Bastian es un hombre que por fuera parece de piedra, pero en el fondo de su corazón, él es muy amable, lo digo porque siempre me defiende de la serpiente de su madre.―Hijo, esta mujer ni siquiera tiene el espíritu navideño en su interior, solo observa a tu alrededor, ¿dónde está el árbol de Navidad y la demás decoración? Ah, es el colmo. ―Alardea la cacatúa.―Mamá, ella me ha rogado para que desde el primer día de diciembre lo hagamos ―mintió―. Ella, al igual que tú, es una fanática para estas celebraciones, agregó.Pero hay un problema, aquí el aburrido soy yo, yo no le he permitido que arruine la casa con tantas luces.―Pero en vista de que tu familia está aquí, ahora sí lo puedo hacer, cariño. ―dije, con mucha paciencia, para no arruinar la velada.―Me has convencido, amada mía. Iremos a comprar lo necesario entonces para que comencemos a iluminar nuestra casa.Les juro que en ese momento yo me sentí muy especial, aunque sea de mentira que lo estamos haciendo, pero después de mi h
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