La conversación era mucho más deshonesta y descarada de lo que me esperaba, el hombre comentaba sobre las mujeres de los Night club a los que había asistido como si fueran piezas de colección. Sentí que me había echado un balde de agua encima cuando mencionó a Marianette en una de las conversaciones. Ese era el nombre artístico que usaba en esos lugares, Erick lo conocía mejor que nadie, me enviaba flores y poemas siempre que podía, antes que lo despreciara. –Esa mujer es una belleza, solo que la perra quiere fingir ser la niña buena que no se acuesta con nadie, he escuchado que muchos se lo han propuesto y por cantidades que ni siquiera lo imaginas, pero la desgraciada los ha rechazado a todos. Esa es una de las que no se me puede escapar, sabes perfectamente cómo es esto, sino desea estar conmigo a las buenas, lo hará a las malas y créeme que cuando eso pasé, deseará haberme aceptado a las buenas–. Erick miró como cambié de color al escuchar esa amenaza indirectamente, me levanté
Íbamos camino a la oficina, cuando comencé a recordar las palabras que ese idiota había dicho. Mi aspecto cambió en tan solo un par de segundos y Erick lo notó fácilmente.–Ha sido un largo día ¿No crees? –preguntó Erick–.–Ya lo creo –dije, sin siquiera pensar en mis palabras–.–Mañana seguiremos con las citas, tengo muchos clientes a quien debo visitar y solo tú llevas el control de mis horas libres–dijo–.–De acuerdo –dije –.De cierto modo había entendido lo que Erick había hecho, con el primer cliente me presentó como una persona respetable, no comentó nada sobre mi pasado. En este no fui el centro de atención, pero los comentarios siempre estuvieron de por medio, para el segundo cliente, si mostro mi pasado, quizás queriendo conocer mi reacción o
Había pasado una semana y yo seguía de inquilina en el caserón de los Black. Me sentía tan bien en ese lugar que no quería marcharme de ahí, sin embargo, la noticia de la llegada de los padres de Erick cambió mis planes de estadía. Erick me dijo que prefería no tener a nadie en casa para evitar dar explicaciones sobre su vida, al fin de cuentas ellos no creerían que nosotros solo éramos compañero de trabajo y que mi estadía en la casa, era un acto de caridad. Erick comentó que, si su madre miraba a una mujer muy cerca de él, la euforia de hacerlo casar y que aquel amor diera como resultado un par de nietos, siempre rondaban por su cabeza. Así que prefería no darle paso a que esos pensamientos se apoderaran de ella.–No te preocupes por eso, me iré antes de que ellos puedan venir –comenté–.–¿Ya tiene
Había pasado una semana desde que comencé a vivir en aquel pequeño, poco iluminado y mal oliente departamento, a pesar de mis intentos por hacerlo oler bien, la mugre parecía haberse adherido a aquel lugar y no quererlo dejar por nada, los primeros días fueron los más difíciles, pero después de esa semana, sentía que podría soportarlo por el tiempo que fuera necesario.Había comenzado a distraerme viendo a los niños jugar en la calle, siempre salía del apartamento después del trabajo y después de preparar la cena, a verlos jugar. La felicidad de los niños de cierta manera me animaba a sentirme viva. Había olvidado cuando fue que me divertí tanto. En medio de mis rutinas diarias y de la diversión con la que los niños jugaban, comenzaba a recordar todos aquellos sueños que había tenido de pequeña, llenos de adrenalina y aventura, eran sueños tan locos que a veces me pregunto si llegaría a hacerlos realidad. Hacer Canopy en la Brellera, un lugar muy hermoso ubicado al norte de Nicaragua,
