–Bueno, cuéntame como te está yendo–dije con toda la felicidad del mundo. Veía a Mariana atrapada en su mundo, triste consigo misma y con todos a su alrededor, sin embargo, seguía resplandeciendo como solo ella sabía hacerlo, aún en sus peores días, era esa luz que me ayudaría a superar cualquier dificultad. –¿Qué puedo decirte? Debo cuidar de un bebé, de una empresa y también de mí, el bebé y la empresa están bien y bueno, yo busco enderezar mi camino–.–¿Tan retorcido está? –pregunté–.–Más de lo esperado–.Quise ofrecerle salvarle la vida, llevármela lejos, cuidar de su hijo, pero a pesar de quererla tanto, mi orgullo me frenaba en hacer más estupideces, si algo me caracterizaba era eso, ya me había rebajado mucho, no podía darme el lujo de seguirlo permitiendo. –¿A quien fuiste a ver al cementerio? –preguntó, los labios de Mariana se movían y yo solo podía imaginar besarlos–.–Ana–.–Ya veo. La querías mucho–.–Ahora solo siento tristeza, era solo una niña cuando se fue, no con
Después de 25 años de viajar alrededor del mundo, de descubrir nuevas tradiciones, nuevas culturas, nuevas personas, un nuevo mundo, puedo decir que había disfrutado mi vida de la mejor manera, miré crecer a mi hermoso hijo Richard, 25 años después ya estaba mayor y en busca de una relación formal, creció creyendo en el amor verdadero, yo se lo inculqué desde pequeño, a decir verdad, lo cierto es que no fue difícil aprenderlo por su cuenta, era lo que siempre miraba en nuestra familia. Siempre pensé que la vida había jugado en mi contra todo el tiempo, siempre lanzándome dificultades, peligros e infelicidad justo después de creer que las cosas estaban a mi favor, pero ahora entiendo que todo fue para bien, aprendí mucho dirigiendo la empresa de los Cabrera, cumplí cada uno de mis sueños, como mujer, como hija, como madre y como esposa, seguí superándome, siendo mejor persona y creo que lo he logrado. También debo decir que cambié mi forma de pensar, ahora era más objetiva y prospera,
Regresé a mi antigua vida, llena de miseria y limitaciones, justo después de haberme prometido no regresar jamás. Ahora debo verlo, justo a él, a la persona que me arrebató todo. Señor Black lo maldijo. Juro que me vengaré por lo que me hizo. Lo haré pagar por todo lo que hizo e incluso por lo que no ha hecho. Lo prometo. Durante mi juventud me dispuse a ganar dinero para dejar de tener limitaciones en mi vida, acepto que los caminos que tomé para ganar dinero no fueron los mejores, pero al menos me ayudaron a llegar a donde quería. Ahora, 8 años después de haber construido un emporio llega él. El hombre al que desprecié hace mucho tiempo. Recuerdo que llegó a visitarme varias veces al lugar donde estuve trabajando y siempre lo traté con respeto y amabilidad. Quizás había perdido el rumbo de mi vida por un tiempo, pero jamás los modales. Rechacé su propuesta muchas veces, esperando que lo comprendiera, pero en lugar de hacerlo se lo tomó personal. Ahora, cuando todo marchaba perfect
Había pasado una semana desde mi reunión con Erick y no había recibido ninguna llamada de él. Seguí visitando empresas, intentando lograr que alguna me aceptara como ejecutiva, pero fue inútil. Nadie deseaba darme una oportunidad para demostrar mi talento. El trabajo y la experiencia no es todo lo que importa en una empresa y ahora lo entiendo. Mi trabajo nocturno de bailarina me excluía de toda oportunidad laboral que me pudieran dar en empresas enormes y prestigiosas y me habría camino en todos los burdeles de la ciudad, casi diario recibía flores de algún bar para que aceptara su propuesta laboral. La carta que recibí esta mañana era del Royal, el mejor night club de toda la ciudad. Elisa me había hablado de ese Club, según decía, pagaban el doble de lo que normalmente pagaban en los demás y a mí, me pagaría el triple. Era mi opción antes de ir a ver a Erick y ese día estaba decidida a visitar ese lugar. –No lo hagas –dijo una voz, justo a unos metros de la entrada del Royal–.– ¿
