Nos traen el desayuno, Hannah se emocionó y ordenó de más, observó la variedad de frutas, pasteles, crepas, waffles, ordenó huevos, salchichas, tocino y una gran jarra de jugo de naranja. Rowan sale de la habitación observa todo esto y nos mira mal, lleva puesto un traje negro hecho a la medida y una camisa gris, sin corbata.
—Piensan darle de comer a todo el hotel ¿o qué? —Exageras, esto es para nosotras, el desayuno es lo más importante, pero decidimos desayunar ligero, ahora si te parece mucho, no hay problema, yo invito. —Hannah le sonríe. —Guárdate tu dinero, con lo mucho que comes, seguro que lo vas a necesitar. —¡Oye! —Hannah protesta cuando le roba un pedazo de pan tostado de su plato. Se sienta a mi lado y bebe una taza de café, huelo su colonia, es un olor que le queda de maravilla, Hannah no disimula en nada al verlo, pero Rowan no le importa o no da a notar incomodidad. —Hannah, ¿crees que pueda quedarme unos días contigo? Será solo en lo que encuentro un nuevo departamento. —No tienes que preguntar, puedes quedarte el tiempo que quieras. —Gracias, iré a recoger unas cosas, solo lo básico, ya después veré cómo llevarme todo lo demás. —Emily y yo te podemos ayudar, Em, sale del trabajo a las cuatro, podemos vernos a esa hora. —Si, me parece bien. Llaman a la puerta y Rowan se levanta a abrir, escuchamos una leve discusión entre él y una mujer. —No metas tus narices en mis asuntos, te dije que te quería a primera hora en la oficina, no molestándome aquí. No entiendo bien lo que pasa, solo vemos a una mujer pelirroja correr, nos ve a las dos, no distingo bien su cara, porque Rowan la carga echándosela sobre el hombro, la mujer patalea y alega no se que, la falda se le sube y Rowan cubre su trasero con una mano. —¡Rowan, no seas cerdo! —Las veo después señoritas. Los vemos perderse por el pasillo, pero aún así escuchamos parte de la discusión. —Ya sabía yo que eras de lo peor, pero aún así sigo contigo. ¡Ya no te basta con una mujer, si no que ahora eran dos! —¡Cállate! —Bájame, eres un pervertido, ¡oye, no me toques ahí! ¡Rowan! — los gritos se alejan. —¿Qué fue eso? ¿Quién es ella? —No sé, será la novia, anoche también armó un escándalo, pero no me vio. —No creo que sea su novia, al menos que sea de esas que le perdonan todo al novio, aunque bueno, después de lo que vi hoy, yo también caería muchas veces. —Ya basta Hannah. Por alguna razón me incomoda que hable y que mire así a Rowan, me doy una breve ducha, me llevo las cosas que trajeron anoche, sería un desperdicio dejarlas, no tengo el número de Rowan y me molesta tener que pedírselo a Hannah, así que le dejo una nota en su escritorio. “Muchas gracias por todo, no insistiré más con lo otro, pero sería bueno vernos de vez en cuando y si no lo hacemos, cuídate. Te dejo mi número ******* por cualquier cosa. ~ Con cariño, Mina“ Salimos del hotel, de camino a casa de Hannah le llamamos a Emily y le contamos todo lo que pasó anoche, planeamos ir por unas cuantas cosas mías y después salir de fiesta para curarme el despecho. El resto de la mañana y parte de la tarde no hacemos mucho, me quedo en la cama tratando de recuperar algo de lo que suelo ser. Emily nos escribe que va en camino para el que solía ser mi edificio, Hannah y yo nos dirigimos también allá, las tres nos encontramos en la entrada y rezo para no toparme con Danna, por suerte el departamento está vacío, empiezo a guardar mi ropa en maletas, escucho la puerta abrirse y salgo a ver qué pasa. —Te buscan. —Emily me dice. —¿Es usted la Señorita Romina Gruber? —Si, soy yo, ¿por qué? —Tenemos un servicio de mudanza en su nombre, el Señor Wayne, fue bastante claro en que nos lleváramos todo lo que usted nos pidiera. — Un grupo de hombre entra a mi departamento, Hannah y Emily les dicen que llevarse. —¿El señor