P.O.V Calem Después que regresó mi abuelo, me dijo que ya había visitado a la familia de la que, según es mi prometida. Comprendo que cada vez más estoy amarrado a esto. —¿Todavía sigues pensando? —Escucho la voz de mi abuelo—. Y ya deja de tomar, no vas a arreglar nada con eso. Me alejo de la mesa donde están las bebidas y volteo a ver a mi abuelo. Viendo su cabellera blanca y su rostro lleno de arrugas. —Para ti es fácil de asimilar todo, abuelo; no eres el que está obligado a casarse. —Le doy otro trago a mi vaso. —No te preocupes, ya conocí a tu prometida y estoy seguro de que te va a encantar, es muy bella. —Mi abuelo piensa que con esas palabras me va a motivar, pues está equivocado. —A mí no me interesa nadie que no sea mi Clara —se lo digo firmemente. —Pues a mí no me importa si tienes a tu Clara como amante; a mí solo me importa cumplir mi palabra y, además, será una unión muy beneficiosa. Ahora, ¿de qué está hablando mi abuelo? —¿A qué te refieres con benef
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