El amanecer encontró a Yasmany exhausto, su cuerpo magullado por la feroz batalla con su padre. Se dejó caer en el sofá del refugio subterráneo, cada músculo protestando por el movimiento. Caroline estaba a su lado en un instante, sus manos gentiles examinando sus heridas."Necesitas descansar," murmuró ella, la preocupación evidente en su voz.Yasmany negó con la cabeza. "No hay tiempo. Las familias estarán reagrupándose, planeando su próximo movimiento."El Dr. Cortez, que había estado monitoreando las noticias, se volvió hacia ellos. "La ciudad está en caos. Tus acciones han expuesto demasiado en muy poco tiempo, Yasmany. Las autoridades están abrumadas."Un golpe en la puerta los sobresaltó. Caroline y Yasmany intercambiaron miradas de alarma. Nadie debería conocer la ubicación de este refugio."Yo iré," dijo el Dr. Cortez, moviéndose hacia la entrada."Profesor, espere," comenzó Yasmany, pero era demasiado tarde.La puerta se abrió, revelando a una mujer elegante de mediana edad,
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