Rowan Wayne, uno de los hombres más importantes del país, mi mejor amigo de la infancia, su familia y la mía tienen una relación de amistad de hace años, pero a pesar de eso, es la primera vez que lo veo en años.
Sus ojos se clavan en los míos, me mira con fastidio, me doy cuenta de las palabras que acabo de pronunciar y de su peso, pero aún así no las retiro y le sostengo la mirada —¿Estás ebria o loca? – se burla. —¿Por qué me casaría contigo? —Porque tú necesitas una esposa, ¿o me vas a negar que estás en una competencia con Gabe por la herencia de tu abuela? —digo y me mira curioso. —Que ya no me lleve contigo no quiere decir que de vez en cuando no acompañe a nuestras madres a beber café o a desayunar, esa es solo una razón y tengo una buena lista de razones si esa no te parece suficiente. —No estoy interesado en casarme contigo, hasta donde sé eres la novia de Smith, ¿qué diría si supiera que estás aquí, haciéndome esa clase de propuesta? —Ya no estoy con él. Mi voz sale entrecortada, suelta una risa baja, se acerca más a mí, haciéndome dar un paso atrás. —¿Por eso lloras? —Limpia con su pulgar una de mis lágrimas y después limpia mis labios. —Realmente no me interesa si estás con él o no, pero si de verdad quieres convertirte en mi esposa, deberías de cuidar más tu imagen. Observo su dedo manchado de labial y trato de limpiarme, rueda los ojos y me da un pañuelo de tela, me lo paso por los labios, hago una mueca al ver que lo manche de esa horrible tinta rosa. —Quédatelo, como sea Lizzy fue un placer verte. Se da la vuelta, lo maldigo internamente y guardo el pañuelo en la bolsa de mi abrigo, alguien me toma del brazo jalándome con fuerza, Aaron. —¡Aqui estás! — dice molesto y me hace girar quedando pegada a él. —Romina, te estábamos buscando, yo puedo explicarte. — Danna me dice, mis ojos se encuentran con el azul claro de los suyos, está llorando. —¡Explicarme! ¿Qué carajos me vas a explicar cuando ya lo vi todo? ¡¿Me vas a decir cuantas veces te acostaste con él? ¿O cómo se reían en mi cara?! — gritó y se zafó del agarre de Aaron. —Las cosas no son así, déjame que te… —Danna habla colmándome la paciencia, así que le cortó las palabras con una bofetada que la hace tambalear. —¡¿Qué te pasa?! ¡Estás loca! — Aaron me toma de la muñeca con fuerza. —¡Joder Romina, ¿cómo te atreves a pegarle?! —El agarre sobre mi muñeca se hace más fuerte, veo la ira en sus ojos, los mis ojos castaños que me juraron amor tantas veces. —¡Suéltame! — Forcejeó. —Danna quiere hablar contigo y eso es lo que haremos. —Me jala obligadome a caminar. —Te voy a dar dos segundos para que quites tus asquerosas manos de ella antes de que te arranque el brazo. — La voz ronca de Rowan llena el lugar sin ni siquiera alzarla. —¿Rowan? ¿Qué haces aquí? Esto no es lo que parece, Romina está mal y estamos tratando de llevarla a casa. —Danna le sonríe. —Vete de aquí, esto no es asunto tuyo. — Aaron intenta volver a jalarme. La mano de Rowan quita de un golpe la de Aaron y le retuerce el brazo pegándolo contra la pared, Danna grita sorprendida, el brazo de Aaron emite un crujido y él chilla de dolor. —¿Estás bien? —Rowan me pregunta, sin quitar presión sobre el brazo de Aaron, asiento en respuesta. —Pídele perdón — le ordena y por un momento sus ojos azules parecen ser oscuros. —Perdóname Romina — habla entrecortado debido al dolor. —Ahora, si vuelvo a ver tu cara o la de tu zorra por mi hotel, me voy a encargar de echarlos a patadas y mejor ni te cuento que haré si vuelvo a ver que le pones un dedo encima, ¿entendido? — Vuelve a presionar y Aaron asiente asustado. —¡Largo! Apenas lo suelta, Aaron toma la mano de Danna y ambos salen corriendo, Rowan se acomoda el saco y me mira con una tranquilidad que me asusta. —¿Segura que estás bien? —Si, no es nada. —No te creo. Me toma de la mano con suavidad y revisa que todo esté bien, está algo roja y tiene los dedos de Aaron marcados. —Necesito un trago — murmuró. —Ven. Hace que lo siga y entramos en una habitación, la única en todo el pasillo, es la suite presidencial, es grande, como un departamento, destila lujo y elegancia, me invita a sentarme a