ALFA AJAX
Camino paso a paso a través de la penumbra de la habitación. Las suaves respiraciones desde la cuna hacen que mi corazón retumbe fuerte dentro de mi pecho. Mis pasos se detienen y bajo la cabeza para ver a dos tiernos cachorros, una hembra y un macho, dormitando entre suaves mantas, abrazados entre ambos. Un nudo se aprieta en mi garganta. Estos pequeños son mis hijos, míos y de mi amada hembra. Así que este es el secreto que tanto me ocultabas, Amalia. Estiro mis manos y siento que tiemblan, quiero tocarlos, se ven tan pequeños, tan frágiles, deseo protegerlos con todas mis fuerzas, cuidarlos junto a su madre. “Ajax, ella está aquí” Mi lobo me avisa inquieto y lo sé, que ha entrado en la habitación, descubriéndome, porque el aroma que desprende mi hembra es inconfundible para mí. — Aléjate ahora mismo de la cuna o no respondo – dice entre dientes y me giro para ver el reflejo afilado de un cuchillo apuntando a mi cuello. — ¿Qué vas a hacer Amalia? ¿Vas a asesinarme? – doy un paso adelante y la veo como se tensa. La punta aguda se hunde en mi piel y un hilo de sangre baja hasta mi camisa. — Ajax, no me obligues, ya no soy esa inocente humana que manipulabas a tu antojo, por mis hijos, soy capaz de cualquier cosa… — Nuestros hijos, son también mis cachorros, aunque me los hayas ocultado todo este tiempo – no puedo evitar reclamarle herido. — Tú me echaste maldit0, me engañaste, me lo quitaste todo ¿Cómo te atreves a pedirme cuentas? ¡Te mereces morir como un perro! – me dice con odio en su mirada y mi alma se hunde. Lo peor es que no puede rebatirle, ella tiene la razón, aunque las cosas no son como piensa. — Entonces hazlo – agarro su mano temblorosa con fuerza y apunto el cuchillo a mi pecho. — Pero clávalo aquí, justo aquí Amalia, porque de otra manera no podrás alejarme de nuevo de ti, de los cachorros… — Ajax… — su voz se quiebra, sus ojos rojos, pero es obstinada, orgullosa y me guarda demasiados agravios. La sigo presionando, caminando hacia mi mujer y ella va dando pasos atrás, hasta que choca con la pared, acorralada por mi robusto cuerpo. — Sé lo que están tramando – susurro bajo y ella me mira fijamente, con desconfianza, buscando la mentira en mis ojos. — Y si lo sabes, ¿qué haces aquí? ¿Por qué no vas a decirle a tu amo que estamos conspirando en su contra? – me dice con ironía. Agarró el arma de repente, arrebatándosela y la arrojo a un lado sobre la alfombra. La pego a la pared, queriéndome fundir con su suave piel, con su alma. El perfume tentador a mar y olas que desprende, me enloquece y hechiza. Nunca he dejado de desearla, ella es la única capaz de enloquecernos, a mi lobo y a mí. Agarro su barbilla y subo su cabeza para que mire a mis ojos, sin barreras, sin mentiras, sin trucos. — Solo una persona puede doblegar mi voluntad y hacer que caiga rendido de rodillas. Yo, el Alfa Ajax Karlsen, únicamente respondo a Amalia Gray, la madre de mis cachorros, mi hembra, mi mujer, quieras o no… Le susurro contra sus labios, la observo con intensidad y dolor.Me tengo que aguantar con todo para no caer en la tentación de hacerla mía, como tantas noches he anhelado durante demasiado tiempo.
No resisto y al final la beso apasionadamente, dejando salir toda la desesperación que llevo por dentro, a pesar de su poca resistencia y de sus lágrimas mojando nuestros labios.
