Erik se sentía incómodo con la reacción que Kristen le provocaba, no era común que ese tipo de cosas le sucedieran, y mucho menos con una empleada.—Suban al coche —dijo con su tono habitual, aunque con un leve matiz de confusión que no pudo esconder del todo.Kristen, sin percatarse del impacto que había causado en él, ayudó a Sofía a entrar en el asiento trasero, asegurándose de que estuviera cómoda antes de ocupar su lugar en el asiento delantero.Mientras arrancaba el coche, Erik no podía evitar echar miradas rápidas a Kristen de reojo. A pesar de su irritación, algo en su presencia lo descolocaba. Hasta ese momento, ella había sido solo una trabajadora más en su empresa, alguien que cumplía con su deber sin destacar. Pero ahora, sentada a su lado, Kristen parecía más que eso. Había algo en su calma, en la forma en que había manejado a Sofía, y en cómo, sin proponérselo, había logrado despertar en él una mezcla de emociones que no sabía cómo procesar.Sacudió la cabeza, centrando
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