Salió de la habitación de sus hijos y se dirigió a su recámara donde sabía perfectamente que la esperaba su esposo. Su corazón latía con fuerza ante lo que estaba a punto de hacer: le contaría todo. Pero primero comenzaría con la noticia más bonita. Estaba embarazada.Esperaba un hijo del hombre que amaba.Al entrar al dormitorio lo encontró junto a la ventana, llevaba ropa de dormir: un pantalón cómodo de algodón y una camiseta. Sin embargo, no parecía dispuesto a acostarse todavía, tenía una copa de licor en la mano. Fabián se giró al escucharla entrar, parecía tener muchas interrogantes danzando en esos ojos azules tan hermosos.Sabía que estaba preocupado e incómodo por la escena del comedor. Los niños nunca se habían comportado de esa forma con él. —Fabián, tengo algo importante que decirte. Su esposo no se sorprendió ante sus palabras, de hecho, se mostró muy interesado, parecía saber de antemano que guardaba un secreto. Aparentemente, la conocía muy bien o era pésima par
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