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| 𝐋𝐀 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐂𝐑𝐄𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄/ 𝐔𝐍 𝐂𝐎𝐍𝐂𝐈𝐄𝐑𝐓𝐎 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎
Me levanté temprano, decidida a llegar puntual a la academia para nuestro ensayo. Me puse mi blusa blanca de seda y mi falda negra, que me hacía sentir elegante y segura. Mi cabello castaño oscuro caía en suaves ondas sobre mis hombros, y mis ojos verdes brillaban con determinación.Llegué a la academia y encontré a Leonardo ya sentado al piano, con una expresión de concentración en su rostro. LeonardoCuando llegué a la casa de Sofía para recogerla, me sorprendió verla salir vestida de una manera que nunca había visto antes. Llevaba un vestido hasta las rodillas y un recogido que resaltaba su belleza. Se veía diferente, más elegante y sofisticada. Me quedé un momento sin palabras, admirando su transformación.SofíaMe sentía nerviosa cuando Leonardo llegó a mi casa para recogerme. Me había esforzado por vestirme de una manera especial para la ocasión, y estaba ansiosa por ver su reacción. Cuando subí al coche, no pude evitar observarlo. Leonardo es un chico atractivo, con unos ojos
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| 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐈𝐕𝐀/𝐂𝐎𝐍𝐅𝐋𝐈𝐂𝐓𝐎𝐒
La alarma sonó fuerte en mi habitación, despertándome de un sueño profundo. Me estiré y me senté en la cama, frotándome los ojos. Hoy era un nuevo día, y tenía que seguir trabajando en mi actuación para el concurso.Me levanté y comencé a alistarme. Me puse unos jeans cómodos y una blusa con escote cuadrado de color rosa que me favorecía. Me maquillé un poco, solo lo suficiente para darle un toque de color a mi rostro.Terminé de arreglarme y agarré mi estuche de música. Bajé las escaleras y me encontré con mi papá en el comedor, ya sentado en la mesa. Mi mamá estaba sirviendo el desayuno, y el aroma del café y los panecitos recién horneados llenaba el aire.Tomé asiento y mi mamá me sirvió un tazón de avena con frutas.—Buenos días, cariño —me dijo con una sonrisa.Después de desayunar, mi mamá me preguntó:—¿Cómo van los ensayos? ¿Estás lista para el concurso?Suspiré.—Van bien, mamá. Pero no hemos podido sincronizarnos todavía. Estamos trabajando duro, pero falta poco para el conc
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| 𝐋𝐀 𝐓𝐄𝐍𝐒𝐈𝐎𝐍 𝐂𝐑𝐄𝐂𝐄
En los días siguientes, Sofía y Leonardo comenzaron a pasar más tiempo juntos fuera del salón de ensayo. Decidieron que necesitaban conocerse mejor para mejorar su conexión musical.Una tarde, después de una larga sesión de práctica, Leonardo sugirió:—¿Te gustaría ir a tomar un café? Conozco un lugar tranquilo donde podríamos relajarnos un poco.Sofía asintió, agradecida por la invitación. Fueron a una pequeña cafetería cerca del conservatorio. Mientras tomaban sus bebidas, hablaron sobre sus vidas, sus sueños y sus miedos. Leonardo le contó cómo había empezado a tocar el piano gracias a su abuela, y Sofía compartió cómo la música la había ayudado a superar momentos difíciles en su vida.Otro día, decidieron dar un paseo por el parque. Mientras caminaban, Leonardo notó que Sofía parecía más relajada.—¿Te sientes mejor? —preguntó.—Sí, mucho mejor —respondió Sofía, sonriendo—. Creo que necesitábamos esto. Conocernos fuera del ensayo nos está ayudando a entendernos mejor.Leonardo asi
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| 𝐃𝐔𝐃𝐀𝐒 𝐘 𝐂𝐄𝐋𝐎𝐒