Wayne? ¿Rowan Wayne? —Sí, él fue el que nos llamó. —¿O qué, acaso conoces a otro Wayne? Vas a hacer que me ponga celoso. Las miradas de todos se ponen en nosotros, lo jalo de la mano llevándolo a la que era mi habitación, se sienta en mi cama con toda la confianza del mundo. —¿Qué haces aquí? —Después de dejar a la loca, volví al hotel y me encontré con esto — me enseña la nota. — ¿No te parece una manera bastante fría y desinteresada para despedirte de tu futuro marido? —Bueno, no tenía tu número y las chicas y yo ya habíamos quedado y… ¿mi futuro que? —Marido, ayer me lo propusiste, varias veces. —No fueron “varias veces”, como sea, me rechazaste y tienes novia. —¿Novia? — me mira confundido y luego se ríe. —¿Celosa? Bea no es mi novia, digamos que es mi infierno personal. —Igual no es que me importe, te dije que no me metería en tu vida privada, ¿así que cambiaste de opinión? —Lo estuve pensando y no es mala idea lo que me propones, así que te ayudaré y me casaré contigo, solo que aún no sé cómo me cobraré el favor, pero por ahora dejémoslo así. —Perfecto, tenemos que decírselo a nuestros padres y ponerle fecha a la boda. —Solo dime una cosa, ¿cómo les vamos a explicar que después de años sin vernos, decidimos casarnos? —Les diremos que estuvimos enamorados de adolescentes, que es un amor de años y que finalmente nos atrevimos a amarnos libremente. —Que tontería. —No es tonto, es romántico. —Dices. —Disculpen que los moleste, pero tenemos que llevarnos las cosas de la habitación. —Un hombre nos dice. —Adelante. — le sonrió. Me devuelve la sonrisa, es atractivo, intercambiamos miradas un par de veces, mientras entra y sale con cosas. —¡Oye tú! Cuida bien donde pones los ojos — Rowan le dice. —No sea que veas mal y te lastimes. Me voy a la sala de estar, les pido que empaquen también el sofá, ya que yo lo compré y no pienso dejarle nada de lo mío a Danna, el departamento va quedando prácticamente vacío, solo dejando las cosas que eran de Danna o que Aaron me regaló. —¿Qué está pasando aquí? —Danna dice desde la entrada. —No es obvio, me mudó. —No puedes hacer eso, el contrato de alquiler también está a tu nombre. —Ya hablare con la dueña del edificio. —Aún así debes de pagar tu parte de la renta de este mes. —¿Cuanto es? —Rowan dice saliendo de mi habitación, jugando con algo entre los dedos. —Ro- rowan, yo… —Te pregunté algo. Danna se queda como estatua viendo a Rowan, quien rueda los ojos con fastidio, mete la mano al bolsillo de su saco, abre la chequera y escribe un cheque que le da a Danna. —Eso debe de ser más que suficiente, así que deja de lloriquear. Danna observa el cheque y luego a Rowan, que camina hasta mi con esa cosa entre los dedos, finalmente veo que es una cinta para él pelo, mi favorita. —Dame eso. —No, estaba tirada, la recogí, así que ya es mía. —Rowan — le advierto. —Lizzy — imita mi tono. — Por cierto, no tendrás que irte a vivir con… como se llame. —Hannah. —No importa, para nombre más feo. —¡Te escuché! —Lastima, en fin, te conseguí un departamento, puedes mudarte hoy mismo si quieres. —¡Wow Rowan eres increíble! —Emily le dice con una sonrisa. —No será que estás enamorado de Mina y por eso le solucionas la vida. —Ja, tonterías — digo. —Supongo que sí es mi novia, es lo normal. —¡¿Qué?! —Emily y Hannah dicen al unísono. —Cállate quieres — digo entre dientes. —¿Qué? ¿No les has dicho que te bastó una noche conmigo para darte cuenta que siempre me has amado y que es un amor de años que finalmente te atreverás a vivirlo literalmente? —¿De que estás hablando? —Emily pregunta. —De nada, nada, luego hablaremos con más calma — habló rápidamente. Rowan se burla de mí, Danna se encerró en su habitación y aunque trató de fingir que todo está bien, me duele que esto esté pasando, terminan la mudanza. —Lleven todo a esta