AMALIAEs tan hermosa y solo me mira fijamente, siento las lágrimas quemando en las esquinas de mis ojos.Me juré que sería fuerte para no agobiarla.— Yo… yo soy…— Sé quien eres… — su voz casi en un susurro, su mano se aprieta más fuerte sobre mi brazo como con miedo de que me vaya, de que me aparte de su vista. — Eres mi bebé… eres mi amada hija… lo he escuchado todo Amalia, todo el tiempo los estuve escuchando…Confiesa y es imposible retener mis sollozos. Me inclino y la abrazo, llorando sobre su pecho.¿Cuán impotente debió sentirse?, atrapada dentro de su propio cuerpo, viendo como papá se consumía en la mina para mantenerla con vida, el conocer a mi hermano y luego a mí.Lo ha escuchado todo, las confesiones que hemos hecho ante ella, nuestros miedos y anhelos, nuestros amores y penas, pensando que no nos escuchaba.Después de unos segundos me hice a un lado para darle acceso a mi hermano que también lloró en su pecho como un niño.Incluso él tenía más memorias con ella que y
AMALIANo lo detuve, sé que él necesitaba dar este paso, ganarse por completo la confianza de mi familia y enmendar los malos entendidos.Se inclinó hacia delante frente a ella, aún cargada en los brazos de mi padre, pidiéndole perdón con arrepentimiento.— Incorpórese, por favor, Alfa Ajax – madre le pidió y yo caminé al lado de mi mate para dejar en claro mi postura frente a mi gente – Todos nos equivocamos en el pasado.Le dijo mientras Ajax se enderezaba y pasaba la mano por mi cintura acercándome a él.— ¿Quién soy yo para juzgarlo cuando fui la primera en ser engañada por Alfred? – frunció el ceño— Quiero que quede bien claro, Fergus… digo, Vladímir, el Alfa Ajax, no fue quien me atacó, fue Alfred, el anterior Beta que yo misma coloqué en su puesto. Esa serpiente rastrera aprovechó el caos para intentar eliminarnos y lo maldije. Lo que me quedó de poder lo gasté en ocultarlos a ustedes, de nuestros enemigos.Suspiré aliviada al ver que la última confusión había sido aclarada.—
AMALIA— Sí, me siento culpable por no haberla venido a ver todo este tiempo, pero claro, no podía, sino… — me quedo callada pensando en mis próximas palabras.— Si no tendrías que venir a la manada y te expondrías a mí – termina mi oración suspirando – Ahora me siento tan estúpido, pero te juro que en ese momento solo lo hice para protegerte.— Lo sé, pero igual dolió verte en brazos de otra mujer, que me echaras a patadas de tu vida.*****AJAX— Amalia… — casi detengo el auto a un lado de la carretera.— No hablemos más del pasado, yo también me equivoqué Ajax, ya basta de hacernos daño, ¿sí? – pone su mano sobre mi muslo – Todavía no sé si Elsa me va a odiar.Me dice y mira hacia el cartel enorme que anuncia la entrada a mi manada.Sé que aquí no fue particularmente feliz, pero los momentos que me mantuvieron cuerdo y resistiendo, los viví aquí con ella.Estaciono el auto en la entrada y el guerrero de patrulla sale de la caseta.Se ha quedado algo desprotegida mi manada con la mo
AJAX— Aquí está la caja de cigarrillos Alfa, ¿se la subo? ¿De verdad despertó la Señora Elsa? – me pregunta la enfermera emocionada, asiento y le quito un cigarrillo antes de que suba corriendo por las escaleras.Salgo al porche y avanzo lentamente por el camino de piedras, observando colina abajo mi manada.No soy de fumar mucho, aun así, prendo el cigarrillo y le doy una profunda calada.Aquí nací, estas son mis tierras, mi gente, aquí enterré a mis seres queridos y me enamoré por primera y única vez, también engendré a mis cachorros y pasé sinsabores y malos momentos.¿Por qué me siento tan nostálgico? Miro las volutas de humo elevarse en el viento.La tarde va cayendo. Presiento que las cosas cambiarán, que ya no seré solo el Alfa de Shadow Hunters.Unos suaves brazos rodean mi cintura sacándome de mi ensimismamiento. Parece que me he pasado un rato mirando a la nada.— ¿Por qué estás triste? – la voz de Amalia me pregunta y arrojo lo que queda del cigarrillo al suelo, para luego