Me desperté con una energía renovada, lista para enfrentar un nuevo día de ensayo en la academia. La emoción me invadía mientras me preparaba, imaginando cómo mejoraríamos nuestra interpretación. Al llegar, mi entusiasmo se desvaneció al ver a Leonardo tocando el piano junto a una mujer pelirroja. Mi sonrisa se desvaneció y me acerqué lentamente.Cuando notaron mi presencia, Leonardo me sonrió y dijo:—Hola, Sofía. Ella es Vanessa.Dirigí mi mirada hacia Vanessa y le sonreí cortésmente.—Hola, mucho gusto.—Igualmente —respondió Vanessa, devolviéndome la sonrisa. Sin embargo, no pude evitar sentir una incomodidad extraña. ¿Qué hacía esa mujer aquí?—¿Lista para ensayar? —preguntó Leonardo, mirándome.—Claro —respondí, sacando mi violín y comenzando a afinarlo. Mientras lo hacía, noté cómo ellos seguían conversando. Vanessa se despidió de Leonardo con un beso en la mejilla y me dijo:—Adiós, Sofía. Suerte.Con eso, salió del auditorio, dejándome con una mezcla de sentimientos que no l
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| 𝐂𝐄𝐋𝐎𝐒 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎𝐒/𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐀𝐈𝐑𝐄
Mientras esperaba, no pude evitar sentirme tan excluida. Observé cómo Leonardo y Vanessa se alejaban, sus voces se volvían un murmullo distante. Me apoyé contra la pared, tratando de calmar mis pensamientos.Después de unos minutos que parecieron eternos, Leonardo regresó. Su expresión era seria, pero trató de sonreír al verme.—Gracias por esperar, Sofía —dijo, con un tono que intentaba ser casual—. Vanessa solo necesitaba aclarar algunos detalles personales.Asentí, aunque no estaba convencida. La sensación de ser una intrusa en su mundo seguía presente.—¿Todo bien? —pregunté, intentando sonar despreocupada.Leonardo me miró por un momento antes de responder.—Sí, todo bien. Vamos, tenemos que seguir practicando.Regresamos al auditorio en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Después de terminar el ensayo, me volví hacia Leonardo con una sonrisa.—Hey, ¿quieres ir por un café conmigo? Me gustaría celebrar que estamos progresando bien con la pieza.Leonardo me mi
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| 𝐓𝐄𝐍𝐒𝐈𝐎𝐍 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂𝐀𝐋
Mientras Leonardo y yo estábamos ensayando, la puerta del auditorio se abrió y Vanessa entró. Sentí un golpe en el estómago, recordando la sensación de exclusión que había experimentado la última vez que la vi con Leonardo.Vanessa se acercó a nosotros, sonriendo.—Hey, Leonardo. ¿Cómo va todo?Leonardo se levantó para saludarla.—Vanessa, hey. Estábamos ensayando para el concurso.Vanessa me miró, y por un momento, nuestras miradas se encontraron.—Sofía, hola —dijo finalmente, con una sonrisa forzada.Respondí con un breve saludo, sintiendo una sensación de incomodidad.—¿Qué te trae por aquí? —preguntó Leonardo, invitándola a unirse a nosotros.Vanessa se sentó en una silla cercana, mirándome con una expresión que parecía decir "no te preocupes por mí".—Solo quería ver cómo iban las cosas —dijo, con una sonrisa inocente.Me sentí incómoda, preguntándome qué estaba pasando entre Vanessa y Leonardo.Vanessa se levantó de su silla y se acercó al piano.—¿Puedo unirme a ustedes? —preg
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| 𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐂𝐈𝐎́𝐍
Llegué a casa sintiéndome un poco desanimada después del ensayo. Mi mamá me vio entrar y notó que algo estaba mal.—Hola, cariño, ¿qué pasó? —preguntó, siguiéndome hasta mi habitación.Me senté en mi cama y suspiré.—Fue un ensayo horrible, mamá. Una chica del ensayo me hizo sentir como si no fuera lo suficientemente buena. Me dijo que no podía seguir su ritmo y que me faltaba pasión en mi música.Mi mamá se sentó a mi lado y me abrazó.—Ay, cariño, no te preocupes por lo que esa chica diga. Algunas personas solo tratan de hacer que los demás se sientan mal para sentirse mejor ellas mismas.La miré, buscando consuelo.—Pero mamá, es que ella es muy buena y yo me siento como si no pudiera llegar a su nivel.Mi mamá sonrió.—Sofía, tú eres una excelente violinista y tienes un talento especial. No te compares con los demás, porque cada persona tiene su propio ritmo y estilo. Lo importante es que disfrutes de la música y sigas practicando.Me sentí un poco mejor al escuchar las palabras d
