Todos los capítulos de Ni mis trillizos ni yo te pertenecemos.: Capítulo 201 - Capítulo 210
229 chapters
201°
Habían pasado ya dos largas semanas desde que Alexander se había coronado como el cacique del círculo bajo. Yeison apenas había tenido tiempo de procesar todo lo que había pasado.Ahora había aparecido un nuevo enemigo, alguien había asaltado un barco de la naviera y había robado cosas bastante importantes. Yeison no entendía muy bien qué era, tampoco lo había preguntado.Desde lo que había pasado con Alfredo, el joven había querido estar un poco alejado de todo aquello. Se sentía culpable y extraño; entendía muy bien que él no era responsable de las decisiones que había tomado Alfredo, pero era imposible no sentirse mal al respecto. Era imposible no cerrar los ojos y escuchar el sonido de su cuerpo chocando contra el suelo, recordar sus últimas palabras.De todas formas, Yeison intentaba olvidar todo aquello, pero le era imposible.Un grupo de trontes vigilaba su casa y otro más lo acompañaba todos los días a la universidad. Yeison no tenía cabeza para regresar a los estudios, pero s
Leer más
202°
202No importaba cuánto tiempo pasara, el barrio obrero nunca cambiaba. Siempre era lo mismo, tan repetido, tan familiar. Cuando Yeison, dentro del auto, comenzó a recorrerlo, sintió como si no hubiera pasado ni un día desde que salió de allí.Habían pasado tantas cosas desde que escuchó que Ana Laura y Alexander estaban ahí, desde que planeó desesperadamente enfrentarlos para intentar sacar algo, intentar acercarse a Alexander y al resto de sus hermanos, para intentar salvar a su madre. Le parecía como si aquello hubiese sido otra vida, pero, al mismo tiempo, todo se sentía tan cercano y familiar.El auto cruzó por las calles. Lo detuvieron un par de veces, pero, al ver que era Yeison y que estaba con un tronte, dejaron pasar sin mediar palabra hacia la enorme mansión que tenía Carlota en medio del barrio.La última vez que había estado ahí se habían asociado con la mujer. La organización de Carlota apenas trabajaba del lado del círculo bajo, pero desde que había decidido proteger a
Leer más
203°
Yeison había desaparecido, ya no era una simple preocupación o una exageración. Definitiva y absolutamente, Yeison había desaparecido.Eran más de las dos de la mañana, y Alexander y yo estábamos sentados en la sala de mi casa. Alex caminaba de un lado para otro, agarrándose las sienes. Parecía que la cabeza, en cualquier momento, podría explotarle.No sabíamos cómo había pasado. Simplemente, el muchacho se había desviado de su ruta hacia la universidad. El esquema de seguridad del círculo bajo notó cómo el GPS se desvió y luego desapareció unas calles más allá. Desde ese instante, trataron de contactar con su tronte, pero había desaparecido. Habían desaparecido completa y absolutamente. Y hacía tantas horas, que Alexander comenzaba a temblar de la rabia y el miedo. — Está pasando otra vez — dijo mientras caminaba de un lado para otro.Dos de nuestros trontes estaban ahí, parados firmemente como dos postes inamovibles. Como si ni siquiera tuvieran sentimientos, parecían dos robots.
Leer más
204°
Desde el primer instante supe que la cosa no marcharía bien. El pilar de seguridad, el exmilitar, nos había hecho ir a un área extensa a las afueras de la ciudad. Era una base militar, sin duda alguna, pero ahora podía notar que era una base militar clandestina. Algo no parecía ser del todo legal. En cuanto nos recibieron, supe de inmediato que sabían quiénes éramos. Entonces Alexander se inclinó hacia mí mientras uno de nuestros trontes conducía el auto y murmuró: — Es aquí donde viven y entrenan los trontes que hay en esta ciudad. Pude notar que era un lugar bastante grande, y me pregunté qué tan grande sería el asentamiento original de los trontes, el lugar donde habían nacido aquella corrupta esclavitud. Cuando nos bajamos del auto frente a un enorme hangar, el general ya estaba ahí. Nos recibió con un fuerte apretón de manos. Su cara estaba tan roja que casi no logré reconocerla. — Lo siento mucho, de veras — le dijo a Alexander — . Siento muchísimo lo que usted está pasa
Leer más
205°
— Lo que quieran — repitió Alexander. Imaginé que podría haber un murmullo generalizado, pero no. Los trontes se quedaron en silencio, como si no fuesen capaces de comprender las palabras que Alexander les estaba diciendo. — ¿Quieren que lo repita? Lo haré. Esto no es un juego ni una broma. Pueden formar los equipos que quieran. Su única misión, ya desde ahora, será encontrar a mi hermano y a mi enemigo. Quienes lo consigan ganarán lo que deseen. Si quieren su libertad, yo les daré su libertad. Si quieren dinero... saben que puedo conseguir lo que sea. Lo que anhela su corazón, puedo hacerlo realidad con solo chasquear los dedos. Y ya no habrá más azotes; habrá recompensas. ¿Qué están esperando para ganarse ese deseo? — De hecho, ante aquello, todos los trontes emitieron un solo aplauso. Uno solo, que resonó como un disparo por todo el lugar. Ya había visto a varios trontes hacer eso; era una señal de respeto, una señal de aprobación. Todos comenzaron a recoger sus prendas y se