uno de los sofás, lo miro de reojo, mientras sirve dos vasos con whiskey, es raro volver a verlo, de alguna manera es un extraño, un extraño que conozco demasiado bien, me ofrece uno de los vasos, sin decir palabra, deja la botella sobre la mesa de centro. —Gracias. Se sienta en el sofá enfrente de mi y enciende un cigarrillo, sin dejar de mirarme, me pongo algo nerviosa por el silencio. —No creo que debas de fumar aquí. —¿Te molesta? —A mi no, pero quizá al encargado sí, puedes activar la alarma de incendios. —Tienes razón, no debería fumar en mi propio hotel, porque capaz y el encargado se enoja, seguro que me echa. Recuerdo sus palabras en el pasillo y me siento algo tonta por no prestarles atención. —Solo decía, de todas maneras, yo siento lo que pasó hace un rato, no debí de hacer nada de lo que hice o decir nada. —¿Retiras tus palabras? —Es obvio que fue una tontería, seguro que tienes un montón de prospectos, no creas que no se de tu reputación y ahora somos prácticamente unos extraños y… —Si que te has vuelto cobarde Lizzy, hace rato dijiste que te tenías una lista de razones por las cuales deberíamos casarnos, ya que viniste hasta aquí, dímelas. —Deja de decirme Lizzy. —Antes te gustaba. —Ya no. —Igual no me importa, ¿y bien? — me mira, mientras saca el humo por los labios, no le respondo. — Tengo la ligera sospecha de que solo me pediste matrimonio por puro despecho. Me empino el vaso de whiskey, me siento como una tonta, no quiero seguir hablando con él, estoy muy nerviosa y no sé si es por lo todo lo que pasó o por el hecho de que Rowan está mucho más guapo de lo que recordaba y me está dando una mirada bastante intensa. —¿Esa de ahí era Danna Grey? – pregunta sacándome de mis pensamientos. La pregunta me hace enojar, desde que Danna y yo éramos niñas tuve que vivir con la idea de que los chicos se me acercaran para llegar a ella, nunca me importó o molesto, porque yo más que nadie era admiradora de la belleza de mi amiga, pero por primera vez, que alguien me pregunte por ella, me hace sentir miserable. —Si, era ella, pero si quieres su número e invitarla a salir, tendrás que arréglatelas tú solo, ya no somos amigas. —Yo no quiero salir con ella, solo sentí curiosidad y supongo que ya no son amigas, porque te quito al novio. Lo miro sorprendida y rueda los ojos, me sirve otro trago, vuelve a acomodarse en el sofá, le da un trago a su bebida antes de hablar. —Basta tener dos dedos de enfrente para saberlo, los tres en un hotel, ellos actuando como pareja de novela trágica y tu llorando, baste obvio diría yo, y solo por suponer, me imagino que esa era una de las razones para pedirme que me case contigo ¿no? El patético de Smith me odia desde el colegio y la insípida de Danna ha estado enamorada de mí desde que éramos niños, así que supongo que esa es tu perversa venganza, ¿me equivoco? —¿Tú sabías que Danna estaba enamorada de ti? —Se la vivía acosándome, era incómodo, incluso me llegó a espantar a un par de novias. —Yo no sabía, me enteré poco después de entrar a la universidad. —Era bastante obvio, no la culpo tampoco. —Maldito egocéntrico -bufó. —Entonces ¿te vas a casar conmigo o no? Ya sabes mis razones. —Solo veo ventajas para ti, en tu propuesta no hay nada que me interese. —Tendrás la herencia de tu abuela, la condición es que se le entregará al primer nieto que se case. —La tendré me casé o no, nadie de mi familia está interesado en dejarle tanto dinero a Gabe, así que da igual, eso solo fue una excusa, solo porque Gabe repele más el matrimonio que yo. —A mi me contaron otra cosa, además tú madre mencionó que estabas buscando esposa. —Mi madre quiere casarme, así que se inventa cualquier cosa para atraerme pretendientes. —Me imagino que te sobran. —Pero no me quiero casar con ellas, me gusta mi tranquilidad. —Por eso debes de casarte conmigo, yo no pienso meterme en tu vida privada, Joanna dejará de pedirte que te cases, yo haré que es par la pase mal un rato, por nuestra boda y por otras cosa que tengo planeadas a futuro. Es bastante provechoso para los dos. —Solo escuchó como quieres utilizarme. —Parece que quieres que te ruegue. — Me harto y se ríe. — Nuestras familias van a estar más que contentas con el matrimonio, mi padre seguramente te ayudara con negocios o cosas así, no tendrás que preocuparte por tus amoríos o por nada más, te ofrezco el matrimonio que cualquiera de tu tipo querría, ¿no sé qué más quieres? —Quiero lo que fue mío antes que de cualquier otro. —¿Qué? —Te quiero a ti.