— Les daré a mis hijos y a ti lo que deseas y después, puedes clavar ese maldit0 cuchillo en mi corazón, Amalia, solo así serás libre de mi maldici0n. Ahora dime de una vez toda la verdad, Luna, ¡dímela de una vez!…
2 AÑOS ANTES…AMALIAIba en mi vieja bicicleta que casi volaba por el camino de tierra.Llegué respirando agitada al patio trasero de la casa, la dejé tirada a un lado donde no molestara y entré por la puerta de la cocina.Miro hacia el reloj y ya son las cinco.Maldici0n, estoy atrasada hoy para la cena.Corro a ponerme el delantal azul y me lavo las manos.— Shhh— siseo de dolor cuando el agua se escurre por entre mis dedos llenos de heridas.Trabajo de medio tiempo en el mercado de mariscos, limpiando escamas de pescados y lo que sea que nadie quiera hacer, me lo encargan a mí.No tengo tiempo para quejarme y mucho menos aplicarme medicina.La cena debe de estar lista a las 6:30 PM sin falta o pagaré bien caro las consecuencias.Hago una pasta a la carbonara, bien elaborada pero rápido.Estoy apagando el fuego cuando siento unos tacones que se acercan a la cocina y me tenso.Como en efecto, entra mi “madre” adoptiva al siguiente segundo, una rubia alta y vestida como una muñeca imp
AMALIA— Bueno, que sean 70, pero ya te callas y de rodillas para que ocupes mejor la boca – me dice lascivamente y saca unos billetes que me arroja.Una ira va creciendo en mí como nunca antes y lo intento empujar para escapar, pero obvio no soy su rival.— ¡Que me suelte! ¡Aux…!Pero estampa su boca a la fuerza con la mía y me impide gritar, agarrando mi barbilla al punto de sacarme lágrimas de dolor.Forcejeo entre sus brazos que me aprietan como grillete, su asqueroso cuerpo se restriega contra el mío.Su espesa saliva inunda mi boca cuando mete su enorme lengua.Quiero morderlo, sin embargo, el control en mi mandíbula me impide cerrar la boca.Las ganas de vomitar regresan, un mareo me invade. Estoy débil y mi resistencia cada vez es menos.No puede ser Dios mío, no puede ser que sea violada en esta casa y a nadie le importaría.Aunque gritara, ¿quién me iba a salvar? TOC, TOC, TOCSe escuchan unos golpes en la puerta.— Sr. Bishop disculpe que lo moleste, señor, pero su celular
AMALIAComienzo de nuevo a correr desesperada a través de la niebla espesa que me rodea.Solo que esta vez, no podré escapar tan fácil, lo escucho detrás de mí, algo me caza como una presa.Ni siquiera giro la cabeza, siento que caeré en pedazos en cualquier instante, no doy más, cuando veo una vieja cripta y huyo hacia allí.“Por favor que esté abierta, que esté abierta, te lo suplico” Pero sorpresa, sorpresa, está la puerta cerrada a cal y canto.¡BAM, BAM!Manipulo con fuerza el picaporte, la madera carcomida retumba, sin embargo, no se abre.Moriré, aquí y ahora, así que me giro a enfrentar mi destino.No veo claro que es, la luna se ha ocultado entre las nubes, pero parece un perro rabioso en cuatro patas, sus ojos rojos son los que más resaltan.Me pego de espaldas a la puerta, temblando, sollozando, esperando el final y cuando se abalanza sobre mi cuerpo, cierro los ojos para no ver mi propia muerte.De un momento a otro, el soporte en mi espalda cede, caigo de espaldas al suel
AJAX La ira apoderándose de mí cuando veo las marcas sanguinolentas en su espalda y obvias cicatrices viejas. No es solo su espalda, está llena de magulladuras por toda su blanca piel y prácticamente puedo contar las vértebras de la frágil columna por lo desnutrida que está. — Esta chica, parece que sufre de maltratos domésticos. Por la forma, me atrevería a decir que es un cinturón, mire aquí la marca de una hebilla. Me señala y yo solo estoy pensando en quién fue el hijo de puta que le hizo eso. “¡Búscalo, encuentra quién es ese maldito, de dónde proviene mi humana, lo voy a destrozar, cada parte de su cuerpo la haré trizas…!” Intento no dejarme llevar por la violencia de mi lobo Alfa. Salgo del cuarto y dejo que la curen. Pienso en el pedido de Elsa, ella es la doctora de mi manada, una de las Ancianas de mi Concilio. Ni siquiera sabía que estaba cerca del sitio donde hacíamos la cacería anoche y fue atacada por un Renegado que se nos escabulló de la red. Camino de nuevo h
