AJAX— Aquí está la caja de cigarrillos Alfa, ¿se la subo? ¿De verdad despertó la Señora Elsa? – me pregunta la enfermera emocionada, asiento y le quito un cigarrillo antes de que suba corriendo por las escaleras.Salgo al porche y avanzo lentamente por el camino de piedras, observando colina abajo mi manada.No soy de fumar mucho, aun así, prendo el cigarrillo y le doy una profunda calada.Aquí nací, estas son mis tierras, mi gente, aquí enterré a mis seres queridos y me enamoré por primera y única vez, también engendré a mis cachorros y pasé sinsabores y malos momentos.¿Por qué me siento tan nostálgico? Miro las volutas de humo elevarse en el viento.La tarde va cayendo. Presiento que las cosas cambiarán, que ya no seré solo el Alfa de Shadow Hunters.Unos suaves brazos rodean mi cintura sacándome de mi ensimismamiento. Parece que me he pasado un rato mirando a la nada.— ¿Por qué estás triste? – la voz de Amalia me pregunta y arrojo lo que queda del cigarrillo al suelo, para luego
AJAX— Quería estar cómoda, no me quedaban bien las cosas que se quedaron aquí, con el embarazo engordé un poco – responde caminado hacia mí.Mis ojos lobunos la devoran. Muestra una gran porción de los muslos al caminar, lleva una de mis camisas, los botones de arriba abiertos dejándome ver sus senos casi al descubierto, las mangas subidas hasta los codos.“Diosa, esta mujer va a acabar con mi cordura, quiero estar encerrado en su misma celda de manicomio” mi lobo suelta una de sus perlas, con la lengua afuera como un pervertido.Espero que de verdad Amalia no lo esté escuchando ahora mismo.— Bien, tengo que comprarte más ropas, o no, mejor te quedas con mis camisas, te quedan muy bien – le digo casi en un gruñido.Tomo su mano y la llevo a su silla a mi lado, yo me siento a la cabeza de la mesa.El olor de sus feromonas se alborota cuando pasa moviendo su cabello platinado, me tiene con la polla tiesa dentro del pantalón.— Yo creo que tú también debes comprarte ropa, te veo apreta
AJAXSiento su espalda temblar contra mi pecho, sus nalgas restregándose contra mi abdomen.Agarro mi falo y comienzo a pasarlo por su vulva, mi glande empapándose arriba y abajo, lubricándola con mi presemen que escurre abundante.— Dime, ¿quién es tu dueño, Amalia?, ¿quién va a poner su marca en tu cuello?, dímelo nena, ¿quién es el único macho que puede joderte el coño? – gruño contra sus labios con los caninos afuera.Siento los cambios en mi cuerpo, mi parte primitiva tomando el control y mi mente nublándose por completo.— Ajax, Ajax es mi hombre, mi dueño, mi pasado, mi presente y mi… futuro… Mmmm – gime sensual empinando las nalgas cuando comienzo a empalarla.Sus suaves pliegues ceden a mi miembro que se sumerge lujurioso, sacándome escalofríos de placer que viajan por mi columna.La pego a la mesa, dominándola con mi mano en su espalda, mientras ondeo mis caderas adentro y afuera, mis músculos se contraen poderosos y el sudor brilla en nuestra piel.La vajilla tintinea y la
AMALIALe encanta a mis hijos quedarse dormidos sobre el vientre peludo de su padre Alfa, ya la cama King nos queda pequeña cada vez que tenemos que convertirnos en nuestras formas de lobos y acurrucarlos en el medio a ellos dos.La verdad es que a nuestros lobos eso también les chifla. Megara se queda recostada a su Alfa mientras los cachorros duermen contra su vientre.Ajax me dice que son los instintos de los bebés lobos.Acaricio la suave y tierna frente de mi Eliott que sigue durmiendo como un tronco, aquí la revoltosa es Charlotte.— ¿Te duele el brazo? ¿Quieres que lleve también al niño?— Está bien, sí que ha subido de peso, pero puedo con él – le respondo y en eso escucho aplausos y las cortinas abriéndose aún más.Mi madre nos mira desde el exterior haciéndonos señas para que nos acerquemos.Se para a un lado, hermosa y elevada, toda una ex-Reina, con mi padre en esmoquin, serio y agarrando su cintura posesivo.No más esconder su amor, ella anunció a todos que él era su parej
