas —rio —Pero eres mejor que ellas, tienes un gran corazón y eso es una de las cosas que amo de ti — se acerca y nos besamos — Te haría de todo, pero llegaremos tarde donde Yaela — el me tiende una funda y al abrirla veo a la muñeca Moana, de la película de Disney

—¿Otra muñeca? —  indago poniendo los ojos en blanco — Deja de consentirla — se encoge de hombros 

—Si puedo, lo haré — besa mis labios —Además está metida en ese hospital, merece salir y respirar aire, así que como no puede hacerlo, la llenaré de todas las muñecas que quiera —río ante eso

—Gracias, ahora me terminaré de arreglar —

—Te espero afuera —asiento y lo veo salir

Me quito los lentes de contacto y me miro al espejo, hoy no parecía yo. Parecía algo totalmente diferente y eso es bueno, así el hombre rico jamás me encontrará, y menos por el nombre que le di.

Suelto mi cabello negro y este cae en ondas por mis hombros, termino de desmaquillarme y suspiro, pienso en lo que es mi vida ahora, en la forma que cambió de manera drástica y en lo que me he convertido.

Mamá me dejó en un orfanato, estuve ahí cinco años hasta que una pareja me adoptó, eran buenos y con ellos tuve años felices, hasta que una tarde, me dejaron en una fiesta de cumpleaños y sufrieron un accidente al volver a la casa.

Ambos murieron.

Luego de eso regresé al orfanato, ahora tenía 11 años, veía como lo niños pequeños se iban más rápido que los grandes, veía a diario como las parejas venían y veían a cada niño, notaba como sus ojos brillaban al encontrar el perfecto, como en sus rostros una sonrisa de extrema felicidad aparecía y se sentían completos, ansiaba ver eso en alguien, ansiaba que una pareja me viera así, que deseaba que fuera su hija y ansiara llevarme a casa con ellos.

Hasta que sucedió.

Al cumplir los doce años, una pareja llegó, el vestía traje y ella joyas y ropa bonita, ambos miraron niño por niño, hasta que llegaron a mí. Sus ojos brillaron, el anhelo se hizo presente, y la sonrisa de sentirse completos apareció. 

Entonces lo supe.

Me iría con ellos.

Y así fue,

Al llegar a casa era un sueño hecho realidad, tenían una habitación para mí, era hermosa. Color rosa, peluches a montón, una casa de muñecas gigante y ropa de princesa, abrace a mamá y ella me dijo que me amaba.

Al fin tenía la vida que soñaba.

Alejo los pensamientos bellos antes de que lleguen los aterradores, seco las lágrimas que salieron de mis ojos y termino de arreglarme.

Muchas veces, deseamos una vida soñada, pero las circunstancias, nos hacen lo que somos ahora.

Y aqui el primer cap, espero les guste.

Nos leemos despues.

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