El día en que dejaba a un lado mi orgullo y egocentrismo había llegado, era lunes, la lluvia de esa mañana, era algo que no sabía como interpretar, yo amaba la lluvia, pero tenerla ese día, después de tantos días soleados, no estaba tan segura de su significado, ¿Acaso era algo bueno o la lluvia delataba que algo malo pasará?Me preparé para todas las posibles conversaciones o comentarios que Erick pudiera hacer al verme llegar, había cubierto todos los posibles escenarios y esperaba que no hubiera alguna sorpresa. −Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle? −Preguntó la recepcionista del lujoso edificio en que se encontraban las oficinas de EB concesionarios–.−Soy Mariana Sandoval, busco al señor Black–. −Señorita Mariana, el señor la está esperando en su oficina, quinto piso, pase adelante. −dijo la recepcionista con una gentil sonrisa–. Tomé el ascensor teniendo en cuenta el miedo que este me provoca, tan solo entré toqué el botón, me tomé de la barra y cerré los ojos. −Señorita, ¿E
Escuché murmullos en la oficina, podían ser gritos, pero no pude entender ni una palabra de lo que decían. Después miré a Rafael salir de la oficina, aventando todo a su paso, no me limité a decir nada. –Mariana –dijo Erick, antes que la puerta de su oficina se cerrara–. –¿Sí? –.–Por favor pide en el área de recursos humanos la liquidación de Rafael, a partir de este momento ya no trabaja más aquí, por favor encárgate de informarles a todos–. –Entendido –dije, sin preguntar nada al respecto–. El gesto que veía en el rostro de Erick me quitó el interés y la curiosidad de conocer los detalles de aquella decisión, tan solo me limité a hacer mi trabajo. El anuncio sorprendió a todos, incluyéndome a mí. Rafael era uno de los trabajadores con más tiempo de estar al lado de Erick, que Erick haya tomado la decisión, fue por algo que no le gustó de Rafael. Salí de la oficina y me dirigí hacia la casa de Jones, Elisa aún no había llegado a casa y era muy probable que llegara pasada la med
El chofer de Eliot nos dejó en uno de los mejores moteles de la ciudad, Eliot dijo que no nos preocupáramos por la estadía de esa noche, que corría por su cuenta. Tanto Elisa como yo, sabíamos que ese gesto de generosidad, tendría un cobro que terminaríamos pagando tarde o temprano. –No debimos aceptar –protesté–. –Ya estamos aquí, ahora solo debemos atenernos a las consecuencias de haber aceptado, sabes perfectamente que rechazarlo no era una opción –.–Lo sé, es solo que me molesta saber que le deberé algo a ese viejo asqueroso–.–A mi igual, pero no teníamos muchas opciones que digamos –.Dormimos un par de horas, al menos para tomar fuerzas. La cama me brindó un sueño profundo que, en años no había tenido. Me desperté de repente y miré que el reloj marcaba las 6.40 am, no me refresqué ni un poco, dejé la cama y me dirigí al baño. El horario en la oficina comenzaba a las 7.00 am y no podía llegar tarde, estaba a más de 20 minutos en el transporte público. Me alisté en cuestión de
Las personas me miraban sin decir nada, quizás la tristeza era tan contagiosa que ni siquiera deseaban acercarse. Recibí una llamada. No distinguí el número de lo borroso que miraba debido a las lágrimas, pero contesté de igual manera.–Hola –.–Mariana, en las citas agendadas hay una con un proveedor que no conozco, podrías decirme porque concretaste esa cita –preguntó Erick–.–Revisaré y le enviaré el dato – dije, con la voz entrecortada y halando los mocos nuevamente hacia mi interior–.–¿Estás bien? –.–No– dije, soltándome nuevamente en llanto–.–Dime dónde estás–.–No lo sé, ni quiero saberlo, no se preocupe por mí señor Black, mañana estaré en la oficina a primera hora –comenté–.–¿Dónde estás? –.–Calle Navarro–.–Enseguida llego, quédate ahí –.Me senté en la maleta que llevaba, no sabía siquiera los sentimientos que tenía en ese momento, tan solo quería llorar, llorar por todas las veces que me había contenido de hacerlo, por todas esas cosas que me habían sucedido, por el d