Él y yo solíamos ser mejores amigos, fue mi único acompañante hasta que Danna llegó a mi vida, pero había algo en la manera en que Rowan actuaba, que me hacía sentir curiosidad hacia él, seguramente y conociéndolo él me veía como la molesta chiquilla que lo seguía a todas partes, durante la adolescencia nos distanciamos un poco, pero seguíamos juntándonos de vez en cuando o pasábamos las vacaciones juntos, él se ponía más guapo con los años, si la mitad del colegio estaban locas por Aaron, la ciudad entera estaban detrás de Rowan y él no se hacía el difícil, siempre ha tenido esa fama de mujeriego, nunca le di demasiada importancia, hasta aquel verano en Bali. —Te quiero a ti — dice suave, sus palabras me llevan a todos esos momentos juntos. No se bien que cara pongo, pero al verla empieza a reírse burlescamente. —Estoy jugando Lizzy, no te haré nada. —Bueno, si no es eso ¿qué quieres entonces? —Nada, ya te dije no estoy interesado en casarme, ni siquiera en broma, me gus
Nos traen el desayuno, Hannah se emocionó y ordenó de más, observó la variedad de frutas, pasteles, crepas, waffles, ordenó huevos, salchichas, tocino y una gran jarra de jugo de naranja. Rowan sale de la habitación observa todo esto y nos mira mal, lleva puesto un traje negro hecho a la medida y una camisa gris, sin corbata. —Piensan darle de comer a todo el hotel ¿o qué? —Exageras, esto es para nosotras, el desayuno es lo más importante, pero decidimos desayunar ligero, ahora si te parece mucho, no hay problema, yo invito. —Hannah le sonríe. —Guárdate tu dinero, con lo mucho que comes, seguro que lo vas a necesitar. —¡Oye! —Hannah protesta cuando le roba un pedazo de pan tostado de su plato. Se sienta a mi lado y bebe una taza de café, huelo su colonia, es un olor que le queda de maravilla, Hannah no disimula en nada al verlo, pero Rowan no le importa o no da a notar incomodidad. —Hannah, ¿crees que pueda quedarme unos días contigo? Será solo en lo que encuentro un n
Del closet tomó un vestido azul corto, tiene la espalda descubierta, es perfecto para una noche de fiesta y discoteca, vamos a casa de Hannah para arreglarnos allá, no sin antes pasar a recoger los autos de mis amigas, por el mío iré mañana, decidimos movernos en taxi, para no tener que designar a alguna como conductor, llegamos a una zona donde hay muchos bares de todo tipo. —¡Vamos a bailar! —Emily dice tomando a cada una por el brazo y metiéndose al primer lugar que Bebemos varias copas y bailamos las tres, solíamos hacer esto durante la universidad, salimos de ese lugar y vamos a otro, el ambiente es diferente, bebo una tras otra, un hombre me invita a bailar y acepto, muevo las caderas al ritmo de la música, él me da una vuelta y me rio, el hombre tiene los ojos café claro, igual que Aaron, incluso tienen el mismo corte de cabello, todos los momentos con él vienen a mi mente. —Lo siento, tengo que irme. — Lo dejo en la pista de baile y voy a la mesa con mis amigas. —¿Qué
Hago la pregunta que lleva en mi cabeza desde que me desperté, quiero saber si aún soy deseada, de una u otra manera, o si de verdad soy tan poco para ni siquiera despertar la mínima curiosidad, ni siquiera en un hombre como Rowan. —Podemos hablar de esto más tarde —dice cuando la tal Bea entra a la oficina, con un montón de papeles y planos. —Está bien, fue una mala idea venir aquí — suspiró, tengo ganas de llorar, porque… ni siquiera se porque. —Siéntate ahí y espera a que termine con esto, después hablaremos de todo — Me ordena señalándome el sofá. Lo obedezco, Rowan y Bea se ponen a trabajar, no entiendo muy bien cuál es el problema, pero ambos parecen molestos, revisan una y otra vez los planos y los papeles. —No creo que esto se pueda solucionar desde aquí —Bea le dice. —Ya lo sé, mi padre se va a poner como loco. —Fue su culpa, no tuya — Ambos se miran con una complicidad que me incomoda.—¿Y desde cuándo mi padre es un hombre que asume sus errores? — Juega con un