Leer más
206°
Cuando Yeison despertó, tenía un profundo dolor de cabeza. Su propio tronte le había dado un puño en la cara que lo había noqueado al instante cuando intentó bajarse del auto y salir corriendo.Estaba atado en una silla, en una brillante habitación. Imaginó que era dentro de la casa de Carlota; se veía lujosa, antigua.Trató de moverse, pero tenía las manos fuertemente atadas a la espalda. Tenía la boca seca, con sabor a sangre, y el corazón le latía con fuerza, como cuando despertaba de alguna pesadilla. No podía creer que ahora era él. Hacía tampoco había sido su hermana Paloma y su hermano Raúl, y ahora era él, secuestrado.Se preguntó si la vida de todos, de ahí en adelante, sería siempre de la misma forma: secuestros y miedo constante. Probablemente así era, probablemente así sería por el resto de sus vidas.Nunca serían capaces de tener una vida tranquila. Se preguntó cómo Ezequiel había logrado mantenerlos a salvo durante todos esos años, hasta que apareció Máximo. Ningún enemi
Leer más
207°
Paloma no se podía quedar quieta; se la pasaba caminando de un lado para otro en la casa que compartía Yeison con Emilda.Sentía que el corazón se le podía salir en cualquier momento. Los papeles ahora se habían invertido; ahora era ella la que estaba en el lugar más triste y doloroso de un secuestro, en la incertidumbre de un familiar que no sabe qué hacer.Emilda estaba sentada en la orilla de la ventana, sostenía un rosario en las manos mientras se elevaba al cielo una plegaria para que su muchacho estuviera bien, pero Paloma sabía que aquella no serviría de mucho. Sentarse a rezar no traería a Yeison de vuelta.Recientemente había hablado con Alexander. Su hermana le había prometido que ahora se había encontrado una nueva motivación para los trontes. Todo estaría bien y ellos traerían de vuelta a su hermano a casa.Pero Paloma no quería quedarse de brazos cruzados, no quería sentirse una inútil que no había hecho nada. Cuando máximo, la había secuestrado. Yeison le había salvado l
Leer más
208°
Paloma contuvo el aliento mientras el tronte abría la oficina del director de la universidad. Era un hombre muy alto, rubio y fuerte. Tenía constantemente el ceño fruncido y, por alguna extraña razón, eso la hizo sentir de mal humor, como si la tensión que el hombre cargara encima se le contagiara.—¿Cómo te llamas? —preguntó ella, asombrada—. Pensé que ningún tronte tenía nombre.—Me llamo Cristian. No todos los trontes tienen nombre —le dijo él con frialdad mientras abría la puerta.Cuando esta se abrió, los dos entraron corriendo y la cerraron de golpe antes de que cualquier guardia se diera cuenta de que algo estaba ocurriendo.—Fue muy arriesgado que vinieras aquí —le dijo él, tomándola por el brazo—. Si el cacique se da cuenta...—El cacique es mi hermano, no mi patrón, ni mi jefe, ni mi dueño. No va a hacerme nada. Yo soy libre de hacer con mi vida lo que me dé la gana —respondió ella, soltándose del agarre del tronte.Paloma caminó con seguridad hacia el computador de mesa que
Leer más
209°
Salir de la universidad fue muchísimo más fácil de lo que Paloma había imaginado. El tronte, sin duda alguna, era un completo experto en aquellos temas.A Paloma le sorprendió la habilidad que tenía para esconderse en las esquinas, para ser capaz de hacerse entender sin pronunciar una sola palabra, solamente con señas que Paloma jamás había visto en su vida, pero que entendía a la perfección.No pudo evitar sentirse un poco protegida por el hombre. Evidentemente, aunque su misión principal no era cuidarla a ella, sabía que era la hermana del cacique y que debía protegerla.Le apoyaba la mano en la espalda, instándola a caminar, y la guió por el hueco de la alambrada en la parte trasera, por donde ella misma había entrado. Cuando estuvieron afuera, Paloma corrió hacia el parqueadero. En realidad, había dejado guardada su motocicleta, pero el tronte la sujetó por el codo. — Es mejor que vayamos en mi auto — dijo. — Una moto es mejor. Es más rápida y más ágil para escapar si es necesar
Leer más
210| Alex.
Cuando abrí las puertas de la oficina del cacique en el edificio del círculo bajo, me encontré con Xavier. Mi hermano estaba ahí sentado en el amplio mueble; había bajado todos los libros de la repisa y los leía detenidamente. Estaba tan absorto que ni siquiera se había dado cuenta de que había entrado.Con su cabello rubio colgando por su frente, me acerqué y me senté a su lado y, con el dedo índice, aparté un poco los mechones del cabello del rostro. — ¿Llevas mucho aquí? — le pregunté.Xavier parpadeó. Tenía los ojos enrojecidos de tanto leer. — Es la historia del círculo bajo — dijo — , de su herencia, Alex. El círculo bajo era algo increíble. No podrías imaginar cuán precioso era al principio: sus ideales, las cosas que hicieron por las personas del mundo. Es tan triste que lo hayan transformado en lo que es ahora. Papá fue uno de los responsables. El padre de Máximo también guió al círculo bajo hacia el crimen organizado, pero papá lo llevó al siguiente nivel.— Por eso el no
Leer más
Escanea el código para leer en la APP