— James, no es lo que piensas —comenzó Sean, intentando mantener la compostura—. Tú eres homosexual, a ti te gustan los hombres, y que te sientas atraído por mí no quiere decir que yo tenga que sentir lo mismo.James notó el titubeo en la voz de Sean, la manera en que sus palabras parecían forzadas, y no dejó pasar la oportunidad de presionar.— ¿Por qué me miente? —replicó James, su tono se volvía más insistente—. Cuando lo besé en el bar, usted pudo haberse apartado de mí, incluso golpearme ya que estábamos fuera de la universidad, y no lo hizo. Se dejó besar.Sean sintió un nudo en la garganta. Sabía que James tenía razón, pero admitirlo sería cruzar una línea que había intentado mantener clara.— James, con respecto a ese tema...— No voy a olvidarlo, profesor —lo interrumpió James, su mirada intensa y llena de determinación—. Porque siento que usted sí desea algo más allá de lo correcto. Entonces, dígame, ¿usted se sentía atraído por ese profesor?Sean se quedó callado, sus dedos
Leer más