AJAX— Quería estar cómoda, no me quedaban bien las cosas que se quedaron aquí, con el embarazo engordé un poco – responde caminado hacia mí.Mis ojos lobunos la devoran. Muestra una gran porción de los muslos al caminar, lleva una de mis camisas, los botones de arriba abiertos dejándome ver sus senos casi al descubierto, las mangas subidas hasta los codos.“Diosa, esta mujer va a acabar con mi cordura, quiero estar encerrado en su misma celda de manicomio” mi lobo suelta una de sus perlas, con la lengua afuera como un pervertido.Espero que de verdad Amalia no lo esté escuchando ahora mismo.— Bien, tengo que comprarte más ropas, o no, mejor te quedas con mis camisas, te quedan muy bien – le digo casi en un gruñido.Tomo su mano y la llevo a su silla a mi lado, yo me siento a la cabeza de la mesa.El olor de sus feromonas se alborota cuando pasa moviendo su cabello platinado, me tiene con la polla tiesa dentro del pantalón.— Yo creo que tú también debes comprarte ropa, te veo apreta
AJAXSiento su espalda temblar contra mi pecho, sus nalgas restregándose contra mi abdomen.Agarro mi falo y comienzo a pasarlo por su vulva, mi glande empapándose arriba y abajo, lubricándola con mi presemen que escurre abundante.— Dime, ¿quién es tu dueño, Amalia?, ¿quién va a poner su marca en tu cuello?, dímelo nena, ¿quién es el único macho que puede joderte el coño? – gruño contra sus labios con los caninos afuera.Siento los cambios en mi cuerpo, mi parte primitiva tomando el control y mi mente nublándose por completo.— Ajax, Ajax es mi hombre, mi dueño, mi pasado, mi presente y mi… futuro… Mmmm – gime sensual empinando las nalgas cuando comienzo a empalarla.Sus suaves pliegues ceden a mi miembro que se sumerge lujurioso, sacándome escalofríos de placer que viajan por mi columna.La pego a la mesa, dominándola con mi mano en su espalda, mientras ondeo mis caderas adentro y afuera, mis músculos se contraen poderosos y el sudor brilla en nuestra piel.La vajilla tintinea y la
AMALIALe encanta a mis hijos quedarse dormidos sobre el vientre peludo de su padre Alfa, ya la cama King nos queda pequeña cada vez que tenemos que convertirnos en nuestras formas de lobos y acurrucarlos en el medio a ellos dos.La verdad es que a nuestros lobos eso también les chifla. Megara se queda recostada a su Alfa mientras los cachorros duermen contra su vientre.Ajax me dice que son los instintos de los bebés lobos.Acaricio la suave y tierna frente de mi Eliott que sigue durmiendo como un tronco, aquí la revoltosa es Charlotte.— ¿Te duele el brazo? ¿Quieres que lleve también al niño?— Está bien, sí que ha subido de peso, pero puedo con él – le respondo y en eso escucho aplausos y las cortinas abriéndose aún más.Mi madre nos mira desde el exterior haciéndonos señas para que nos acerquemos.Se para a un lado, hermosa y elevada, toda una ex-Reina, con mi padre en esmoquin, serio y agarrando su cintura posesivo.No más esconder su amor, ella anunció a todos que él era su parej
AMALIA— ¿Será aquí? – le pregunto a Rowena entrando al salón subterráneo donde nos ha traído el día después de la fiesta de coronación.En realidad, lo celebramos aquí en las tierras de las brujas debido a cosas que tenían que finalizarse.— Sí, este es el mejor sitio para realizar ese hechizo – responde, mirándonos a Ajax y a mí - ¿Trajiste los huesos de Alfred?— Aquí están – Ajax le extiende una bolsa de cuero, casi ni se pueden rescatar los huesos de ese infeliz porque los Renegados estuvieron a punto de devorarlos.— Ven, te explicaré algunas cosas – llama a Ajax hacia el centro del salón, donde hay un enorme círculo rojo en el suelo, con ese lenguaje de hechicería, dibujado alrededor de cada franja.Ajax está encaprichado en que Alfred no pueda descansar jamás en paz, ni siquiera imagino a dónde irá esa desquiciada alma.— Aquí hice hace poco un ritual para extraer algo de información de lo que quedó del Rey Hechicero, solo que no hubo mucha suerte, algunas cosas que no compren