Llegamos a un pequeño bar y restaurante que yo había visitado en un par de ocasiones en los días que llevaba viviendo ahí. “Antología”. Desde el nombre podíamos saber que no era un lugar tan decente como los que Erick acostumbraba a visitar. Además, ya que había dicho que su vida no había sido fácil, ese lugar seguramente lo mantendría humilde por el resto de la noche. –He escuchado buenas reseñas sobre este lugar, después de medianoche, comienzan las peleas, ando un estrés acumulado que creo que podría sacar con unos cuantos peleadores y adicional sacar dinero extra. Buena idea ¿No crees? –comentó antes que nos bajáramos del auto–. –No sabía nada sobre las peleas, solo he venido a comer y me he retirado lo antes posible–.–Deberías vivir con un poco más de adrenalina Mariana. Esa vida sedentaria que llevas pronto te aburrirá y no le encontrarás gracia a nada –.–Claro, lo dice quien tiene dinero de sobra, para hacer lo que le dé gana –pensé–.Bajamos del auto y nos adentramos a aqu
Llegué a la oficina más temprano de lo habitual y la luz de la oficina de Erick ya se encontraba encendida, después de unos segundos, escuché el tecleo en el computador y me di cuenta que Erick se encontraba ahí. –¿Lo saludo o simplemente le mando un mensaje que estoy aquí? Realmente no tengo anda agendado para hoy, pero sería bueno que me anunciara… No creo que sea buena idea. Estoy 32 minutos antes de la hora de entrada, es posible que no me espere. Dejaré que sea la hora y me anunciare, para mientras arreglaré mis cosas – esa fue la conclusión más lógica que obtuve de un monologo interno de casi 6 minutos, después de pensarlo por varios segundos más mentalmente, decidí arreglar mis cosas y concluir con el asunto–.Tomé asiento y un par de segundos después miré a Erick salir de la oficina, con ese ademán y caminado que lo caracterizaban cuando estaba molesto. Llevaba un par de hojas consigo y las llaves de su camioneta. No volteó ni siquiera para ver quién era la loca que hacía rui
Llegué finalmente a la oficina, la que me esperaba con una torre de documentos que no recordaba haber dejado ahí ayer. La oficina de Erick tenía la luz encendida, pero no se escuchaba ningún ruido en el interior. Ojeé las hojas y miré que eran parte del contrato que Erick había decidido no firmar, un post it en ellas me indicaba que debía deshacerme de todos esos documentos. Erick salió de la oficina y mi estúpido reflejo fue levantarme de un salto de la silla de mi escritorio. Erick siguió su paso sin darse cuenta de lo que había pasado. Comencé a triturar todos los documentos cuando lo miré regresar. –Reserva una mesa en el restaurante Fetuchini para 2 personas, que la reservación esté lista para las 12.30–dijo Erick sin detenerse y encerrándose nuevamente en su oficina–.–Buenos días Mariana, ¿Cómo estás? –decía a media voz, resaltando lo maleducado que había sido y haciendo gestos de desaprobación–.–Mariana, cuando termines de hacer tus reproches por favor envía flores a esta
Jenny y yo comenzamos a conversar en una de las bancas de un parque que se encontraba cerca del parque, fue extraño que, a pesar de no conversar tanto en el pasado, está vez me sentí en confianza con ella. –Me alegra que hayas salido del Night Club, la vida aquí afuera es muy diferente –comenté.–Lo he visto y he sentido el viento oler diferente, ya nada de olores a tabacos y a sudores de todos esos viejos que llegaban a pasar el rato. Me alegra mucho la vida que tengo en este momento–.–Me alegra verte tan feliz–.–Sí, realmente no puedo quejarme, se me presentó esta oportunidad y daré lo mejor de mí para que funcione y en caso que aún así no funcione, igual me daré a la tarea de buscar trabajo en otro lugar. Trabajar ahí no era vida. Me alegra que tú te hayas decidido a salir de ese lugar, has sido esa motivación de todas nosotras para salir de ese lugar–.–Te agradezco eso, pero creo que yo no podría ser motivación de nadie– comenté–.–Realmente lo eres Mariana, me alegra verte bi