AMALIA— ¿Será aquí? – le pregunto a Rowena entrando al salón subterráneo donde nos ha traído el día después de la fiesta de coronación.En realidad, lo celebramos aquí en las tierras de las brujas debido a cosas que tenían que finalizarse.— Sí, este es el mejor sitio para realizar ese hechizo – responde, mirándonos a Ajax y a mí - ¿Trajiste los huesos de Alfred?— Aquí están – Ajax le extiende una bolsa de cuero, casi ni se pueden rescatar los huesos de ese infeliz porque los Renegados estuvieron a punto de devorarlos.— Ven, te explicaré algunas cosas – llama a Ajax hacia el centro del salón, donde hay un enorme círculo rojo en el suelo, con ese lenguaje de hechicería, dibujado alrededor de cada franja.Ajax está encaprichado en que Alfred no pueda descansar jamás en paz, ni siquiera imagino a dónde irá esa desquiciada alma.— Aquí hice hace poco un ritual para extraer algo de información de lo que quedó del Rey Hechicero, solo que no hubo mucha suerte, algunas cosas que no compren
ALFA AJAX Camino paso a paso a través de la penumbra de la habitación. Las suaves respiraciones desde la cuna hacen que mi corazón retumbe fuerte dentro de mi pecho. Mis pasos se detienen y bajo la cabeza para ver a dos tiernos cachorros, una hembra y un macho, dormitando entre suaves mantas, abrazados entre ambos. Un nudo se aprieta en mi garganta. Estos pequeños son mis hijos, míos y de mi amada hembra. Así que este es el secreto que tanto me ocultabas, Amalia. Estiro mis manos y siento que tiemblan, quiero tocarlos, se ven tan pequeños, tan frágiles, deseo protegerlos con todas mis fuerzas, cuidarlos junto a su madre. “Ajax, ella está aquí” Mi lobo me avisa inquieto y lo sé, que ha entrado en la habitación, descubriéndome, porque el aroma que desprende mi hembra es inconfundible para mí. — Aléjate ahora mismo de la cuna o no respondo – dice entre dientes y me giro para ver el reflejo afilado de un cuchillo apuntando a mi cuello. — ¿Qué vas a hacer Amalia? ¿Vas a asesinar
2 AÑOS ANTES…AMALIAIba en mi vieja bicicleta que casi volaba por el camino de tierra.Llegué respirando agitada al patio trasero de la casa, la dejé tirada a un lado donde no molestara y entré por la puerta de la cocina.Miro hacia el reloj y ya son las cinco.Maldici0n, estoy atrasada hoy para la cena.Corro a ponerme el delantal azul y me lavo las manos.— Shhh— siseo de dolor cuando el agua se escurre por entre mis dedos llenos de heridas.Trabajo de medio tiempo en el mercado de mariscos, limpiando escamas de pescados y lo que sea que nadie quiera hacer, me lo encargan a mí.No tengo tiempo para quejarme y mucho menos aplicarme medicina.La cena debe de estar lista a las 6:30 PM sin falta o pagaré bien caro las consecuencias.Hago una pasta a la carbonara, bien elaborada pero rápido.Estoy apagando el fuego cuando siento unos tacones que se acercan a la cocina y me tenso.Como en efecto, entra mi “madre” adoptiva al siguiente segundo, una rubia alta y vestida como una muñeca imp
AMALIA— Bueno, que sean 70, pero ya te callas y de rodillas para que ocupes mejor la boca – me dice lascivamente y saca unos billetes que me arroja.Una ira va creciendo en mí como nunca antes y lo intento empujar para escapar, pero obvio no soy su rival.— ¡Que me suelte! ¡Aux…!Pero estampa su boca a la fuerza con la mía y me impide gritar, agarrando mi barbilla al punto de sacarme lágrimas de dolor.Forcejeo entre sus brazos que me aprietan como grillete, su asqueroso cuerpo se restriega contra el mío.Su espesa saliva inunda mi boca cuando mete su enorme lengua.Quiero morderlo, sin embargo, el control en mi mandíbula me impide cerrar la boca.Las ganas de vomitar regresan, un mareo me invade. Estoy débil y mi resistencia cada vez es menos.No puede ser Dios mío, no puede ser que sea violada en esta casa y a nadie le importaría.Aunque gritara, ¿quién me iba a salvar? TOC, TOC, TOCSe escuchan unos golpes en la puerta.— Sr. Bishop disculpe que lo moleste, señor, pero su celular