dirección. — Rowan le dice al señor de hace un rato. —Vamos a que conozcas tu nueva casa. —¿Podemos ir? —Hannah dice. —No. —¿No te estaba preguntando a ti? ¿Mina, podemos ir? —Claro, vamos. —Pero ustedes se van en su auto, Lizzy se va conmigo, tenemos cosas de que hablar. — Me toma de la mano y me lleva con él. —¡Oye, ¿y cómo sabremos la dirección?! —Emily grita. No caminamos mucho antes de que mis amigas nos alcancen, no se como pero todos terminamos en el auto de Rowan, maneja en silencio. —¿Puedo encender el stereo? —Hannah pregunta. —No. —Es un auto muy lujoso, seguro que tiene un equipo de sonido increíble. —Cómprate uno igual. —Tienes razón, pero le tengo un gran cariño a mi auto. —¿Tienes auto? —Pues claro, Emily y Mina, también tienen. —¡¿Y por qué carajos no los trajeron?! —Ah, bueno eso es porque queríamos escuchar lo que tenías que decirle a Mina. —Emily le dice y Hannah le pega. —Eso no es verdad. Rowan bufa, se acomoda el cabello, lo tiene algo largo y pequeños mechones le caen hacia enfrente, los dedos me pican con las ganas de querer pasarlos por las hebras negras, como lo hacía años atrás. Llegamos a una torre de departamentos, algo cerca de la casa de mis padres, sonrío porque los tendré más cerca, Rowan estaciona el auto y los cuatro subimos por el elevador, con una mano Rowan nos indica el departamento y abre la puerta, es una departamento precioso, bastante amplio, está amueblado y tiene un gran ventanal con vista a un parque y a la ciudad. —¿Te gusta? —Rowan habla a mi espalda. —Sí, es hermoso –digo con la mirada aún en la vista de la ventana. —Además está muy cerca de la casa de mis padres. —Lo sé, supuse que eso te gustaría. —Me da las llaves. —Supongo que debo de hablar con el encargado, para el contrato de alquiler y todo ese papeleo. —No será necesario. —¿Qué ahora me va a decir que también eres dueño del edificio? —Yo no, mi abuela sí, pero este edificio y el de allá, forman parte de la herencia. —Eso quiere decir que cuando te cases, te lo darán, menos mal, supongo que podríamos vivir aquí, no pienso mudarme a la habitación del hotel y este departamento es un buen lugar. —¿Quieres eso? Porque si tú me lo pides, puedo hacerte una casa a tu gusto, no será problema. —Wow una casa diseñada por el distinguido arquitecto Rowan Wayne, es una oferta muy tentadora, pero tendré que rechazarla — lo miró. —Una casa es demasiado para nosotros dos, además este lugar es muy amplio, viviremos bien aquí. —Como quieras. — Revisa la hora en el reloj de su muñeca. —Tengo que volver al trabajo, préstame tu celular. Confundida se lo pasó, teclea algo rápidamente y me lo devuelve. —Ese es mi número, cuando las molestas de tus amiga te dejen sola, llámame para hablar — dice y me giro a verlas, están viéndonos y secreteándose. —Deja los muebles si quieres o pon los tuyos y tira esos, no importa. —Gracias, me has ayudado mucho y no ha pasado ni un día. —Me dan ganas de llorar. —Te veo después. Sale del departamento, mis amigas y yo hacemos un recorrido, tiene dos habitaciones, la principal es gigante, tiene su propio baño y un clóset del tamaño de otra habitación, hay cajas con mi ropa y mis cosas por todos lados, mis viejos muebles pedí que los guardaran en el desván del edificio, les doy una generosa propina a los de la mudanza y me quedo con mis amigas, me ayudan a guardar mi ropa en el el clóset y acomodar otras, nos lleva un par de horas, pero finalmente terminamos. —¡¿Quién quiere fiesta?! —Emily dice emocionada. —¡A embriagarnos!Del closet tomó un vestido azul corto, tiene la espalda descubierta, es perfecto para una noche de fiesta y discoteca, vamos a casa de Hannah para arreglarnos allá, no sin antes pasar a recoger los autos de mis amigas, por el mío iré mañana, decidimos movernos en taxi, para no tener que designar a