Yasmany se quedó inmóvil, sus ojos fijos en Alejandro Ramos, el hombre que acababa de voltear su mundo de cabeza. Las palabras "heredero", "familia Ramos", y "dragón" resonaban en su mente como un eco interminable."No... no puede ser cierto," murmuró Yasmany, su voz apenas audible.Alejandro dio un paso adelante, su expresión una mezcla de determinación y algo que podría ser interpretado como afecto. "Sé que es difícil de creer, Yasmany, pero es la verdad. Has vivido una mentira todos estos años."En ese momento, Eleanor Blackwood emergió de las sombras, su rostro una máscara de fría compostura. "Creo que es hora de que se vaya, señor Ramos," dijo, su voz cortante como el hielo.Alejandro se volvió hacia ella, sus ojos brillando con una furia apenas contenida. "No tiene derecho a interferir, señora Blackwood. Yasmany es sangre de mi sangre.""Yasmany es mi yerno," respondió Eleanor, "y miembro de la familia Blackwood. Su lugar está aquí."Mientras los dos se enfrentaban, Yasmany sint
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