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| 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 𝐃𝐔𝐄𝐋𝐄
Me levanté de mi silla y le dije a Leonardo que iba a buscar una botella de agua.—¿Quieres una botella de agua? —le pregunté, tratando de sonar casual.Leonardo levantó la vista de su partitura y me sonrió.—Sí, por favor. Gracias, Sofía.Asentí y me dirigí hacia la máquina de agua. Mientras caminaba, vi a Vanessa y Gabriela sentadas en una banca, hablando y riendo juntas.Me detuve en seco, sorprendida. No podía creer que Vanessa y Gabriela estuvieran hablando amigablemente. Siempre había pensado que Vanessa no se acercaría a Gabriela debido a su cercanía con Leonardo, y también porque Leonardo y yo éramos rivales de Gabriela y Alejandro.Pero ahora, aquí estaban, hablando y riendo como si fueran amigas. Me sentí confundida y un poco molesta. ¿Por qué Vanessa estaba siendo amigable con Gabriela? ¿No sabía que Gabriela era rival de Leonardo en el mundo de la música?Me acerqué a la máquina de agua y me quedé allí un momento, tratando de procesar lo que había visto. No sabía qué hacer
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| 𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐗𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐘 𝐑𝐄𝐍𝐎𝐕𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍
LeonardoSalí del auditorio con el corazón pesado y la mente llena de pensamientos confusos. La conversación con Sofía había sido un desastre. No podía creer que la hubiera acusado de ser caprichosa e irresponsable. Mientras caminaba por el pasillo vacío, me di cuenta de que había sido demasiado duro con ella. Pero, ¿qué más podía hacer? Me detuve un momento y respiré profundamente. No podía dejar de pensar en Sofía, en cómo sus ojos se llenaron de lágrimas y en cómo se derrumbó en el suelo. Había algo en ella que me hacía sentir cosas que no quería admitir. Sentimientos que surgían cada vez que la veía tocar el violín con tanta pasión y dedicación. Pero esos sentimientos eran peligrosos. No podía permitirme ser débil.Mientras seguía caminando, recordé las palabras de mi papá. "Leonardo, no te conformes con menos de lo mejor. Nadie es lo suficientemente bueno para ti." Esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. Tal vez Sofía no era lo suficientemente buena. Tal vez nadie
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| 𝐅𝐑𝐔𝐒𝐓𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐘 𝐃𝐄𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍/𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 𝐒𝐀𝐋𝐄 𝐀 𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐙
Por la mañana, mientras desayunaba, recibí un mensaje de mi profesor Martínez. Me necesitaba ver en la academia con urgencia. Dejé mi desayuno a medias y subí a darme un baño. Me coloqué algo casual: unos jeans claros, una blusa oversize negra y unos tenis negros. Tomé una bolsa cruzada, me maquillé un poco y me puse unos lentes de sol oscuros para que no notaran lo sucedido de la noche anterior.Al llegar a la academia, me encontré con Leonardo en el auditorio, pero esta vez no era para ensayar juntos. —No quiero hacer esto —dije, cruzándome de brazos.—Yo tampoco —coincidió Leonardo—. No puedo trabajar contigo después de las mentiras que dijiste.Justo entonces, los profesores Martínez y Thomson entraron en el auditorio.—¿Qué pasa aquí? —preguntó el profesor Martínez.Leonardo y yo explicamos nuestra situación, pero los profesores no estaban dispuestos a escuchar.—Lo siento, chicos —dijo el profesor Thomson—. Pero no podemos hacer cambios ahora. El concurso está a una semana y lo
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