alguna como conductor, llegamos a una zona donde hay muchos bares de todo tipo. —¡Vamos a bailar! —Emily dice tomando a cada una por el brazo y metiéndose al primer lugar que Bebemos varias copas y bailamos las tres, solíamos hacer esto durante la universidad, salimos de ese lugar y vamos a otro, el ambiente es diferente, bebo una tras otra, un hombre me invita a bailar y acepto, muevo las caderas al ritmo de la música, él me da una vuelta y me rio, el hombre tiene los ojos café claro, igual que Aaron, incluso tienen el mismo corte de cabello, todos los momentos con él vienen a mi mente. —Lo siento, tengo que irme. — Lo dejo en la pista de baile y voy a la mesa con mis amigas. —¿Qué
Hago la pregunta que lleva en mi cabeza desde que me desperté, quiero saber si aún soy deseada, de una u otra manera, o si de verdad soy tan poco para ni siquiera despertar la mínima curiosidad, ni siquiera en un hombre como Rowan. —Podemos hablar de esto más tarde —dice cuando la tal Bea entra a la oficina, con un montón de papeles y planos. —Está bien, fue una mala idea venir aquí — suspiró, tengo ganas de llorar, porque… ni siquiera se porque. —Siéntate ahí y espera a que termine con esto, después hablaremos de todo — Me ordena señalándome el sofá. Lo obedezco, Rowan y Bea se ponen a trabajar, no entiendo muy bien cuál es el problema, pero ambos parecen molestos, revisan una y otra vez los planos y los papeles. —No creo que esto se pueda solucionar desde aquí —Bea le dice. —Ya lo sé, mi padre se va a poner como loco. —Fue su culpa, no tuya — Ambos se miran con una complicidad que me incomoda.—¿Y desde cuándo mi padre es un hombre que asume sus errores? — Juega con un
Me aparto de golpe, la cabeza me da vueltas y siento un vacío en el estómago, lo miro dolida, no puedo creer que piense en otra estando conmigo.—¡Joder! — bufa. —No me mires así. — Trata de tocarme pero me alejo.—¡Lárgate, eres un cabrón! — Lo empujó fuera de la cama, levantándome. —Lizzy…—Lárgate, olvídate de todo, ya buscaré con quien casarme y que no sea un hijo de…Me besa con furia, tirándome de nuevo a la cama, me sujeta las muñecas por arriba de mi cabeza, intento zafarme pero no puedo, su boca deja la mía, estoy que lo mato y lo miro enojada.—No digas que te vas a ir con otro, por el bien de los dos no vuelvas a joderme con eso, ahora me olvidé de algo muy importante, quedé de ir a recoger a Sophia al aeropuerto. —¡¿Yo no puedo irme con otros pero tú si puedes irte a cogerte a quien sabe quién?! Eres un cerdo. — Alzó a voz, me mira confundido, forcejo y después se ríe. — ¿De qué te ríes? ¡Déjame ir! —Lizzy, estoy hablando de mi hermana, seguro la recuerdas, solías lleva
Termino de envolver los regalos, antes de alistarme para ir a pasar la noche buena en casa de mis padres, estos últimos días apenas y he visto a Rowan, cuando lo hago noto que luce cansado y solo charlamos de cosas casuales, quisiera pasar estos días con él, si es que vamos a casarnos deberíamos de irnos acoplando a este tipo de fechas y demás. Me alacio el cabello y después hago unas ondas marcadas, me coloco un vestido rojo de terciopelo, de manga larga, tiene un escote en la espalda y un moño, me pongo unas zapatillas plateadas y un abrigo largo blanco. Subo todos los regalos a la cajuela de mi auto, el que es para Rowan lo dejo en el asiento trasero del coche, conduzco a casa de mis padres, frunzo el ceño confundía al ver tantos autos estacionados, bajo del auto, la puerta de la casa está abierta y hay villancicos, entro a la casa con todos los regalos colgándome en los brazos, todos me miran cuando los dejo bajo el árbol de navidad, me quito el abrigo dejándolo en uno de l