AJAX Llegamos a buscar a Elsa para pedirle su ayuda con algunas cosas y no sé ni siquiera qué rayos hago aquí acompañando al zopenco de Kane. Solo sé que nada más subir la colina, ese delicioso aroma a mar y espuma cosquilleó en mi nariz. ¿Podría ser el olor de su piel? No debe ser, los humanos no desprenden feromonas, pero el hecho es que Conall me tiene desesperado, empujándome a subir esta colina todos los días y hoy, no he podido resistirme más. “Fiu, fiu” El idiota de mi Beta chifla lascivo en cuanto entramos por la puerta de la consulta y pasando a la oficina de Elsa, nos encontramos a esa humana en posición de apareamiento, debajo de la mesa y mostrando su trasero en un short corto. Sus muslos blancos sobresalían dando una vista que no dejaba mucho a la imaginación. Se asusta y se pega hasta un fuerte golpe en la cabeza. Apreté los dientes con ganas de cerrarle la boca y los ojos al resbaloso de Kane. — Pero qué buena recepción hay en esta consulta – dice sin dejar de
AMALIA Mi corazón latía desesperado mientras casi iba corriendo. No conozco este sitio y creo que me he perdido entre tantos pasillos. Salgo al fin a lo que parece una piscina interior techada. El eco resuena en el espacio vacío, casi en penumbras, al igual que el sonido de mis bailarinas y luego, unos zapatos masculinos. — Amalia, ¡espera un momento!, ¿hasta cuando piensas rehuirme? Escucho la voz de mi exnovio a la vez que me toma con fuerza del brazo y me hace girarme. — Suéltame – retiro mi brazo con fuerza y la ira, al verle el rostro a este cínico, va creciendo dentro de mí. — Te he estado buscando en estos días, en esa pescadería nadie te ha visto y no sabía bien dónde vivías. Amalia, las cosas no son como piensas… — ¿Y cómo son las cosas Edgar? Porque al menos te llamas Edgar, ¿no? – le reclamo — ¿Fue divertido burlarte de la pobre muerta de hambre? Cuánto debiste reírte mientras yo estaba siendo sincera contigo. — Amalia, el asunto es… complicado y sí, me llamo Edga
AJAXEl olor repugnante y empalagoso de esta loba me estaba mareando.He pasado algunos celos con ella porque es una mujer muy fogosa en la cama y de esas que te siguen en las locuras.Su cuerpo curvilíneo es justo mi tipo para follar a riendas sueltas, sin embargo, fuera de la lujuria y la calentura de los celos, esta hembra no me atraía en nada más.Creí que sabía muy bien el trato, nada de enamoramientos tontos, ni creerse que sería la próxima Luna de la manada.Lo hablo bien claro antes de empezar el sexo, sin embargo, veo que como las demás, ya está confundiendo las cosas.Hoy me ha seguido hasta la oficina y se ha puesto en plan pesadita. Iba a quitármela de encima, cuando una voz tímida irrumpió en mi despacho.Era Amalia, esa pequeña humana y que me haya visto así, con esta loba lujuriosa, casi con las tetas afuera, no me ha sentado nada bien.“¡Busca a mi humana!, ¡te dije que no me gustaba esta zorra para los celos, pero como siempre hiciste lo que te salió de los huevos!”
AMALIA— Bien, uf, creo que eso es todo – la señora Parker resopló mirando el montón de comida y cobijas acomodadas en el almacén.La verdad es que estaba asombrada de la cantidad de provisiones que había en el sótano de esta mansión, ¿se preparaban para un ataque o algo así?— ¡Ay, no puede ser!, olvidé decirle a Ofelia que repusiera las toallas y creo que ya se fue a su casa - dice de repente mirando a la puerta y lista para buscar a alguien.— Sra. Parker, yo voy, puedo hacerlo – le aseguro y se gira a examinarme y pensar.No sé por qué tengo la sensación de que todos siempre se andan midiendo a mi alrededor, como si fuese excluida de algo importante.— Bien querida, cuento contigo, es algo sencillo y luego ve a descansar, los huma… bueno, las chicas jóvenes necesitan descansar – y con la misma me da una cesta llena de olorosas toallas.Sigo sus indicaciones, la mansión parece media vacía y silenciosa, es de madrugada, supongo que ya duermen.Paso justo por un pasillo que reconozco