Mercedes llegó muy temprano al restaurante, me llevó todo lo necesario para pasar unos días, ropa, cepillo de dientes, y demás artículos personales, pero lo más importante en todo eso, era sin lugar a dudas: la prueba de embarazo. — Buenos días Grecia, ¿Cómo dormiste? —dijo colocando las bolsas sobre el escritorio. — Estaba tan cansada, que me quedé dormida apenas te fuiste, y desperté muy temprano pensando que tal vez todo había sido una pesadilla, pero al verme en esta oficina, me di cuenta de que todo había sido real. — No te aflijas amiga, ya verás que dentro de poco superarás todo y hasta te reirás de todo esto. — Eso espero Mercedes. Ya veo que me trajiste muchas cosas. — Pues sí, antes de llegar aquí, pasé por la farmacia y compré esta prueba de embarazo. Necesitas hacértela inmediatamente; debemos salir de dudas. Ojalá esté equivocada. —decía preocupada. Tomé la caja de la prueba sin decirle nada, sintiéndome aterrada ante la posibilidad de que, después de
Leer más