Horas después, en la habitación del hospital, Terry estaba de pie, observando a Deborah en la camilla.Sus ojos no podían apartarse de ella, viendo cómo su cuerpo estaba frágil y debilitado.Estaba pálida y con un gesto enfermo.Deborah, al escuchar sus pasos, levantó la vista, y sus ojos se abrieron con desesperación.—¡Terry! ¡Iba a morir! —exclamó entre sollozos, la angustia en su voz casi palpable, su respiración irregular.Terry, con un gesto de ternura, se acercó rápidamente y tomó su mano, buscando calmarla.—No vas a morir, Deborah. Estás aquí, y eso es lo que importa ahora —dijo, intentó transmitirle calma.La joven, todavía temblando, le apretó la mano, y sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente.—Mamá… Mamá dijo algo horrible, Terry —sollozó, su mirada parecía llena de miedo—. Dime, Terry, ¿es cierto? ¿Mi propia hermana quiere matarme?Terry no supo qué decir de inmediato.Un nudo se formó en su garganta.¿Qué podía decirle?Miró Deborah, que lucía desesperada, con la p
Leer más