Me aparto de él, la gente aplaude y nos felicita, observo la cara de todos, mi madre se limpia las lágrimas y la de Rowan sonríe dando brincos en su lugar, mis amigas están con la boca abierta y Alex toma fotos con su celular, todo mundo se acerca a felicitarnos, mi madre me jala del brazo para detallar el anillo, entre ella y Joanna me arrastran presumiendo la joya que adorna mi dedo, intento alcanzar a Rowan, pero él está en las mismas, mi padre lo tiene por el cuello de la camisa diciéndole no se que cosas, todo es un lío de gente. —Es un anillo precioso, digno de alguien como tú. — Mi madre me dice con una sonrisa. —Estoy tan feliz por ti cariño, de verdad que Rowan es un hombre maravilloso y por lo que se ve, está muy enamorado de ti — Me abraza. —Pero si eso se sabe desde hace años, ustedes se hacen las sorprendidas con noticias viejas —Alex dice bebiendo de su copa. —¿A qué te refieres niña? —Joanna le dice. —Pregúntaselo tú, yo ya abrí mucho la boca hoy y seguro Rowan est
[Rowan] Lizzy gime debajo de mi, dejó marcas por su cuello y senos, arremeto contra ella con embestidas duras y rápidas, como a mi me gusta, me acaricia el cuello con la mano donde tiene el anillo de compromiso, detalló el collar, el hecho que solo lleve puesto lo mío, me pone al mil, se muerde los labios, callando lo que le provocó. —¿Te gusta? —Le preguntó al oído. —Sí. —La voz le tiembla. Alzo sus piernas poniéndomelas sobre el hombro, vuelvo a clavarme en ella, llenándola por completo, jadea cerrando los ojos. —Mírame —Le exijo mientras entro y salgo de ella. Abre los ojos, el verde que me pone loco, me mira, absorta en el placer, le doy la vuelta dejándole el pecho sobre la cama, la tomo de la cadera y entro una vez más en ella con brusquedad, profundizo mis movimientos y gime, el sonido de nuestros cuerpos chocando, llena la habitación. —Rowan esto es… Le muerdo la espalda callándola, jadea, cuando aumentó y disminuyó la velocidad, vuelvo a nuestra posición inicial to
[Rowan] Llegó a casa de Bea, entró con la copia de las llaves que tengo, huele a galletas y a chocolate, camino hasta la biblioteca, encontrándome con una escena terrible, Bea y Kyle besándose sobre el escritorio y sobre mis planos. —Tomen, lo necesitan más que yo.—Les arrojó un preservativo que me sobraba. Ambos se giran a verme molestos, Bea se acomoda la ropa y baja del escritorio, Kyle toma el preservativo y se lo guarda en el pantalón despreocupado, se sienta en una de las sillas y jala a Bea para que se siente en sus piernas. —¿Pueden dejar de manosearse por solo dos segundos? —Me siento en otra de las sillas. —No, que te hayas hecho un mojigato porque te vas a casar no quiere decir que los demás lo seamos —dice Kyle abrazando a Bea. —Sinceramente, me parece muy tonto que te cases y más en tus circunstancias. —Se supone que no debemos de hablar de eso. —Enciendo un cigarro. —Claro, como tu novia anda por aquí, no vaya a entrarse que sabemos la verdad —Kyle dice sarcás
Limpio las copas, sentada en la mesa, Emily me habla, pero no se de que, toda mi atención está en Rowan, está del otro lado del salón, hablando con Bea, ambos se ríen. —Yo que tú lo pateaba en las bolas. —Emily me dice. —Son solo amigos. —Mis ovarios. Rowan se gira para verme y le susurra algo a Bea, niega con la cabeza, Rowan la toma de la mano trayéndola hacia acá. —Hola —sonríe. —¿Qué haces? —Limpió las copas para esta noche. Se sienta a mi lado, Bea nos mira incómoda y Rowan la obliga a sentarse. —Lizzy, te acuerdas de Bea ¿no? —Sí. —Aquí la pequeña satanas, tiene que decirte algo. —Eh… yo… siento mucho lo que pasó la última vez que nos vimos. —No fue nada, no te preocupes —Le sonrió. —Buena chica —Rowan le acaricia el cabello. —¿Revísate el proyecto que te envié? El Señor Thompson quiere que iniciemos lo antes posible. —Sí, es un buen proyecto. —¿Lo aceptamos? —Sí, pero ya sabes que hacer, no quiero problemas. Bea asiente, se levanta de la mesa con