—Buenos días Chicago, son las seis de la mañana, el clima es fresco, ideal para pasar por una dona y un café...—¡Maldito radio! —Bufé, mientras con mi mano lo apagaba —¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno... ! —Me senté en la cama y estiré mi cuerpo. —Buenos mi amor, ¿Qué tal pasaste la noche? —Acerqué mi mano y toqué su pelo, estaba suave como me gustaba, creo que el baño del día anterior había sido perfecto —No seas perezoso, voy a irme al trabajo y quiero que te quedes despierto —Al parecer mis caricias funcionaron y empezó a despertar ¡Miau! maulló —Eso es Sheldon, buenos días mi amado gatito —Me levanté de la cama de prisa, tenía todo mi tiempo programado, así que no podía darme la dicha de quedarme otro rato junto a mi gato. Vivía sola en un pequeño apartamento en Chicago, bueno tenía a Sheldon quien era mi fiel acompañante. Después de la muerte de mi hermano, todo cambió en mi casa, las peleas entre mis padres se volvieron más constantes y vivir en casa era insoportable. En la es
Leer más