Me aparto de golpe, la cabeza me da vueltas y siento un vacío en el estómago, lo miro dolida, no puedo creer que piense en otra estando conmigo.—¡Joder! — bufa. —No me mires así. — Trata de tocarme pero me alejo.—¡Lárgate, eres un cabrón! — Lo empujó fuera de la cama, levantándome. —Lizzy…—Lárgate, olvídate de todo, ya buscaré con quien casarme y que no sea un hijo de…Me besa con furia, tirándome de nuevo a la cama, me sujeta las muñecas por arriba de mi cabeza, intento zafarme pero no puedo, su boca deja la mía, estoy que lo mato y lo miro enojada.—No digas que te vas a ir con otro, por el bien de los dos no vuelvas a joderme con eso, ahora me olvidé de algo muy importante, quedé de ir a recoger a Sophia al aeropuerto. —¡¿Yo no puedo irme con otros pero tú si puedes irte a cogerte a quien sabe quién?! Eres un cerdo. — Alzó a voz, me mira confundido, forcejo y después se ríe. — ¿De qué te ríes? ¡Déjame ir! —Lizzy, estoy hablando de mi hermana, seguro la recuerdas, solías lleva
Termino de envolver los regalos, antes de alistarme para ir a pasar la noche buena en casa de mis padres, estos últimos días apenas y he visto a Rowan, cuando lo hago noto que luce cansado y solo charlamos de cosas casuales, quisiera pasar estos días con él, si es que vamos a casarnos deberíamos de irnos acoplando a este tipo de fechas y demás. Me alacio el cabello y después hago unas ondas marcadas, me coloco un vestido rojo de terciopelo, de manga larga, tiene un escote en la espalda y un moño, me pongo unas zapatillas plateadas y un abrigo largo blanco. Subo todos los regalos a la cajuela de mi auto, el que es para Rowan lo dejo en el asiento trasero del coche, conduzco a casa de mis padres, frunzo el ceño confundía al ver tantos autos estacionados, bajo del auto, la puerta de la casa está abierta y hay villancicos, entro a la casa con todos los regalos colgándome en los brazos, todos me miran cuando los dejo bajo el árbol de navidad, me quito el abrigo dejándolo en uno de l
Me aparto de él, la gente aplaude y nos felicita, observo la cara de todos, mi madre se limpia las lágrimas y la de Rowan sonríe dando brincos en su lugar, mis amigas están con la boca abierta y Alex toma fotos con su celular, todo mundo se acerca a felicitarnos, mi madre me jala del brazo para detallar el anillo, entre ella y Joanna me arrastran presumiendo la joya que adorna mi dedo, intento alcanzar a Rowan, pero él está en las mismas, mi padre lo tiene por el cuello de la camisa diciéndole no se que cosas, todo es un lío de gente. —Es un anillo precioso, digno de alguien como tú. — Mi madre me dice con una sonrisa. —Estoy tan feliz por ti cariño, de verdad que Rowan es un hombre maravilloso y por lo que se ve, está muy enamorado de ti — Me abraza. —Pero si eso se sabe desde hace años, ustedes se hacen las sorprendidas con noticias viejas —Alex dice bebiendo de su copa. —¿A qué te refieres niña? —Joanna le dice. —Pregúntaselo tú, yo ya abrí mucho la boca hoy y seguro Rowan est
[Rowan] Lizzy gime debajo de mi, dejó marcas por su cuello y senos, arremeto contra ella con embestidas duras y rápidas, como a mi me gusta, me acaricia el cuello con la mano donde tiene el anillo de compromiso, detalló el collar, el hecho que solo lleve puesto lo mío, me pone al mil, se muerde los labios, callando lo que le provocó. —¿Te gusta? —Le preguntó al oído. —Sí. —La voz le tiembla. Alzo sus piernas poniéndomelas sobre el hombro, vuelvo a clavarme en ella, llenándola por completo, jadea cerrando los ojos. —Mírame —Le exijo mientras entro y salgo de ella. Abre los ojos, el verde que me pone loco, me mira, absorta en el placer, le doy la vuelta dejándole el pecho sobre la cama, la tomo de la cadera y entro una vez más en ella con brusquedad, profundizo mis movimientos y gime, el sonido de nuestros cuerpos chocando, llena la habitación. —Rowan esto es… Le muerdo la espalda callándola, jadea, cuando aumentó y disminuyó la velocidad, vuelvo a nuestra posición inicial to