En cuanto cierro la puerta tomo la almohada del Alfa, esa que tiene su aroma y me recuerda a la almohada de mi departamento.Lo detesto, detesto está situación en la que estoy metida, detesto estar en este mundo machista de Alfas, betas y Omegas donde ven a su líder como si fuera un Dios todo poderoso del cual no puedes negarte a sus deseos y órdenes tontas.La cabaña ya no existe y no conozco este mundo como para saber a dónde ir, tampoco sé cuántos enemigos me tengan en la mira así que sería muy tonto de mi parte salirme sin ningún rumbo fijo, lo único que me queda es regresar a la habitación.Pero más que nada detesto que todos aquí tienen la misma cara y personalidad que aquellos que conocí en mi vida, todos y cada uno de ellos. Hablando conmigo en un cuerpo que no es el mío en una historia que sé es ficticia y aun así se graba en mi piel como si fuera un sello en hierro a fuego vivo.En especial porque aún recuerdo todo lo que me hicieron. Liam/Milo y su pastelería hípster, Sarah
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